Evaluación del aprendizaje
El(la) estudiante maestro(a) utiliza estrategias de assessment para recopilar información del aprendizaje de cada uno de sus alumnos. Diseña y adapta instrumentos de evaluación para garantizar el desarrollo continuo de cada aprendiz.
Evaluación del aprendizaje
Para evidenciar esta competencia, presento una prueba diagnóstica y dos pruebas cortas que preparé y trabajé con mis estudiantes de educación especial de ruta 1 durante mi práctica docente. Estas evaluaciones me ayudaron a conocer mejor el nivel en que se encontraban y cómo iban progresando a medida que trabajábamos los distintos temas en clase. La prueba diagnóstica tenía cuatro partes: en la primera, los estudiantes debían dividir palabras en sílabas, contar cuántas tenían y clasificarlas como monosílabas, bisílabas, trisilábicas o polisílabas. En la segunda parte, identificaban la sílaba tónica y clasificaban las palabras como agudas, llanas, esdrújulas o sobresdrújulas. Luego, en la tercera parte, trabajaron una lectura breve y contestaron preguntas de comprensión, y para cerrar, la cuarta parte fue de expresión escrita, donde podían escribir libremente sobre un tema sencillo. Después de esa prueba inicial, preparé dos pruebas más sencillas para seguir observando su progreso. La primera se enfocó completamente en la sílaba tónica, y la segunda en las reglas de acentuación, específicamente con palabras agudas y llanas. En ambas, los estudiantes debían aplicar lo que habían aprendido, reconociendo y clasificando palabras según lo discutido en clase. Estas evaluaciones no solo me sirvieron para ver cuánto habían aprendido, sino también para adaptar lo que hacía en el salón y apoyar mejor a quienes necesitaban más ayuda.
Relaciono este trabajo directamente con la competencia 8 porque, más allá de aplicar exámenes, utilicé estas evaluaciones como herramientas para observar, reflexionar y tomar decisiones sobre mi enseñanza. Desde el inicio pensé en cómo adaptar las pruebas para que fueran accesibles para todos mis estudiantes. Por eso usé un tamaño de letra más grande, cuidé el diseño y mantuve el formato que ya conocían. Así me aseguré de que lo que realmente estuviera evaluando fuera el conocimiento, no su capacidad de entender instrucciones o lidiar con una presentación confusa. Escogí este trabajo como evidencia porque siento que resume bien mi esfuerzo por conocer a mis estudiantes desde una mirada auténtica y académica. Me permitió ver que la evaluación no es solo poner una nota, sino una oportunidad para observar cómo piensan, qué saben, y cómo puedo ayudarlos a avanzar. Además, este proceso me ayudó a identificar detalles importantes, como el hecho de que no siempre todo el contenido debe estar en una prueba diagnóstica, sobre todo si ya ha sido trabajado antes. También aprendí que es necesario pensar bien en cómo se asignan los puntos para que reflejen lo que realmente quiero valorar.
Esta experiencia fue muy significativa para mí. Aunque antes había creado pruebas como parte de tareas universitarias, nunca había vivido el proceso completo: diseñarlas, aplicarlas, corregirlas y analizarlas con la intención de mejorar mi enseñanza. Fue un momento que me ayudó a crecer y a darme cuenta de muchas cosas que no había considerado. Me llamó mucho la atención, por ejemplo, ver cómo reaccionan los estudiantes al momento de tomar un examen: algunos se muestran ansiosos, otros lo ven como un reto, y otros simplemente lo disfrutan. Eso también es parte de lo que hay que observar como maestra. Todo eso me dio información valiosa no solo académica, sino también emocional y personal sobre mis estudiantes.
De cara al futuro, sé que tendré que hacer este tipo de evaluaciones constantemente, así que agradezco haber vivido esta experiencia en la práctica. Me permitió ver lo que funcionó, lo que debo ajustar, y sobre todo, me reafirmó la importancia de hacer evaluaciones pensadas, adaptadas y con propósito. Si tuviera que hacerlo nuevamente, cambiaría algunas cosas: evitaría incluir ejercicios que ya habían sido evaluados, ajustaría los puntos para que fueran más justos, y confiaría más en mi criterio como docente en formación. Hoy entiendo que evaluar no es solo medir resultados, sino acompañar el proceso de cada estudiante con empatía, intención y compromiso.
Para evidenciar la competencia ocho de mi formación como futura maestra, he elegido una lista de cotejo que desarrollé para una clase demostrativa sobre el tema de los antónimos. Esta lista fue creada como parte de mi prepráctica dos en un salón de educación especial, requisito de la clase EDES 4000, "Metodología de la Enseñanza en Educación Especial K-12," impartida por la Dra. Nancy López durante el semestre de enero a mayo de 2024. Más allá de cumplir con los requisitos académicos, esta herramienta me permitió recopilar información sobre el desarrollo y el aprendizaje de mis estudiantes, aspecto esencial para un proceso de enseñanza efectivo y adaptado a sus necesidades.
Elegí esta lista de cotejo como evidencia de la competencia ocho porque ilustra la implementación de estrategias de assessment orientadas a la recopilación de datos sobre el aprendizaje individual de cada estudiante. La competencia establece que el futuro maestro debe diseñar y adaptar instrumentos de evaluación para asegurar el progreso continuo de los estudiantes, y este trabajo cumple con esos lineamientos. Para su creación, me basé en el Módulo 3 de "El ABC del proceso de avaluación y evaluación en la educación especial, diferenciada e inclusiva," donde encontré un modelo visual que me ayudó a estructurar mi propia lista de cotejo. Después de identificar los aspectos clave que quería observar, organicé la tabla con una escala de puntuación del 3 al 0, de mayor a menor, en la que incluí tres subtemas: participación, comprensión del cuento y desempeño en las actividades posteriores a la lectura. Para finalizar, agregué un espacio para comentarios adicionales y una casilla para la puntuación total, brindando una visión completa del desempeño del estudiante durante la clase.
Decidí usar esta lista de cotejo para evaluar a dos estudiantes de primer grado, a quienes impartí la lección sobre antónimos. Me pareció el método más apropiado y accesible, ya que permitía evaluar diversas áreas en una sola herramienta y recoger la información necesaria para evaluar el aprovechamiento de la clase. A través de esta evaluación, pude comprobar que los estudiantes lograron comprender el tema, aunque también pude identificar áreas de mejora en aspectos como la participación y la capacidad de seguir instrucciones.
La creación de esta lista de cotejo me brindó un aprendizaje significativo, ya que era la primera vez que diseñaba un instrumento de evaluación de este tipo. Inicialmente, definir los criterios de evaluación fue un reto; sin embargo, gracias al ejemplo visual y la claridad del propósito, logré estructurar los requisitos de forma natural, alineándolos con los objetivos de la lección. Este tipo de assessment resulta valioso, ya que permite al docente no solo evaluar conocimientos teóricos, sino también observar competencias en tiempo real, como la comprensión y la participación, capturando aspectos que un examen tradicional podría pasar por alto.
A nivel personal, esta experiencia representa un avance importante en mi formación profesional como futura maestra de educación especial. Haber diseñado esta lista de cotejo no solo me proporciona una herramienta útil para el futuro, sino que también me permitirá realizar un seguimiento más profundo del desarrollo socioemocional y académico de mis estudiantes. Como futura maestra de educación especial, considero fundamental el conocimiento de herramientas de evaluación que permitan observar áreas más amplias que las que abarcaría un examen convencional, pues mis estudiantes requieren una observación cuidadosa que revele posibles dificultades académicas, permitiendo así buscar soluciones adecuadas. La realización de esta tarea, por tanto, fue de gran relevancia para mi desarrollo profesional.
Si tuviera la oportunidad de rediseñar esta lista, añadiría criterios de evaluación adicionales, relacionados con habilidades específicas como el vocabulario y la escritura, para lograr una evaluación más detallada y completa. A pesar de ello, me siento satisfecha con el trabajo realizado y confío en que, en futuras ocasiones, podré aplicar estos aprendizajes para mejorar mis instrumentos de evaluación, beneficiando así a mis futuros estudiantes.
En este seminario no requirió evidenciar esta competencia.