A pesar de sus varios propósitos, los orígenes del agua determinan el nivel de riesgo de enfermedades asociados con ellos. Además de proveer de una fuente de agua para sus bandadas, usted usa el agua regularmente para la limpieza y posiblemente para el enfriamiento por evaporación. El agua podría ser una fuente de diseminación de enfermedades si no se la manejara apropiadamente. 

Es importantísimo, ante todo, que incluya en su plan de bioseguridad el origen de su agua. ¿Proviene de un pozo privado, del municipio, o de la superficie?. La mayoría de nuestras fincas en Minnesota, tienen una provisión de agua de pozo o municipal, la cual puede ser tratada. Si ése fuera el caso, el resto de la auditoría para este principio particular sería simple. 

Si utilizase las aguas de la superficie para cualquier parte del manejo de su finca, habrán acciones adicionales que tendrá que tomar y documentar para que pruebe el mitigo del riesgo de enfermedades, de una manera regular. Las aguas superficiales contienen una variedad de microorganismos que son introducidos por el medio ambiente. 

Consecuentemente, necesitará que le dé tratamiento al agua de la superficie antes de que la use en el gallinero. Deberá proveer la documentación de soporte para definir el protocolo de desinfección, incluya: los planes de tratamiento o las facturas de los químicos de limpieza y de los equipos. Se preferirían las fuentes de agua contenida, como por ejemplo: de los pozos o del sistema municipal para controlar la presencia de microorganismos en el agua y evitar el protocolo de tratamiento adicional y sus costes. Aún así, será importante que trate el agua rutinariamente sin importarle su origen para que se asegure de su salubridad. 

Incluya en su plan de bioseguridad, la procedencia de su agua y si un plan de tratamiento o no está siendo seguido en la actualidad. Si no practicase un plan de tratamiento en su finca, ¿dispone de un análisis de riesgo establecido en su sitio para mitigar el riesgo asociado de enfermedades?. El Coordinador de Bioseguridad deberá proveer la evidencia de que un análisis de riesgo de un sistema no tratado esté en el lugar, demostrando los pasos que se sigan para aminorar el riesgo de enfermedades. Las evaluaciones del riesgo no necesitarán ser revisadas por otra persona, tampoco escritas o ejecutadas profesionalmente; a pesar de ello, debería considerar cuidadosamente las prácticas de manejo del agua. 

Evaluando y documentando el plan de manejo del agua en su finca, podrá identificar los riesgos asociados con cada sistema, y revisar la mejor práctica para que lo aplique. Si usase el manejo de agua bioseguro en su sitio, podrá mejorar la salud de su bandada y reducir el riesgo de enfermedades.