LA EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA Y EL IMPACTO EN LA FUNCIÓN DEL PRECEPTOR
Por primera vez en la historia argentina el estado asume la responsabilidad de la obligatoriedad de la educación secundaria, esto implica lograr una mayor escolarización, una permanencia con aprendizajes significativos y la finalización de estudios de todos los adolescentes, jóvenes y adultos. Para ello se debe enfrentar con problemáticas relacionadas con la educación obligatoria: el acceso a la escolarización, la calidad de los aprendizajes, la organización de las instituciones educativas, el planeamiento y la gestión administrativa del sistema, y principalmente poner el foco en las trayectorias escolares de los alumnos.
“La obligatoriedad pone en el centro de las preocupaciones a las trayectorias escolares de todos los adolescentes, jóvenes y adultos. Esto implica profundos cambios al interior de las instituciones y sus propuestas. Entre ellos, superar la fragmentación histórica del trabajo docente en la secundaria, así como revisar los saberes pedagógicos disponibles y las condiciones de escolarización de quienes están en la escuela, para aquellos que deben volver y también para los que aun no llegan.”
Es necesario otorgar centralidad en las políticas educativas a las trayectorias escolares reales de adolescentes y jóvenes, toda la organización institucional y pedagógica está en función de esto. El ingreso, permanencia, progreso y egreso de todos los estudiantes, debe ser una preocupación permanente de todos los que trabajan en la escuela secundaria inclusiva: directores, preceptores, docentes, padres, supervisores, gobierno provincial y nacional.
Son muchas las Resoluciones que el CFE comenzó a redactar con carácter obligatorio para todo el país, para orientar las políticas educativas de todo el territorio nacional. Presentando esta preocupación por las trayectorias escolares reales de los adolescentes y jóvenes. Así aparecen resoluciones fundamentales para la comprensión de los nuevos tiempos educativos en la Argentina, mostrando claramente las orientaciones pedagógicas, institucionales y las prioridades de transformación para avanzar en los principios de la nueva Ley Nacional de Educación (LNE) Ley Nº 262006. Estos serian los nuevos instrumentos legales que nos orientan para comprender las transformaciones necesarias en las organizaciones escolares y las funciones de los que trabajan en ellas.
Las principales resoluciones son:
AÑO 2009
Resolución 79/09 Aprobación del Plan Nacional de Educación Obligatoria.
Resolución 84/09 Lineamientos políticos y estratégicos de la educación secundaria obligatoria.
Resolución 86/09 Institucionalidad y fortalecimiento de la educación secundaria obligatoria.
Resolución 88/09 Planes Jurisdiccionales y Planes de Mejora Institucional.
Resolución 93/09 Aprobación de "Orientaciones para la organización pedagógica e institucional de la Educación Obligatoria.
AÑO 2010
Resolución 100/10 Pautas Federales para la movilidad estudiantil en la educación obligatoria.
Resolución 103/10 Propuestas de inclusión y/o regularización de trayectorias escolares en la educación secundaria.
Resolución 122/10 Orientaciones para el mejoramiento de las trayectorias escolares reales de niños niñas y jóvenes.
Con la sola lectura de los títulos de cada una de estas resoluciones, se nos pone de manifiesto la importancia y la centralidad de las trayectorias escolares reales. Por eso cuando en el ámbito de las políticas nacionales se observó que uno de los aspectos principales de la educación obligatoria era centrar la mirada sobre el acompañamiento de toda la trayectoria escolar desde que ingresa hasta que egresa el alumno y sabiendo que en la educación primaria la figura de la maestra que acompaña es central. En la escuela secundaria todas las miradas cayeron sobre el preceptor que es aquel adulto que esta todos los días y a toda hora con los adolescentes y jóvenes. Este es el educador encargado de unificar la experiencia educativa que está fragmentada. Los preceptores se encargan de conectar lo que en la estructura escolar está dividido.
Así es que se instala como objeto de un abordaje sistemático por parte de las políticas públicas la redefinición del rol del preceptor en las escuelas secundarias, asegurando pautas comunes de trabajo y un mínimo de saberes compartidos. Aparece en el 2010 el PNCE (Programa Nacional de Convivencia Escolar) en el que se incluye por primera vez un curso de formación para preceptores, estas acciones impactan en todo el territorio nacional.
En diferentes provincias se comienzan a desarrollar instancias de capacitación de preceptores. La provincia de CÓRDOBA en el año 2011 en concordancia con lo dispuesto en la Ley de Educación Nacional Nº 26206 y la nueva Ley Provincial Nº 9870, decide asumir el reto de garantizar la obligatoriedad de la Educación Secundaria. Y en el 2012 entre una de sus acciones presenta el Curso “el preceptor en la Escuela Secundaria Obligatoria”.
Entre las acciones realizadas por otras provincias cabe destacar el Proyecto de Ley para Preceptores, de la Legislatura de la Provincia de ENTRE RÍOS del año 2010. También las definiciones realizadas por el ministerio de educación de Chubut Hacia un Nuevo Secundario en Chubut. La provincia de MISIONES presenta su documento El Preceptor y su Protagonismo en la Escuela Inclusora. BUENOS AIRES también presenta en marzo de 2011 la Resolución 587/11 que modifica la función del preceptor. La U.N. de Cuyo, MENDOZA da un comunicado para describir el perfil del preceptor y pone como exigencia una tecnicatura universitaria.
El Acompañamiento de las Trayectorias Escolares Reales.
Es así que la redefinición de la función de los preceptores en las escuelas secundarias, está orientada a la acción principal de acompañamiento de las trayectorias escolares reales de adolescentes y jóvenes. Los preceptores ocupan un lugar significativo, ya que son la figura más cercana a ellos y con menor rotación diaria en la escuela. Frente al anonimato que sufren los jóvenes en el secundario, el preceptor es aquel que mira, escucha y acompaña, que va construyendo una mirada integral de sus trayectorias personales y educativas. Por lo tanto ocupa un lugar estratégico, fundamental y dinámico en la organización escolar. Es el adulto que está presente, genera vínculos, guía y orienta la trayectoria de cada uno de los alumnos a su cargo.
En este marco necesitamos fortalecer la función educadora del preceptor, que trabaja en la construcción de una escuela secundaria inclusiva, pluralista, abierta y capaz de contener educativamente a las nuevas generaciones. En tanto la escuela no adopte una perspectiva institucional que le permita modificar mecanismos y dispositivos arraigados de exclusión, la estrategia de contención y acompañamiento están en manos de los preceptores, que deberían reducir o simplificar su dedicación a las tareas administrativas para integrarse, capacitarse y desarrollar la tarea de contener y acompañar a los alumnos.
Todas las funciones que se han otorgado históricamente a los preceptores quedan desde esta nueva perspectiva al servicio de la función general de Acompañamiento de las Trayectorias Escolares Reales. Aquellos instrumentos administrativos que antaño le servían al preceptor para determinar quien está dentro y quien está fuera de la escuela secundaria, hoy son la herramienta adecuada para el acercamiento, conocimiento y acompañamiento de los jóvenes que transitan por la escuela. El registro de asistencias y el libro de tema, formularios que son de exclusiva responsabilidad del preceptor, son instrumentos valiosos a la hora de conocer e identificar situaciones que puedan poner en riesgo la escolaridad de los alumnos a su cargo.
Es necesario que dentro del proyecto educativo institucional, se incorporen resoluciones internas que pongan de manifiesto frente a la comunidad educativa esta función general del preceptor, junto a esto desarrollar estrategias de contención y acompañamiento que se constituyan en propuestas de la misma institución escolar.
Por ejemplo, la estrategia de rotación de preceptores en la que cada año cambia el curso que tiene a cargo, es una acción que está al servicio de los mecanismos de vigilancia y castigo. Esta forma de trabajo está pensada desde la posición que la distancia posibilita la rigidez disciplinaria y el control punitivo. Si pensamos en nuevas estrategias de acompañamiento tenemos que revertir este aspecto. Un preceptor puede acompañar un grupo en su trayectoria dentro de todo un ciclo, de esta manera el vinculo generado con los alumnos le permite acceder a la información personal, familiar y escolar para el acompañamiento de sus trayectorias educativas, identificando situaciones de riesgo escolar y favoreciendo actividades que tiendan a la socialización dentro del grupo para así mejorar las instancias de mediación de sus conflictos.
Existen otras tantas estrategias desde esta nueva perspectiva, tendientes acompañar las trayectorias escolares de los estudiantes secundarios desde las que plantean al preceptor en su función de nexo institucional, pasando por las funciones pedagógicas hasta las que plantean la renovación de sus funciones administrativas dentro de la escuela:
Implementar actividades que tiendan a mejorar la integración del grupo y el fortalecimiento de los vínculos entre los alumnos y de estos con la institución.
Proyectos áulicos referidos al ausentismo y a la reinserción escolar.
Temas culturales, comprensión lectora, prevención de conflictos y formación de valores.
A repensar la calidad educativa en términos de formación de ciudadanos, y no solo desde la perspectiva del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA)
El espacio de los recreos como momento educativo.
La promoción de acciones que favorezcan: formas de organización y participación de los alumnos en la gestión escolar, el ejercicio de sus derechos, la reflexión, el análisis crítico de los conflictos, la búsqueda colectiva y organizada de soluciones a los mismos
Acciones tendientes a incrementar la autoestima, facilitando el autoconocimiento, la aceptación de sí mismo, especialmente cuando se den circunstancias de fracaso escolar.
Tiempos y espacios institucionales para canalizar las situaciones conflictivas, promocionando actividades enfocadas hacia la solución de necesidades, expectativas, problemas y dificultades.
Coordinación de actividades fuera del aula
Etc.
A partir de 2014 queda planteado el desafío para nuevas investigaciones tendientes a contrastar las necesidades de formación y capacitación que manifestaban los preceptores encuestados en el primer estudio, publicado en el libro PRECEPTOR (pag. 165-169) con las necesidades educativas de los preceptores en este nuevo escenario escolar, desde el punto de vista del acompañamiento de las trayectorias escolares reales asumiendo el rol de adulto de referencia.
Asimismo, sería de gran provecho que estos estudios nos orienten sobre los cambios que se han de implementar para revertir los porcentajes de preceptores que aprendieron a hacer su trabajo mediante “tradiciones orales” y que podamos emprender el camino seguro de la profesionalización de su función, ayudando a resolver tanto la formación inicial de los aspirantes, como la formación en servicio para quienes accedieron al cargo sólo con la certificación de los estudios secundarios completos, universalizando el acceso a la información de ofertas de formación, capacitación, perfeccionamiento y actualización para el ejercicio en educación.
Prof. Marcos Arolfo
Coordinador Pedagógico Fundaes