Desde que las personas deambularon por primera vez en la Tierra, se le ha dado un gran significado a los objetos celestes del firmamento. A lo largo de la historia de la humanidad y en diferentes culturas, se han atribuido muchos nombres e historias a los patrones de estrellas en el cielo nocturno, dando lugar a lo que conocemos como las constelaciones.
Más de la mitad de las 88 constelaciones reconocidas por la UAI se atribuyen al griego antiguo, que consolidó los trabajos anteriores de los antiguos babilonios, egipcios y asirios. Cuarenta y ocho de las constelaciones que conocemos se registraron en los libros séptimo y octavo de Almagest de Claudio Ptolomeo, aunque el origen exacto de éstas sigue siendo incierto. Las descripciones de Ptolomeo probablemente están fuertemente influenciadas por el trabajo de Eudoxo de Knidos alrededor del año 350 a.C. Entre los siglos XVI y XVII, los astrónomos y cartógrafos celestes europeos agregaron nuevas constelaciones a las 48 descritas anteriormente por Ptolomeo. Estas nuevas constelaciones fueron principalmente nuevos descubrimientos realizados por los europeos que exploraron el hemisferio Sur. Los que hicieron contribuciones particulares a las nuevas constelaciones incluyen al astrónomo alemán nacido en Polonia Johannes Hevelius; tres cartógrafos holandeses, Frederick de Houtman, Pieter Dirksz Keyser y Gerard Mercator; el astrónomo francés Nicolas Louis de Lacaille; el cartógrafo flamenco Petrus Plancius y el navegante italiano Amerigo Vespucci.
La UAI y las 88 constelaciones
Originalmente, las constelaciones se definían informalmente por las formas hechas por sus patrones de estrellas, pero a medida que el ritmo de los descubrimientos celestes se aceleró a principios del siglo XX, los astrónomos decidieron que sería útil tener un conjunto oficial de límites para las constelaciones. Una de las razones fue acordar un nombre para las nuevas estrellas variables, las que se iluminan y se desvanecen en lugar de brillar de manera constante. Dichas estrellas reciben el nombre de la constelación en la que residen, por lo que era importante acordar dónde termina una constelación y comienza la siguiente.
Eugène Delporte enumeró las 88 constelaciones modernas en nombre de la 3a. Comisión de la UAI (Notación Astronómica), en Délimitation scientifique des constellations. (Delporte, 1930)
Las figuras de las constelaciones
En los mapas estelares, es común marcar patrones de líneas que representan las formas que dan nombre a las constelaciones. Sin embargo, la UAI define una constelación por su límite (indicado por las coordenadas del cielo) y no por su patrón, por lo que una misma constelación puede tener diversas variantes en su representación.
Las constelaciones deben diferenciarse de los asterismos. Los asterismos son patrones o formas de estrellas que no están relacionadas con las constelaciones enumeradas pero que, sin embargo, son ampliamente reconocidas por los laicos o en la comunidad de astrónomos aficionados. Como ejemplos de asterismos se pueden nombrar las siete estrellas más brillantes de la Osa Mayor conocidas como "El Arado" en Europa o "El Gran Cazo" en América, así como "El Triángulo de Verano", un gran triángulo visto en el cielo nocturno de verano en el hemisferio Norte y compuesto por las estrellas de Altair, Deneb y Vega. Si bien un grupo de estrellas puede ser designado oficialmente como una constelación por la UAI, esto no significa que las estrellas de esa constelación estén necesariamente agrupadas en el espacio. A veces las estrellas están físicamente cercanas entre sí, como las Pléyades, pero las constelaciones generalmente son más una cuestión de perspectiva. Son simplemente nuestra interpretación bidimensional basada en patrones formados por estrellas de diferentes brillos y distancias de la Tierra.
Los nombres de las constelaciones
Cada nombre de una constelación latina tiene dos formas: la nominativa, para usar cuando se habla de la constelación misma, y la genitiva, que se usa en los nombres de las estrellas. Por ejemplo, Hamal, la estrella más brillante de la constelación de Aries (forma nominativa), también se llama Alpha Arietis (forma genitiva), que significa literalmente el alfa de Aries.
Los nombres latinos de todas las constelaciones son una mezcla de los patrones griegos antiguos registrados por Ptolomeo, así como algunos patrones más modernos observados posteriormente por otros astrónomos.
Por último, la UAI adoptó abreviaturas de tres letras para los nombres de las constelaciones en su Asamblea General inaugural de Roma en 1922. Por ejemplo, Andrómeda se abrevia como AND mientras que Draco se abrevia como DRA.
Primera parte (Andromeda - Indus)
Segunda parte (Lacerta - Vulpecula)
Las cartas que hay a continuación han sido producidas en colaboración con la revista Sky & Telescope magazine (Roger Sinnott & Rick Fienberg). Los patrones de las constelaciones de Alan MacRobert, dibujados en verde, están influenciados por los de H. A. Rey, pero en muchos casos se han ajustado para preservar las tradiciones anteriores. Este trabajo se publica con licencia Creative Commons Attribution 3.0 Unported license.
Leyenda de gráficos:
Andromeda (AND)
Antlia (ANT)
Apus (APS)
Aquarius (AQR)
Aquila (AQL)
Ara (ARA)
Aries (ARI)
Auriga (AUR)
Boötes (BOO)
Caelum (CAE)
Camelopardalis (CAM)
Cancer (CNC)
Canes Venatici (CVN)
Canis Major (CMA)
Canis Minor (CMI)
Capricornus (CAP)
Carina (CAR)
Cassiopeia (CAS)
Centaurus (CEN)
Cepheus (CEP)
Cetus (CET)
Chamaeleon (CHA)
Circinus (CIR)
Columba (COL)
Coma Berenices (COM)
Corona Australis (CRA)
Corona Borealis (CRB)
Corvus (CRV)
Crater (CRT)
Crux (CRU)
Cygnus (CYG)
Delphinus (DEL)
Dorado (DOR)
Draco (DRA)
Equuleus (EQU)
Eridanus (ERI)
Fornax (FOR)
Gemini (GEM)
Grus (GRU)
Hercules (HER)
Horologium (HOR)
Hydra (HYA)
Hydrus (HYI)
Indus (IND)