En la comunicación de las estrategias claves, los indicadores e incluso los proyectos de las organizaciones, cobran una gran importancia los tableros de control como herramientas para presentar el estado de estos elementos de la medición corporativa.
El tablero de control es una herramienta gerencial que tiene por objetivo principal presentar el estado actual de uno o varios elementos de la medición (indicadores, planes, estrategias, iniciativas) de la gestión de una compañía, bien sea a nivel global o por cada una de sus áreas o procesos. Existen definiciones más complejas que incluyen algunos otros aspectos. Sin embargo, esta definición redondea los rasgos más importantes.
Este tipo de sistemas de control han sido desarrollados bajo la premisa de una mejora continua, la cual les permite a las empresas integrar a cada una de sus actividades con el objetivo de tener una amplia visión estratégica y para que ello se logre, se recurren a indicadores que ayudan a controlar y medir la eficiencia de los objetivos, la visión y la misión de una empresa.
Como lo mencionamos anteriormente, los tableros de control se ejecutan en un software de balanced scorecard que funge como una plataforma integral y colaborativa que tiene acceso a las estrategias y objetivos de la empresa y se divide por cada área para mantener toda la información alineada y actualizada.
Según el uso que se les puede dar en las organizaciones, los tableros de control se pueden clasificar en tres grupos:
Su principal objetivo es llevar a cabo el seguimiento de los procesos o unidades de negocio de la organización, y de esta manera presentar y tomar decisiones a tiempo. Idealmente debe contener información, por ejemplo, del área financiera: ventas, cobros, cartera, producción.
Este tipo de tablero tiene como propósito revisar los resultados internos de la organización por sus diferentes áreas, haciendo seguimiento a los indicadores de resultado y en una perspectiva a corto plazo.
Asociado principalmente con la metodología Balanced Scorecard, se encarga de agrupar la información por perspectivas, objetivos, iniciativas e indicadores, para la alta dirección de la organización y, de esta manera, conocer el comportamiento de la estrategia y su ejecución.