Salón Azul💙
Centro de Desarrollo Preescolar Recinto de Ciencias Medicas UPR
Al mirar hacia atrás en mi proceso de formación profesional, reconozco que mi equipaje está lleno de aprendizajes que me han transformado como futura educadora. Uno de los más importantes es haber comprendido que la enseñanza no se limita a transmitir conocimientos, sino que implica acompañar a los estudiantes en su desarrollo integral, fomentando valores, habilidades sociales y curiosidad por aprender. También me llevo la certeza de que la práctica reflexiva es esencial: cada experiencia en el aula se convierte en una oportunidad para analizar, mejorar y crecer. Aprendà que la educación es un proceso dinámico y que el rol del maestro es ser guÃa, investigador y facilitador de experiencias significativas. Este aprendizaje me da confianza para enfrentar los retos que vendrán, porque sé que mi formación me ha preparado para mirar la enseñanza como un acto consciente y transformador.
En cuanto a mi preparación para ejercer la profesión del magisterio, me siento lista para dar el paso hacia la práctica docente formal. Las experiencias acumuladas en seminarios, prácticas y reflexiones me han permitido validar mis competencias y fortalecer mi identidad como educadora. Me siento preparada para diseñar actividades inclusivas, para observar y atender las necesidades individuales de los estudiantes, y para mantener un ambiente seguro y respetuoso. Reconozco que la preparación nunca se completa del todo, porque la educación exige actualización constante, pero confÃo en que las bases que he construido me permitirán enfrentar los desafÃos iniciales con seguridad y compromiso.
Dentro de mis áreas de fortaleza destaco la capacidad de establecer vÃnculos positivos con los estudiantes, la creatividad para diseñar actividades que despierten su interés y la disposición para reflexionar sobre mi práctica. También considero una fortaleza mi sensibilidad hacia la diversidad cultural y social, lo que me permite valorar las diferencias y promover la inclusión. Otra fortaleza importante es mi compromiso ético: siempre busco que mis decisiones estén orientadas al bienestar de los niños y al respeto de sus derechos. Estas fortalezas constituyen el núcleo de mi equipaje y me acompañarán en cada paso de mi trayectoria profesional.
No obstante, también reconozco áreas de atención que debo seguir trabajando, como gestión/manejo del tiempo en el aula, ya que en ocasiones se me resulta difÃcil equilibrar la enseñanza, la observación y la documentación de los procesos. Aunque no diria que es un área de atención que debo seguir trabajando, debo mencionar que deseo continuar ampliando mis recursos prácticos y fortalecer mi dominio de estrategias para atender estudiantes con necesidades educativas especiales. Para compensar estas áreas, me propongo continuar mi formación mediante talleres, cursos y lecturas especializadas, además de aprender de la experiencia de mis maestras y supervisoras. Considero que la disposición a seguir aprendiendo es la mejor manera de transformar las debilidades en oportunidades de crecimiento.
Mis expectativas y proyecciones hacia el futuro son claras: deseo convertirme en una maestra que inspire a sus estudiantes a amar el aprendizaje y a confiar en sus capacidades. Me proyecto como una educadora que investiga, reflexiona y se adapta a las necesidades de su grupo, siempre con la meta de ofrecer una educación de calidad. Aspiro a continuar mis estudios de posgrado en educación, para ampliar mis conocimientos y aportar más a la profesión. También me visualizo participando en proyectos comunitarios y escolares que promuevan la equidad y la innovación educativa. Mi proyección es crecer como profesional y como persona, siempre en diálogo con las realidades de mi paÃs y con el compromiso de aportar soluciones.
Lo que deseo aportar para el beneficio de la educación en el paÃs es mi pasión por la enseñanza y mi compromiso con la transformación social. Creo que la educación es una herramienta poderosa para construir un futuro más justo y equitativo, y quiero ser parte de ese proceso. Aspiro a aportar desde mi aula, creando espacios donde los niños se sientan valorados, escuchados y motivados, pero también desde la reflexión y la investigación, compartiendo experiencias que puedan enriquecer a otros docentes. Mi meta es contribuir a que la educación en Puerto Rico sea más inclusiva, innovadora y centrada en el estudiante.
En esta etapa final, como parte de mi autoevaluación, reconozco que he validado y transformado mis prácticas educativas. He aprendido a observar con mayor atención, a reflexionar con profundidad y a tomar decisiones pedagógicas basadas en evidencia. Mis prácticas han pasado de ser actividades aisladas a convertirse en experiencias conscientes, diseñadas con intención y propósito. Esta transformación me confirma que estoy lista para continuar mi viaje como maestra, llevando en mi equipaje no solo conocimientos, sino también valores, reflexiones y sueños que me guiarán en el camino hacia el futuro.