Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 suponen una verdadera oportunidad para crear un mundo más justo, equitativo y sostenible, tanto a nivel local como a escala global. Los centros escolares son conscientes de ello y cada vez son más quienes impulsan esta agenda de transformación, sostenibilidad y ciudadanía global desde el enfoque de la educación en derechos de infancia.
El huerto escolar no es únicamente un espacio donde cultivar y cosechar tomates, lechugas u otros productos de temporada. Es un espacio de convivencia escolar, donde diferentes estudiantes de diversos grupos se encargan de su mantenimiento, es el propio alumnado el responsable de distribuir lo cosechado.
A través de huerto escolar se trabaja la educación en derechos de infancia, promoviendo el conocimiento de los derechos las niñas, niños y adolescentes, la participación del alumnado en actividades del centro educativo, mejora el clima escolar y se impulsan entornos protectores para la infancia. Con el huerto escolar se fortalecen los valores de solidaridad y sostenibilidad.