ACTIVIDAD 1.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
EL FALIBILISMO Y LA DUDA SOCRÁTICA FRENTE A LA DUDA METÓDICA CARTESIANA
¿Cómo podemos admitir que nuestro conocimiento es humano -demasiado humano-, sin tener que admitir al mismo tiempo que es mero capricho y arbitrariedad individuales?
[...] La solución reside en comprender que todos nosotros podemos errar, y que con frecuencia erramos, individual y colectivamente, pero que la idea misma del error y la falibilidad1 humanos supone otra idea, la de verdad objetiva: el patrón al que puede que no logremos ajustarnos. Así, la doctrina de la falibilidad no debe ser considerada parte de una epistemología2 pesimista. Esta doctrina implica que podemos buscar la verdad, la verdad objetiva, aunque por lo común podemos equivocarnos por amplio margen. También implica que, si respetamos la verdad, debemos aspirar a ella examinando persistentemente nuestros errores: mediante la infatigable crítica racional y mediante la autocrítica.
Erasmo de Rotterdam intentó revivir esa doctrina socrática, la importante aunque modesta doctrina del “¡Conócete a ti mismo y admite, por consiguiente, cuán poco sabes!” Pero dicha doctrina fue desplazada por la creencia en que la verdad es manifiesta y por la nueva confianza ejemplificada y enseñada de diversas maneras por Lutero, Bacon y Descartes.
Es importante comprender, a este respecto, la diferencia entre la duda cartesiana y la duda de Sócrates, Erasmo o Montaigne. Mientras que Sócrates duda del conocimiento o sabiduría humanos y se mantiene firme en el rechazo de toda pretensión de conocimiento o sabiduría, Descartes duda de todo, pero sólo para llegar a la posesión de un conocimiento absolutamente seguro, pues descubre que su duda universal lo conduciría a dudar de la veracidad de Dios, lo cual es absurdo.
Después de demostrar que la duda universal es absurda, concluye que podemos conocer con certeza, que podemos ser sabios, distinguiendo, a la luz natural de la razón, entre ideas claras y distintas, cuya fuente es Dios, y todas las demás, cuya fuente es nuestra propia imaginación impura. La duda cartesiana, como vemos, es meramente un instrumento mayéutico para establecer un criterio de verdad, y junto con él, una manera de obtener conocimiento y sabiduría indudables. Pero para el Sócrates de la Apología, la sabiduría consiste en la conciencia de nuestras limitaciones, en saber cuán poco sabemos cada uno de nosotros.
Fue esa doctrina de la esencial falibilidad humana la que revivieron Nicolás de Cusa y Erasmo de Rotterdam [...] y fue sobre la base de esa doctrina “humanista” [...] sobre la que Nicolás, Erasmo, Montaigne, Locke y Voltaire, seguidos por John Stuart Mill y Bertrand Russell, fundaron la doctrina de la tolerancia. “¿Qué es la tolerancia?” –pregunta Voltaire en su Diccionario Filosófico; y responde: “Es una consecuencia necesaria de nuestra humanidad. Todos somos falibles y propensos al error. Perdonémonos unos a otros nuestros desvaríos. Éste es el primer principio del derecho natural.”
1 Posibilidad de equivocarse.
2 Teoría del conocimiento.
Karl Popper, “Sobre la fuentes de conocimiento y la ignorancia”, en Conjeturas y refutaciones.
ACTIVIDAD 2.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
DESCARTES: LA DUDA METÓDICA Y EL COGITO
[Descartes] comenzó dejando de lado las cosas que pudiéramos encontrar ligeramente dudosas sobre la base de meros fundamentos ordinarios de sentido común. Por ejemplo, tuvo presentes hechos tan bien conocidos como que palos rectos pueden parecer torcidos en el agua o que las cosas pueden parecerte de curiosos colores cuando tienes defectos de vista, etc. Pero quiso ir más allá de esos cotidianos tipos de duda o fundamentos para la duda que se aplican a algunas de las cosas que percibimos. El siguiente paso fue dudar de que en cualquier momento dado estuviese despierto o consciente de algo. Concibió la siguiente idea. Frecuentemente había soñado en el pasado que estaba percibiendo cosas, y cuando estaba soñando había pensado, igual que lo hacía ahora, que estaba viendo personas o mesas o lo que fuere, en torno suyo. Pero, naturalmente, se había despertado y había encontrado que todo era una ilusión. Pues bien: ¿cómo puede estar seguro en este instante de que no está soñando? [...] Ahora bien, ciertamente la duda basada en los sueños depende del conocimiento de algo. Depende del conocimiento de que en el pasado te has despertado a veces y has encontrado que estabas soñando; depende de la idea de que a veces duermes, a veces te despiertas, a veces sueñas, etc. Depende, pues, de conocer algo acerca del mundo.
Pero entonces dio otro paso, a la duda más extrema posible. Imaginó un espíritu maligno (el demonio maligno, como a veces se lo llama en la literatura) cuyo único propósito era engañarlo tanto como pudiese. Entonces se planteó la siguiente cuestión: supongamos que hubiera ese espíritu, ¿hay algo sobre lo que no podría engañarme? [...] el demonio maligno puede engañarme como quiera, pero nunca puede engañarme [..] haciéndome creer que estoy pensando cuando no lo estoy haciendo. Si tengo un pensamiento falso, aún es un pensamiento; para tener un pensamiento engañoso, tengo que tener un pensamiento, de modo que debe ser verdad que estoy pensando. Y de esto Descartes extrajo otra conclusión, o al menos asoció eso con otra verdad, a saber, que él existía. Y así su primera certeza fundamental fue “Pienso, luego existo”; o Cogito, ergo sum en la formulación latina, a partir de la cual se la llama a menudo simplemente el Cogito.
Bernard Williams, “Descartes”, en B. Magee, Los grandes filósofos.
ACTIVIDAD 3.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
DESCARTES: LA DUDA METÓDICA Y EL COGITO Ortega explica en un teatro madrileño la naturaleza de la duda metódica y del Cogito de Descartes
[...] Tal vez todo lo que me rodea, todo el mundo exterior en que vivo, es sólo una vasta alucinación. Al menos, su contenido perceptible es igual en la percepción normal y en la alucinante. Ahora bien, lo característico de la alucinación es que su objeto no lo hay en verdad. ¿Quién me asegura que la percepción normal no es también eso? De la alucinación se diferencia sólo porque es más constante y su contenido relativamente común a los otros hombres y a mí. Pero esto no permite quitar a la percepción normal su posible carácter alucinatorio; sólo nos llevaría a decir que, en efecto, la percepción de lo real no es una alucinación cualquiera, sino una alucinación constante y comunal –es decir, mucho peor que la otra. [...] ¿Qué queda entonces en el Universo? ¿Qué hay entonces indubitable en el Universo? Cuando se duda del mundo y aun de todo el Universo, ¿qué es lo que queda? Queda...la duda –el hecho de que dudo; si dudo de que el mundo existe no puedo dudar de que dudo-: he aquí el límite de todo posible dudar. [...]
Con este pensamiento ... inicia Descartes la filosofía moderna. [...] importa mucho que veamos diáfanamente qué privilegio tiene el hecho de la duda para que no podamos dudar de ella, es decir, por qué de cosa tan gigantesca e importante como es el mundo exterior podamos dudar y, en cambio, en esta menudencia de la duda misma venga a embotarse el dardo de la duda. Cuando dudo yo no puedo dudar de la existencia de mi duda; es ésta, pues, un dato radical, es una incuestionable realidad del Universo. Pero ¿por qué? De que exista realmente este teatro en que peroro puedo dudar –tal vez vivo ahora en una alucinación. Acaso, en la muchachez somnipotente*, soñé una vez que hablaba de filosofía en un teatro a un público madrileño, y ahora no sé bien si aquel sueño se realiza en este momento o si este momento es aquel sueño y soy ahora aquel soñador. [....]
Puedo, pues, dudar de la realidad de este teatro, pero no de que dudo de ello; repito una vez más: ¿por qué? La respuesta es la siguiente: dudar significa parecerme a mí que algo es dudoso y problemático. Parecerme a mi algo y pensarlo son la misma cosa. La duda no es sino un pensamiento [...] el pensamiento es la única cosa del Universo cuya existencia no se puede negar, porque negar es pensar.
*Somnipotente: muy dado a los sueños.
Ortega y Gasset, ¿Qué es filosofía?, Lección VII
ACTIVIDAD 4.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
HUME: IMPRESIONES E IDEAS, Y EL “PRINCIPIO DE LA COPIA”
Nuestro autor*...llama percepción a cualquier cosa que pueda presentarse a la mente, ya sea que empleemos nuestros sentidos, o que nos impulse la pasión o que ejercitemos nuestro pensamiento y reflexión. Divide nuestras percepciones en dos géneros, a saber, impresiones e ideas. Cuando sentimos una pasión o emoción de cualquier género o nuestros sentidos nos transmiten las imágenes de objetos externos, la percepción de la mente es lo que él llama una impresión, que es una palabra que emplea en un nuevo sentido. Cuando reflexionamos sobre una pasión o un objeto que no está presente, esta percepción es una idea. Impresiones, por lo tanto, son nuestras percepciones vívidas y fuertes; ideas son las más pálidas y débiles. Esta distinción es evidente, tan evidente como la que hay entre sentir y pensar.
La primera proposición que adelanta es que todas nuestras ideas, o percepciones débiles, son derivadas de nuestras impresiones, o percepciones fuertes, y que nunca podemos pensar en cosa alguna que no hayamos visto fuera de nosotros o sentido en nuestras propias mentes. Esta proposición parece ser equivalente a aquella que tanto esfuerzo le costó establecer al Sr. Locke, a saber, que no hay ideas innatas.
Nuestro autor piensa que ningún descubrimiento podría haberse hecho más felizmente para decidir todas las controversias relativas a las ideas que éste: que las impresiones son siempre los precedentes de ellas, y que toda idea con la que sea equipada la imaginación hace primeramente su aparición en una correspondiente impresión. Estas últimas percepciones son todas tan claras y evidentes que no admiten controversia; si bien muchas de nuestras ideas son tan obscuras que es casi imposible incluso para la mente, que las forma, decir exactamente su naturaleza y composición. De acuerdo con ello, cuando una idea es ambigua, nuestro autor apela siempre al recurso de la impresión, que ha de tornarla clara y precisa. Y cuando sospecha que un término filosófico no tiene idea alguna asociada a él (como es harto común) pregunta siempre ¿de qué impresión se deriva esta idea? Y si no puede aducirse impresión alguna, concluye que el término es por completo carente de significado. De esta manera es como examina nuestra idea de substancia y esencia; y sería de desear que este riguroso método fuese más practicado en todos los debates filosóficos.
Hume, Compendio de un Tratado de la naturaleza humana, pp. 10-11.
* Al decir ‘nuestro autor’, Hume habla de sí mismo, exponiendo las doctrinas que él defendió en el Tratado de la naturaleza humana.
ACTIVIDAD 5.
Resume el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumental:
HUME: RELACIONES DE IDEAS Y CUESTIONES DE HECHO
Todos los objetos de la razón o de la investigación humanas pueden dividirse de modo natural en dos clases, a saber, relaciones de ideas y asuntos de hecho. De la primera clase son las ciencias de la Geometría, el Álgebra y la Aritmética y, en pocas palabras, toda afirmación que sea cierta intuitiva o demostrativamente. Que el cuadrado de la hipotenusa es igual al cuadrado de los dos lados es una proposición que expresa una relación entre esas figuras. Que tres por cinco es igual a la mitad de treinta expresa una relación entre esos números. Las proposiciones de esta clase pueden ser descubiertas por la mera operación del pensamiento, sin dependencia de que haya nada existente en el universo. Aunque nunca hubiera un círculo o un triángulo en la naturaleza, las verdades demostradas por Euclides retendrían por siempre su certeza y evidencia.
Los asuntos de hecho, que son los segundos objetos de la razón humana, no se averiguan de la misma manera, ni es nuestra evidencia de su verdad, por grande que sea, de naturaleza semejante a la anterior. Lo contrario de todo asunto de hecho es siempre posible; pues nunca puede implicar una contradicción, y es concebido por la mente con la misma facilidad y distinción como si ajustase perfectamente a la realidad. Que el sol no salga mañana es una proposición no menos inteligible y que no implica mayor contradicción que la afirmación de que saldrá. Sería vano, por tanto, intentar demostrar su falsedad. Si fuera demostrativamente falsa, implicaría una contradicción y nunca podría ser concebida distintamente por la mente.
[...]
Cuando recorramos las bibliotecas persuadidos de estos principios, ¿qué destrozos tendríamos que hacer? Si tomamos en nuestra mano cualquier volumen de teología o metafísica escolástica, por ejemplo, preguntemos: ¿Contiene algún razonamiento abstracto acerca de la cantidad o el número? No. ¿Contiene algún razonamiento experimental acerca de asuntos de hecho y existencia? No. Arrojémoslo entonces a las llamas: pues no puede contener sino sofística y engaños.
Hume, Investigación sobre el entendimiento humano, IV, i y XII, iii.
ACTIVIDAD 6
Haciendo uso de páginas especializadas como las que se indican abajo, define los siguientes términos:
epistemología
razón/sentidos
experiencia
sensación
percepción
entendimiento
conocimiento sensible/conocimiento racional
idea innata
saber/opinión
conocimiento teórico/ conocimiento práctico
dogmatismo/escepticismo
racionalismo
empirismo
pragmatismo
verdad
realismo/idealismo
relativismo
perspectivismo
RECURSOS:
GLOSARIO FILOSÓFICO WEBDIANOIA
DICCIONARIO DE FILOSOFÍA E-TORREDEBABEL
Symploké: Enciclopedia filosófica
ACTIVIDAD 7
Confecciona un mapa mental con las principales ideas de la filosofía cartesiana que encontrarás en estos vídeos
ACTIVIDAD 8
¿Cuál es el sentido de la duda en Descartes? ¿Por qué dudar de todo?
ACTIVIDAD 9
Confecciona un mapa mental con las principales ideas de John Locke y David Hume sobre el conocimiento que encontrarás en estos vídeos
ACTIVIDAD 10 ¿Qué es el escepticismo y cuál es su papel en la historia del pensamiento?
ACTIVIDAD 9
Investiga que criterios usan los periodistas para comprobar una información
ACTIVIDAD 10
Investiga cómo se pude detectar una Fake New