Arthur Rimbaud
Mística

      Sobre la pendiente del talud, los ángeles voltean sus ropas de lana, en los herbazales de acero y de esmeralda.

      Prados de llamas saltan hasta la cumbre del cerro. A la izquierda, el mantillo de la divisoria está pisoteado por todos los homicidios y todas las batallas, y todos los ruidos desastrosos hilan su curva. Detrás de la divisoria derecha, la línea de los orientes, de los progresos.

      Y, en tanto que la banda, en lo alto del cuadro, está formada por el rumor giratorio y saltante de las conchas de los mares y de las noches humanas.

      La dulzura florida de las estrellas, y del cielo, y de todo el resto desciende frente al talud, como una cesta, contra nuestro rostro, y hace al abismo floreciente y azul allá abajo.