La metodología que se utilizará para desarrollar la actividad del huerto, estará basada en la observación, manipulación, experimentación, toma de decisiones y recogida de datos, es decir, utilizaremos el método científico como estrategia de trabajo para aprender a ser reflexivos, a argumentar nuestras ideas y a ver más allá de lo que en principio parece.
Así pues, partiendo del nivel de desarrollo del alumnado que conoceremos a través de la detección de las ideas previas, organizaremos un conjunto de posibles problemas a investigar por los mismos, intentando que éstos realicen aprendizajes significativos cuando conecten los conocimientos que ya poseían de la realidad con los nuevos que van a conocer.
Las sesiones se realizarán a través de Talleres donde prime la participación activa del alumnado y los procesos de reflexión-acción.
Pretendemos con ello desarrollar en nuestro alumnado valores como: la valoración de la tierra y del trabajo agrícola, el cuidado de los seres vivos, el respeto por la naturaleza, el ahorro de los recursos o el reciclaje de los residuos son un conjunto de actitudes y valores que se fomentan con el trabajo del huerto. Lo esencial es capacitar a niños y niñas para la gestión del medio (autonomía, criterios de actuación, toma de decisiones sobre el huerto) y para ello es muy relevante el desarrollo del sentido de la responsabilidad, de la constancia y del compromiso con el objetivo de gestionar el huerto.
Partiendo de estos supuestos, hemos desarrollado unas pautas que consideramos relevantes para la educación en valores:
• La metodología didáctica basada en la investigación del alumno es un instrumento muy potente para desarrollar todo tipo de valores. Los niños, investigando, aprenden a reconocer y a plantear problemas, se capacitan para resolverlos, incrementan su creatividad y espíritu crítico, aprenden a considerar diferentes perspectivas, a validar sus conjeturas, a planificar estrategias de actuación, etc.
• El trabajo cooperativo es otro instrumento clave tanto para aprender a trabajar en grupo (contenido procedimental) como para comprender que sin la actuación conjunta es muy difícil solucionar problemas complejos.
• El componente vivencial y emotivo ligado a las tareas del huerto y, sobre todo, la adopción de determinadas plantas por parte de los equipos de alumnos (las siembran, cuidan y recolectan) es otro instrumento esencial para la educación en valores. En definitiva, el niño debe sentir el huerto como algo suyo.