Día 24

Lectura Adicional Día 24

Extracto del libro "Consagración a San José" del padre Dolnald Calloway

SAN JOSÉ OBRERO

Como todos los cristianos en ese momento, yo también me sentí feliz y agradecido por la decisión de la Iglesia de establecer una fiesta litúrgica en honor de San José Obrero. Esta fiesta, que ratifica el valor divino del trabajo, muestra cómo la Iglesia anuncia públicamente las verdades centrales del Evangelio en las que Dios quiere que todos los hombres mediten, especialmente en nuestros tiempos. — San Josemaría Escrivá

El “momento” que menciona San Josemaría Escrivá era el año 1955, el mismo año en que la Iglesia recurrió a su gran protector para combatir un gran mal: el comunismo.

En la primera mitad del siglo XX, el comunismo había ganado apoyo de muchos líderes del mundo, y naciones enteras habían sucumbido a sus ideas. En 1937, el Papa Pío XI se percató de la grave amenaza que suponía el comunismo para el bien común, y le pidió a San José proteger a la Iglesia de sus muchos errores. Escribió:

Ponemos la vasta campaña de la Iglesia en contra del comunismo mundial bajo la protección de San José, su poderoso protector.

Como resultado de las palabras del Papa Pío XI, los católicos comenzaron a rezar fervientemente a San José, especialmente bajo el título de “Terror de los Demonios,” para combatir las ideas ateas del comunismo. También se invocó el auxilio de San José para la causa de los derechos de los trabajadores. Ambos asuntos fueron de gran preocupación a mediados del siglo XX.

Por cierto, ¿sabías que a mediados del siglo XIX, el 1° de mayo era celebrado por muchos países del mundo como una fiesta secular o civil? La llamaban “May Day” (día de mayo), sin que se tratara de una fiesta religiosa o política. Tristemente, a mediados del siglo XX, los comunistas querían apropiarse de la fiesta secular y renombrarla “Día Comunista de los Trabajadores”. Renombrar la fiesta y enfatizar las ideas del comunismo se consideraba una forma de influenciar a las masas. Este proyecto preocupó en gran medida a la Iglesia porque una celebración que honrara la idea comunista del trabajo, a largo plazo afectaría a los trabajadores y tendría un impacto negativo en la sociedad y la familia. En aquel tiempo, la amenaza del comunismo a nivel mundial era temida por todos, incluyendo al Papa.

El Vicario de Cristo, Venerable Papa Pío XII, decidió acudir a San José como lo había hecho su predecesor, denunciando las falsedades del comunismo y elevando la dignidad de los trabajadores de una forma muy específica.

El 1° de mayo de 1955, el Papa Pío XII declaró el 1° de mayo como Fiesta Litúrgica de San José Obrero, diciendo:

Nos complace anunciarles nuestra determinación de instituir — y de hecho instituimos — la fiesta litúrgica de San José Obrero, asignándola al primer día de mayo. ¿Están complacidos con éste, nuestro regalo, queridos obreros? Estamos seguros de que sí, porque el humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, es siempre el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias.

San José es, sin duda, una luz en la oscuridad y modelo de los trabajadores. Él lleva a la luz la malicia de los enemigos de la familia, ilumina la oscuridad de los movimientos erróneos que buscan despojar a la gente de su dignidad humana y eliminar a Dios de las mentes y corazones de las familias y naciones. San José es el protector de la dignidad humana, ya sea confrontando el comunismo, fascismo o cualquier otro tipo de ideología política. ¡San José es el Terror de los Demonios!

Dios y Padre nuestro, creador y gobernante del universo, en cada época llamas a los hombres para que desarrollen y utilicen sus dones para el bien de los demás. Con San José como nuestro ejemplo y guía, ayúdanos a hacer el trabajo que nos has encomendado para que obtengamos las recompensas que has prometido. — Oración inicial para la conmemoración de San José Obrero


Extracto del libro:Consagración a San JoséPadre Donald Calloway