Mezquita de Córdoba
Córdoba es un prodigio cultural. Ciudad con un impresionante legado monumental, fue cuna de innumerables filósofos, médicos, místicos y poetas. Perderse por sus rincones es entrar en el túnel del tiempo y atravesar el puente entre Oriente y Occidente.
La ciudad, más allá de sus famosos atractivos turísticos, invita a, simplemente, pasear entre sus calles y ver el espectáculo de sus casas encaladas, llenas de flores, macetas y vegetación por doquier; un auténtico espectáculo de una ciudad jardín.
La indiscutible joya de la ciudad, la Mezquita, considerada el monumento más importante de todo el Occidente islámico y uno de los más asombrosos del mundo. Su construcción se inició en el año 780, donde se encontraba la iglesia visigoda de San Vicente, y se amplió en varias ocasiones hasta que, en el año 987, adquirió sus actuales dimensiones.
La reforma más desastrosa de toda su historia se llevó a cabo en el siglo XVI, bajo el reinado de Carlos V, cuando se eliminó (no sin polémica) parte de los trabajos de ampliación de Abderramán II y Almanzor para construir la catedral cristiana.
En su historia, se resume la evolución completa del estilo omeya en España, además de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana. Podemos pasarnos horas recorriéndola y tan pronto nos parecerá estar en una enorme mezquita, como en el interior de una luminosa catedral.