Navegación Astronómica básica usando el Sol
por David Monrós
por David Monrós
La técnica más simple para obtener nuestra situación por procedimientos de navegación astronómica es, sin duda alguna, la meridiana del Sol o paso del Sol por el meridiano superior del lugar del observador, es decir, nuestro mediodía. Este método sigue siendo importante en la actualidad como procedimiento de emergencia para el posicionamiento por si la causa de la debacle es, por ejemplo, una avería que inutiliza el instrumental, el sistema eléctrico de la embarcación o nos atacan los norteamericanos.
Un apagón del sistema GPS es muy poco probable pero no imposible (el Sol, como la mayoría de estrellas, es un astro que tiene muy mal humor) y, pese a que siempre es conveniente tener un sistema de respeto (un GPS portátil, un PC portátil auxiliar con una antena GPS y, más recientemente, los smartphones y tabletas con varias apps, en fin, de todo menos un sextante y un librito), aprender a posicionarse con el Sol es una práctica muy recomendable, sencilla y que aún es obligatoria en muchas marinas mercantes.
Si no disponemos de un buen sextante y un Almanaque Náutico, podemos hacer un posicionamiento de emergencia, muy aproximado y simplificado, con otros enseres que, por lo menos, nos permitirá llegar a una costa conocida (la recalada). En este artículo se detalla la forma de hacerlo partiendo de la base de que el lector no tiene conocimientos para realizar un posicionamiento utilizando los métodos de la navegación astronómica.
EL MATERIAL NECESARIO
En la navegación de recreo, una buena práctica antes de cualquier navegación de altura es confeccionar una bolsa de pánico. Básicamente se trata de una bolsa estanca y resistente donde se guarda todo aquello que hay que salvaguardar en caso de que se produzca el mayor desastre de todos, abandonar la embarcación:
Documentación de la tripulación y/o pasaje, dinero, etc. y, más recientemente, la electrónica personal, VHF y GPS portátil y claro, como no, el Smartphone que, junto con la radiobaliza, es el garante de que podamos salir bastante airosos de la crisis gracias a la balsa salvavidas.
Para este posicionamiento de emergencia se propone que, además, en dicha bolsa siempre conste el siguiente material:
Un reloj o cronómetro funcional ajustado a la hora GMT (UTC). Mejor si es digital, con segundero y resistente al agua. Para determinar dónde estamos es fundamental saber la hora y poder medir el tiempo con exactitud, por lo que hay que tener uno o más relojes o cronómetros funcionales a bordo.
Un inclinómetro o nivel, mejor digital porque tienen más precisión (0,1º o más, ahora los hay con una precisión de centésimas de grado). Se pueden encontrar en cualquier ferretería o tienda on-line por menos de 20 $US. Tienen mucha autonomía (más de 1000 horas en funcionamiento con un par de pilas de 1,5 V) y son resistentes a las caídas y demás percances.
Una regla o escuadra graduada de metal, no flexible, de sección en L o rectangular y de unos 30 o 40 cm de longitud.
Un compás de demoras o marcaciones.
Papel y lápiz.
Un par de gafas de sol, de categoría 3 o 4, o, ya puestos, un filtro solar de telescopio, cualquiera, da igual, pero para observar el Sol. Los venden en la mayoría de tiendas de Astronomía por también menos de 20 $US.
Este PDF impreso y plastificado, para prevenir esos percances propios del medio marino.
Las cartas náuticas de la zona en papel que, aunque son obligatorias no son imprescindibles, porque con una carta general podrá apañárselas hasta llegar a una zona costera conocida.
Si desea ir más allá y posee un sextante, mejor imprima este otro PDF y hágase con una calculadora que opere con razones trigonométricas (eso de los senos, los cosenos y demás).
Como se puede observar, lo único especial en esta lista es el nivel digital que, por otro lado, no deja de ser un accesorio muy útil en la caja de herramientas de un barco. Hoy en día muchos Smartphones de gama media ya disponen de un buen nivel digital con la misma resolución, por lo que, si lo prefiere, puede optar por usar este omnipresente aparato teniendo en cuenta que:
1. Son bastante delicados para el medio marino.
2. No tienen una gran autonomía.
Con la regla y el inclinómetro montaremos un medidor de ángulos que, pese a no tener la precisión requerida, es mejor que fabricarse uno haciendo acopio del material que anda desperdigado por obligatoriedad en cualquier embarcación de recreo: el compás de demoras, lápices, papel, un compás de puntas, un transportador de ángulos, una linterna estanca y más cosas de esas que no van a pilas y que se van acumulando porque nos hacen gracia y queda muy náutico.
El problema de la mayoría de los modelos de medidores improvisados que hay por ahí es que son una mierda, así de claro. Son imprecisos, muy incómodos de usar cuando hace viento o el mar está agitado y, si encima somos unos chapuzas, el resultado puede ser muy frustrante. Pero algo es mejor que nada, por supuesto.
Respecto a las gafas de sol, una la desmontaremos para colocar las lentes en la visual del ojo que haga las mediciones y la otra la usaremos normalmente. Trabajar con el Sol puede dañar SEVERAMENTE la vista y toda precaución es poca, es mejor pecar de exceso que quedarnos medio ciegos. Si ha optado por un filtro de telescopio no está de más que utilice igualmente unas gafas de sol, sobre todo si es verano.