Mi nombre es Pennélope V. Alers López. Nací en San Juan y vivo en Carolina, Puerto Rico. Soy la hija mayor de dos hermanas. Mis padres: Gonzalo R. Alers y Migdalia López, puertorriqueños de Caguas y Orocovis, consecutivamente, provienen ambos de familias humildes, especialmente, mi familia por parte maternal ya que mis abuelos maternos son del campo y de poca escolaridad. Ha sido alrededor de estos abuelos y mi familia maternal mi mayor experiencia y/o compartir dentro de lo que se conforma como mi familia extendida. Siempre me he sentido apoyada por mis padres y han sido parte clave en mi proceso académico, inclusive también me siento apoyada por mi hermana menor, Gabriela S. Alers López.
Me considero una persona creativa, versátil y sociable. Desde siempre, he tenido una conexión especial con los niños y es por esta razón que comparto la siguiente historia sobre mi trayectoria:
Había una vez una niña, de 8 años, que reunía a sus peluches y a su hermana menor, su estudiante estrella, para repasar los temas discutidos en la clase de español, inglés y matemáticas. “Por favor, escriban la fecha en la línea de arriba. El tema que discutiremos hoy será suma” decía la niña con firmeza. “Parte uno, repasemos las definiciones para luego hacer ejercicios de práctica” continuó. “¿Alguna duda o pregunta?” Su madre, sin hacer mucho escándalo, se asomaba a la puerta y apreciaba a su hija escribiendo en una pequeña pizarra. Lo que no descubriría hasta más adelante es que la niña poco a poco construía el camino que la llevaría a encontrar su verdadera vocación.
Aunque en su tiempo libre, además de completar sus tareas escolares, practicaba a ser maestra con sus juguetes, Pennélope, era una estudiante de escuela elemental. Como fue mencionado anteriormente, Pennélope era y continúa siendo una niña dedicada, brillante, amable, creativa y parlanchina—así descrita por sus maestros y familiares. Sus maestras de salón hogar la ayudaban, animaban e inspiraban a dar siempre lo mejor de sus capacidades. Todavía recuerda afectuosamente a Mrs. Yahaira Quiñones. Ella fue su maestra de matemáticas de primer grado. Mrs. Yahaira le encantaba hacer actividades con sus estudiantes. Pennélope recuerda que en el año que cursaba primer grado, enfermó y la operaron de las amígdalas. Esta cirugía provocó que ella estuviese una semana y media fuera de la escuela. Mrs. Yahaira, junto a los compañeros de salón hogar de Pennélope, realizaron cada uno una tarjeta de pronta recuperación. Pennélope recibió alrededor de 20 tarjetas. Hasta el día de hoy, Pennélope recuerda ese hermoso gesto de su maestra. Al final del año escolar, Mrs. Yahaira también preparó para cada uno de sus estudiantes un DVD de fotos de todas las actividades y excursiones que el grupo experimentó con ella. Pennélope aprendió que no solo se trata de la relación entre maestro y estudiante, sino que el compañerismo es parte esencial y clave que debe existir dentro de un grupo de salón hogar.
Premiación del Cuadro de Honor (9no)
Ms. Karla Burgos fue la maestra de inglés de segundo grado. ¡Qué especial y amorosa fue y es Ms. Karla Burgos para la familia Alers-López! Pennélope aprendió de actividades y competencias tales como: “Spelling Bee” y la lectura. Ms. Karla también fue muy especial en el compartir durante excursiones y actividades de salón hogar. Con ella, Pennélope aprendió lo importante y esencial que es saber reconocer los esfuerzos de cada estudiante. Ms. Karla solía preparar certificados de reconocimiento para repartir a los estudiantes en cada actividad.
Premiación del Cuadro de Honor (9no)
Ms. Jeannette Marrero fue la maestra de ciencias de tercer grado. Pennélope recuerda con mucho orgullo aquella actividad que realizó la maestra un día en que se celebraba el día de la profesión y el trabajo. La maestra le dio la oportunidad a aquellos padres que quisieran compartir testimonio de lo que consistía su trabajo o profesión. Pennélope aprendió con esta experiencia que la relación entre padres, maestros y estudiantes es clave para un proceso de aprendizaje eficiente y efectivo. También fue muy emotivo y especial para Pennélope que Ms. Marrero la nombró estudiante del mes por su trabajo y carácter ejemplar.
Mrs. Karla Rivera fue maestra de matemáticas de quinto grado. Pennélope aprendió con ella que hacer actividades creativas como las manualidades, escuchar canciones y hacer dinámicas dentro del salón, son herramientas que captan la atención y que ayudan al estudiante a entender mejor los procedimientos enseñados en esta asignatura. La clase se hacía más fácil y a la vez divertida dentro del aprendizaje. Esto siempre y cuando los estudiantes se esfuercen y encuentren enlazarlas con su vida cotidiana.
Mrs. Montoya fue maestra de ciencias de sexto grado. Pennélope la considera una de las pocas maestras en su curso escolar que logró capturar la atención de sus estudiantes a través de proyectos bio-degradables. Pennélope creó un zafacón con tubos PVC que cambiaría la forma en que sus padres botaban la basura en su casa para siempre—o quizás hasta que el zafacón ya no estuviera en buenas condiciones. Además, el proyecto nuevamente logró resaltar la importancia de integrar a los padres en el proceso de enseñanza, así como la aplicación de otras materias como las matemáticas y actividades multisensoriales.
Reciclando y aprendiendo sobre los materiales bio-degradables con Ms. Montoya (ciencias de 6to grado)
Mrs. Sonia López fue maestra de inglés de sexto grado. Ayudó a que Pennélope cultivara un gusto por la lectura a través de una actividad auspiciada por la compañía Pizza Hut. La actividad consistía en tomar un libro, leerlo, compartir un resumen con la clase y la maestra y con esto ganar un boleto para una pizza personal por el excelente trabajo y desempeño. Hasta el día de hoy, Pennélope sueña con incorporar esta actividad con sus futuros estudiantes de educación especial, pero… nos estamos adelantando a la historia.
De izquierda a derecha, sentadas: Mrs. Sonia López y Ms. Montoya
Todas y cada una de estas maestras le facilitaron explorar y apreciar nuevas habilidades que permanecerán con Pennélope para siempre y serán lecciones esenciales que implementa en su carrera académica y de seguro implementará en su carrera profesional.
Como es de esperarse, Pennélope continuó creciendo. Al entrar a los grados de escuela intermedia (séptimo y octavo según el colegio Saint Francis School, donde Pennélope estudiaba), Pennélope se imaginó ejerciendo diversas profesiones, completamente apartadas del magisterio. Luego de haber visto a Legally Blonde un buen número de veces, se imaginó estudiando en Harvard para mejor defender los derechos de las personas con su libreta rosita y la vestimenta que estuviese a la moda. Aunque ese sueño duró poco menos de un mes de su tiempo de estudios a nivel de escuela intermedia, Pennélope, imaginó estudiar y ejercer la profesión de psicología. Tras muchos prejuicios, “ser maestra” se convirtió en un tema controversial ya que, en los ojos del mundo capitalista, era una profesión de muchos sacrificios y pocos recursos económicos. Aunque era su sueño, Pennélope, se propuso a encontrar alternativas similares que ayudaran a niños. Psicología fue una idea que la acompañó hasta la escuela superior donde, tras diversas actividades y experiencias formativas, se percató que el magisterio era la única opción.
Créditos a shondaland.com por la imágen
https://www.shondaland.com/inspire/a37419173/legally-blonde-20th-anniversary/
Al graduarse de octavo grado y adentrarse en la vida de una estudiante “mayor” de escuela superior, le cambió la vida a Pennélope para siempre. En el año 2016 y nuevamente en 2017, a Pennélope se le presentó la oportunidad de ser ayudante de maestra de arte y de los niños más pequeños en el campamento de verano de la Iglesia Metodista de Villa Fontana. A través de este, Pennélope redescubrió su pasión por ayudar y enseñar mientras creaba manualidades y realizaba actividades con niños. Sin embargo, aún guardaba y oprimía sus sentimientos al público espectador que incluía su familia y la escuela que continuamente presionaba y preguntaba a sus estudiantes “¿qué quieren ser cuando grandes?”
Verano 2016 y Verano 2017
En el año 2017, el desgarrador huracán María arrasó con Puerto Rico, dejando a la isla completa sin luz ni agua. Pennélope estuvo alrededor de dos semanas sin clases, sin embargo, siguió aprendiendo, quizás cosas más importantes que resolver expresiones algebraicas, aprendió sobre sí misma. En esas dos semanas que no fue al colegio, Pennélope y su hermana Gabriela, acompañaron a su mamá al trabajo, ya que el edificio tenía planta eléctrica. El trabajo de su mamá habilitó un área para que niños y familiares pudieran quedarse. Pennélope era la mayor entre todos los niños y se autoasignó la tarea de cuidarlos y entretenerlos. Entre juegos de mesa, películas con popcorn y dinámicas divertidas, Pennélope logró entretenerlos. Los padres la conocían, confiaban y agradecían por la ayuda que brindaba en tiempos tan arduos como las primeras semanas tras el desastre de María.
Sin embargo, la experiencia que solidificó el futuro académico y profesional de Pennélope, comenzó con el regreso a clases luego del huracán, al conocer a la maestra de tercer grado de tutorías de su hermana, Mrs. Andrea Rodríguez. El papá de Pennélope estaba en Estados Unidos completando su segunda maestría y su mamá trabajaba de 8 A.M. a 5 de la tarde, por ende, Pennélope se quedaba hasta tarde en la escuela. Sin embargo, Pennélope nunca ha sido fan de estar sola y se atrevió a preguntarle a Mrs. Andrea si le permitía quedarse con ella y su hermana en las tutorías mientras llegaba la hora en que su mamá las recogiera. Mrs. Andrea, tan gentil y amable, la recibió y aceptó como una más de sus estudiantes. Poco a poco pudo apreciar de cerca las situaciones y los problemas en el salón de clases, qué significaba ser una maestra, las responsabilidades, los estilos de aprendizaje, lo que era eficiente y lo que no era eficiente dentro del salón de clases, cómo ganar el respeto de los estudiantes, qué significa ser una maestra a la par de ser una madre de niñas con excepcionalidades, entre otras cosas. Además, le permitió a Pennélope participar en las actividades y ayudar a los estudiantes. De esta manera, Pennélope se desenvolvió de forma directa en el aula escolar y fue la experiencia que la marcó y le dio suficiente fortaleza para decidir que la educación era su vocación y futuro.
Mrs. Andrea fue una de las muchas personas que, a lo largo de la vida de Pennélope, no recomendaban la educación como profesión ideal. Constantemente, le recordaba los retos y los problemas en el salón de clases. Sin embargo, sin darse cuenta, Mrs. Andrea le abrió los ojos y ayudó a afirmar su vocación, la misma que fue rechazada por mucho tiempo, pero volvió más fuerte y rampante que nunca. Así mismo, a través de Mrs. Andrea, fue que Pennélope descubrió el área de terapia ocupacional, el cual le apasiona mucho y se tornó en una meta a largo plazo. Pennélope es eternamente agradecida por la oportunidad que Mrs. Andrea le proveyó.
Ceremonia de Cuadro de Honor de mi hermana
Fiesta de final de semestre
Pennélope continúo recibiendo experiencias formativas y conociendo figuras esenciales para su carrera académica en el transcurso de la escuela superior. Al llegar a décimo grado, Pennélope conoció dos maestras que aportaron grandemente en la formulación del concepto “qué es ser una maestra y cómo se puede ejercerlo efectivamente”. Ms. Ortega fue su maestra de periodismo (9no grado) y español honor (10mo). A lo largo de esos dos años académicos, Pennélope aprendió a través de actividades, charlas, dinámicas, proyectos y actividades extracurriculares a exponerse, expandir su creatividad y proveer su conocimiento a otros, lo cual le apasiona. Pennélope recuerda con cariño la actividad de “La Feria en el Día del Libro” la cual, con ayuda de varias compañeras y la maestra, Pennélope realizó y fue anfitriona de la actividad para el disfrute de sus compañeros.
Ms. Kiara Irizarry fue su maestra de Pre-AP y AP inglés en décimo y undécimo grado, consecutivamente. Su actitud amable y simpática, inspiró nuevamente a Pennélope con los valores esenciales que debe tener una maestra: compasión, paciencia, cariño y versatilidad. También, aprendió que una maestra puede ser exigente, pero de tal manera que no sea abusivo para los estudiantes; fomentaba que a través de diversas actividades se puede proveer las herramientas necesarias a los estudiantes para que puedan aprender mejor; y finalmente, la importancia de darle prioridad a la salud mental de los estudiantes.
Ms. Kiara Irrizarry
Compartir luego de horario de clase
Ms. Kiara Irrizarry
Fiesta de fin de año
Pennélope fue tutora (informal), teacher’s aid, ayudante de maestros en distintas instituciones, directora de ciertas actividades, entre otros. Estas experiencias la ayudaron a no solo decidir su futuro sino a descubrir su vocación para desarrollarla en un sector que lo necesita grandemente. Pennélope desafió a todos los que pensaban que estudiar educación no era “el camino correcto”. Está encaminada en lo que le apasiona, no solo porque la educación especial va a la par con su aspiración de estudios continuados en terapia ocupacional sino porque su sueño es ser parte del cambio que tanto necesita Puerto Rico.
Pennélope comenzó su carrera universitaria en el 2021--justo cuando las escuelas y univesidades estaban poco a poco abriendo sus puertas nuevamente después de la pandemia. La mayoría de sus clases en su primer año académico eran generales, por ende, la primera experiencia de campo que impactó completamente su vida fue en su segundo año.
Edüka Learning Center en Carolina le permitió a Pennélope experimentar la responsabilidad y el gozo que conlleva ser una misis. Pudo planificar su primeras clases demostrativas y llevarlas a cabo. Inclusive, unos años después Pennélope realizó la primera parte de su pre-práctica en esta escuelita. Ahí planificó e impartió clases demostrativas, investigaciones en acción, tutorías y actividades extracurriculares. Fue el inicio de un camino que confirmó su vocación y le permitió afianzar sus destrezas como futura educadora. Cada experiencia en Edüka Learning Center no solo reforzó sus conocimientos académicos, sino que también le mostró la importancia de la empatía, la paciencia y la creatividad en la enseñanza.
Primeras Experiencias Clínicas en Edüka
Pre-Práctica I en Edüka
Para Pennélope, la segunda parte de su pre-práctica fue una de las experiencias más retante y bonita que ha vivido durante su carrera universitaria. Ciertamente, la planificación y la ejecución de todas las actividades educativas fue un ajetreo, sin embargo, tuvo la oportunidad de conocer e impactar a nuevos estudiantes en su alma mater, Saint Francis School en Carolina, pero pudo investigar los procesos de aprendizaje para proponer cambios significativos, planificar y llevar a cabo clases que incorporaran tecnología emergente y el Blended Learning, crear contenido didáctico como hojas de trabajo y una unidad curricular, realizar actividades formativas como: terapia/lectura a perritos terapéuticos y un simulacro de votaciones, y (su favorita) viajar a Guatemala!
Gracias al Proyecto KOSKO, tuve la oportunidad de viajar a Guatemala y apreciar su belleza mientras visitaba escuelas, universidades, talleres y seminarios. Así mismo, pudimos conocer los procesos de enseñanza-aprendizaje particulares y crear conexiones significativas con otros profesionales y cultura.
Pre-Práctica II en Saint Francis School
Viaje a Guatemala (FAUSAC)
Luego de graduarse de su bachillerato en Educación Especial, la meta a largo plazo de Pennélope, es certificarse en Terapia Educativa y fundar su propia escuela/institución académica especializada que además de ofrecer servicios educativos, ofrece servicios de terapia del habla, ocupacional y educativa-multi-sensorial.
Llena de aprendizajes y con la certeza de su vocación, Pennélope se prepara para la práctica docente, sabiendo que lo vivido hasta ahora ha sido solo un prólogo. Porque, en realidad, ¡apenas es el comienzo! <3
- Michelle Obama