🗓️ 01 de octubre de 2025
📍Por: Jose Luis Peña
🎙️Gestor de Comunicación Comunitaria
– IDEC
🗓️ 1 de octubre 2025
El auditorio se llenó de voces, miradas y expectativas en la jornada de clausura del Diplomado en Comunicación Popular Bacatá Resiste 2025, un proceso que a lo largo de varios meses formó a jóvenes y habitantes del territorio en el arte de narrar sus realidades desde la comunicación comunitaria. Fue un día marcado por la emoción, el reconocimiento y el profundo sentido de pertenencia hacia un proyecto que nació desde la necesidad urgente de disputar los relatos hegemónicos y fortalecer las voces que históricamente han sido silenciadas.
La jornada inició con un saludo a cargo de José Luis Peña, comunicador social y periodista, educador popular y gestor de la Estrategia de Comunicación Comunitaria de IDEC, quien además hizo parte del equipo técnico que acompañó el diplomado. Desde sus primeras palabras, resaltó el carácter profundamente colectivo del proceso y la importancia de que jóvenes, comunidades y organizaciones se reconozcan como protagonistas de sus propias historias. Del mismo modo, dio la bienvenida a las familias, participantes e invitados especiales: el Padre Juan Manuel Montoya, director nacional de Fe y Alegría Colombia; Daniel Ernesto Beltrán Riaño, coordinador del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas; Diana del Pilar Rodríguez, rectora del Colegio Fe y Alegría San Ignacio; así como a los profesionales que integraron el equipo formador: Cristian Camilo León, María Fernanda González, Paola Garzón Acero, Julián Villamizar, Janick Delgadillo y Roberto Solarte.
El acto protocolario avanzó con los himnos de Colombia y Bogotá, abriendo paso a las palabras institucionales de los invitados, quienes coincidieron en la relevancia de la comunicación popular como herramienta de transformación social. Desde Fe y Alegría, se remarcó el papel de la educación popular en la construcción de ciudadanía crítica; desde la Universidad Distrital, se celebró la posibilidad de articular la academia con las experiencias territoriales; y desde la comunidad educativa de San Ignacio, se destacó la potencia juvenil para crear sentido colectivo y disputar imaginarios que han afectado históricamente a los barrios populares.
Uno de los momentos centrales fue la presentación de la Escuela Bacatá Resiste, una apuesta que, como recordó el equipo pedagógico, surge de la convicción de que “nuestra capacidad de soñar siempre será más fuerte que quienes pretenden sepultar la utopía”, citando a Pepe Mujica. Bacatá Resiste nació como una respuesta a la infodemia, la desinformación y la manipulación mediática que marcan nuestra época; y lo hizo recuperando la tradición latinoamericana de la comunicación como herramienta de organización, memoria y justicia social.
La escuela reconoce el poder de la palabra situada: contar desde los territorios, desde los recorridos cotidianos, desde la memoria barrial y desde las luchas colectivas. Con un enfoque popular y comunitario, el diplomado integró talleres teóricos y prácticos, recorridos territoriales, conversatorios, ejercicios audiovisuales y espacios de creación que permitieron fortalecer habilidades comunicativas al servicio de la vida digna. Jóvenes entre 14 y 28 años, junto con personas adultas de la comunidad, participaron activamente, configurando una red de comunicadores y comunicadoras capaces de disputar los relatos hegemónicos y de construir verdad total desde la experiencia vivida.
La fuerza del proceso se sintió también en la lectura del texto creativo Discurso líquido, el agua que reclama, escrito y presentado por Karen Pinzón Parra, quien evocó, desde la metáfora del agua, la necesidad de recuperar las historias que nos han arrebatado, recordando las palabras de Chimamanda Ngozi Adichie sobre el peligro de la historia única y la urgencia de contarnos desde múltiples voces.
Posteriormente se proyectaron las producciones audiovisuales realizadas durante el diplomado: La huerta como escenario de memoria, Respiramos gris, Solo soy una persona y Nombre, además del biciper recorrido ecológico. Estas piezas revelaron la sensibilidad, creatividad y mirada crítica de los participantes, quienes desde sus lentes exploraron temas como la memoria territorial, la desigualdad ambiental, las luchas cotidianas por la dignidad y la relación afectiva con los espacios que habitan. Para la escuela, el audiovisual es más que una técnica: es una herramienta política con capacidad de mover, interpelar y transformar.
La voz juvenil volvió a tomar protagonismo con las palabras de Juana Céspedes, participante de Bacatá Resiste, quien habló desde la gratitud y la afirmación de un proceso que —según sus propias palabras— “nos enseñó que nuestras historias valen, que nuestras voces importan, y que narrarnos es también un acto de resistencia”.
El momento más esperado llegó con la entrega de los reconocimientos a las y los estudiantes que cursaron y aprobaron el diplomado. De la mano de Paola Garzón Acero, se celebró públicamente el compromiso, la dedicación y la sensibilidad política de quienes hicieron parte de la escuela, mientras una música solemne acompañaba la lectura de los nombres que ya hacen parte de esta historia colectiva.
La jornada concluyó con un recorrido museográfico y diversas muestras culturales que dieron cuenta de la amplitud expresiva del territorio: la murga La Huérfana, intervenciones circenses de Andrea Ruiz, la música de Kaoz y la energía de Las Malditas Orgías cerraron con fuerza una celebración donde la palabra, la identidad, el arte y la resistencia se encontraron para reafirmar que la comunicación popular sigue viva, sigue caminando y sigue tejiendo comunidad.
Bacatá Resiste 2025 no solo finaliza un ciclo formativo: siembra una red, fortalece una voz colectiva y reafirma que narrar nuestros territorios es un acto político que construye esperanza. Porque, como nos enseñó la escuela, la comunicación popular es, ante todo, un compromiso con la verdad, con la memoria, con la justicia y con la dignidad de los pueblos.
¡Disfruta de la cápsula!