Los Burros de Moros

Texto: Elena Blasco, María Blasco y Fernando LampreCon la colaboración inestimable de Magnolia Júdez

Fotografías: Fernando Lampre


Los burros de Moros y sus dueños



En los últimos años la población de burros de Aragón y, en concreto, de la Comarca Comunidad de Calatayud ha disminuido considerablemente. Hasta hace 60 años esta especie estaba presente en todos los pueblos de Aragón.
Hoy, la situación es inversa: la mayor parte de los municipios aragoneses no tienen burros censados. Sin embargo, en el pueblo de Moros quedan 16 burros, todos ellos activos, como sus dueños, cuando se realizó este trabajo (años 2007-2008). La complicada orografía de esta localidad de calles estrechas y pendientes, acompañada de una vega en el río Manubles, fértil pero de difícil acceso y mecanización, han sido los principales factores que, hoy en día, han convertido a Moros, junto a Maluenda, Torralba de Ribota y Trasobares, en uno de los municipios que más animales conservan de esta especie en todo Aragón.
Los burros de Moros son, en general, ejemplares de porte pequeño y robusto. Presentan diversos tonos de pelaje: abundan los marrones oscuros y los cardenos, pero también los hay de color canela o sencillamente blancos. Se caracterizan, a decir de sus dueños, por ser dóciles, tiernos, agradecidos y tener un gran aguante. Se utilizan en Moros para ir al huerto y transportar aperos y hortalizas, para labrar pequeños huertos o para acompañar al pastor y al rebaño.
Algunos dueños los montan de lado, otros de frente, otros les ponen nombres afables y graciosos, otros simplemente les llaman «burro», pero todos ellos se caracterizan por quererlos y cuidarlos. Marisol, Cardena, Catalina, Platera, Platero, Ramona, Chato y otros tantos anónimos «burros» serán los protagonistas de estas páginas que tienes en tus manos. Y, por supuesto, sus dueños, artífices de su conservación. Gracias a todos ellos por atendernos, escucharnos y enseñarnos sobre el mundo del burro y del trabajo honesto y necesario que desempeñan ambos en el medio rural, por contarnos anécdotas y hablarnos de la guarnicionería y la talabartería y, en definitiva, saber estar.