Comunicación
El(la) estudiante maestro(a) demuestra propiedad y corrección en el uso de la comunicación verbal y no verbal. Conoce el valor del lenguaje como herramienta para estimular la expresión oral y escrita, la indagación y la interacción colaborativa dentro y fuera de la sala de clases.
Para evidenciar la competencia 6, presentó una grabación de la lectura del cuento Rapunzel con piojos, que realicé como parte de mi proyecto con padres durante la práctica docente. Este trabajo fue diseñado específicamente para apoyar a un estudiante cuya madre no sabe leer. En el marco del proyecto, se les pide a las familias que compartan momentos de lectura en el hogar, fomentando así el hábito lector y el vínculo afectivo a través de la literatura. Sin embargo, en este caso particular, me encontré con una situación que podía convertirse en una barrera: ¿cómo participaría si la madre no podía leerle a su hijo?
Fue entonces cuando decidí grabar mi voz leyendo el cuento, con el propósito de que tanto el estudiante como su madre pudieran escuchar la historia juntos. Además de leer el texto, incluí preguntas estratégicas antes, durante y después de la lectura para fomentar la comprensión, estimular la conversación y fortalecer la interacción entre ambos. Esta fue una forma de asegurar que, aunque existieran limitaciones en cuanto a la alfabetización adulta, eso no fuera un obstáculo para disfrutar de una experiencia literaria significativa en familia.
Este trabajo se relaciona directamente con la competencia 6 porque demuestra que sé utilizar con propiedad y corrección la comunicación verbal como herramienta pedagógica. A lo largo de la grabación cuidé mi pronunciación, entonación, ritmo y expresión, utilizando la prosodia de manera consciente para captar la atención del oyente, mantener el interés y facilitar la comprensión del texto. Esta no fue una lectura mecánica, sino intencionalmente pensada para conectar emocionalmente con quien la escuchara, buscando que el lenguaje se convirtiera en un puente entre el hogar y la escuela.
Seleccioné esta evidencia porque no solo pone en práctica mis destrezas comunicativas, sino que también muestra una actitud proactiva, empática y sensible hacia las realidades de mis estudiantes y sus familias. No todas las evidencias que se presentan durante la práctica docente tienen el potencial de impactar fuera del salón de clases, pero esta sí. Representa mi esfuerzo por romper barreras, por crear inclusión y por asegurar que el aprendizaje pueda llegar a todos, sin importar las circunstancias. Además, refleja una comunicación significativa que va más allá del contenido académico: una comunicación que acompaña, que acoge y que transforma.
Haber pasado por esta experiencia fue enriquecedor tanto a nivel personal como profesional. Me permitió redescubrir el valor de la lectura en voz alta, no solo como una estrategia de enseñanza, sino como un acto de generosidad, cercanía y respeto. A nivel profesional, me ayudó a fortalecer mis destrezas orales, a reconocer la importancia de la prosodia y a validar la utilidad de las herramientas digitales como medio para acercarme a mis estudiantes. También reforzó mi convicción de que enseñar no es solo impartir conocimientos, sino también encontrar caminos creativos para conectar con cada niño y su entorno.
Esta experiencia, sin duda, tuvo un gran impacto en mí como futura educadora. Me hizo reflexionar sobre la importancia de tener una comunicación clara, significativa y adaptada a las necesidades de mis estudiantes. También me reafirmó en mi compromiso de ser una maestra que no solo enseña, sino que escucha, que observa y que actúa desde la empatía y la creatividad. Porque comunicar no es solo hablar; es saber cómo, cuándo, con quién y para qué lo hacemos. Y eso, en la enseñanza, lo es todo.
La competencia seis de mi formación docente enfatiza el dominio y la corrección en el uso de la comunicación, tanto verbal como no verbal, y subraya el valor del lenguaje como una herramienta esencial para estimular la expresión oral y escrita, fomentar la indagación y facilitar la interacción colaborativa en el contexto educativo. Como evidencia para esta competencia, he seleccionado un video grabado durante una tutoría de lectoescritura que ofrecí a un estudiante de segundo grado con dificultades en el reconocimiento de letras y sonidos. Esta actividad se realizó en el marco de la clase EDPE 3060-0U1, impartida por la profesora Carmen Pujols, durante el semestre de agosto a diciembre de 2023. La asignatura se centra en la enseñanza de lectoescritura para niños de primaria, y el video documenta una sesión en la que trabajé con el cuento Borreguita y el Coyote de Verna Aardema para fortalecer la fonética del estudiante mediante la identificación y escritura de vocales en los sonidos onomatopéyicos del cuento.
El video seleccionado ilustra la segunda actividad de la tutoría, donde el estudiante debía reconocer y escribir las vocales presentes en los sonidos onomatopéyicos del cuento, tales como “chooc,” “aauuu,” “tac,” “beeee,” y “ayyy.” Para iniciar, le proporcioné una pizarra pequeña para que pudiera identificar y escribir las vocales, promoviendo un entorno de práctica antes de proceder con una hoja de trabajo que evaluaba su habilidad de completar palabras incompletas con las vocales faltantes. Esta última actividad buscaba identificar posibles dificultades en el reconocimiento de vocales en posiciones específicas dentro de las palabras, como el inicio, medio o final.
Esta tutoría evidencia la competencia seis al demostrar el uso adecuado de habilidades comunicativas clave que facilitan el aprendizaje. La comunicación verbal y no verbal desempeñaron un papel crucial, pues utilicé un tono de voz claro y adecuado para asegurar que el estudiante escuchara y entendiera correctamente cada sonido y palabra. Además, cuidé de utilizar términos precisos como "vocales" y "consonantes", de manera que el estudiante comenzara a familiarizarse con conceptos gramaticales fundamentales desde temprana edad. Asimismo, cuando el estudiante cometía errores, utilicé un lenguaje alentador y frases como “Vamos, tú puedes hacerlo,” acompañadas de repeticiones y adaptaciones de las instrucciones para que no se sintiera intimidado o presionado, logrando que el proceso de aprendizaje fuera seguro y motivador.
La elección de este video como evidencia de la competencia seis se basa en la capacidad que me brinda para mostrar cómo utilizo el lenguaje para promover la expresión y comprensión en el estudiante. La naturaleza audiovisual de esta evidencia permite observar detalladamente mi manejo del lenguaje verbal y no verbal, así como mi habilidad para motivar y guiar al estudiante, elementos esenciales en la enseñanza. En particular, el video muestra mi esfuerzo por mantener una dicción y pronunciación claras, reforzando mi enfoque en que el estudiante comprendiera y practicara los sonidos de las vocales en un entorno de aprendizaje positivo. Por otro lado, al corregir errores, recurrí a un enfoque formativo, empleando cada equivocación como una oportunidad de aprendizaje. Esto incluyó la introducción de tarjetas con vocales para que el estudiante pudiera visualizar y comprender mejor la diferencia en los sonidos, promoviendo así su autoconfianza y su motivación para participar activamente.
La experiencia de impartir una tutoría de lectoescritura a un estudiante de segundo grado fue, sin duda, un punto de inflexión en mi formación docente. Recuerdo claramente los sentimientos de nerviosismo que me acompañaron durante esta actividad, pues era apenas la segunda vez que asumía la responsabilidad de guiar el aprendizaje de un estudiante. Esta tarea me permitió experimentar, en carne propia, la magnitud de la responsabilidad que implica ser docente y me dejó aprendizajes que serán fundamentales para mi crecimiento profesional. A través de esta experiencia, entendí de manera práctica el valor del ensayo y error en la enseñanza y, sobre todo, descubrí que la práctica continua es esencial para mejorar y adquirir confianza en el aula.
Uno de los aprendizajes más significativos que obtuve de esta experiencia fue la importancia de la autoconfianza en el proceso de enseñanza. Aunque al principio tenía muchas dudas e inseguridades, la tutoría me demostró que mi esfuerzo estaba generando un impacto positivo en el estudiante, y esto me ayudó a fortalecer mi sentido de competencia en el rol de maestra. Sentir que estaba contribuyendo al desarrollo de un niño en su proceso de lectoescritura me hizo ver el valor de mi labor, lo cual fue muy alentador y me motivó a continuar perfeccionando mis habilidades.
Para mi desarrollo profesional como futura maestra de educación especial, esta tutoría fue una valiosa práctica. Me brindó la oportunidad de mejorar mi dicción, mi pronunciación y mi capacidad para resolver problemas en tiempo real, especialmente cuando el estudiante no comprendía las instrucciones y necesitaba encontrar formas alternativas para explicarle el contenido. Además, pude reforzar mis habilidades comunicativas y reflexionar sobre el impacto del lenguaje como una herramienta que facilita la comprensión y la interacción en el aula, un aspecto central de la competencia seis.
Después de reflexionar sobre esta actividad y de observar el video de la tutoría, pude identificar aspectos que cambiaría si tuviera la oportunidad de repetirla. Por ejemplo, reduciría la cantidad de tareas asignadas al estudiante, ya que en ese momento, mi inexperiencia y entusiasmo me llevaron a querer incorporar múltiples estrategias y actividades en una misma sesión. Aunque bien intencionado, esto generó que el estudiante se cansara, afectando su motivación durante la actividad. Esta experiencia me ha enseñado la importancia de mantener un equilibrio entre la cantidad de tareas y el nivel de atención del estudiante para que el aprendizaje sea más efectivo y satisfactorio.
Mirando hacia atrás, me siento orgullosa del progreso que he logrado y de los cambios positivos en mi manera de enseñar desde esa tutoría. Cada error que cometí me ayudó a aprender, y cada acierto me brindó seguridad para seguir avanzando en mi camino hacia la enseñanza. La práctica en el aula, sumada a la reflexión continua, ha sido clave para mejorar mi enfoque pedagógico. Hoy puedo decir que esta tutoría no solo me dejó aprendizajes importantes, sino que también marcó un momento de reafirmación en mi vocación como educadora.
*Tengo permiso para mostrar la cara del estudiante
En este seminario no requirió evidenciar esta competencia.