Día 23

Lectura Adicional Día 23

Extracto del libro "Consagración a San José" del padre Dolnald Calloway

ADORACIÓN PERPETUA

Aunque él (San José) jamás adoró a Nuestro Señor bajo las especies eucarísticas y jamás tuvo la dicha de comulgarlo (recibiendo la Santa Comunión), sí poseyó y adoró a Jesús en su forma humana. — San Pedro Julián Eymard

Si San José vivió con Jesús durante 30 años, su vocación fue de adoración perpetua. De muchas formas, el hogar de la Sagrada Familia de Nazaret fue el primer monasterio cristiano.

San Pedro Julián Eymard escribió un increíble libro llamado The Month of St. Joseph (El mes de San José) que ofrece increíbles reflexiones sobre la vida de oración y adoración de San José en Nazaret. Es una obra de arte. He aquí un extracto del libro de San Pedro Julián Eymard:

San José fue el primer adorador, el primer religioso. Aunque él nunca adoró a Nuestro Señor bajo las especies eucarísticas y jamás tuvo la dicha de comulgar (recibir la Santa Comunión), sí poseyó y adoró a Jesús en la forma humana.

San José conoció a Nuestro Señor más profundamente que todos los santos juntos; él vivió sólo para Él. En eso reside su gloria especial, la clave de su santidad, y que por encima de todo, él sea nuestro modelo; en eso también consiste su incomparable grandeza.

Cuando vemos la gran cercanía que José tuvo con Jesús, la forma en que fue totalmente transformado en Él, comprendemos su verdadera grandeza, su verdadera santidad. Encontramos en él (San José), el adorador perfecto consagrado completamente a Jesús, siempre trabajando cerca de Jesús, dándole a Jesús sus virtudes, su tiempo, su vida misma; y por eso él es nuestro modelo y nuestra inspiración.

Como padre adoptivo de Jesús y esposo de María, el rango de José se encuentra entre los de la elite celestial. En la tierra merece el mismo reconocimiento, ya que su misión, que durará tanto como la propia Iglesia, atrae a todos hacia su objetivo. Como adoradores tenemos el derecho a una gran participación de sus gracias y protección, y un estudio cuidadoso mostrará que todos sus dones especiales estaban destinados a hacerlo un buen adorador.

Desde su entrada (de Jesús) al mundo, aun estando envuelto en el seno de María como un copón viviente, Jesús eligió a María y José para ser sus adoradores. José respondió regiamente, ya que jamás dejó de adorar a Jesús en el vientre de su madre. Y después del nacimiento del Niño en Belén, José y María lo adoraron ininterrumpidamente mientras yacía ante sus ojos. Ellos representaban a toda la humanidad al pie de Cristo. Sin duda ¡Adán y Eva fueron bien reemplazados!

En Nazaret los días de José estaban llenos de trabajo que (por) necesidad lo llevaban a veces a alejarse de su Niño Dios. Durante esas horas María lo reemplazaba, pero cuando la noche lo llevaba de vuelta a casa, pasaba toda la noche en adoración sin cansarse y simplemente feliz por la oportunidad de contemplar las riquezas ocultas de la divinidad de Jesús, ya que él perforaba los ásperos vestidos que llevaba el Niño hasta que su fe tocaba el Sagrado Corazón. En profunda adoración se unía a las gracias especiales de cada uno de los eventos en la vida de Jesús. Ten confianza, una confianza firme en él (San José). Elígelo como patrono y modelo de tu vida de adoración.

San Pedro Julián Eymard es conocido como el “Apóstol de la Eucaristía.” Fue un celoso promotor de la Adoración al Santísimo Sacramento. San Pedro Julián fundó dos comunidades religiosas para promover la Adoración al Santísimo Sacramento: la Congregación del Santísimo Sacramento para hombres, y las Siervas del Santísimo Sacramento para mujeres.

Cuando recibimos la Santa Comunión, consideremos que Jesús viene a nosotros como un pequeño bebé, y después pidamos a San José que nos ayude a darle la bienvenida como cuando él lo sostenía en sus brazos. — San José Marello


Extracto del libro:Consagración a San JoséPadre Donald Calloway