Leo, rimo y aprendo con Vielka Argelis
Por: David C. Robinson O.
Leo, rimo y aprendo con Vielka Argelis
Por: David C. Robinson O.
“Conozco cinco vocales
tres abiertas, dos cerradas
las cinco son desiguales
escritas y pronunciadas.”
Vielka Argelis Gutiérrez
¿La literatura infantil debe ser un aparte de la literatura en general? Permítanme cortar por lo sano de una vez: la literatura para infantes sí, repito, sí debe estar en un apartado. Las niñas no son pequeñas adultas. Siendo, así las cosas: ¿Cuáles son esas cualidades suyas que obligan a separarla del corpus literario universal?
¿Qué entiendo por la literatura infantil?
Bien, para empezar, aunque el libro que comentamos es de poemas, pero tomando el cuento como ejemplo, por su evidente contraposición con la novela, es breve. Mucho más el cuento infantil. El cuento infantil, por definición, es corto; alrededor de unas doscientas palabras. Igual principio se aplica a los poemas infantiles.
¿Será esencial esta brevedad para separar a la literatura infantil del resto del corpus literario? Por supuesto que sí. Un texto breve es de más fácil comprensión. ¿O acaso nunca nos ha pasado que leemos y leemos y llegamos a un punto dónde nos perdemos?
Vielka Argelis logra encerrar en pocas palabras todo un cosmos de vivencias. Un verso, un universo. Cierto que el libro es extenso, pero quizás sea para que los adultos les lean a los infantes o para que lean juntos a ellos.
“Contiene el abecedario
desde la A hasta la Zeta
es una obra completa
y se llama diccionario.”
La literatura infantil debe ser de buen gusto, pero no se puede confundir el gusto del adulto escritor con el del niño lector. ¡Y eso es un lío! El mundo es adultocéntrico y es creencia popular, casi ley escrita en piedra, que los adultos sabemos todo y los infantes nada. Así ¿qué resultados obtenemos? ¿Adultos revanchistas?
Los infantes tienen buen gusto y de los adultos depende su cultivo, sin olvidar que hay que considerar su opinión, las sensaciones que les agradan. Tengo la firme convicción que con la lectura del poemario Leo y rimo cualquier niño la pasaría bien, por lo menos eso fue lo que le ocurrió a mi niño interior.
“Leo es un tierno gatito
que le gusta la lectura
para él es aventura
leer cuando está solito.”
La literatura infantil tiene como gran aspiración la felicidad infantil. Propone temas y situaciones que el niño pueda manejar sin ser asaltado por el pánico o la angustia. La literatura infantil básicamente le otorga a la niña suficientes elementos que sirvan de alimento a su imaginación. Lo demás es carpintería.
“No es de plata ni de oro
existe en cualquier lugar
es muy fácil de encontrar
es un divino tesoro.”
Una de las más bellas cualidades de la literatura infantil es su calidad de diálogo con el niño lector. Él no está fuera del mundo poético, al contrario, es parte fundamental del mismo. El joven y pequeño lector se adueña del texto y entra en el mismo y el texto entra en él. Esa es la magia de la lectura de poemas infantiles. De los poemas de Vielka Argelis.
“Madre vieja entristecida
no quiero verte llorar
quiero verte caminar
los senderos de la vida.”
La participación infantil en el mundo poético, ese adueñarse de la lectura y permitir que la misma habite el mundo interior del pequeño, que no significa que se trata de un mundo interior pequeño, es lo le permite a la niña asumir los famosos y tan mencionados valores. No es explicitándolos, es presentando situaciones desde donde ella pueda tomar una decisión, la cual, por supuesto, estará sesgada por los ejemplos que ella haya recibido hasta ese momento de los adultos que deben velar por su bienestar.
“Mejorar el medio ambiente
es cuidar nuestra salud
por eso con prontitud
hay que tenerlo presente.”
El lenguaje del poema infantil debe ser directo, claro y sencillo, tener sonoridad y ritmo. ¿Por qué debe ser directo, claro y sencillo? Porque el niño no tiene las estructuras mentales que le permitan el pensamiento abstracto. ¿Y el ritmo? En realidad, la infancia baila, no camina, danza; no habla, canta. No me queda ninguna duda de que Vielka Argelis domina a la perfección la preceptiva literaria. No encontré versos ni mancos ni cojos. Tal cualidad permite que la niña lectora encuentre el equilibrio entre emotividad y estética. Este equilibrio permite que ocurra lo más trascendental de la experiencia poética: el ordenamiento de las emociones. Por cierto, estos poemas de Vielka Argelis son de una calidad que no está reñida con su propia simplicidad y cumplen con todos los requisitos que debe poseer, a mi entender, la literatura infantil.
“Es un ave, majestuoso
de hermosura sin igual
es el ave nacional
y un símbolo valioso.”
Quiero terminar con las siguientes inquietudes: la literatura infantil es ¿para que la niña reflexione o debe enseñarle valores? En el texto poético ¿el niño debe hallar respuesta a sus necesidades íntimas? Todo lectura infantil ¿debe explicarse o discutirse?
“El éxito se renueva
hacia un nuevo amanecer
veremos triunfos crecer
¡Año nuevo, vida nueva!”
Vielka Argelis Gutiérrez