Jura de Bandera
Jura de Bandera
Himno del legionario
I
Soy valiente y leal Legionario,
soy soldado de brava Legión,
pesa en mi alma doliente calvario,
que en el fuego busca redención.
Mi divisa no conoce el miedo,
mi destino tan solo es sufrir,
mi Bandera luchar con denuedo
hasta conseguir vencer o morir.
Legionario, Legionario,
que te entregas a luchar
y al azar dejas tu suerte,
pues tu vida es un azar.
Legionario, Legionario,
de bravura sin igual,
si en la guerra hallas la muerte,
tendrás siempre por sudario,
Legionario,
la Bandera Nacional.
¡Legionarios a luchar!
¡Legionarios a morir!
II
Somos héroes incógnitos todos,
nadie aspire a saber quien soy yo,
mil tragedias de diversos modos,
el correr de la vida formó.
Cada uno será lo que quiera,
nada importa su vida anterior,
pero juntos formamos Bandera,
que da a La Legión el más alto honor.
Legionario, Legionario,
que te entregas a luchar
y al azar dejas tu suerte,
pues tu vida es un azar.
Legionario, Legionario,
de bravura sin igual,
si en la guerra hallas la muerte,
tendrás siempre por sudario,
Legionario,
la Bandera Nacional.
¡Legionarios a luchar!
¡Legionarios a morir!
Himno de España
España es andar sin prisa, por Córdoba o por Toledo,
saboreando el aroma, que deja el paso del tiempo,
pasear el Albaicín, con la vista de la Alhambra,
recitando a Federico, soñando Manuel de Falla,
es llegar a Compostela, por aquel viejo camino,
y sentir aquel abrazo, profundo del peregrino,
un atardecer en Cádiz, contemplando su bahía,
y un fandanguillo valiente, en Huelva, rayando el día,
un pinar junto a una playa, de finas arenas blancas,
y una cerveza entre amigos, con sardinas a la plancha,
una paella en Valencia, con agua de la Albufera,
y una ensalada murciana, con verduras de la huerta,
un espeto malagueño, un chuletón en Vizcaya,
un cocido maragato, o un marmitako en Zumaya,
es entrar en un mesón, y respirar el aroma,
los sabores de siempre, los que no pasan de moda,
un cochinillo en Segovia, y en Arévalo el cordero,
con buen vino de Rioja, o la Ribera del Duero,
en Ávila la ternera, junto a sus viejas murallas,
donde el tiempo se paró, y si se va que se vaya,
es la magia de Sigüenza, de Soria, de Salamanca,
catedrales y castillos, de la Castilla callada,
es tierra de mil contrastes, negra noche y blanco día,
la lluvia de Grazalema, y el desierto de Almería.
los viejos puentes romanos, el románico, el mudéjar,
el gótico de León, el barroco en Antequera,
es la jota de Aragón, la sardana catalana,
la muñeira de Galicia, o la isa de Canarias,
gaiteros, estudiantinas, la Rondalla, la charanga,
gigantes y cabezudos, los tambores de Calanda,
el tamboril del pastor, que sueña la trashumancia,
hacia los pastos del Sur. con sonidos de dulzaina,
es Pau Casals y Serrat, y al baile Carmen Amaya,
quizá porque mi niñez, sigue jugando en tu playa,
es el nen del Poble Sec, escribiendo en su cuaderno,
para que pintes de azul, tus largas noches de invierno,
la locura de Gaudí, y sus casas encantadas,
las mujeres de Almodóvar, y la gracia de Berlanga,
es el cante de un gitano, moreno de bronce y fragua,
que canta con mucha pena, y al cantar su pena espanta,
es saeta en un balcón, mecida en un llanto verde,
a la última esperanza, esa que nunca se pierde,
los blancos picos de Gredos, las vistas de la Alpujarra,
las piedras de Montserrat, y las dunas de Doñana,
un puertecillo pesquero, justo al pie de las montañas,
y un pastor junto a una cueva, que una virgen se encontrara,
Olivares de Jaén, y viñas en la ribera,
y bodegas de Sanlúcar, o en Jerez de la Frontera,
es una cabra montés, en los riscos de Cazorla,
que mira desafiante, al cazador que la acosa,
es atún en la almadraba, luchando contra las redes,
dejándose hasta el aliento, porque sabe que se muere,
Sanfermines en Pamplona, y en Alicante fogatas,
y en Almonte una paloma, que vuela de madrugada,
España es como esa noble, y vieja encina extremeña,
que nos da sombra en verano, y en invierno nos calienta,
España es aquel Quijote, manchego y universal,
que dicen que estaba loco, pero estaba muy cabal,
Rinconete y Cortadillo, y un Buscón llamado Pablo,
y una virgen con un niño, que ha nacido en un establo,
es país de soñadores, de artistas, gente bohemia,
que se morirán soñando, contemplando las estrellas,
España es Pablo Picasso, pintando sus arlequines,
los borrachos de Velázquez, de Murillo querubines,
los monjes de Zurbarán, y las playas de Sorolla,
y es el Cristo de Dalí, y son las Majas de Goya,
un soneto de Quevedo, un drama de Calderón,
una comedia de Lope umbral de Benito Galdós,
Machado muerto de pena, exiliado en tierra extraña,
mientras en la radio suena, aquel suspiro de España,
España es la poesía, el arte, la tauromaquia,
ver torear a Morante, y Morente le cantara,
y un pasodoble torero, con sangre sobre la arena,
y una marcha un paso palio, para una virgen morena,
presto Juan y doña Inés, en la reja del convento,
es Cayetana en las dueñas, y en Ronda Pedro Romero,
y bandoleros famosos, con pañuelos en la frente,
pistolones en el cinto y navajas de Albacete,
y una copla en unos labios, llorando en un lavadero,
como llora Juana Reina, por la muerte de un torero,
un beso en una estación, y un adiós con un pañuelo,
y el emigrante soñando, viendo alejarse a su pueblo,
es la ropa bien lavada, secándose en la azotea,
y las vecinas charlando, en las viejas casapuertas,
es Napoleón huyendo, de las mozas gaditanas,
y es el llanto de Boabdil, cuando salió de Granada,
el dos de mayo en Madrid, y con un pueblo en pie de guerra,
y aquella Armada Invencible, que naufragó en Inglaterra,
país de viejas leyendas, que se cuentan junto al fuego,
el Cantar del Mío Cid, y los romances de ciegos,
el capitán Alatriste, por las ciénagas de Flandes,
hasta morir en Rocroy, agarrado a su estandarte,
es el viejo refranero, del que siempre se echa mano,
no por mucho madrugar, amanece más temprano,
es Zarra en Maracaná, en tiempos de don Matías,
y es la locura de Iniesta; el gol, el triunfo, la vida,
España es barra de bar, y un par de buenos amigos,
y es una conversación, entre sorbos de buen vino,
España es aquella torre, que la llaman la del oro,
que acabó siendo cristiana, pero la hicieron los moros,
y ahí lleva casi mil años, centinela de ese río,
vigilante día y noche, viendo el paso de los siglos,
y detrás la Catedral, con su torre minarete,
y arriba su Giraldillo, que con el viento se mueve,
somos lo que siempre fuimos, una frontera soñada,
entre África y Europa y la América lejana,
porque allá hay un continente, de selva y de cordillera,
donde llegaron tres barcos, de mi Huelva marinera,
y detrás llegaron otros, castellanos y extremeños,
que al llegar al Nuevo Mundo, crearon un mundo nuevo,
levantaron catedrales y hospitales y burdeles,
y ciudades imposibles, en el altiplano agreste,
allá se canta y se reza, en la lengua de Cervantes,
desde el Paso hasta Ushuaia, desde el Caribe a los Andes,
somos cruce de culturas, de lenguas, de pensamiento,
como un caldo de puchero, que se cuece a fuego lento,
somos barquilla pesquera, que regresa de pescar,
y el Juan Sebastián Elcano, navegando en altamar,
de Tarifa a Covadonga, de Ayamonte hasta Mojácar,
de Cisterra a Cadaqués, y de Sevilla a Triana,
desde Oviedo hasta Melilla y de Ceuta hasta Ondarroa,
de Formentera hasta el hierro y de Menorca a la Palma,
España somos nosotros, con virtudes y defectos,
y también son nuestros hijos y los serán nuestros nietos,
pensemos en esa gente, pues ellos son el futuro,
y merecen un país, que tenga un sitio en el mundo,
busquemos lo que nos une, entre la tierra y el cielo,
que algunos quieren robarnos, y no lo permitiremos,
porque aquí, cabemos todos, bajo la misma bandera,
roja de sangre y pasión, gualda del sol y la arena.