Día 22

Lectura Adicional Día 22

Extracto del libro "Consagración a San José" del padre Dolnald Calloway

EL CANON ROMANO

El santo Papa Juan XXIII, que le tenía una gran devoción a San José, instruyó que el nombre de José se insertara en el Canon Romano de la Misa — que es el memorial perpetuo de la redención — después del nombre de María y antes de los apóstoles, papas y mártires. — San Juan Pablo II

¿El nombre de San José fue insertado en el Canon Romano de la Misa? ¿Qué significa eso? ¿Es San José un arma?

Pues sí, San José es un arma sumamente poderosa para la cristiandad, pero a lo que San Juan Pablo II se refiere es al Canon Romano, no a un cañón romano. “¿Qué es el Canon Romano?” te preguntarás. El Canon Romano es la antigua Plegaria Eucarística utilizada por el sacerdote durante la Misa. Durante siglos, sólo había una Plegaria Eucarística en el Rito Romano. Después del Concilio Vaticano II (1962-1965), la Iglesia comenzó a utilizar cuatro Oraciones Eucarísticas, pero la Plegaria Eucarística I retuvo el nombre de “Canon Romano.” Fue en el Canon Romano (Plegaria Eucarística I), a la que el santo Papa Juan XXIII le insertó el nombre de San José.

Siendo honestos, es difícil de creer que el nombre de San José no apareciera en las oraciones de la Misa sino hasta el siglo XX. ¡No cabe duda que San José es espejo de la paciencia! Sin embargo, la forma en que el nombre de San José llegó a ser incluido en la Misa es muy inspiradora.

He aquí la historia.
En 1958 fue electo al papado un obispo que le tenía una gran devoción a San José: Ángelo Roncalli. Amaba tanto a San José, que había contemplado la idea de tomar el nombre papal de José (Papa José), pero por respeto a su padre terreno, decidió tomar el nombre de Juan. Como ya había habido muchos papas llamados Juan, se le conoció como Juan XXIII.

En 1962 el Papa Juan XXIII abrió el Concilio Vaticano II, confiando todos los esfuerzos a San José. El 10 de noviembre de 1962, en una de las sesiones del Concilio, un obispo llamado Petar Čule ofreció una presentación de San José a los demás obispos. En su larga presentación, el Obispo Čule pidió que el nombre de José se incluyera en el Canon de la Misa (el Canon Romano). Desafortunadamente, el Obispo Čule no era muy conocido, y debido a su larga y repetitiva presentación, así como a su nerviosismo e inhabilidad para articular bien las cosas, muchos de los cardenales y obispos comenzaron a murmurar y burlarse de él por su piadoso y largo discurso. Llegó un punto en que el moderador de la sesión pidió que el Obispo Čule terminara su “elocuente y santo sermón” sobre San José. Las palabras de menosprecio del moderador causaron que muchos de los cardenales y obispos se rieran, y el Obispo Čule, arrastrando su viejo cuerpo, regresó a su asiento visiblemente vencido.

Escuchando el discurso por televisión de corto circuito, estaba el Papa Juan XXIII. No le agradó el trato que se le había dado al Obispo Čule a quien conocía personalmente. El papa sabía que el Obispo había sufrido mucho bajo el régimen comunista en Yugoslavia, que había sido frecuentemente interrogado de manera cruel por los comunistas, y que eventualmente había sido sentenciado a 11 años de duras labores en un campo de concentración en Yugoslavia. Los comunistas incluso habían intentado matar al Obispo poniéndolo en un tren que fue deliberadamente descarrilado para matar a todos los que iban a bordo, y como resultado del descarrilamiento, el Obispo había quedado con la cadera destrozada. Después de haber sido liberado del campo de concentración, el Obispo sufrió ataques de nerviosismo y ansiedad, haciendo que fuera difícil para él hablar sin repetirse a sí mismo. Juan XXIII sabía que la presencia del Obispo en el Concilio había requerido muchos esfuerzos, y que el buen Obispo había querido estar allí para dar testimonio de que había sido liberado de la muerte por la intercesión de San José.

El discurso del Obispo Čule sobre San José casi hizo llorar al Papa Juan XXIII quien decidió actuar. El 13 de noviembre, tres días después de que el Obispo Čule había hecho su presentación sobre San José, ¡el Papa Juan XXIII decretó que el nombre de San José quedaría incluido en el Canon Romano de la Misa! El decreto entró en vigor el 8 de diciembre de 1962.

Actualmente, el nombre de San José aparece en las cuatro Oraciones Eucarísticas. Esto sucedió durante los pontificados de Benedicto XVI y Francisco. El Papa Benedicto XVI intentó insertar el nombre de San José en las otras tres Oraciones Eucarísticas, pero no pudo lograrlo antes de su abdicación al papado el 28 de febrero del 2013. El Papa Francisco, siguiendo las intenciones del Papa Benedicto XVI, oficialmente introdujo el nombre de San José en todas las Oraciones Eucarísticas el 1 de mayo del 2013.

La próxima vez que asistas a Misa, escucha con atención al sacerdote cuando recite la Plegaria Eucarística y mencione el nombre de tu padre espiritual.

Reunidos en comunión con toda la Iglesia,
veneramos la memoria,
ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor;
la de su esposo, San José…
— Plegaria Eucarística I (Canon Romano)

Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo san José…
— Plegaria Eucarística II

Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo san José…
— Plegaria Eucarística III

Padre de bondad,
que todos tus hijos nos reunamos
en la heredad de tu reino,
con María, la Virgen Madre de Dios,
con su esposo san José…
— Plegaria Eucarística IV

Cuando el Papa Juan XXIII cerró la primera sesión del Concilio Vaticano II y anunció que el nombre de San José sería incluido en el Canon de la Misa, un importante hombre de iglesia me llamó para decirme: “¡Felicidades! Al escuchar el anuncio del papa pensé de inmediato en usted y cuán feliz se sentiría.” Y ciertamente me sentía feliz, ya que en esa reunión conciliar que representaba a toda la Iglesia reunida en el Espíritu Santo, se había proclamado el gran valor sobrenatural de la vida de San José. — San Josemaría Escrivá


Extracto del libro:Consagración a San JoséPadre Donald Calloway