Ilusiones ópticas de movimiento
Las ilusiones ópticas de movimiento ponen en evidencia como procesamos, en la modalidad visual, objetos que se mueven. Existen diferentes tipos de ilusión de movimiento. Por ejemplo, la ilusión de continuidad es un efecto bastante antiguo y ha sido aprovechada en sus diversas formas dentro del mundo del cine, del arte y hasta de los videojuegos. No es algo que se haya descubierto hace solamente un par de años.
Para que la ilusión de continuidad ocurra deben pasar una serie de imágenes (fotogramas en el cine tradicional) a una cierta frecuencia, de manera que, ocurra un efecto conocido como persistencia retiniana, dando la sensación de continuidad entre una imagen y otra, y por ende, generándose la ilusión de movimiento. El cine ha sido el gran arte que se basa en estos efectos; pero antes de cine, hay una larga historia de inventos que son sus antecedentes mas simples. Si te gustaría profundizar, podes visitar nuestra página: Historia de una gran ilusión.
Un ejemplo de estos antecedentes que nos gustaría resaltar es el Efecto Moiré: unas ilusiones ópticas donde se colocan unas líneas negras sobre otro patrón de líneas, y al moverlo, pareciese como si se formara una imagen que se mueve. En este caso, se produce por la superposición de dos o mas imágenes estáticas, por la interferencia de dos patrones geométricos. Dependiendo del tipo, tamaño, ángulo, forma u espaciado de dichos patrones, se obtendrá un resultado u otro. Una vez ya elegidos los dos patrones, colocados uno arriba del otro, se procederá a desplazar lentamente uno de ellos de un lado al otro, provocando así, el fenómeno de una figura “en movimiento”. De esta manera, los fotogramas están integrados en cada imagen, y es el patrón de barra que tapa un fotograma y deja visible el otro.
El origen del nombre de este efecto, no remite a una persona, sino a un tipo de tela de seda llamado de esa forma, que simulaba una especie de ondas parecidas a las que se producen al efectuarse dicho fenómeno.
Pero ¿Por qué percibimos esto? Una de las formas más simples de entender los mecanismos visuales detrás de las ilusiones, es a nivel económico. Al percibir una información visual, no percibimos absolutamente toda la información disponible: en parte por los limites propios de los receptores; o por otra parte, porque no se procesa toda la información registrada (se filtra según lo que la experiencia “dicta” como relevante). Por lo tanto, podríamos decir que recogemos esta información según nuestro conocimiento sobre el mundo y la experiencia previa de cada uno. Debido, en parte, a este “ahorro”, podemos apreciar una gama de diversas ilusiones.
Otra de las razones por las cuales podemos apreciar estos fenómenos, es porque nuestros ojos están en constante movimiento, la velocidad de este movimiento varía en cada uno de nosotros. Este movimiento es el que nos permite ir captando los atributos de la información visual que llega a nuestro cerebro. Por esto, no todas las personas pueden percibir todas las ilusiones, algunas podrán y otras, no.
¿Imágenes estáticas que se mueven?
Akiyoshy Kitaoka, un profesor japonés, conocido por su dedicación a la investigación de ilusiones de movimiento en imágenes estáticas. Una de sus ilusiones más famosas son las “Serpientes giratorias”.
Esta ilusión, y varias más de él (o incluso de otres), están diseñadas, de forma geométrica, con una iluminación, radio, tamaño y grosor específico para lograr apreciar este fenómeno.
Si se fijan, no perciben movimiento donde están haciendo foco, sino en la vista periférica. Pero, ¿Cómo podemos percibir movimiento donde no lo hay?
Lo que sucede aquí es que este patrón de iluminación (ya sea en color o en grises), exacerbado por los mecanismos descritos para las ilusiones de contraste, activa específicamente (y de manera anómala) a unas neuronas de la corteza visual llamadas neuronas complejas.
Estas neuronas se activan cuando detectan cambios de contraste, en serie, y linealmente: o sea, como si una sombra pasara por sobre nuestra mirada. Te habrá pasado alguna vez que percibiste que algo se movió en la periferia, y te hizo mirar con atención: lo que paso es que se te activaron esas neuronas.
Pero, ¿Por qué se activan estas neuronas con las serpientes giratorias? Lo que pasa es que cuando miramos, la imagen que se generar a nivel de la retina proviene de un "micro” escaneo del campo visual. Este pequeñísimo (indetectable para nosotres mismes) movimiento ocular se llama micro-sacada. Por otra parte, a nivel de la periferia, la imagen percibida tiene menos resolución, porque hay menos receptores visuales que en la fóvea (la zona de la retina donde se proyecta lo que hacemos foco). Es justo en la periferia que esos pequeños movimientos oculares son detectados como cambios de contraste cuando los receptores registran esas figuras geométricas de distinta luminosidad. Otras ilusiones de movimiento similares a las serpientes giratorias son estas:
Por otra parte, otras ilusiones generan la percepción de movimiento por mecanismos similares, pero basándose en discriminar profundidad sobre un fondo ruidoso.
Por otra parte, si efectivamente hay movimiento, y este se prolonga cíclicamente durante más de varios segundos, las neuronas complejas se activan tanto que, a pesar que no haya más movimiento, éstas quedas sobre-activadas. Esto genera un efecto de distorsión de la imagen como si se estuviera moviendo. Veamos este efecto: mira la imagen por 1 minuto; luego observe su mano o algún punto estático del ambiente.
La expectativa puede generar ilusión de movimiento
Otras ilusiones de movimiento pueden ser generadas por mecanismos top-down: o sea, bajo determinadas instrucciones o indicaciones que generan (desde cortezas cognitivas hacia la visual) la ilusión. Un ejemplo es esta ilusión: