Día 20

Lectura Adicional Día 20

Extracto del libro "Consagración a San José" del padre Dolnald Calloway

SAN JOSÉ DORMIDO

Es inútil que ustedes madruguen; es inútil que velen hasta muy tarde y se desvivan por ganar el pan: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! — Salmo 127,2

Dios ama el sueño. Él lo hizo.
Tu Padre celestial te diseñó para que aproximadamente una tercera parte de tu vida la pases durmiendo. Él mismo descansó después de haber creado los cielos y la tierra (ver Gn 2,2-3).

Dios es Padre. Se deleita en sus hijos cuando están dormidos. Dios se comunica con sus hijos cuando están dormidos; es un hecho bíblico. En la vida y misión de San José, Dios eligió hablarle mientras dormía. En cuatro ocasiones y a través de un ángel, Dios le dio a San José mensajes muy importantes en sus sueños (ver Mt 1,20; Mt 2,13.19.22).

El sueño de San José es tan importante y poderoso que Satanás le tiene miedo. El cristianismo siempre ha sostenido que Satanás, una creatura rebelde, eligió no servir a Dios declarando con gran arrogancia, “non serviam” (“no serviré”; Jr 2,20). En contraste, la Virgen María pronuncia su humilde “Fiat mihi secundum verbum tuum” (“hágase en mi según tu palabra” (Lc 1,38). El gran San José responde más con una acción obediente que con palabras: “Fecit sicut proecepit ei ángelus Domini” (“hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado” (Mt 1,24). ¡El sueño de San José cambia las reglas del juego! Según el Nuevo Testamento, el sueño de San José es la oración. En el cielo, San José ya no duerme, por supuesto, pero en la eternidad sí “descansa en el Señor.” ¿No es lo que se denomina “descanso eterno” después de la vida?

En tiempos recientes, se ha desarrollado en la Iglesia una devoción popular a San José bajo el título de “José dormido” que consiste en obtener una estatua representativa de San José dormido pidiéndole su intercesión para una intención en particular, escribiendo la intención en un pedazo de papel y poniéndolo bajo la imagen de San José dormido. Al hacerlo, la persona le está pidiendo a San José llevar su intención a Dios. La devoción a San José dormido es una maravillosa forma de mantenerse conectado con tu padre espiritual y pedirle que ruegue (dormido) por tus intenciones.

El poeta francés Charles Péguy escribió acerca de la importancia del sueño en un increíble poema intitulado The Portal of the Mystery of Hope (El pórtico del misterio de la segunda virtud). El poema está escrito desde la perspectiva de Dios y tiene el propósito de recordar al hombre moderno que Dios se deleita en sus hijos cuando duermen. He aquí un extracto:

Sólo dormir. ¿Por qué la gente no hace uso de ello?
Le he dado este secreto a todos, dice Dios. No lo he vendido.
El que duerme bien, vive bien. El que duerme, reza.
El que trabaja, también ora, pero hay tiempo para todo,
tanto para dormir como para el trabajo.
El trabajo y el sueño son como dos hermanos,
y se llevan muy bien juntos.
Y el sueño lleva al trabajo, así como el trabajo lleva al sueño.
El que trabaja bien duerme bien,
el que duerme bien trabaja bien.

Y sin embargo, me dicen que hay hombres que no duermen.
No me gusta el hombre que no duerme, dice Dios.
El sueño es amigo del hombre.
El sueño es amigo de Dios.
El sueño podría ser mi creación más bella.
Y yo también descansé el séptimo día.
Aquel cuyo corazón es puro, duerme, y el que duerme tiene un corazón puro.
Este es el gran secreto para ser tan infatigable como un niño.

Sí, me dicen que hay hombres que trabajan bien y duermen poco,
que no duermen. Qué falta de confianza en mí.

Estoy hablando de aquellos que trabajan y que no duermen.
Me compadezco de ellos. Estoy hablando de aquellos que trabajan y que,
al hacer esto, siguen mi mandamiento, pobres hijos.
Y quien, por otro lado, no tiene el valor,
no tiene confianza para dormir.
Me compadezco de ellos. Se los echo en cara, un poco.
No confían en mí.
Como un niño se recuesta inocentemente en los brazos de su madre,
así ellos no se recuestan inocentemente en los brazos de mi Providencia.

Tienen el coraje de trabajar. No tienen el coraje de no hacer nada.
Poseen la virtud del trabajo. No poseen la virtud de no hacer nada.
De relajarse, de descansar, de dormir.
Gente infeliz, no saben lo que es bueno.

— Charles Péguy

El sueño de San José puede enseñarle al hombre moderno importantes lecciones de vida. Una de las lecciones más importantes que nos enseña es que es bueno descansar. Ser adicto al trabajo nunca será algo bueno. San José no era adicto al trabajo; le gustaba dormir porque el sueño refrescaba su alma. Dios se comunicaba con San José cuando él dormía, y era un esposo y padre más santo gracias a ello.

Cuando descansas no estás perdiendo el tiempo. El sueño es agradable a Dios. Dios te hablará y refrescará tu alma cuando duermas.

De ser posible, adquiere una imagen de bulto o estatuilla de “San José dormido” (ver aquí para ordenar una con la librería Madre de Dios). Escribe tus intenciones y déjalas al cuidado de San José. Deja que él le hable a Dios de ti.

Oh San José, eres un hombre altamente favorecido por el Altísimo. El ángel del Señor se te apareció en sueños mientras dormías, para prevenirte y guiarte mientras cuidabas a la Sagrada Familia. Eras a un tiempo silencioso y fuerte, un protector leal y valiente. Querido San José, ya que descansas en el Señor, confiado de su absoluto poder y bondad, mírame. Te pido que pongas mi necesidad en tu corazón, sueña con ella y preséntala a tu Hijo. Ayúdame, oh buen San José, a escuchar la voz de Dios, ayúdame a levantarme y actuar con amor. Alabo y le doy gracias a Dios con alegría. San José, te amo. Amén.


Extracto del libro:Consagración a San JoséPadre Donald Calloway