Alfabetización digital

El significado habitual del término alfabetización da cuenta de la capacidad de codificar y decodificar textos escritos. En la sociedad de la información hay un gran uso de la palabra escrita: en los chats, correos, foros, weblogs y al usar buscadores en la Web (aun para encontrar una imagen es necesario leer y escribir textos). En respuesta a cuestiones culturales, sociales y políticas, se encuentran nuevos sentidos del concepto de alfabetización. Hay cambios en los conocimientos que se manejan, pero fundamentalmente hay cambios en las herramientas de acercamiento a dichos conocimientos: los lenguajes. El carácter singular de las formas de representación simbólica da lugar a distintas alfabetizaciones. Se hace necesario, entonces, una multialfabetización que incluya las alfabetizaciones tradicionales, la visual, la tecnológica, la informática, la informacional, etc., para dar cuenta de los múltiples modos de representación disponibles debido a las nuevas tecnologías y de la competencia en el manejo de configuraciones dinámicas y espaciales que puede ser potenciado con los medios digitales. En el siguiente video se desarrolla el concepto de alfabetización digital a partir de los avances de las tecnologías de la información y la comunicación.

Como docentes somos responsables de la alfabetización digital propia y de nuestros alumnos, por lo que el uso de las TIC contribuye e incentiva la formación e interés por explorar el mundo Web con fines educativos.

Con la aparición de la Sociedad de la información, se produjo un cambio en la adquisición del aprendizaje, guiado, sobre todo por la introducción de las TIC en la educación. Este protagonismo creciente de las TIC trajo aparejada a una nueva generación: los nativos digitales, que hacen uso de estas tecnologías con habilidad y sin esfuerzo. Pero al igual que en el modelo fabril, es necesario enseñarles a buscar, seleccionar y organizar la información que se recibe en estos medios.

“La educación es un compromiso social general que no sólo afecta ya a los educadores y a las instituciones educativas, sino a toda la comunidad. Para ello es, siempre necesario generar comunidades educativas, climas y ambientes propicios a la educación. Sin negar la importancia vital de la alfabetización y de la lectoescritura, hay que reconocer que ésta no basta ya para capacitar a los jóvenes a la hora de participar en el mundo laboral y social. Es necesario introducir el uso de los lenguajes audiovisuales, de la informática, de los ordenadores y de los nuevos medios. Una escuela consciente, y que responda a las exigencias de nuestro tiempo, no puede renunciar a esta tarea.

La escuela debe contribuir a la consolidación de nuevas comunidades educativas que, trascendiendo espacios y limitaciones, potencie nuevos valores de convivencia y nuevos ámbitos de producción y discusión del saber. Esto obligará a replantear los pilares en que tradicionalmente se han fundado los curricula y a ensayar una suerte de educación multicultural e internacional” (Pérez Tornero, 2000).

Un modelo pedagógico-docente guiado con nuevas tecnologías implica el cambio de roles en los actores del proceso enseñanza aprendizaje. Es decir, tanto en profesores como en alumnos/as.

LOS PROFESORES, como ya se ha comentado pasan de desempeñar el “simple” papel de proveedor del conocimiento a un rol de facilitador, asesor, motivador y consultor del proceso de aprendizaje. Su interacción con los alumnos ya no es transmitirles los conocimientos que posee, sino que se basará en compartir con ellos sus experiencias, apoyarlos y asesorarlos en su proceso de aprender y especialmente estimularles para que desarrollen su capacidad de aprendizaje. Debe ayudar a cada alumno para que se hagan acreedores de su propio saber, para que después lo compartan con los demás; por tanto, de ahí que se diga que el docente debe ser facilitador del aprendizaje del alumno. El docente ahora, no transmite su saber sino que guía y enseña al alumno cómo encontrar y desarrollar el suyo propio, ya que sigue siendo docente-enseñante a pesar de los cambios.

EL ALUMNO, ya no será más el receptor pasivo de los conocimientos que le son entregados para que los aprenda de memoria y luego los repita ante su el docente transmisor de dichos conocimientos o ante cualquier otro. Dejará de ser una parte pasiva de su propio aprendizaje y pasará a ser activo, autónomo y tomará sus propias decisiones sobre lo que quiere y debe aprender (y a qué ritmo lo hará) para lograr sus objetivos. El alumno llegara hasta donde quiera llegar desarrollando su propia capacidad de aprendizaje. Aprenderá a aprender, lo que implicará más oportunidades de aprendizaje ya que podrá hacerlo cuándo y dónde quiera siempre que disponga de los medios necesarios.

PÉREZ TORNERO, José Manuel.,(2000) "Las escuelas y la enseñanza en la sociedad de la información"