Arthur Rimbaud
Angustia

¿Será posible que Ella me haga perdonar las ambiciones continuamente pisoteadas, — que un final acomodado nos resarza de los periodos de indigencia, — que un día de éxito nos adormezca en la vergüenza de nuestra fatídica inhabilidad,

(¡Oh palmas!, ¡diamante! — ¡Amor, fuerza! — más alto que todas las alegrías y todas las glorias! — de todas las maneras, en todas las partes, — Demonio, dios, — Juventud de este ser: ¡yo!),

Que veamos en unos accidentes de hechicería científica y en unos momentos de fraternidad social la restitución progresiva de la ansiada libertad primigenia?…

Pero la Vampira que nos vuelve amable nos ordena entretenernos con lo que ella nos deja o, si no, que seamos más tunantes.

Andar a las heridas, por el aire fatigoso y el mar; a los suplicios, por el silencio de las aguas y del aire letales; a las torturas risueñas, en su silencio atrozmente encrespado.

Arthur Rimbaud en Iluminaciones (1886)[1874]

Trad. Xoan Abeleira