Viaje de las Reliquias del Santo

Mapa de Francia y en rojo la localidad de Saint-Antoine-l'Abbaye donde descansan actualmente sus restos

Viaje de Sus Reliquias

PRIMER VIAJE. ALEJANDRÍA (Egipto).

Sus restos fueron desenterrados en el año 561, durante el gobierno del emperador Justiniano. Según cuenta una leyenda popularizada en el siglo XV, el obispo Teófilo habría descubierto el cuerpo de San Antonio Abad envuelto en una túnica de fibras de palma que le habría regalado San Pablo el ermitaño. Y se decide trasladar las reliquias del desierto a Alejandría, a un lugar apropiado acorde a la devoción que ya se tenía de Antonio Abad.

SEGUNDO VIAJE. CONSTANTINOPLA (actual Estambul en Turquía)

En el año 663, Herclio, el emperador romano de oriente tuvo que lidiar con el avance musulmán sobre sus territorios, en especial Egipto, y ante esta peligrosa amenaza, los restos fueron trasladados a Constantinopla depositandolos en el monasterio más importante de la ciudad, el de Studión, bajo la advocación de San Juan Bautista.

TERCER VIAJE: FRANCIA

En el 1070, las reliquias del Santo Ermitaño, son trasladadas a Francia a manos del caballero francés llamado Jocelyn de Chateauneuf, hijo del conde Guillaume y su cuñado Guigues Disdier, originarios de Dauphiné. Estos caballeros habían estado luchando como cruzados en Tierra Santa bajo las órdenes del emperador romano IV Diógenes, que en agradecimiento le concede la petición de llevarse a su pais las reliquias de San Antonio.

El interés de Jocelyn por conseguir las reliquias de San Antón es debido a la curación del mismo, al parecer, por intercesión directa del Santo tras caer gravemente herido en una batalla.

Dichas reliquias se colocaron inicialmente en la Iglesia Parroquial de Santa María, en Sant Juliá d´Arlés. En el 1074, se trasladaron a la nueva Iglesia de Saint Antoine del Viennois en la abadía de Motte Saint-Didien, que se estaba construyendo para este fin, por el mismo personaje que las trajo. Emprendió la construcción del templo junto su castillo feudal, que debía ser digna de las reliquias que iba a acoger, y donde se conservan en la actualidad. Este depósito cambió el nombre del pueblo, llamándose primero Saint-Antoine-en-Viennois y luego Saint-Antoine-l'Abbaye.

Para ayudar a esta empresa, en 1088 se pidió a los monjes benedictinos de la abadía de Montmajour (Arlés, Bocas del Ródano) que establecieran aquí un priorato y se encargaran de los servicios religiosos, de la iglesia existente y de la nueva que estaba en construcción.


Imágenes de la Abadía de San Antón en Saint-Antoine-l'Abbaye (Francia). Fachada principal y el interior con el mauselo donde descansan los restos de San Antón.