Durante uno de los debates en clase sobre cómo (además de conocer y aprender) podíamos actuar para combatir el cambio climático, se empezó a numerar todo aquello que era mejorable y lo que más generó unanimidad fue la problemática de las bolsas de un solo uso de las tiendas donde compraban. Ya saben que las bolsas «de asas» ya no se regalan y que empiezan a utilizarse bolsas biodegradables, pero lo que el alumnado comentaba en ese momento era que no le gustaba nada cuando su padre o su madre (o ellos mismos) iban a comprar verduras, frutos secos..., y tenían que usar una bolsa de plástico solo para ese momento. Eran bolsas de un solo uso y, lo que es peor, de un uso superefímero.

Incluso se llegó a comentar el número de bolsas de este tipo que, solo entre las familias de clase, se utilizaban al cabo de un mes (calculando el número de fruta, verduras, frutos secos y otros productos a granel que se consumían en casa) y les pareció del todo desproporcionado y querían actuar contra eso. ¡Querían hacer ver a los adultos que tenían que actuar contra la emergencia climática!

Así que... ¡manos a la obra! Compramos unas mallas reutilizables con cierre y con una zona removible en un lateral para poder pegar las etiquetas del precio de cada producto y, como sabemos que los padres y madres valoran (y quieren) mucho las producciones artísticas de sus hijos e hijas, por la parte trasera de la zona donde pegar las etiquetas cada alumno realizó un diseño con mensajes alusivos a la causa: «No hay Planeta B», «El tiempo de actuar es ahora», «Salvemos el mundo»... Y, sobre todo: «Con esta bolsa ayudas al planeta», «El planeta está en tus manos» o «Utiliza esta bolsa para salvar el mundo».

La evaluación de la actuación no ha podido ser más positiva: el uso de las bolsas de malla reutilizable se está generalizando y las familias las llevan con todo el orgullo del mundo... y contagiando su uso al resto. Un llamamiento a la acción de estos niños que han sido capaces de movilizar a los adultos actuando desde el compromiso.

En las fotos se ve el proceso de diseño del mensaje, primero lo pensaban y lo hacían en su cuaderno de campo, para luego plasmarlo, a todo color, en la malla reutilizable.

La idea original era la de que los Carnavales de este año giraran en torno a las inundaciones del verano en Tafalla y dada la repercusión que tuvo nuestro encuentro con los medios de comunicación, decidimos desfilar de medios de comunicación: prensa, radio, televisión, agencias...

Pero, claro, somos 4.º, somos la clase que va a cambiar el mundo, es decir, no podíamos (no queríamos) utilizar plásticos ni materiales de un solo uso, así que, tras el éxito de «Recreos Residuos Cero» y «Compras Residuos Cero», nos embarcamos en esta nueva apuesta y que se visibiliza en el esquema que hicimos en la pizarra:

• NO A LAS BOLSAS DE PLÁSTICO. Para caracterizarnos basta con unas gafas de sol, un chaleco... Cosas que tenemos en casa. Atuendos con ropa reutilizada («elegante» para reporteros y de oscuro para el resto), con chaleco reflectante para cámaras y detalles para caracterizar (gorra, credencial...).

• Hacer el atrezzo completamente de cartón reciclado. Y, además, les gustó tanto el resultado que se lo quedaron como recuerdo o para seguir haciendo de periodistas. Así que, realmente, fueron unos #CarnavalesResiduosCero.

Tras elegir música y coreografía, nos pusimos con la presentación y... como queremos hacer todo lo mejor posible y no nos ponemos límites, surgió la idea de pedir a Roberto Cámara, director de Navarra TV, que nos grabara el audio para darle más realismo... ¡Y aceptó!

La dramatización del desfile combinaba el baile con la canción "Radio Gaga" de Queen, con cortes al estilo de «Avance Informativo» en el que se oía la voz de la periodista de Navarra TV, momento en el que la clase se lanzaba (literal) a entrevistar al público asistente: «Buenos días. ¿Cómo se llama? ¿Le afectó la riada? ¿En qué? ¿Dónde estaba cuando se produjo la inundación? Muchas gracias». Todo ello con el rigor y la seriedad de profesionales con sus flamantes cámaras y micros de cartón.

Disfrutando desde la coherencia.