Domingo 17 de Junio de 2007
Hacia la 1 hemos bajado a tomar algo en uno de los restaurantes que hay en el mismo hotel. Como somos 10 nos hemos repartido entre la barra y una mesa y hemos comido a base de sándwiches pues no teníamos mucha hambre.
Tomando algo
Comprobando que en Vietnam llueve (con ganas)
Después a dormir la siesta. Enrique ha puesto un despertador del hotel pero no lo ha hecho bien y no nos hemos despertado hasta las 4,40 y habíamos quedado a las 5 con la guía. Nos hemos duchado corriendo y cuando hemos llegado al hall ya estaban todos listos para salir pero ha empezado a llover de tal manera que hemos tenido que esperar un buen rato. A las 6,30 decidimos salir pertrechados con chubasqueros y paraguas pero los chubasqueros no se pueden aguantar pues aunque llueve no refresca y el calor y la sudada se hacen inaguantables.
La idea es dar un paseo por los alrededores así que siguiendo la fachada del hotel en cuyos bajos hay muchas tiendas de firmas internacionales como Salvatore Ferragamo, Louis Vuitton, Burberrys, etc, llegamos a una plaza donde está el Palacio de la Opera también de estilo francés. Allí tomamos la calle de la izquierda, donde está el acceso trasero de nuestro hotel y que se llama Pho (calle) Ly Thai To; en ella hay bastantes restaurantes con muy buena pinta.
Más adelante hay un parque (¿parque Indira Gandhi?) donde los chicos juegan al football descalzos a pesar de la lluvia y unos pasos más allá hay una escultura colosal de un emperador chino y enseguida salimos al Lago Hoan Kiem o el Lago de la Espada Restituida que es muy grande y con mucha vegetación alrededor. Resulta refrescante. Tiramos a la derecha, siguiendo la orilla del lago y vemos el puente del Sol Naciente y al final del mismo el Templo de la Montaña de Jade.
Un poco más adelante, llegamos al Barrio Antiguo constituido por estrechas calles gremiales que llevan el nombre de los productos que venden: de la seda, de los joyeros, de los artesanos de la madera…. Nos despedimos de Ly y decidimos dar un paseo y empezar a gastar dongs pero no es fácil recorrerlo pues las aceras están ocupadas por mercancías, por motos y por muchos habitantes del barrio que guisan y comen en las puertas de sus casas. De todos modos resulta muy vistoso.
Aunque aún no hemos andado mucho por Hanoi nos ha impactado la cantidad de motos que circulan por todas partes y los pocos coches que se ven. Cruzar una calle es toda una aventura; los conductores no respetan los semáforos ni los pasos de cebra así que el peatón tiene que cruzar jugándose la vida; hay que hacerlo despacio y en línea recta pues aunque no respetan conducen muy despacio.
Volvemos a la calle Ly Thai To para cenar en el Restaurante Club Opera, que venía recomendado en mi libro. Es un sitio muy agradable y cenamos de maravilla a base rollitos, riquísimos y muy crujientes, arroz, pollo, pato, frutas y más cosas todo esto bañado con vino, cervezas y agua. Hemos pagado más de 3 millones de dongs, 250 dólares incluyendo 8 de propina.
A destacar la presentación y que está muy aromatizada.
Nada más cruzar la calle entramos en el hotel y la maleta perdida nos esperaba en la habitación.