Ante ustedes se presenta regresando del pasado,
el que fue rey de Inglaterra el famoso Enrique octavo,
pertenezco a los Tudor la más noble dinastía,
así que no confundirme con el Tudor de las baterías,
desde el siglo dieciseis hasta este siglo veinte,
un montón de disparates ha dicho de mí la gente,
que yo soy un mal marido, que yo soy un rey muy cruel,
que me peleo con el Papa, y que me gusta comer,
mentiras sin fundamento todo es literatura,
una falta de respeto a mi grandiosa figura,
yo como, cómo Dios manda, cómo nos gusta a los Reyes,
cuando hago arroz con gambas le echo una caja del muelle,
por eso es lo de la gota, está muy equivocado,
porque yo en vez de una gota, lo que tengo es un pantano,
mi biografía parece, que en vez de una historiador,
la escribió a mala leche, y la prensa del corazón,
a mí me saca de quicio, que esas malas lenguas digan
que yo me casa seis veces por vender las exclusivas,
yo mismo voy a contar mi vida matrimonial,
así fue en realidad, en realidad virtual.
Me casé con Catalina, Catalina de Aragón,
ay Catalina de España no veas la que me dio,
conquistó mi corazón como un artista de cine
pero resultó peor, que Teófila Martínez
siempre pidiendo dinero, que mandona que ordinaria,
más de un Coqui me endiñó, por llevarle la contraria,
no me dejaba fumar, aquello fue una condena,
me prohibió que viera el fútbol y acercarme a la nevera,
una noche me violó y quedó embarazada,
la barriga le sentó, como dos patadas en la cara,
todos los días una pelea, porque encima era celosa,
y si antes era fea ahora ya estaba horrorosa,
yo quería un varón que siguiera en el negocio,
pero como fue una niña, del tirón pedí el divorcio,
más de venticuatro años aguantando aquella fiera,
hasta aquí hemos llegado, Catalina, ahí te quedas,
le escribí una carta al Papa, explicándole el problema,
y me contestó diciendo, que nanay de este tema,
aquel Papa era Clemente, como el del Palmar de Troya,
y me dijo textualmente, no me sale de la Biblia,
rompí con el Vaticano, y fundé el Anglicanismo,
yo digo lo que es pecado, y doy las hostias yo mismo,
yo fuí quien inventó el divorcio, que se entere bien la gente,
y por cierto a ver si un día, se me paga la patente,
mi segunda esposa, fue la joven Ana Bolena,
porque dicho sea de paso estaba un montón de buena,
nos casamos de penalty, y otra niña con su casa,
ahora tengo dos niñas, y para colmo hermanastras,
y lo malo de una niña, es que luego de mayor,
es el sieso de tu yerno, el que se queda con too,
pues me entero que esta esposa, me ponía otra corona,
dicho en verso dicho en prosa, se tiró al de la bombona,
cuando descubrí aquello, yo creí volverme loco,
y ordené sin más remedio, que le cortaran el coco,
me casé al día siguiente, que nadie crea que es guasa,
que esta parecía decente, y una mujer de su casa,
tenía el nombre de Juana, y ni era fea, ni era guapa,
pero era puritana, y más papita que el papa,
siempre rezando Rosario, castidad en el matrimonio,
y hasta un escapulario en el mismísimo cuello tuvo,
que tener el niño, con el Espíritu Santo,
porque yo lo hice un día y tampoco fue pa tanto,
y el niño en vez de alegría, lo que trajo fue desgracia,
pues la madre a los dos días, se murió, mira qué gracia,
yo viudo y con tres niños, pronto le busco una madre,
me casé por cuarta vez, que no me llamen cobarde,
también se llamaba Ana, yo no he visto tía más basta,
pero princesa alemana, y un padre con mucha pasta,
me cogía bien el peso me hacía llaves de judo,
y cuando me daba un beso, me manchaba de menudo,
la cerveza le encantaba, y moría con el queso,
y cada vez que eructaba, se caía del retroceso,
y después de seis meses, aguantando esos desmadres,
la mandé rápidamente, con su puñetero padre,
pero en ese mismo año, nueva boda, y ya es la quinta,
fue con otra Catalina, que tenía muy buena pinta,
resultó una niña pija, perdonad que la critique,
pero a mi me reventaba, cuando me llamaba Quique,
Quique cariño, Quique tesoro,
y a esta mosquita muerta, a este angelito tan tierno,
la encontré en mi habitación, poniendome bien los cuadros,
sin embargo Catalina, no fue con el del butano,
como ella era más fina, fue el maestro de piano,
y por ser condescendiente, con esta pobre muchacha,
le mandé al día siguiente, a mi compadre Luis con el hacha,
y ya de perdidos al río porque Enrique no escarmienta,
otra vez me meto en lios, y me busco otra parienta,
tambien cosa curiosa se llamaba Catalina,
una dama lujuriosa, que provocó mi ruina,
solo la noche de bodas, puedo jurarles señores,
que hice el amor más veces, que con las cinco anteriores,
al principio me gustaba, y me iba su caracter,
pero ya a las dos semanas, estaba yo pal arrastre,
y ese volcán tan ardiente, me cogió mayorcete,
y así fue logicamente, como me fuí pal boquete,
fue mi vida conyugal, peor que todas las guerras,
porque tuve que aguantar, seis esposas y seis suegras,
por eso el que esté soltero, y algun día quiera casarse, que
no olvide mi consejo, no seas tonto y no te cases.
Catalina de Aragón
1. Catalina de Aragón (16 de diciembre de 1485-7 de enero de 1536).
Era la hija menor de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. Fue la primera esposa de Enrique VIII. Prometida a la edad de tres años con Arturo Tudor, Príncipe de Gales, la boda se celebró en noviembre de 1501 cuando Catalina contaba quince años, pero Arturo murió a los pocos meses. Para conservar la alianza entre Inglaterra y España, Catalina se casó con el hermano menor de Arturo, Enrique, nuevo heredero al trono, en 1509. Catalina le dio una niña (María I de Inglaterra), pero ninguno de los hijos varones sobrevivió a la infancia. Enrique solicitó aprobación del papa Clemente VII para anular el matrimonio de veinticuatro años, con el argumento de que ella no podía concebir hijos varones y él deseaba desposar a Ana Bolena. A pesar de no ser autorizado por el Papa, Enrique siguió adelante con su idea y se divorció de Catalina mediante una Ley del Parlamento en 1533. Esta circunstancia inició la ruptura entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Inglaterra, creando así la iglesia anglicana. Falleció el 7 de enero de 1536 a los cincuenta años, en el Castillo de Kimbolton, siendo sepultada en la abadía de Peterborough.
Ana Bolena
2. Ana Bolena, primera marqués de Pembroke. (c. 1501 o 1507-19 de mayo de 1536).
Fue la segunda esposa de Enrique, y madre de Isabel I de Inglaterra. Nacida en el seno de la aristocracia inglesa, Ana fue educada en Francia desde 1514 hasta 1521. De regreso a Inglaterra, fue una de las damas de compañía de Catalina de Aragón. Allí llamó la atención de Enrique, quien le propuso matrimonio en 1527. Intelectual que creía en el derecho divino de los reyes, y en ciertos aspectos de la nueva religión protestante, Ana desempeñó un rol importante en la reforma inglesa. Fue coronada reina consorte en 1533, y después del nacimiento de la princesa Isabel no pudo volver a tener un embarazo exitoso.
Fue acusada y apresada por adulterio e incesto; fue decapitada. Está extensamente aceptado que fue inocente de estos cargos. Al enterarse de que el verdugo utilizaría una espada en lugar del hacha dijo que: «Había oído que el verdugo era muy bueno» y también: Que estaba muy bien pues ella tenía «un cuello pequeño».
Está sepultada en la Capilla Real de San Pedro ad Vincula, en la torre de Londres, muy cerca de su prima y también quinta esposa del rey Enrique VIII, Catalina Howard.
Juana Seymour
3. Juana Seymour (c. 1508-24 de octubre de 1537).
Fue la tercera esposa de Enrique; quien se sintió atraído por ella cuando era una dama de compañía de Ana Bolena. Le dio su único heredero varón, Eduardo VI de Inglaterra, quien falleció a los quince años de edad. Juana murió doce días después del nacimiento, debido a una fiebre puerperal. Está enterrada en el Castillo de Windsor.
Ana de Cléveris
4. Ana de Cléveris (22 de septiembre de 1515-16 de julio de 1557).
Fue la cuarta esposa, durante solo seis meses, del 6 de enero al 9 de julio de 1540. El matrimonio nunca se consumó, sin llegar Ana a ser coronada Reina de Inglaterra y permitiendo la anulación. Ana fue recompensada con propiedades, incluyendo el Castillo de Hever, antigua residencia de la familia Bolena. Recibió el título de «Hermana del Rey», y permaneció como amiga de él y sus hijos. Está sepultada en la Abadía de Westminster. Sin descendencia.
Catalina Howard
5. Catalina Howard (1525-13 de febrero de 1542).
Fue la quinta esposa, entre 1540 y 1542, llamada «La rosa sin espinas» Prima de Ana Bolena. Después de la anulación del matrimonio, fue decapitada en la Torre de Londres. La noche anterior Catalina pidió ser llevada al cadalso por anticipado "para poder saber cómo ubicarse" y "hacer una prueba". Fue enterrada cerca de la tumba de su prima, Ana Bolena. Sin descendencia.
Catalina Parr
6. Catalina Parr (c. 1512-7 de septiembre de 1548), también llamada "Catarina".
Fue la sexta y última esposa de Enrique VIII, y la única que lo sobrevivió. Ha pasado a la historia como la reina de Inglaterra que estuvo casada más veces, ya que tuvo cuatro maridos en total, de los cuales Enrique VIII fue el tercero. Después de la muerte del rey, se casó con Tomás Seymour, tío de Eduardo VI de Inglaterra. Tuvo una hija de este último, María, y murió en el parto. María no sobrevivió mucho más, ya que no hay registros de ella después de su segundo cumpleaños. Era calvinista, a diferencia de su esposo que era anglicano. Sin descendencia.
Concubinas
María Bolena
María Bolena, llamada en inglés Mary Boleyn o Lady Mary Boleyn (Blickling Hall, c.1499 — Rochford, 19 de julio de 1543), fue una noble inglesa, perteneciente a la famosa familia Bolena, que disfrutó de una influencia considerable a principios del siglo XVI. Era tía de Isabel I de Inglaterra.
María fue una de las amantes de Enrique VIII de Inglaterra y también, según se dice, de su rival, el rey Francisco I de Francia. Contrajo matrimonio en dos ocasiones y muchos historiadores concuerdan en que era la hermana mayor de Ana Bolena. Los testimonios de la descendencia tanto de María como de Ana hacen suponer más fiable la tesis de que María era la mayor de las hermanas aunque algunos estudiosos creen lo contrario.
Su historia siempre ha pasado desapercibida debido a que su hermana Ana es más famosa, pero en los últimos años ha sido más conocida gracias a la novela La otra Bolena de la escritora inglesa Philippa Gregory, y a la adaptación al cine de esta novela, en la cual Scarlett Johanson interpreta a María y Natalie Portman a Ana.
Isabel Blount, dio a luz al primer hijo varón de Enrique VIII, Henry Fitzroy, primer duque de Richmond.
En física de partículas, un hadrón es una partícula subatómica que experimenta la fuerza nuclear (Véase Interacción nuclear fuerte). Estas no son partículas fundamentales, y están compuestas de: fermiones llamados quarks y antiquarks, y de bosones llamados gluones. Los gluones actúan de intermediarios para la fuerza de color que une a los quarks entre si.
Como todas las partículas subatómicas, los hadrones tienen números cuánticos correspondientes a las representaciones del grupo de Poincaré: JPC(m), donde J es el espín, P la paridad, C la paridad C, y m la masa. Además pueden llevar números cuánticos de sabor como el isoespín (o paridad G), extrañeza, etc. Los hadrones se pueden subidividir en dos clases:
Los bariones son fermiones. Siempre llevan un número cuántico conservado llamado número bariónico (B). B = 1 para los nucleones (el protón y el neutrón), que forman parte del núcleo atómico.
La mayor parte de los hadrones pueden ser clasificados por el modelo de quarks, que postula que todos los números cuánticos de los bariones se derivan de aquellos de los quarks de valencia. Para un barión estos son tres quarks, y para un mesón estos son un par quark-antiquark.
Cada quark es entonces un fermión con B = 1/3. Los estados excitados bariónicos o mesónicos son conocidos como resonancias. Cada estado fundamental hadrónico puede tener muchos estados excitados, y cientos han sido observados en experimentos con partículas. Las resonancias decaen extremadamente rápido (aproximadamente en 10−24 s) por las interacciones fuertes.
Los mesones que se encuentran fuera de la clasificación según el modelo de quarks se denominan mesones exóticos. Estos incluyen glueballs (bolas de pegamento), mesones híbridos y tetraquarks. Los únicos bariones que están fuera del modelo de quarks a la fecha son los pentaquarks, pero la evidencia de su existencia es poco clara desde 2005.
Todos los hadrones son excitaciones de una partícula de la teoría básica de la interacción fuerte, llamada cromodinámica cuántica. Debido a una propiedad llamada confinamiento que esta teoría experimenta a energías por debajo de la escala QCD, estas excitaciones no son quarks y gluones, que son los campos básicos, sino los hadrones que son compuestos, y no llevan carga de color.
En otras fases de materia QCD los hadrones pueden desaparecer. Por ejemplo, a temperatura y presión muy bajas, a menos que haya suficiente cantidad de sabores muy masivos de quarks, la teoría QCD predice que los quarks y gluones van a interactuar débilmente y ya no estarán confinados. Esta propiedad, que se conoce como libertad asintótica, ha sido experimentalmente confirmada a las escalas de energía de entre un GeV y un TeV.