Los objetivos principales de una posición quirúrgica correcta son:
Exposición máxima del campo operatorio.
Facilitar la administración de productos anestésicos.
Mantener la función respiratoria.
Minimizar el compromiso circulatorio.
Evitar lesiones en los nervios periféricos.
Ejercer presiones mínimas sobre la piel, prominencias óseas y/o articulaciones.
Mantener una correcta temperatura corporal.
Preservar la intimidad del paciente.
Disminuir las molestias postoperatorias.
Reducir el dolor y complicaciones postoperatorias.
Las posiciones sobre la mesa quirúrgica toman como referencia los tres decúbitos corporales, que no son otros que el supino, el prono y el lateral. De ahí nacen las diferentes modificaciones convenientemente adaptadas para la intervención quirúrgica deseada.
Pasamos a detallar las posiciones quirúrgicas más habituales, sus indicaciones, inconvenientes y complicaciones postoperatorias. Indicaremos además los puntos de presión y sus consiguientes lesiones de no realizar una correcta prevención prequirúrgica mediante dispositivos de sujeción y acolchamiento que reduzcan la presión existente, así como también pomadas o aceites protectores.
La siguiente tabla muestra las posiciones quirúrgicas (clica en cada posición para más detalle):