Antitrendelemburg
Partiendo del decúbito supino, inclinamos la mesa en el sentido contrario del Trendelemburg, es decir, que la cabeza del paciente quede más alta que los pies. Se debe proceder al control de puntos de presión repartidos por el cuerpo, fijación del mismo ante los movimientos a realizar durante la cirugía con la cama quirúrgica y evitar caídas accidentales.
Las principales indicaciones son en cirugías del tiroides, traqueotomías, vesícula y vías biliares. No obstante, los casos más comunes son para las cirugías de la vía biliar, logrando desplazar las vísceras hacia abajo y tener mejor visión de la zona operatoria. En el resto de casos se utiliza en raras ocasiones, más bien en momentos concretos. Para las tiroidectomías y traqueotomías basta con situar un rodillo almohadillado bajo las escápulas para conseguir la hiperextensión deseada del cuello.
Las complicaciones más presentes son:
Éstasis venoso en EEII.
Hipotensión.
Alto riesgo de tromboembolismo en el postoperatorio.
Los puntos de presión a proteger son los mismos que en la posición de Trendelemburg:
Cabeza: occipital.
Torso: escápulas y codos.
Cadera (coxis), glúteos y talones.
Los cuidados de enfermería fundamentales serían:
Evitar un accidental deslizamiento del paciente utilizando soportes almohadillados en los pies y fijaciones correctas en la cadera y tórax.
Almohadillar la nuca, curvatura lumbar y las rodillas así como la planta de los pies.
Es conveniente, ante la previsión de cirugía de larga duración, aplicar aceites hiperoxigenados en los puntos de presión y así reducir el riesgo de UPP.