Evolución y actualidad de un rol clave en el ámbito educativo
Pablo RODRÍGUEZ COLANTONIO
En la edición digital del presente libro nos proponemos un dinamismo activo con actualizaciones permanentes en relación a nuevas normativas y reflexiones sobre las diferentes funciones que ocupa el preceptor en la escuela secundaria como adulto de referencia. También se agregan en cada capitulo imágenes, actividades y videos ilustrativos que acompañaran el contenido.
Resulta muy acertado hacer una mención a la historia reciente acerca de lo que éste texto generó en la formación de preceptores y en la reflexión académica sobre su función.
Desde su aparición en 2009, el libro se convirtió en una referencia obligada en la
capacitación de preceptores. Específicamente el texto fue utilizado en los cursos que brindó la
institución FUNDAES a lo largo y a lo ancho de la Provincia de Córdoba, a través de su equipo
profesional constituido por más de veinte docentes destacados.
Pues, en este contexto, además de las revisiones y mejoras del contenido que fue
realizando el equipo, nos fue encomendada la misión de actualizar algunos aspectos relevantes
de los cambios educativos que se dieron desde la primera edición del libro en 2009 a estos
últimos años y el impacto que tienen sobre la nueva función del preceptor.
El libro del PRECEPTOR Evolución y Actualidad de un Rol clave en el ámbito educativo
escrito por el Licenciado Pablo Rodríguez Colantonio se presenta como un hito dentro de la
reflexión y la capacitación de preceptores de la provincia de Córdoba. Esta apreciación también
la podemos realizar a nivel nacional, ya que no se encuentran textos completos que presenten
una investigación crítica sobre la función del preceptor dentro de la educación secundaria.
Desde que comenzó su difusión en el año 2009 nos va marcando un horizonte para
profundizar en esta función clave para las instituciones educativas, visualizando al preceptor a
través del tiempo, presentando críticamente los marcos legales vigentes, incorporando al
preceptor en el estudio de la organización escolar en el marco del proyecto institucional y
presentando el modelo de tutoría como una orientación en la formación de este educador
olvidado.
Todo esto provocándonos continuos cuestionamientos sobre su jerarquía en la
institución escolar, su capacitación y redefiniendo su trabajo como docente-referente
insustituible en la formación y acompañamiento de los jóvenes, ya que por el tiempo que entran y salen del aula.
Cuando nadie había percatado su relevancia aún, el autor avizoro lo que en los años próximos aparecería como novedad: la importancia de capacitar y redefinir la función de los preceptores para efectuar transformaciones y cimentar las nuevas propuestas educativas orientadas a acompañar las trayectorias escolares.
Ya nos advertía años atrás sobre esta necesidad de transformación de la función del preceptor:
"El Preceptor necesita imperiosamente de una titulación académica, producto del estudio de conceptos de Sociología, Psicología, Pedagogía,... que le permitan ser un profesional en su trabajo, idóneo y reconocido por todos los actores institucionales y la comunidad educativa toda. El rol del preceptor requiere una transformación. Esta transformación debe abarcar la formación y el perfeccionamiento, las condiciones institucionales de trabajo y de jerarquización social de las tareas."
Hoy en día nos parece natural ver la existencia de cursos de formación para preceptores. Pero en torno al preceptor poco se ha reflexionado, poco menos se ha escrito y la capacitación para desempeñar el cargo durante décadas ha sido nula. Si vemos en la historia de la escuela es considerado una figura de segundo orden, es parte del personal
no docente dentro del Reglamento General de Escuelas, al mismo nivel, por ejemplo, que el personal de servicios, por lo tanto los requisitos para acceder al cargo de preceptor son mínimos. Para realizar esta tarea solo bastaba haber cruzado con éxito la escolaridad media, lo que significaba haberse adaptado y aceptado pedagógicamente el método de vigilar y castigar para la formación de hábitos en las nuevas generaciones.
Dentro de la educación normal en la Argentina se presenta a este actor institucional como celador, una especie guardián que vigila la asistencia a clase, controla el cumplimiento de las normas expresadas en el reglamento y castiga con amonestaciones toda falta disciplinaria. La expulsión y la pérdida de la regularidad dentro del sistema eran moneda cotidiana en las escuelas de todo el país. El celador era el personaje que manejaba las herramientas administrativas de la exclusión y su práctica era determinante en cuanto a la permanencia de los alumnos dentro del sistema educativo.
Este perfil técnico-administrativo-disciplinario creado por circunstancias históricas de gobiernos de tipo autoritarios, quedo fosilizado en el Reglamento General de Escuelas de enseñanza media y especial, que en Córdoba se conoce como la Resolución 979/63. En esta resolución se regula la actividad del celador, este sería el único escrito normativo en el que encontramos una descripción de las funciones del celador prioritariamente: Disciplinaria, Administrativa y de Auxiliar Docente.
Así lo leemos en el capítulo II del libro:
“….poner de manifiesto que la utilización del término ‘celador’, el cual revela un carácter completamente distinto de lo que en la actualidad se concibe como preceptor, respondía a un modelo educativo muy diferente al nuestro y, sin embargo, la misma legislación sigue vigente”
En la misma sintonía aparecen la Resolución 2777/98 y Resolución D.I.P.E. 116/96 en las que se describen funciones administrativas del vice-director y los secretarios pero de las que se pueden delegar la confección a los preceptores. Este tipo de normativa sobre los preceptores son las que generan que dentro de las instituciones lo encontremos cargado de responsabilidades administrativas y con muy poco tiempo para
con los jóvenes.
Con la ley federal de educación (N° 24195/93 ya derogada) se comienza a reflexionar nuevamente sobre la posibilidad de Democratizar la Escuela, se plantea la disciplina, la convivencia escolar y los proyectos educativo institucionales. El tiempo pasó y en las escuelas se presenta cada vez más la necesidad de replantear acciones concretas tendientes a favorecer la convivencia escolar.
Desde la vuelta de la democracia, la matrícula de nivel fue en aumento, y con ello diferentes problemas se plantean en la escuela secundaria: los hechos de Violencia crecen dentro y fuera de la institución escolar, y los altos índices de Fracaso Escolar muestran las dificultades del modelo de escuela secundaria tradicional pensada solo para algunos sectores sociales. Se necesita replantear la organización escolar y capacitar adultos responsables y comprometidos capaces de poner en marcha proyectos de convivencia escolar.
En nuestra provincia de Córdoba en el año 2000 apareció por primera vez un escrito que muestra al preceptor dentro de la nueva educación media, presentando a este actor como alternativa de cambio educativo. Esto lo encontramos en un Boletín Informativo de la D.E.M.yS. 6/2000. Aquí el preceptor es un componente institucional de relevancia en los proyectos educativo institucionales (P.E.I), en su diseño, ejecución, monitoreo y evaluación. Su función es compleja y privilegiada, ya que actúa como nexo en la interacción de la comunidad educativa. El preceptor debe participar plenamente en la construcción, puesta en marcha y evaluación del proyecto de convivencia escolar. El documento sintetiza sus tres funciones: Administrativa, Socializadora, y Mediadora.
Si bien este escrito no tiene un carácter normativo regulador de la actividad del preceptor nos encontramos con una orientación que nos marca un rumbo a seguir dejando atrás su perfil netamente administrativo-disciplinario para vincularse con su tarea primordial de contención, animador, apoyo, referencia, asesoramiento, educador en valores y constructor de la convivencia institucional.
Todo esto quedó en solo buenas intenciones, ya que al ser un boletín informativo, no tuvo ni tiene carácter normativo ni regulador de la actividad del preceptor. Lo que continuaba regulando la función eran las antiguas resoluciones con carácter disciplinario-administrativo. Tampoco estas reflexiones se acompañaron con un proceso de capacitación para los preceptores que les posibilitará redefinir sus funciones dentro de los proyectos institucionales.
En los últimos años el problema de la inclusión social y educativa, se pone como tarea principal de las políticas públicas. A partir del año 2006 la Argentina tiene un marco legal que reestructura el sistema educativo a nivel nacional. Es la nueva Ley de Educación Nacional (LNE) Ley Nº 26206, que amplió y reformuló las políticas educativas, avanzando en la legislación de los niños, niñas y jóvenes definiéndolos como sujeto de derecho. Ampliando la obligatoriedad escolar hasta el fin de la escuela secundaria y estableciendo al Consejo Federal de Educación (CFE) como el organismo capaz de brindar las orientaciones educativas en el Estado Nacional.
El 2009 es el año que el libro PRECEPTOR sale a la luz, y este es un momento clave para comprender el futuro de la educación nacional, el Consejo Federal de Educación, promulga resoluciones que comienzan a concretar los principios de la LNE. Con la Resolución 79/09 del CFE se aprueba el plan nacional de educación obligatoria que junto con el incentivo de la asignación universal por hijo, establecen como meta la obligatoriedad del nivel secundario.
Este acontecimiento marca un antes y un después en la comprensión de la función del preceptor en la Argentina. La Educación Secundaria Obligatoria nos desafía a modificar todos los parámetros escolares que servían a un modelo de exclusión, replanteando la figura del preceptor como aquel adulto capaz de trabajar en la contención y el acompañamiento de los jóvenes dentro de la escuela. Una escuela secundaria que incluye a todos y que rompe con su antiguo sello selectivo, que trabaja
dentro de un mandato democratizador, con el propósito fundamental de garantizar el derecho social a la educación.
Miles de jóvenes Argentinos de diferentes grupos sociales ingresan dentro del sistema educativo, provocando la necesidad de repensar los antiguos formatos organizacionales de las instituciones educativas para que lejos de expulsarlos de las aulas, sea la escuela la única institución pública donde nadie esté de más. Reformar la escuela secundaria es el principal desafío de la educación en la Argentina.
“La obligatoriedad de la escuela secundaria representa la promesa y apuesta histórica de la sociedad argentina, como en otros momentos lo fue la escuela primaria, para la inclusión efectiva en la sociedad y la cultura de todos los adolescentes, jóvenes y adultos.”
Agradezco al autor y al equipo profesional que me confió este trabajo por la posibilidad de ser parte de esta promesa y de esta apuesta que sigue vigente hoy más que nunca con la cuarta edición del libro, y por permitirme comunicar las ideas más importantes recogidas en la experiencia de estudio, dictado de clases y en el intercambio permanente con los estudiantes a quienes también van dedicadas estas páginas.
Prof. Marcos Arolfo
Asesor Pedagógico
Coordinador Fundaes Digital
ÍNDICE DEL LIBRO
CAPÍTULO V
Análisis e Interpretación de Datos de las Encuestas