Día 33

Lectura Adicional Día 33

Extracto del libro "Consagración a San José" del padre Dolnald Calloway

DÍA DE LA CONSAGRACIÓN

Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Felicidades! Hoy te consagrarás por entero a San José.

Un programa integral de consagración a San José se ha estado desarrollando desde hace tiempo. Ha tomado siglos para que el arma secreta de la consagración a San José se desarrollara. Ahora que ha sido revelada, Dios te eligió para recibir esta enorme bendición en tu vida espiritual. Has sido elegido(a) en este momento de la historia para ser parte de la Consagración a San José. ¿Estás consciente de lo bendecido(a) que eres?

En otros tiempos los santos habrían estado felices de tener un método completo de preparación y consagración a San José. Sus santos instintos sabían de la grandeza y maravillas de San José, y cada uno a su manera buscó la forma de honrarlo y amarlo con devoción filial, pero eres tú quien aparecerá entre los primeros en la historia de la Iglesia que vivirán en una extraordinaria era de devoción a San José. ¡La era de San José!

La Santísima Trinidad quiere que San José sea más conocido y amado. Has sido invitado a imitar las virtudes y santidad del corazón puro de San José. Con San José a tu lado, la virtud y santidad se incrementará en tu vida. Cubierto por el manto paternal de San José, estarás protegido de cualquier daño espiritual; no hay nada que temer. Tu padre espiritual es el padre de Jesús, el esposo de la Madre de Dios y ¡el Terror de los Demonios!

El que honra a su padre expía sus pecados…Honra a tu padre con obras y de palabra, para que su bendición descienda sobre ti. — Ecl 3, 3; 8

Por el resto de tu vida ama, confía y honra a San José. Acude a él en tiempos de bonanza, en tiempos de pobreza, en tiempos buenos y malos. Él será tu guardián, tu fortaleza, y tu certeza de que no te perderás. Si te sientes preocupado, acude a José. Si te sientes ansioso, acude a José. Si te sientes solo, si sufres una pérdida, o si tienes tentaciones, ¡corre hacia José! Él jamás estará lejos de ti. Él escuchará tu voz y será tu pronta defensa. Cual intrépido guerrero, tu padre espiritual correrá a tu lado y te protegerá.

Dios exige mucho de ti, pero te favorecerá generosamente en esta tierra y te exaltará si decides imitar a San José en sus virtudes. — San José Sebastián Pelczar

Nunca olvides lo que has aprendido en estos días de preparación. Renueva tu consagración frecuentemente. Esfuérzate por agradar al amoroso corazón de tu padre espiritual. Evita el pecado y vive como un fiel miembro de la Iglesia con tu mirada puesta en Jesús, María y San José, aunque los escándalos persistan. Ellos jamás te decepcionarán, jamás te abandonarán, siempre te amarán y estarán a tu lado.

Le he pedido a Nuestro Señor que me conceda tener a San José como padre, así como me entregó a María como Madre; que ponga en mi corazón esa devoción, esa confianza, ese amor filial de un tutelado, de un devoto de San José. Confío en que el buen Maestro escuchó mis plegarias porque ahora siento mayor devoción hacia este gran santo, y estoy lleno de confianza y esperanza. — San Pedro Julián Eymard

ACTO DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ

POR PADRE DONALD CALLOWAY, MIC

En este día, ante la inmensa multitud de testigos celestiales, yo, __________________________, pecador (a) arrepentido (a), me consagro en cuerpo y alma a ti, San José.

Acudo a ti como mi padre espiritual y pongo mi vida y mi salvación en tus manos. Confiando en tu bondad, me resguardo bajo tu sagrado manto paternal pidiéndote que me protejas del mundo, de la carne y del demonio.

San José, tú que eres el esposo virginal de la Madre de Dios, ayúdame a amarla con tierno afecto y devoción filial. María es mi Madre espiritual y el camino más seguro, rápido y fácil para ir a Jesús. Mantenme cerca de ella y, junto con ella, acércame a Jesús.

Nunca te alejes de mí, San José. Nútreme con el Pan de Vida, instrúyeme con la sabiduría de los santos, ayúdame a cargar mi cruz, y consérvame siempre en la Iglesia Católica. Cuando muera, llévame al Reino de los Cielos para ver a Jesús y María. A partir de ahora jamás te olvidaré. Hablaré de ti frecuentemente, pasaré tiempo contigo en la oración y, con tu ayuda, me esforzaré sinceramente en no volver a pecar. Si caigo, ayúdame a arrepentirme acudiendo a la Confesión. Si me pierdo, guíame de vuelta a la verdad.

Ante el cielo y la tierra mi alma clama: ¡Alabada sea la Santísima Trinidad que te hizo Príncipe de todas sus posesiones! ¡Alabada sea la Virgen María que te ama y anhela verte amado! Alabanzas a ti, mi Padre espiritual, ¡el gran San José!

¡Te entrego todo, San José! Tómame como posesión tuya. Soy tuyo. Amén.


Extracto del libro:Consagración a San JoséPadre Donald Calloway