ACTIVIDAD 1.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
No son sino la expresión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos. La abolición de las relaciones de propiedad antes existentes no es una característica propia del comunismo.
Todas las relaciones de propiedad han sufrido constantes cambios históricos, continuas transformaciones históricas.
La revolución francesa, por ejemplo, abolió la propiedad feudal en provecho de la propiedad burguesa.
El rasgo distintivo del comunismo no es la abolición de la propiedad en general, sino la abolición de la propiedad burguesa.
Pero la propiedad privada burguesa moderna es la última y más acabada expresión del modo de producción y de apropiación de lo producido basado en los antagonismos de clase, en la explotación de los unos por los otros.
En este sentido, los comunistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única: abolición de la propiedad privada.
Se nos ha reprochado a los comunistas el querer abolir la propiedad personalmente adquirida, fruto del trabajo propio, esa propiedad que forma la base de toda la libertad, actividad e independencia individual.
¡La propiedad adquirida, fruto del trabajo, del esfuerzo personal! ¿Os referís acaso a la propiedad del pequeño burgués, del pequeño labrador, esa forma de propiedad que ha precedido a la propiedad burguesa? No tenemos que abolirla: el progreso de la industria la ha abolido y está aboliéndola a diario.
¿O tal vez os referís a la propiedad privada burguesa moderna?
¿Es que el trabajo asalariado, el trabajo del proletario, crea propiedad para el proletario? De ninguna manera. Lo que crea es capital, es decir, la propiedad que explota al trabajo asalariado y que no puede acrecentarse sino a condición de producir nuevo trabajo asalariado, para volver a explotarlo. En su forma actual la propiedad se mueve en el antagonismo entre el capital y el trabajo asalariado. Examinemos los dos términos de este antagonismo.
Ser capitalista significa ocupar no sólo una posición puramente personal en la producción, sino también una posición social. El capital es un producto colectivo; no puede ser puesto en movimiento sino por la actividad conjunta de muchos miembros de la sociedad y, en última instancia, sólo por la actividad conjunta de todos los miembros de la sociedad.
El capital no es, pues, una fuerza personal; es una fuerza social.
En consecuencia, si el capital es transformado en propiedad colectiva, perteneciente a todos los miembros de la sociedad, no es la propiedad personal la que se transforma en propiedad social. Sólo cambia el carácter social de la propiedad. Esta pierde su carácter de clase.
Examinemos el trabajo asalariado.
El precio medio del trabajo asalariado es el mínimo del salario, es decir, la suma de los medios de subsistencia indispensable al obrero para conservar su vida como tal obrero. Por consiguiente, lo que el obrero asalariado se apropia por su actividad es estrictamente lo que necesita para la mera reproducción de su vida. No queremos de ninguna manera abolir esta apropiación personal de los productos del trabajo, indispensable para la mera reproducción de la vida humana, esa apropiación, que no deja ningún beneficio líquido que pueda dar un poder sobre el trabajo de otro. Lo que queremos suprimir es el carácter miserable de esa apropiación, que hace que el obrero no viva sino para acrecentar el capital y tan sólo en la medida en que el interés de la clase dominante exige que viva.
En la sociedad burguesa, el trabajo vivo no es más que un medio de incrementar el trabajo acumulado. En la sociedad comunista, el trabajo acumulado no es más que un medio de ampliar, enriquecer y hacer más fácil la vida de los trabajadores.
De este modo, en la sociedad burguesa el pasado domina sobre el presente; en la sociedad comunista es el presente el que domina sobre el pasado. En la sociedad burguesa el capital es independiente y tiene personalidad, mientras que el individuo que trabaja carece de independencia y está despersonalizado.
¡Y la burguesía dice que la abolición de semejante estado de cosas es abolición de la personalidad y de la libertad! Y con razón. Pues se trata efectivamente de abolir la personalidad burguesa, la independencia burguesa y la libertad burguesa.
Por libertad, en las condiciones actuales de producción burguesa, se entiende la libertad de comercio, la libertad de comprar y vender.
Desaparecida la compraventa, desaparecerá también la libertad de compraventa. Las declamaciones sobre la libertad de compraventa, lo mismo que las demás bravatas liberales de nuestra burguesía, sólo tienen sentido aplicadas a la compraventa encadenada y al burgués sojuzgado de la Edad Media; pero no ante la abolición comunista de la compraventa, de las relaciones de producción burguesas y de la propia burguesía.
Os horrorizáis de que queramos abolir la propiedad privada. Pero, en vuestra sociedad actual, la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros; existe precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes. Nos reprocháis, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de propiedad.
En una palabra, nos acusáis de querer abolir vuestra propiedad. Efectivamente, eso es lo que queremos.
Según vosotros, desde el momento en que el trabajo no puede ser convertido en capital, en dinero, en renta de la tierra, en una palabra, en poder social susceptible de ser monopolizado; es decir, desde el instante en que la propiedad personal no puede transformarse en propiedad burguesa, desde ese instante la personalidad queda suprimida.
Reconocéis, pues, que por personalidad no entendéis sino al burgués, al propietario burgués. Y esta personalidad ciertamente debe ser suprimida.
El comunismo no arrebata a nadie la facultad de apropiarse de los productos sociales; no quita más que el poder de sojuzgar por medio de esta apropiación el trabajo ajeno.
Se ha objetado que con la abolición de la propiedad privada cesaría toda actividad y sobrevendría una indolencia general.
Si así fuese, hace ya mucho tiempo que la sociedad burguesa habría sucumbido a manos de la holgazanería, puesto que en ella los que trabajan no adquieren y los que adquieren no trabajan. Toda la objeción se reduce a esta tautología: no hay trabajo asalariado donde no hay capital.
Todas las objeciones dirigidas contra el modo comunista de apropiación y de producción de bienes materiales se hacen extensivas igualmente respecto a la apropiación y a la producción de los productos del trabajo intelectual. Lo mismo que para el burgués la desaparición de la propiedad de clase equivale a la desaparición de toda producción, la desaparición de la cultura de clase significa para él la desaparición de toda cultura.
La cultura, cuya pérdida deplora, no es para la inmensa mayoría de los hombres más que el adiestramiento que los transforma en máquinas.
Mas no discutáis con nosotros mientras apliquéis a la abolición de la propiedad burguesa el criterio de vuestras nociones burguesas de libertad, cultura, derecho, etc. Vuestras ideas mismas son producto de las relaciones de producción y de propiedad burguesas, como vuestro derecho no es más que la voluntad de vuestra clase erigida en ley; voluntad cuyo contenido está determinado por las condiciones materiales de existencia de vuestra clase.
La concepción interesada que os ha hecho erigir en leyes eternas de la Naturaleza y de la Razón las relaciones sociales dimanadas de vuestro modo de producción y de propiedad —relaciones históricas que surgen y desaparecen en el curso de la producción—, la compartís con todas las clases dominantes hoy desaparecidas. Lo que concebís para la propiedad antigua, lo que concebís para la propiedad feudal, no os atrevéis a admitirlo para la propiedad burguesa.
MARX Y ENGELS, MANIFIESTO COMUNISTA, PROLETARIOS Y COMUNISTAS
ACTIVIDAD 2.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
Todo lo que el hombre pudo llamar mío fue en su entendimiento identificado con su persona, lo consideró como su propiedad, como su bien, como parte de sí mismo, miembro de su cuerpo, facultad de su alma. La posesión de las cosas fue asimilada a la propiedad de las facultades del cuerpo y del espíritu. Sobre tan falsa analogía se fundó el derecho de propiedad, imitación de la naturaleza por el arte, como con tanta elegancia dice Destutt de Tracy.
Pero ¿cómo este ideólogo tan sutil no ha observado que el hombre no es ni aun siquiera propietario de sus facultades? El hombre posee potencias, virtudes, capacidades que le han sido dadas por la Naturaleza para vivir, aprender, amar; pero no tiene sobre ellas un dominio absoluto; no es más que su usufructuario; y no puede gozar de ese usufructo sino conformándose a las prescripciones de la Naturaleza. Si fuese dueño y señor de sus facultades, se abstendría de tener hambre y frío; levantaría montañas, andaría cien leguas en un minuto, se curaría sin medicinas por la fuerza de su propia voluntad y sería inmortal. Diría: “Quiero producir”, y sus obras, ajustadas a su ideal, serían perfectas. Diría: “Quiero saber”, y sería sabio; “Quiero gozar”, y gozaría. Por el contrario, el hombre no es dueño de sí mismo, ¡y se pretende que lo sea de lo que está fuera de él!
Fragmento de ¿Qué es la propiedad?, publicado originalmente como Qu’est-ce que la propriété? ou Recherche sur le Principe du Droit et du Gouvernement en 1840. Tomado de Sol 90, col. Diario Público, Barcelona, 2010.
ACTIVIDAD 3.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
“ La razón última de los propietarios, el argumento clave que les garantiza su invencible poder, consiste, según ellos, en que la igualdad de condiciones es imposible. La igualdad de condiciones es una quimera, dicen con suficiencia, repartid hoy los bienes en porciones iguales, y mañana esa igualdad habrá desaparecido. A esta ridícula objeción que repiten en todas ocasiones con increíble seguridad, jamás dejan de añadir la siguiente glosa, a modo de Gloria Patri: Si todos los hombres fuesen iguales, nadie querría trabajar. Y cantan esta antífona en diversos tonos. Si todos fuesen amos, nadie querría obedecer. Si no hubiese ricos, ¿quién haría trabajar a los pobres?... Y si no hubiese pobres, ¿quién trabajaría para los ricos?....Pero nada de recriminaciones: vamos a contestar a esas preguntas. Si demuestro que es la propiedad lo que es imposible; que es la propiedad la que es contradicción, quimera, utopía; y si lo demuestro, no ya con consideraciones metafísicas de derecho, sino con la razón de los números, ecuaciones y cálculos, ¿cuál será el terror del propietario atónito?. Y usted, ¿qué pensará de ese cambio de ideas?”
PROUDHON, Qué es la propiedad, ed. La Piqueta, Barcelona, 1978, pág. 75
ACTIVIDAD 4.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
“Toda relación económica tiene un lado bueno y un lado malo: este es el único punto en el cual el señor Proudhon no se desmiente. El ve expuesto el lado bueno por los socialistas. Toma de los economistas la necesidad de relaciones eternas; toma de los socialistas la ilusión de no ver en la miseria más que la miseria (e lugar de ver en ella el aspecto revolucionario, subversivo, que trastocará la vieja sociedad). Está de acuerdo con unos y con otros al querer referirse a la autoridad de la ciencia. La ciencia, para él, se reduce a las ínfimas proporciones de una fórmula científica; es el hombre que busca fórmulas. Por eso el señor Proudhon se envanece de haber hecho la crítica de la economía política y del comunismo: está por debajo de ambos. Por debajo de los economistas, en cuanto que, como filósofo que tiene a mano una fórmula mágica, ha creído poder dispensarse de entrar en los detalles puramente económicos; por debajo de los socialistas en tanto que no tiene suficiente valor ni bastantes luces para elevarse, aunque sólo fuese especulativamente, por encima del horizonte burgués. ...Como hombre de ciencia quiere moverse por encima de los burgueses y de los propietarios; no es más que el pequeño burgués, constantemente zarandeado entre el Capital y el Trabajo, entre la economía política y el comunismo.”
Marx, K., 1855, “Carta a Schewitzer”, en Obras completas, T. II, pág. 448, ed. Progreso, Moscú 1955
ACTIVIDAD 5.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
Aunque la tierra y todas las criaturas inferiores son comunes a todos los hombres, todo hombre tiene propiedad sobre su propia persona, por lo cual nadie tiene sobre ella ningún derecho sino él mismo. Podemos decir además que el trabajo de su cuerpo y de sus manos es propiamente suyo. [...] Dado que el trabajo es propiedad incuestionable del trabajador, ningún hombre, salvo él, puede tener derecho una vez que lo ha reunido, al menos si hay suficientes bienes, tanto en cantidad como en calidad, que permanecen en común para los demás"
LOCKE, S EGUNDO TRATADO, CAPÍTULO V, § 27).
ACTIVIDAD 6.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
Por cierto, quien se alimenta de las bellotas que recogió bajo una encina o de las manzanas que cogió de los árboles en el monte, se las ha apropiado para sí mismo. Nadie podrá negar que esos frutos le pertenecen. Pregunto entonces: ¿en qué momento comenzaron a ser suyos? ¿Al digerirlos? ¿Al comerlos? ¿Cuándo los cocinó? ¿Cuándo los llevó a casa? ¿Cuándo los recogió? Es evidente que si el acto primero de cogerlos no hizo que le perteneciesen, ninguno de los otros pudo haberlo hecho. Ese trabajo introdujo una distinción entre esos frutos y los comunes. Ese trabajo les agregó algo más a lo que había hecho la Naturaleza, madre común de todos, y, por tanto, quedaron bajo el derecho exclusivo de quien los cogió. ¿Dirá alguien que no tenía derecho sobre esas bellotas y manzanas, que de ese modo se había apropiado, por no tener el consentimiento de todo el género humano para hacerlas suyas? ¿Cometió un robo al coger para sí lo que pertenecía a todos en común? De haberse necesitado semejante consentimiento, los hombres se hubiesen muerto de hambre, a pesar de la abundancia que Dios les había concedido. En dehesas o campos comunes, que continúan siéndolo en virtud de un acuerdo, observamos que la propiedad se inicia cuando se toma algo de lo que se tiene en común, sacándolo del estado en que la Naturaleza allí lo había puesto, ya que de no ser así de nada serviría la dehesa común. El acto de tomar esta parte o aquella no depende del consentimiento expreso de todos los coposesores. Por eso, la hierba que mi caballo ha pastado, el forraje que mi sirviente cortó y el mineral que yo he excavado en un terreno sobre el cual tengo un derecho en común con otros pasan a ser mi propiedad sin la asignación o el consentimiento de nadie. Mi trabajo, el de sacarlos de ese estado en común en que se encontraban, determinó mi propiedad sobre ellos.”
Selección de escritos políticos de John Locke. Carlos Miranda. Edición digital Libros Tauro, pp 13,14
ACTIVIDAD 7.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
Así pues, en los primeros tiempos, el trabajo daba origen al derecho de propiedad, siempre que alguien estaba dispuesto a emplearlo en bienes que eran comunes. Esa clase de bienes constituyeron por largo tiempo la parte más importante, y de ellos todavía queda una cantidad superior a la que la humanidad puede usar. La mayoría de los hombres, en un principio, se contentaban con lo que la naturaleza por sí sola les ofrecía para la satisfacción de sus necesidades. Posteriormente, sin embargo, en algunos lugares del mundo el crecimiento de la población y de los recursos, mediante el uso del dinero, hicieron que la tierra escasease y, por tanto, adquiriese cierto valor; las distintas comunidades establecieron los límites de sus respectivos territorios y regularon por medio de leyes, al interior de ellas, las propiedades de los individuos miembros de las mismas. Y, de esa manera, por convenio y acuerdo mutuos, establecieron la propiedad que el trabajo y la industriosidad habían iniciado. Más tarde, las ligas que se formaron entre diversos Estados y reinos renunciaron, ya sea de modo expreso o tácito, a todo título y derecho a la tierra que se encontraba ya en posesión de los otros miembros de la liga, y, al hacerlo, renunciaron, de mutuo consentimiento, al derecho natural común que originalmente tenían a las tierras de los otros países integrantes de la liga. Así, por un acuerdo positivo, establecieron entre ellos la propiedad en las distintas partes del mundo. Con todo, todavía pueden encontrarse grandes extensiones de tierras que yacen baldías porque sus habitantes no se han unido al resto del género humano en el acuerdo para el empleo de una moneda común. Y la cantidad de esas tierras es superior a la que utilizan o podrían utilizar los que las habitan, y por eso aún pertenecen a todos en común. Esta situación, sin embargo, difícilmente podría darse dentro de aquella parte del género humano que ha aceptado el uso del dinero.” “Y así fue que se introdujo el uso del dinero, una cosa duradera que podía guardarse sin que se malograse, y que los hombres, de mutuo acuerdo, aceptarían a cambio de bienes verdaderamente útiles para la vida, aunque fuesen perecibles.”
Selección de escritos políticos de John Locke.. Carlos Miranda. Edición digital Libros Tauro, pp18,19
ACTIVIDAD 8.
Haciendo uso de páginas especializadas como las que se indican abajo, define los siguientes términos:
clase social
lucha de clases
proletarios/burgueses
modo de producción
capitalismo
infraestructura/superestructura
plusvalia
valor de uso/valor de cambio
mercancía
falsa conciencia
comunismo
alienación
liberalismo
derecho natural
estado de naturaleza
RECURSOS:
GLOSARIO FILOSÓFICO WEBDIANOIA
DICCIONARIO DE FILOSOFÍA E-TORREDEBABEL
Symploké: Enciclopedia filosófica
ACTIVIDAD 9.
Lee este artículo y confecciona un mapa mental con los principales conceptos del pensamiento de Marx
ACTIVIDAD 10.
¿Quienes eran los anarquistas de Boston y cómo pensaban?
ACTIVIDAD 11.
Intenta explicar el sentido de esta escena de la película El joven Marx en la que se encuentran Marx y Proudhon
ACTIVIDAD 12
¿Cómo define el anarquismo el premio nobel Ernesto Sábato?
ACTIVIDAD 13
Investiga lo que opina el filósofo R. Nozick sobre el derecho de propiedad
ACTIVIDAD 14
¿Cuál es la crítica que hace Antonio Escohotado al comunismo?