Planificación de la enseñanza:
El estudiante maestro planifica la enseñanza basándose en el conocimiento de la materia, de los alumnos, de la comunidad y de las metas del currículo.
La evidencia que presento para esta competencia es un plan semanal que desarrollé e implementé en el grado de quinto como parte de mi práctica docente en la Escuela Prisco Fuentes Allende, dentro del Programa de Educación Especial. Este plan fue llevado a cabo del 7 al 11 de abril de 2025 y estuvo centrado en el desarrollo de las siguientes destrezas: clasificación de palabras según su acentuación (agudas, llanas, esdrújulas y sobreesdrújulas), comprensión lectora, predicción e identificación fonética. El plan estaba cuidadosamente estructurado con actividades diseñadas para promover el aprendizaje activo, la diferenciación según niveles, la integración de herramientas tecnológicas y la incorporación de momentos socioemocionales. Cada día se planificó con intención, atendiendo tanto a los estándares del currículo como a las necesidades particulares de mis estudiantes.
Durante el lunes, comenzamos con una actividad lúdica llamada “Encuentra los huevitos”, en la cual los estudiantes buscaban huevitos escondidos en el salón que contenían palabras. Luego, trabajaban en grupos pequeños clasificando esas palabras por su acento. En el desarrollo, se presentó el tema de forma interactiva y los estudiantes realizaron ejercicios escritos. El martes se realizó el juego “Lee la palabra y encuentra a su compañero”, promoviendo el reconocimiento auditivo y visual de palabras y su clasificación. Luego, los estudiantes utilizarón sus computadoras para trabajar actividades interactivas con recursos digitales como Educaplay y Liveworksheets. El miércoles la clase comenzó con una actividad de mindfulness auditivo, donde los estudiantes escucharon un audio relajante y expresaron lo que imaginaron mediante dibujos o escritura. Esto permitió una transición emocionalmente positiva hacia el trabajo de lectura. Luego dividí la clase en dos grupos según su nivel de lectura: el grupo azul trabajó de forma independiente una lectura y contestó preguntas de comprensión, mientras que el grupo amarillo repasó fonemas claves conmigo, leyó con apoyo un texto sencillo y respondió oralmente. El cierre se transformó en una discusión colectiva sobre "La verdadera historia de los tres cerditos", generando conexiones con el cuento original. El jueves y viernes no se ofrecieron clases regulares debido a un field day y un taller institucional. Esto llevó a replantear algunas actividades, las cuales fueron anotadas y adaptadas para la semana siguiente. Durante toda la semana documenté el progreso de cada estudiante utilizando una escala del 1 al 5 según el nivel de logro en cada objetivo. Este sistema de evaluación formativa me permitió identificar necesidades específicas y ajustar mi enseñanza en tiempo real.
Seleccioné este plan semanal como evidencia de la competencia de planificación porque refleja mi capacidad de organizar la enseñanza con intención pedagógica, adaptabilidad y sensibilidad a las necesidades del grupo. A lo largo de la semana, no solo diseñé actividades variadas y alineadas al currículo, sino que también respondí activamente ante situaciones inesperadas como ausencias, cambios de horario y ritmos de trabajo diversos. Planifiqué actividades diferenciadas entre dos grupos: el grupo azul, que trabajó de forma más autónoma, y el grupo amarillo, que recibió un apoyo más cercano en destrezas de fonética y lectura. Esta diferenciación surgió del conocimiento que tengo sobre mis estudiantes y su progreso observado. Además, integré recursos tecnológicos, juegos educativos, estrategias socioemocionales y evaluaciones continuas. Todo esto se combinó para formar una experiencia educativa estructurada, pero a la vez flexible. Un aprendizaje importante que obtuve fue la comprensión de que planificar va más allá de llenar una tabla: es anticipar, observar, adaptar y volver a intentar. Aprendí a pensar en la planificación como un proceso cíclico donde el estudiante siempre está al centro.
Esta experiencia fue significativa porque reafirmó mi visión de que la planificación debe ser sensible, contextualizada y flexible. Me enseñó que tener una planificación clara me da estructura y dirección, pero también me recordó que debo estar abierta al cambio y a los imprevistos que surgen en el día a día del aula. Como futura maestra, este trabajo me ayudó a fortalecer mi identidad docente. Aprendí que planificar no es solo cubrir contenido, sino crear experiencias de aprendizaje auténticas, inclusivas y memorables. También me dio herramientas para evaluar de forma continua y utilizar esos datos para rediseñar mi enseñanza con intención y propósito. Si volviera a realizar este plan, gestionaría mejor el tiempo para asegurar que se pueda llevar a cabo el cierre de cada clase. Hubo momentos donde algunas actividades quedaron incompletas por falta de tiempo, lo cual me mostró la importancia de planificar con márgenes realistas. También reforzaría la claridad de instrucciones antes de actividades digitales para evitar confusiones iniciales. En resumen, esta evidencia demuestra que soy capaz de planificar desde el conocimiento profundo del contenido, del grupo y del contexto. Es un reflejo claro de cómo mi formación me ha preparado para diseñar experiencias educativas ricas, diversas y centradas en el bienestar y desarrollo de mis estudiantes.
Durante el semestre de enero a mayo del 2024, tuve la oportunidad de desarrollar y poner en práctica un plan de clases como parte de los requisitos de las asignaturas EDES 4000 (Metodología de la Enseñanza en Educación Especial K-12) y EDPE-3058-OU1 (La enseñanza de la gramática en el nivel elemental). Este plan estuvo dirigido a estudiantes de primer grado en una sala de educación especial a tiempo completo y se centró en la enseñanza del concepto de los antónimos de una manera dinámica y accesible para los alumnos. A través de este ensayo, profundizaré en los detalles de esta experiencia, los aprendizajes que me proporcionó y las reflexiones que han surgido al respecto, evidenciando cómo esta lección ha contribuido a mi formación como futura maestra de educación especial. El plan de clases que presenté como evidencia estaba cuidadosamente estructurado para cumplir con los estándares de primer grado en la enseñanza del español y la gramática, así como con los principios de planificación para la enseñanza en educación especial. El objetivo principal era introducir a los estudiantes al concepto de los antónimos de una forma que fuera accesible, atractiva y que pudiera captar su atención durante el tiempo que durara la lección. Al tratarse de una clase diseñada específicamente para estudiantes con dificultades en lectura y escritura, mi enfoque no solo se centró en transmitir el contenido, sino también en asegurarme de que cada actividad fuera apropiada para sus niveles de habilidad y necesidades educativas individuales.
El plan incluye una estructura detallada que abarca desde los estándares de aprendizaje hasta la evaluación final. Comencé con una breve introducción para activar el conocimiento previo de los estudiantes, invitándolos a hacer predicciones sobre la lectura seleccionada: El Capitán Antónimo, de Cristina Soler Navarro. Esta historia gira en torno a un capitán de barco pirata que siempre responde de manera contraria a lo que le dicen, lo cual sirvió como un excelente ejemplo contextual para presentar la idea de los antónimos. Tras la lectura, utilicé preguntas de comprensión para asegurarme de que los estudiantes habían entendido el relato y, a partir de ahí, guie la discusión hacia la identificación de las palabras antónimas dentro del texto. El uso de vocabulario de la lectura me facilitó la explicación del concepto de antónimos de una forma clara y contextualizada, especialmente porque entro de la lectura se define que son las palabras antónimas. Durante el desarrollo de la lección, los estudiantes participaron en un juego que consistía en hacer lo contrario de lo que yo les indicaba. Por ejemplo, si yo decía “párense”, ellos debían sentarse, y si yo decía “hablen en voz baja”, ellos debían hablar en voz alta. Este juego fue diseñado para reforzar el concepto de los antónimos de manera lúdica y para ofrecerles una oportunidad de interactuar activamente en la clase, algo crucial para mantener su interés y motivación. Para cerrar la clase, los estudiantes completaron dos hojas de trabajo: una en la que debían trazar la definición de “antónimo” y luego intentar escribirla por sí mismos, y otra en la que debían recortar y pegar imágenes que representaran conceptos opuestos. Luego vimos un video que sirvió de repaso. A un lado de esto, el plan de clase escrito termina con las siguientes dos partes: evaluación o assessment en el cual coloque las dos hojas de trabajo que los estudiantes realizaron y los materiales que se iban a utilizar durante la clase.
Elegí este plan de clases como evidencia para la competencia tres porque refleja mi habilidad para planificar la enseñanza basándome en el conocimiento de la materia, de los alumnos y de la comunidad, así como en las metas del currículo. Para preparar este plan, realicé una investigación exhaustiva sobre métodos efectivos para enseñar antónimos a estudiantes de primer grado, además de consultar los estándares curriculares y las recomendaciones de mi maestra cooperadora. No solo tomé en cuenta las habilidades académicas de los estudiantes, sino también su contexto socioeconómico. La mayoría de ellos provienen de una comunidad de bajos recursos, lo que me llevó a planificar actividades que utilizaran materiales accesibles como papel, lápices y crayones, así como recursos digitales que yo pudiera proporcionar, como un libro electrónico y un video educativo. Uno de los aspectos más complejos de esta experiencia fue la necesidad de ajustar las actividades a las características específicas de los estudiantes. Los dos alumnos a los que estaba destinada esta lección presentaban dificultades significativas en la lectura y la escritura, por lo que no podían completar las tareas de manera independiente. Esto me obligó a repensar cómo podría enseñarles el concepto de los antónimos sin depender del uso de texto o de actividades que implicaran demasiada escritura. Así que diseñe las hojas de trabajo con la intención de brindarles una oportunidad para practicar trazos y relacionar imágenes con su otra imagen opuesta, en lugar de centrarse en la lectura de oraciones o en la redacción de textos, que hubiera sido una barrera para ellos.
Aquí presento la forma en que organice mi plan:
· Fecha
· Tema
· Estándares y expectativas
· Objetivos
· Inicio
· Desarrollo
· Cierre
· Assessment o Evaluación
· Materiales
Esta experiencia me enseñó lecciones valiosas. Aprendí que la planificación debe ser flexible y ajustada a la realidad del aula, ya que no todas las actividades planeadas resultan tan atractivas para los estudiantes como uno espera. En esta ocasión, noté que los estudiantes se cansaron rápidamente, lo que me llevó a reflexionar sobre la importancia de no sobrecargar un plan con demasiadas actividades, especialmente en contextos de educación especial donde la capacidad de atención puede ser limitada. A pesar de estos desafíos, mi maestra cooperadora me dio comentarios positivos, reconociendo que los estudiantes se mantuvieron más concentrados de lo habitual y que logré motivarlos a través de actividades lúdicas y audiovisuales.
A nivel personal, esta fue una experiencia significativa porque representó mi primera oportunidad de enseñar en mi área de concentración. Aunque me sentí frustrada por no haber alcanzado un control de grupo óptimo, esta experiencia me ayudó a comprender que el éxito en la enseñanza no se mide solo por la ejecución perfecta de un plan, sino por la capacidad de adaptación y aprendizaje continuo. Aprendí a equilibrar mis expectativas con las necesidades reales de los estudiantes y a priorizar su motivación y participación sobre la cantidad de actividades planeadas. Si tuviera la oportunidad de repetir esta experiencia, haría algunos cambios. Reduciría el número de actividades para evitar que los estudiantes se sintieran abrumados y me enfocaría más en extender el tiempo dedicado a las actividades que realmente captaron su interés. Esta experiencia me enseñó que un buen plan de clases no se trata de cuántas actividades se realicen, sino de cuán efectivamente se capta la atención y el interés de los estudiantes. Esto implica conocer a fondo sus capacidades y limitaciones, y crear un ambiente de aprendizaje que les permita participar y disfrutar del proceso.
Plan de clases
Lectura "El Capitan Antonimo"
Hoja de trabajo #1
Hoja de trabajo #2
Los estudiantes realizando las hojas de trabajo
Video que utilizo para finalizar la clase
Describiendo y contextualizando
El trabajo que traigo como evidencia para la competencia tres es un plan de tutoría titulado "La gran aventura de Lucas", el cual se centra en el desarrollo de habilidades de lectoescritura, específicamente en la comprensión fonológica y la escritura correcta de palabras que comienzan con las letras 'l', 'b' y 'd'. Este plan fue elaborado como parte de los requisitos de la clase de EDPE 3060-0U1, impartida por la profesora Carmen Pujols. El contexto de esta actividad fue la necesidad de cumplir con los objetivos de la clase, que enfatiza el desarrollo de habilidades pedagógicas y la comprensión de los procesos de aprendizaje de la lectoescritura en los grados primarios. La fecha de entrega del trabajo fue el 30 de noviembre de 2023, mientras que la tutoría se llevó a cabo el día anterior, el 29 de noviembre. Las fechas exactas de la planificación del plan de tutoría fueron alrededor del 27 y 28 de noviembre de 2023. El plan de tutoría "La gran aventura de Lucas" esta divido en tres partes: inicio, desarrollo y cierre, con la inclusión de los materiales necesarios para llevar a cabo las actividades propuestas.
En el inicio, planifique leer la lectura del libro "La gran aventura de Lucas" para establecer el contexto y preparar al estudiante para las actividades siguientes. Luego le sigue la parte del desarrollo, donde postule una serie de actividades diseñadas para reforzar el reconocimiento de palabras con las letras 'l', 'b' y 'd'. Esto incluye juegos interactivos en la computadora, la ubicación de láminas rotuladas del cuento y la escritura de palabras utilizando letras móviles, todas enfocadas en la participación activa del estudiante. Para concluir el plan, propuse llevar acabo un diálogo sobre las palabras trabajadas y donde también invitaría al estudiante a escribir dos palabras de las que hemos trabajado en un papel como parte de su práctica final. Los materiales necesarios para llevar a cabo estas actividades incluyen el libro "La gran aventura de Lucas", una computadora con juegos interactivos, láminas rotuladas del cuento, letras móviles, papel y lápiz.
Justificación
El trabajo que presento como evidencia es un plan de enseñanza que se alinea perfectamente con la competencia tres, ya que consiste en que el estudiante maestro planifique, adapte y diseñe la enseñanza basándose en el conocimiento de la materia, de los alumnos, de la comunidad y de las metas del currículo. Elegí este trabajo como evidencia porque cumple con la competencia tres en varios aspectos, pero principalmente porque se trata de un plan. Para elaborar este plan, utilicé la información proporcionada por la profesora Carmen Pujols de la clase EDPE 3060-0U1 sobre la enseñanza de la lectoescritura. Específicamente, seguí los consejos y guías que nos dio la profesora, como enfatizar en que la lección sea significativa para el estudiante, dar más importancia en que el estudiante aprenda los sonidos de las letras y las pueda identificar auditiva y visualmente, y alinear el aprendizaje de las letras con el vocabulario de libros o videos para que tengan contexto y no sean solo letras. Para reflejar estos consejos en mi plan, utilicé un libro como base y contexto para las letras y el vocabulario que estaría trabajando con el alumno.
Luego me enfoqué en que el niño reconociera auditivamente las letras L, B y D, y luego que las reconociera visualmente. Utilicé el cuento "La gran aventura de Lucas" porque trataba sobre dinosaurios, algo que al niño le gustaba, y así aseguré que la lección fuera significativa para él. Además de utilizar estos consejos como guía principal para realizar mis planes, también tuve en cuenta los intereses y gustos del estudiante. Para esto, creé juegos en la computadora y cambié la dinámica de enseñanza convirtiéndola en un juego, ya que noté que cuando jugábamos, el niño se motivaba más a aprender. Para el plan de esta tutoría, me basé en el estándar 2.L.2.1 Dominio de la lengua, donde el estudiante demuestra dominio de las normas gramaticales y ortográficas del español al producir discursos orales y escritos claros, coherentes y cohesivos. Específicamente, en las siguientes expectativas:
Demuestra comprensión de palabras habladas, sílabas y sonidos (fonemas).
Distingue los diferentes sonidos que hacen distintas combinaciones de sílabas directas.
Combina y segmenta los sonidos (fonemas) consonánticos y vocálicos de una sílaba.
Aísla y pronuncia los sonidos (fonemas) vocálicos y consonánticos iniciales, medios y finales en palabras habladas de una sola sílaba.
También me basé en el estándar 2.LLI.1 Lectura de textos literarios e informativos, donde el estudiante, mediante el dominio de los cinco componentes lingüísticos, examina, organiza y evalúa información de textos literarios e informativos para construir un significado y desarrollar el pensamiento crítico. Especialmente, en la expectativa que se refiere a utilizar estrategias para monitorear la comprensión. Esta tutoría fue la última de cuatro que le ofrecí al estudiante. En las primeras dos, me enfrenté al desafío de que el niño se desmotivaba y perdía interés rápidamente en las actividades. Sin embargo, después de modificar mis estrategias y adaptarlas a algo que llamara más la atención del niño, como los juegos en la computadora, pude observar mejoras en su desempeño para ya para la última tutoría.
El aprendizaje significativo que obtuve de este trabajo es que utilizar los intereses y gustos de los estudiantes, así como adaptarse a su estilo de aprendizaje, resulta fundamental. Al implementar estos cambios, pude notar cómo el estudiante disfrutaba más de las tutorías. De hecho, en la última sesión, ocurrió un momento revelador: el niño comenzó a identificar por sí mismo las letras iniciales de algunas palabras que habíamos trabajado previamente, lo hizo con entusiasmo y emoción. Este hecho me hizo ver que cambiar de estrategia tuvo un efecto positivo y logré que el niño se sintiera motivado y emocionado al aprender. Me sentí orgullosa tanto de su progreso como de mi capacidad para enseñar de manera que él pudiera comprender. Además de la experiencia en sí de llevar a cabo el plan, también aprendí la importancia de una buena planificación para una lección fluida. Me di cuenta de que una planificación detallada ayuda a identificar lo que funciona y lo que no, y cómo se puede mejorar. Esta lección la aprendí a partir del primer plan, que no estaba bien estructurado y, por lo tanto, la tutoría no fue tan exitosa. Sin embargo, cuando comprendí la necesidad de ser más precisa y detallada en mi planificación, vi una mejora notable en las siguientes tres sesiones que diseñé, incluyendo esta última, que fue la más exitosa. Por lo tanto, comprendí que no solo la planificación adecuada es fundamental, sino que también la práctica ayuda a mejorar y facilita la elaboración de planes efectivos.
Reflexión final
La parte más significativa de esta experiencia para mí fue crear planes diseñados exclusivamente para satisfacer las necesidades del niño. Aunque inicialmente se decía que no sabía leer ni escribir, durante las tutorías me di cuenta de que sí tenía habilidades, pero simplemente no estaba recibiendo el refuerzo necesario. Aunque en las cuatro sesiones no logré que aprendiera a leer completamente, sí pude motivarlo, elevar su autoestima y brindarle la confianza necesaria para que intentara y la libertad para que cometiera errores. Esto fue lo más significativo para mí en este trabajo, poder ayudar al niño tanto académica como emocionalmente. Como futura maestra, considero importante saber planificar de manera que se logre el aprendizaje y se aborden las necesidades e intereses de los estudiantes. Siento que este trabajo me ayudó a practicar para futuras planificaciones. Además, al tener que diseñar el plan y luego llevarlo a cabo, pude practicar la habilidad de visualizar cómo se desarrollaría el plan durante su ejecución. Esta capacidad de visualización es fundamental para un maestro, y esta experiencia me ayudó a desarrollarla. Tras reflexionar sobre este trabajo, en el que diseñé un plan para una tutoría, lo único que cambiaría sería la cantidad de actividades, ya que me extendí demasiado en el tiempo y en futuras ocasiones tomaré en cuenta el tiempo que llevará ejecutar el plan.