¡En la siguiente cápsula conocerás a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes participantes del proceso de la campaña a nivel nacional!
📆 06 de febrero de 2025
📍Por: José Luis Peña
🎙️Gestor de Comunicación Comunitaria – IDEC
El pasado 6 de febrero, el Auditorio Empresarial Salitre de la Cámara de Comercio de Bogotá fue escenario de un encuentro profundamente significativo: “Es Momento de Contar las Historias Vividas”, evento que marcó el cierre de la campaña “Mi Vida, Mi Momento”. En este espacio, niñas, niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ) del movimiento de educación popular Fe y Alegría Colombia, compartieron sus experiencias, memorias y apuestas por la vida digna, reafirmando su papel como protagonistas en la construcción de paz.
La campaña nació como respuesta al aumento del reclutamiento, uso y explotación de NNAJ por parte de actores armados, una situación que desde 2021 ha sido denunciada por organizaciones nacionales e internacionales en espacios como la misión de observación humanitaria al Cauca, realizada con el Espacio de Cooperación para la Paz y la Plataforma de ONG Suizas – COSUDE. Frente a esta realidad, se impulsó una respuesta colectiva: desde octubre de 2022, se inició la construcción participativa de una estrategia nacional de prevención, liderada por TdH Suisse y TdH Schweiz, con el respaldo de una red diversa de organizaciones de base.
Desde 2024, Fe y Alegría Colombia, a través de la estrategia de Comunicación Comunitaria IDEC, se sumó como coparte en Bogotá gracias a la articulación con ACOOC, permitiendo que la campaña se enraizara en contextos educativos como los colegios San Ignacio (Bosa), José María Velás (Suba) y San Vicente (San Cristóbal), donde niñas, niños y jóvenes participaron activamente en procesos pedagógicos, creativos y comunitarios.
Zoila Cueto Villaman, Coordinadora Regional de IDEC -Bogotá, Soacha y Tolima-, nos cuenta la importancia de esta campaña.
Pero la voz de la juventud resonó mucho más allá de Bogotá. En Cali, la campaña se vivió intensamente en la ladera y el Distrito de Aguablanca, donde las comunidades escolares y juveniles se apropiaron de sus derechos a través de actividades culturales, jornadas de participación y conmemoraciones significativas. En Medellín, los barrios Buenos Aires y la comuna 8 fueron territorios de encuentro, creación y denuncia, donde los jóvenes desplegaron su fuerza colectiva desde las artes y la comunicación popular. En el Caribe colombiano, jóvenes de Montería, Córdoba y Sucre se unieron en procesos formativos que cruzaron fronteras municipales para fortalecer su liderazgo. En las zonas rurales del Oriente antioqueño, escuelas campesinas tejieron propuestas de protección y resistencia frente al conflicto. Y en Nariño, municipios como San Pablo, San Lorenzo y Taminango fueron escenarios de movilización juvenil y de organización comunitaria.
Esta experiencia, extendida en múltiples regiones del país, no solo consolidó la capacidad de acción territorial de la campaña, sino que visibilizó la enorme fuerza transformadora de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes de Colombia. Su masiva participación y compromiso fueron el corazón palpitante de esta apuesta por la vida, dejando claro que las juventudes no solo son víctimas del conflicto, sino también sujetos políticos que resisten, crean y sueñan con un país distinto.
Diego Carreño, Coordinador Nacional de TDH Suiza, nos narra el cierre de la campaña.
El evento de cierre en Bogotá fue mucho más que una ceremonia: fue un acto de memoria viva, resistencia juvenil y afirmación de la dignidad. Cada historia compartida, cada mural, performance o palabra dicha desde el corazón, nos recuerda que las juventudes no solo exigen garantías, sino que también construyen caminos de paz desde sus territorios, escuelas y cuerpos.
Desde Fe y Alegría Colombia y la estrategia de comunicación comunitaria de IDEC, reafirmamos nuestro compromiso por una educación que escuche, proteja y libere. Seguiremos apostando a la comunicación como derecho, como tejido, como herramienta para construir una Colombia donde niñas, niños y jóvenes vivan con dignidad, sin miedo y con todo el derecho de soñar.
“La protección integral de niñas, niños y jóvenes no es solo una obligación del Estado, es el reflejo de una sociedad que se reconoce en la dignidad de su infancia. Como decía Estela de Carlotto, cuidar la niñez es garantizar el futuro de los pueblos.”
¡Revisa la cápsula y descubre su intercambio de palabras, sueños y deseos!
Como resultado del proceso pedagógico y comunicativo, desarrollamos una serie de 3 capítulos con los NNAJ participantes.