PATRÓN DE LOS ANIMALES

Sali con su cerdo vietnamita en la bendición de los animales en la festividad de San Antón en la puerta de la iglesia Parroquial.

José Redondo en la procesión de San Antón en enero de 2016

Imágenes de la Bendición de los Animales en enero de 2016

Santo Patrón de los Animales

Hace referencia a los animales, especialmente cerdos, mantenidos a base de la contribución espontánea de los fieles por devoción a S. Antón. El origen de esta costumbre hay que encontrarla en la representación iconográfica del Santo. Según el Marqués de Lozoya, "cuando en los siglos medievales se formó la iconografía del Santo, los imagineros pusieron a sus pies un cerdo principalmente por dos motivos, el primero como símbolo de su lucha contra el acoso de la carne, vencidas férreamente por el austerísimo eremita. Y segundo, el permiso que recibió la orden hospitalaria de soltar animales por las calles como bueyes, caballos y especialmente cerdos para que los feligreses los alimentasen y una vez que estos estaban listos para sacrificar, los recogían y bien utilizaban su carne como sustento de los hospitales o la vendían si había remanente para conseguir dinero para el mantenimiento de la orden. Una vez extinguida la orden, se quedó como costumbre soltar un cerdo de san Antón en muchos lugares en los que San Antón ejercía como patrón de la localidad, bien por la cofradía o hermandad encargada de los cultos del santo o por la promesa de algún vecino".

Por ambos motivos, el marranico vino a ser ya su constante y sumiso compañero, y su presencia motivó el que San Antón sea tenido por patrón de toda suerte de animales domésticos, que es costumbre bendecir en el día de su fiesta.

A pesar de la documentación al respecto, las leyendas que rodean al marrano han llegado hasta nuestros días, como la que el cerdo alude a los animales que le hicieron compañía durante sus retiros, algunos de los cuales incluso le ayudaron en situaciones adversas según algunos mitos. Otro pasaje legendario narra que el santo sanó a unas crías de jabalina y esta no dejó de acompañar al santo en agradecimiento.

El producto de estos animales era una de las principales fuentes de ingresos para el sustento de los hospitales. Esta disposición, de la que tan pingües beneficios se podían obtener, atrajo inmediatamente la atención de toda clase de personas, consagradas y seglares, que, utilizando la advocación de San Antón, recibían legados, diezmos, mandas testamentarias, etc., e incluso recogían e imponían el signo del Santo a puercos y otros animales para que se los alimentaran los fieles.

Las quejas de la Orden no se hicieron esperar y pronto surgen una serie de disposiciones de los Papas citados anteriormente tendentes a acabar con estos abusos. En España tuvo tanto arraigo dicha costumbre que aún en la actualidad, en algunos pueblos de nuestra Andalucía Oriental se conserva la institución del marranico de San Antón, que anda por las calles en espera de la manutención que le proporciona el vecindario.

Como estos animales así mantenidos proporcionaban buenos beneficios, y valga como curiosidasd, narramos un hecho que ocurrió en el antiguo reino de Murcia en 1724 por la gran cantidad de cerdos de particulares que andaban libremente por las calles, que no quedaba ningún provecho para el hospital de San Antón, por lo que en dicha fecha se dio la Real Provisión por la que se ordenaba a todas las autoridades del reino de Murcia y de toda la monarquía que hiciesen recoger los animales que, de particulares, anduviesen por las calles.

Por su fama de milagroso, la gente del campo no sólo se encomentaba a él para que le librase de enfermedades infeccionsas, sino que también encomendaba al Santo para que éste protegiese uno de sus bienes más preciados, sus animales, ante posibles enfermedades como la peste o ataques de depredadores. La bendición de San Antón se convertía en una protección ante las amenazas externas. Una tradición que se mantiene en la mayoría de las localidades de España, actualizada a las mascotas.

La Leyenda

En el lugar donde se retiró San Antón, estaba lleno de serpientes y cuenta la leyenda que les ordenó que salieran y sus madrigueras y ellas les obedecieron. La gente reconoció poder para alejar a los animales venenosos y proteger a los domésticos. Se cuenta también que los campesinos lo buscaban para que bendijera sus campos y animales de trabajo a raiz de que le devolviera la vista a una jabalí.