Día 19

Lectura Adicional Día 19

Extracto del libro "Consagración a San José" del padre Dolnald Calloway

LOS HOMBRES VIEJOS NO CAMINAN A EGIPTO

Nos preguntamos por qué el Evangelio habla tan poco de San José. ¿Pero no lo dijo todo cuando nos enseñó que él era el esposo de María? — Beato Guillermo José Chaminade

En 1981, la Madre Angélica fundó la cadena televisiva “Palabra Eterna” (EWTN por sus siglas en inglés). Su bendecida cadena es un apostolado mediático católico extremadamente exitoso y fructífero. El sentido común, la sencilla sabiduría y la firme ortodoxia de la Madre Angélica ha catequizado los corazones y mentes de millones de personas alrededor del mundo. La Madre Angélica falleció en 2016, pero EWTN continúa guiando a muchas personas hacia Jesucristo y a la Iglesia Católica.

La Madre Angélica amaba mucho a San José. En una ocasión, durante un programa en vivo, una persona llamó para hacerle preguntas sobre San José. Decía algo así: “Madre Angélica, ¿Cree usted que San José era viejo o joven?” La Madre Angélica respondió con su clásico ingenio, diciendo: “Bueno, querido, esa es una buena pregunta. No hay una enseñanza oficial de la Iglesia sobre si San José era viejo o joven, pero yo prefiero a un José joven. Todo lo que sé, querido, es que ¡los hombres viejos no caminan a Egipto!”

La franca respuesta de la Madre Angélica tiene todo el sentido. Un hombre viejo no sólo no habría sido capaz de caminar hasta Egipto, sino que tampoco habría podido caminar las 80 millas de distancia que hay entre Nazaret y Belén por un camino desértico y muy accidentado.

San José necesitaba caminar mucho para sustentar a la Sagrada Familia. Después de haber andado esas 80 millas de Nazaret a Belén, San José recibió instrucciones de un Ángel de tomar al Niño y a su Madre y llevarlos a Egipto, otro largo viaje para San José y su familia. La distancia de Belén a la frontera de Egipto es de unas 40 millas. Ningún historiador cree que la Sagrada Familia se asentara en la frontera; más bien, se adentraron en la tierra de Egipto donde había posibilidades de trabajo, comida y algún tipo de civilización. No sabemos exactamente en qué lugar de Egipto se asentaron Jesús, María y José, pero seguramente necesitaron caminar mucho más allá de la frontera.

¿Alguna vez has visitado Tierra Santa o el norte de África? Si lo has hecho, sabrás que el terreno es accidentado, el calor muy intenso y hay muchos peligros. Caminar a Egipto y quedarse allí durante años sin conocer a nadie y tratando de sobrevivir no son cosas que se asocien a un hombre viejo.

Y después de muchos años de vivir en Egipto, San José supo por un Ángel que Herodes había muerto, por lo que ahora San José necesitaba alistar a su familia y caminar de Egipto de regreso a Nazaret; ¡eso es más de 120 millas! La distancia de la ciudad de Nueva York a Filadelfia es de 92 millas; añade otras 30 millas, y eso es lo que San José tuvo que hacer. No había ningún “Jersey Turnpike” (peaje carretero en Nueva Jersey), con suaves autopistas y cómodas paradas para descansar a lo largo del camino. Era subir, bajar, y rodear colinas.

La interminable caminata tampoco terminó cuando la Sagrada Familia llegó a Nazaret. Como fieles judíos, los hombres de la casa estaban obligados a viajar a Jerusalén tres veces al año para cumplir con la Ley del Señor. “Tres veces al año se presentarán todos tus varones ante Yahveh, el Señor, el Dios de Israel.” (Ex 34,23). Recuerda: son 80 millas sólo de ida. ¡Eso es mucho caminar!

San José no pudo haber sido un hombre viejo cuando se desposó con María. Los hombres viejos no caminan a Egipto, y tampoco caminan tres veces al año de Nazaret a Jerusalén.

Buen Padre (San José), te agradezco por haber cuidado a mi Madre María mientras estuviste en la tierra. — Sierva de Dios Sor María Marta Chambón


Extracto del libro:Consagración a San JoséPadre Donald Calloway