Blanca Varela 

La mano de dios...

La mano de dios es más grande que él mismo.

Su tacto enorme tañe los astros hasta el gemido.

El silencio rasgado en la oscuridad es la presencia de

su carne menguante.


Resplandor difunto siempre allí. Siempre llegando.

Revelación: balbuceo celeste.


Día cerrado es él. Dueño de su mano, más grande que él.