La religión mapuche se basa en términos generales en la ligación del mundo espiritual con el mundo tangible.
Sus aspectos principales son el respeto al mundo espiritual; el culto a los espíritus y a los antepasados míticos, llamados Pillanes y Wangulén (Antu, Kuyén, etc.), el culto a los espíritus de la naturaleza, llamados Ngen; y la interrelación del pueblo mapuche con la Ñuke Mapu ("Madre Tierra").
Que la creencia en un ser superior y omnipotente sea anterior al contacto con el cristianismo es un tema disputado, pero actualmente se cree en Ngünechen ("Dueño de la Gente", castellanizado Guenechén o Ngenechén) como el dios equivalente o un sinónimo al Dios cristiano; pero que antes de la influencia cristiana en esta cultura, sus características habrían correspondido realmente a características de espíritus individuales e independientes.
Así, actualmente producto del sincretismo y/o conversión producida por la influencia cristiana, en sus comunidades se profesa la religión cristiana mayormente católica y, en menor proporción, evangélica.
En noviembre de 2007, se llevó a cabo la beatificación del primer mapuche, el joven argentino Ceferino Namuncurá (1886-1905).
Además la mitología se caracteriza por presentar numerosos seres mitológicos, tales como el chonchón y personajes semimíticos como los kalku. Dentro de su tradición, destaca el mito de la creación de la geografía del sur de Chile, en la historia de Cai Cai y Tren Tren o Ten Ten.
Referente a las figuras más importantes dentro de la religión mapuche son por excelencia el ngenpin, la machi y el lonco, encargados del culto, el conocimiento y de la celebración de variados rituales; en el que destaca un ritual mezcla de adoración y diversión, llamado guillatún, según el territorio en dónde se celebre, siendo de carácter netamente religioso en la zona de precordillera y cordillera; y el machitún, que es una ceremonia de sanación y augurio.
Existen antecedentes de sacrificios humanos de niños entre los picunches bajo el dominio inca, y de prisioneros asesinados de forma ritual en la Guerra de Arauco, o como sacrificios, para evitar o finalizar una calamidad o desastre en el pueblo mapuche.
El último caso que se conoce ocurrió luego del terremoto de Valdivia de 1960, el más devastador de los registrados por la sismología, cuando en las cercanías de Puerto Saavedra una machi sacrificó y lanzó al mar a un niño de cinco años luego del maremoto.
Rehue y canelo, símbolos sagrados mapuches.
Entierro mapuche en Concepción, circa 1901-1903, con un chemamull al centro.
El Ngenpin
El ngenpin es la autoridad que asesora sobre filosofía, espiritualidad, ciencia y sabiduría ancestral mapuches, y es el responsable de proyectar y proteger dichos conocimientos. Además es el conocedor de los aspectos que conforman el mundo mapuche, es decir, en un plano “filosófico” aparece como el detentador de la cosmovisión mapuche. Antiguamente el cargo se heredaba patrilinealmente.
Aunque el ngenpin podría ser considerado una especie de sacerdote debido a que sus funciones en ritos como el guillatún (En muchas de las ceremonias rituales mapuches y de acuerdo a la cosmovisión, se persigue la compensación de las fuerzas del bien
Ambos son seres poderosos con forma de míticas serpientes (en mapudungun, filu); Caicai-Vilu es la "serpiente marina" que tiene el poder para dominar el mar y todo lo relacionado a él y Trentren-Vilu es la "serpiente terrestre" que tiene poder para dominar la tierra, y sus volcanes. La apariencia de Caicai sería la de un ser mitad culebra y mitad pez; y la apariencia de Trentren, la de una culebra gigante.
En los alrededores de cada comunidad mapuche hay un cerro considerado Trengtreng, es decir, el lugar en que vivía la serpiente de la tierra y en el que se refugió la vida terrestre durante el cataclismo.
Según los mapuches, estas dos serpientes serían originalmente los hijos de los pillanes más poderosos, que como castigo habrían sido convertidos en estos seres. Así que el hijo de Peripillán fue convertido en una inmensa serpiente que sería Caicai y el hijo de Antu convertido en una inmensa serpiente que sería Trentren. Ambas serpientes serían adversarias, así como fueron adversarios Antu y Peripillán. Caicai habría sido mandada a vivir en el mar para ayudar a cuidarlo junto a los Ngen-ko, y Trentren habría sido mandada a vivir en la tierra para ayudar a cuidar junto a los demás Ngen a la tierra, y para ayudar al ser humano; Siendo así como estas dos culebras son usadas como un instrumento a través del cual también se cumple la voluntad de los antiguos espíritus mapuche.
Se dice que cuando Caicai despertó de su gran sueño de varios años, a causa del desagradecimiento que tuvieron los hombres por todo lo dado por el mar; Caicai se enfureció y usó su cola en forma de pescado para golpear el agua. Con ello inició un gran cataclismo que empezó a inundar y crear un diluvio en todo el territorio; ya que tenía el deseo de castigar al ser humano y de incorporar toda la vida terrestre a sus dominios. Caicai ordenó a las aguas que inundaran los valles y cerros, y que llevasen a todos los habitantes al fondo del mar. Al ver Trentren, que los habitantes y animales estaban desesperados y que los hombres la invocaron, y como por órdenes de su padre, ella era quien debía proveerles de sabiduría y protección; decidió ayudar a los seres humanos. Así ayudó a escapar a los habitantes y a los animales subiéndolos en su lomo y llevándolos a los cerros; y a los que quedaban atrapados por las aguas, los transformó en aves para que escaparan volando; a los que se ahogaban en peces y mamíferos marinos (siendo uno de ellos el origen del cahuelche), y a los ahogados en sumpall. Los seres humanos que quedaron inmóviles por el terror que sentían, se habrían transformado en mankial. Pero como el mar seguía subiendo de nivel, Trentren tuvo que ordenarles a los cerros que aumentaran de altura para contrarrestar el poder de Caicai. Enojada,Cai-cai empezó a luchar contra Trentren en una titánica batalla que duró mucho tiempo, hasta que ambas serpientes se cansaron, con lo cual Tren-tren venció parcialmente al no haberse inundado toda la tierra, sin embargo, las aguas no volvieron totalmente a su nivel antiguo; con lo que Chile obtuvo su actual geografía.
Posteriormente, según la tradición chilota, Caicai se conformó con la porción de tierra obtenida que logró inundar, y delegó sus funciones referente al mar, al gran Millalobo.
Variaciones del mito
Una variante del mito cuenta que la ira de Caicai contra los seres humanos comenzó porque una muchacha rechazó a su hijo, el Trauco. Algunas comunidades huilliches de Chiloé, dicen que la batalla se habría originado producto de que una hija del Trauco rechazó al pillán Peripillán, y por este motivo su hijo habría decidido tomar venganza. Versiones posteriores del mito suelen también describir a las serpientes Trentren Vilu y Caicai Vilu como espíritus femeninos. En Argentina existen otras versiones posteriores del mito, las cuales cambian a los padres originales de ambas serpientes míticas, indicando que serían hermanos y/o hijos de los dioses Nguenechèn (Ngenechén) y Kushe (Kuyén Kushe)
( Ngnechen ) con las del mal ( weküfe ) . El primero significa vida y construcción, el segundo destrucción y muerte.Entre las más destacadas, cabe señalar al nguillatun, ceremonia de rogativa, el machitun , ritual de sanación, el wentripantu o celebración del Año Nuevo, el día del solsticio de invierno, se podrían considerar también los ritos funerarios y de iniciación. Para el nguillatun, se necesita un lugar especialmente dispuesto para este fin. En su centro se instala el rewe y a su alrededor los participantes. Dura un mínimo de dos días y un máximo de cuatro. En algunas zonas de la Araucanía se realizan cada dos, tres o cuatro años, según las necesidades. La rogativa es por diversos motivos: el clima, las cosechas, para evitar las enfermedades o para lograr la abundancia de alimentos. Durante la ceremonia se realizan bailes acompañados de diversas oraciones. Además se sacrifica un animal, generalmente un cordero, por el ngepin que es el director del rito. Luego la sangre del animal se asperja o se reparte a los invitados, ofreciéndose a los participantes la bebida ritual llamada muday (maíz fermentado). El cuerpo del animal sacrificado puede ser completamente quemado en un fogón para ser consumido. La machi en esta ceremonia aparece como una auxiliar del oficiante y entre los sones de su kultrung canta: "Te rogamos que llueva para que produzcan las siembras, para que tengamos animales.
"Que llueve" diga usted Hombre Grande cabeza de Oro y usted. Mujer Grande rogamos a las dos grandes y antiguas personas.")
Como dueño de la palabra, es el encargado de dirigir las rogativas del guillatún, es decir, el jefe de la oración mapuche, llevando la palabra y orando por los demás. También dirige el rito tanto en los sacrificios de la comunidad como en los particulares de una familia.
Como encargado del conocimiento de su pueblo, era quien por las noches relataba a los niños, de forma oral o cantada, las antiguas historias de su pueblo.
Ngünechen
La vida cotidiana del mapuche está empapada de la presencia del Padre Dios. Sus expresiones de fe dan cuenta de que Chaw Ngünechen es el Único sustento que gobierna la naturaleza. El mapuche que dice Chaw Ngünechen está indicando su procedencia y aceptando que es Dios quien lo ha puesto en este mundo. Por eso que la naturaleza y el mundo son sagrados para el mapuche.
Los mapuches distinguen a Ngünechen como el "gobernador de los mapuches" o el equivalente actual de "Dios de los mapuches". Es el "Ser Supremo" de la religión mapuche, y/o sinónimo de Dios para la mayor parte de los mapuches actuales. A Ngünechen se le compara, concibe y/o se le asocia a Yahveh o Dios, siendo símbolo importante del equilibrio y el bienestar espiritual.
Sin embargo, esta concepción es cierta solo hasta cierto punto, pues al consultar los estudios antropológicos realizados por varios autores, se puede observar que actualmente el concepto de Ngünechen ha sufrido una modificación gradual respecto al uso y significado dados originalmente, pues Ngünechen, en su definición más pura y antigua, no era considerado un dios omnisciente u omnipotente.
Originalmente, el pueblo mapuche en su conjunto era politeísta y reconocía un principio organizacional cuatripartito representado por una familia de dioses espíritus compuesta por un hombre viejo (füta chachai), mujer vieja (ñuke papai), hombre joven (weche wentru) y mujer joven (ülcha domo). Este principio cuatripartito “constituye la base para la deidad mapuche Ngünechen”. Según el historiador mapuche Antonio Painecura, “Ngünechen es dual, epu, hombre y mujer (…) El hombre viejo y la mujer vieja concentran la sabiduría y la experiencia porque aun son capaces de dar hijos a través del hombre joven y la mujer joven. Estas cuatro personas son las que crean nuestro mundo, y todos los mapuches son creados a partir de estas cuatro personas (…)”. Domingo Curaqueo añade: “Ngünechen no debe ser entendido como un dios único, ya que dicha traducción fue hecha por los jesuitas para enseñar la religión y explicar la existencia de un dios único universal”.
A partir del siglo XIX, después de la Conquista Española y las evangelizaciones, los mapuches empezaron a tener la idea de un Dios superior que vivía en el cielo y dominaba la tierra, que era superior a todos los demás dioses, pero aun así este concepto continuó teniendo una fuerte raíz étnica. La influencia de estructuras cristianas y coloniales cambió en parte las nociones mapuches de divinidad. La imagen de Ngünechen combinó varios símbolos coloniales masculinos de autoridad con la naturaleza y los espíritus ancestrales de los mapuches, convirtiendo a Ngünechen en el patrón, dominador y el gobernante de la tierra y sus habitantes, la combinación del poder de todos los espíritus dominantes de la naturaleza (ngen) y los espíritus ancestrales que moran en el cielo (wenu püllüam). Este proceso de sincretismo unificó y fusionó a Ngünechen con otras deidades, principalmente con Ngenchen (dueño de los mapuche), Elchen (creador del mapuche), y Elmapun (creador del mundo mapuche), Ngenmapun y Ngûnemapun, asimismo con sus símiles del mundo espiritual.
Noggler (1980), hablando de la acomodación de los capuchinos bárbaros a la realidad araucana, señala: “eminentes misioneros “enseñaban al pueblo mapuche que el Padre celestial de los cristianos era idéntico con el Ngünechen”, que el relato bíblico del diluvio correspondía al tren-tren mapuche y, el sacrificio del Ngillatun a los sacrificios de Israel en el Antiguo Testamento”. Cooper se refirió a Ngünechen como a la divinidad creadora de la naturaleza y del hombre. Guevara (1908), Latcham (1924), MCtraux (1973) y Dowling (1973) vieron en este rasgo una clara influencia de la evangelización. Faron (1964), por su parte, constató “la posición apical de Ngünechen en el panteón”; a igual conclusión llegó Grebe (1971). No obstante, estos dos últimos autores consideran que dicha creencia es “inconsistente con gran parte de las creencias mapuches”.6 Según Alonqueo (1979), “para el mapuche no hay más que un solo Dios Soberano Creador, aunque nombre varias personas en Dios: Fücha, Kuche, Weche Wentru e Ilcha domo; así como los cristianos creen en la Trinidad, sin ser por ello politeistas... (nosotros invocamos) a Dios bajo las cuatro personas y el Fileu es el Espíritu de Poder y Sabiduría de Dios”
Por lo tanto, la posición máxima o única que actualmente ostenta Ngünechen en el panteón mapuche sería el resultado de la influencia cristiana, una especie de dios único dado a los mapuches para cristianizarlos, pero que aún conserva parte de las ideas politeístas de la religión mapuche original. Aunque "Ngünechen" y "Chau Dios" se asimilan al Dios Cristiano, siguen subsistiendo los cuatro integrantes de "Ngünechen" (Señor, Señora, Joven y Jovencita). Solo se incorporan los elementos cristianos que se pueden asociar con elementos mapuches o que no contradicen su estructura religiosa básica.
En el nguillatún, las(os) machis-sacedotes oran primordialmente a Ngünechen y siguen manteniendo con él la misma relación de reciprocidad que mantenían con los antiguos espíritus ancestrales o "Pillanes". "Ngünechen" no tiene las mismas acepciones de moralidad y santidad del Dios cristiano. No existe la necesidad unilateral del hombre mapuche hacia su dios: Ngünechen necesita tanto del hombre mapuche como ellos de él. Si los mapuches no retribuyen con ofrendas, sacrificios animales y propiciaciones, Ngünechen los castigará con sequías, escasez y pobreza. La mayoría de los mapuches cree que Ngünechen los castigará si se graba o filma un nguillatún. No se ostenta riqueza con joyas de plata, porque se cree que Ngünechen castigará con heladas y desgracia. Se dan cuatro series de cuatro vueltas porque “tienen que ser cuatro como en Ngünechen: cuatro partes para ser completo”, y se vierte chicha en el suelo como ofrecimiento a Ngünechen para aumentar la fertilidad de la tierra.
Chau Ngünechen se comunicaba a través de los sueños que implantaba en los o las machis, a los cuales por ejemplo, les comunica como se debe mantener el orden vigente, y las costumbres propias de la etnia mapuche.Incluso el Chau Ngünechen puede indicar directamente al mapuche por medio del sueño que debe ser machi (en mapudungún: Eimi machingeaimi, ‘tú serás machi’). Si este no acepta de inmediato, se dice que el Chau Ngünechen hace que esta persona se enferme gravemente, como con una incurable deformidad en pie u otra dolencia, con lo cual, irremediablemente, deberá aceptar ser curado por un(a) machi con la condición de convertirse en uno de ellos.
Según la tradición, el espíritu Ngenechén es quien llevó a los primeros ancestros humanos de los mapuches al lugar que hoy habitan, y es él quien está a cargo de dar guía y velar por el bienestar de todo el pueblo mapuche; del mismo modo que siguen haciéndolo los antepasados pillanes, en cada una de sus familias descendientes respectivamente. Es por esta razón que en el Mapu (Tierra), el espíritu Ngenechén es el encargado de dirigir los destinos humanos hacia el buen camino, y es quien los protege, ya que es el encargado de que el pueblo mapuche siga las leyes y tradiciones del Admapu, y por ello también es quién castiga al ser humano si no respeta lo dicho en el Admapu. Así trata de mantener en equilibrio al mundo, contra las fuerzas negativas o wekufe del desequilibrio.Sin embargo, hay que mencionar que antes de la llegada del español, en el mundo mapuche no existía la figura "wekufe" o de maldad, sino más bien todo dependía del equilibrio de fuerzas positivas y negativas, pero no maléficas como el demonio del cristianismo.
Ñuke Mapu
La Ñuke Mapu ('Madre Tierra' en Idioma castellano), para el pueblo mapuche, «es la Tierra en un sentido más profundo»; es decir, no se refiere al suelo, la tierra geológica o al planeta Tierra, sino que abarca un concepto más amplio. A diferencia de la Pachamama, la Ñuke Mapu «no es considerada una deidad»; más bien, es considerada como la representación del «mundo mapuche» en la cosmografía y la interacción del pueblo mapuche en él, dentro de las creencias religiosas mapuches. A través de los Ngen (espíritus de la Naturaleza), y junto con el Chaw Antü ('Padre Sol'), ella entrega constantemente la vida a dicho pueblo. Este hecho implica la relación de reciprocidad que existe entre el ser mapuche y la tierra.
Pillanes
El Pillán es un tipo de espíritu de los mapuches, y entre los espíritus, una de las divinidades más respetadas; aunque recordando que los mapuches distinguen a Ngenechén (Guenechén) como la deidad "gobernadora de los mapuches" o el equivalente actual de "Dios" para los mapuches. Estando el culto a los Pillanes, más bien relacionado como un Culto a los ancestros del pueblo Mapuche.
Los Pillanes están relacionados estrechamente con el ser humano mapuche, ya que muchos de ellos corresponden a un fundador de un linaje o familia, y por ello los pillanes son sus antepasados masculinos, y relacionados con el origen del mapuche. Así cada familia antigua tenía su Pillán que los sobrevigila y defiende a sus miembros. Por ello se hacían guillatunes o rogativos al pillán, para que beneficiaran al pueblo y para agradecerle por lo recibido. Igualmente el hombre mapuche como conclusión de su vida terrenal puede lograr convertirse en un pillán: si tuvo una gran descendencia que lo recuerde y que honre su memoria, y en vida siguió las tradiciones y leyes del Admapu (si es mujer puede llegar a convertirse en una wangulén).
A través de los pillanes y wangulén, no hay una separación neta entre el espíritu divino y los seres humanos; no solamente porque los segundos han sido en sus orígenes engendrados por los primeros, sino porque también pueden ellos mismos convertirse en pillán o wangulén.
Debido a la naturaleza de los pillanes, que igualmente castiga (o permiten a los wekufe castigar) con la sequía o las inundaciones, los terremotos, las enfermedades; y también debido a la influencia cristiana, muchas veces se le considera equívocamente como un ser del tipo maligno, una especie de espíritu, genio maligno o diablo que causa todos los males y catástrofes naturales.
Igualmente a los pillanes se les relaciona con los volcanes y montañas, ya que entre los pillanes que vivirían en el mapu (tierra), muchos de ellos vivirían tras las montañas o en su interior. Por ello al pillán también se le relaciona frecuentemente con el ser que ocasiona la furia del volcán (al igual que el Cherufe y otros seres), aunque verdaderamente los dueños y quién gobierna los volcanes, según la voluntad del Pu-am, serían los Ngen-winkul.
Entre los pillanes, estos se pueden dividir en:
Representación del Trauco, en la Plaza de Ancud, Chiloé.
Chonchón
El Chon-chon, Quilquil, Totué o Tué-tué es una criatura perteneciente a la mitología mapuche, y posteriormente asimilada a las mitología chilena y mitología argentina
Se le relaciona o se cree que el mito está basado en alguna especie de mochuelo (indicando como más probable al Pequén). Mientras algunas otras versiones lo relacionan con el queltehue.
Igualmente se cree que posiblemente este relacionado o haya influenciado en el origen de otros mitos de aves fantásticas de la mitología chilota, como el Coo y el Raiquén y posiblemente otras aves de la mitología de la patagonia; que según las tradiciones son consideradas como un tipo de "ave agorera" (ave de mala suerte)
El Chonchón se presenta como una extraña ave de plumas color gris ceniciento, formada a partir de una horrible cabeza humana; de la que nacería garras afiladas y unas enormes orejas que usa a modo de alas para volar. Esta criatura emitiría un fatídico grito que sonaría "tué, tué".
Originalmente en la cultura Mapuche, la leyenda se refería como Chonchón a la transformación que realizaría el Calcu; el cual practica el mal con la ayuda de los espíritu wekufe. Posteriormente al ser asimilada esta creencia a la tradición de la colonia de Chile, la transformación a Chonchón sería asociada al poder de los brujas y brujos que sirven al diablo.
· Pillanes antiguos, que existirían desde antes que apareciera vida en el mapu(tierra).
· Pillanes de antepasados, que corresponden a espíritus de los antepasados humanos de los mapuches, que lograron transformarse en pillán.
El Calcu o el brujo/bruja realizaría la transformación en Chon-chón untándose una mágica crema en la garganta.
Esta mágica crema haría que se le desprenda la cabeza del resto del cuerpo o que este ultimó, adquiriendo esta un plumaje, garras afiladas y grandes orejas que se transformarían en alas para poder volar; y si lo desea y es poderoso, incluso podría realizar una transformación completa para adquirir la forma de una especie de búho o lechuza. Así podría dejar el cuerpo en su casa y realizar fácilmente sus actividades malignas.
En el caso de los brujos o brujas, al momento de comenzar el vuelo además recitarían la siguiente frase Sin Dios ni Santa María, con lo cual el diablo les otorgaría más poder, para así lograr esta transformación; pero si por equivocación recitan otras palabras, sufriría una gran caída.
Al transformarse el Calcu dejando su cuerpo en su casa, debe siempre recordar que es necesario tener otro mágico ungüento para volver a su forma humana. Si se le perdiera, ocultara o destruyese su ungüento, el Chonchón volaría en picada hacia el suelo para matarse, ya que no soportaría el destino de quedar transformado para siempre en Chonchón; y en el suelo solo quedaría el cadáver de una lechuza o búho.
La transformación a Chonchón la realizarían siempre de noche, aunque su presencia sería delatada por su fatídico y temido grito de "tué, tué". El principal objetivo de la transformación en Chonchón sería para obtener agilidad para moverse. Mediante esta forma se dirigirían hacia las reuniones que realizarían estos tipos de calcu o brujos/brujas. Igualmente como Chonchón recorrerían los lugares donde desearía hacer daño o enfermedad, revoloteando alrededor de la casa, o en el peor de los casos entraría a la habitación del enfermo, donde lucharía con el espíritu del enfermo; para que este no pueda protegerse y así el Chonchón pueda tranquilamente chupar su sangre; lo que al poco tiempo podría ocasionar la muerte del enfermo si no se actuara rápidamente. Es por ello que cuando los campesinos escuchan el gritos persistentes de tué, tué, significa que el odiado Chonchón ha salido a anunciar que se puede producir una futura muerte de algún ser querido.
kalku
Calcu (del mapudungun kalku) es el nombre que recibe en la cultura mapuche una persona que se cree que practica el mal en una forma mística o espiritual, así como también alguien considerado un brujo practicante de la magia negra del modo que se concibe en la cultura chilena. El término también es usado para referirse al mal producido por la brujería, o por la acción del kalkutun.
Calcu (Persona)
El calcu se caracteriza por ser una persona que se dice utilizaría un poder espiritual para dedicarse principalmente a hacer el daño al prójimo; por ello es combatido por las machis. Un calcu desarrolla un sentido de poder muy similar al del chamán. Él o ella también tiene pewma (sueños) o perimontun (visiones); pero su principal característica sería que heredaría un espíritu wekufe, espíritu que anteriormente le entregaba poder a un ancestro que también fue calcu. Así, los calcus serían sirviente de los wekufe y ocuparían el poder de estos espíritus.
Debido a la naturaleza espiritual del machi y el calcu, los españoles tardaron en hacer una distinción clara del significado de ambos, y entender la diferencia entre ellos; además como consecuencia de ello, los calcus serían asociados con la brujería. Fue así como posteriormente también se utilizaría la palabra calcu como término para referirse igualmente a una bruja, a los Brujos de Chiloé, y a toda persona relacionada con la magia negra, los demonios y el diablo.
Las maneras en que se forma el calcu mapuche, es a partir de:
· una tradición de herencia.
· un o una machi que esta interesadas en el dinero más que curar; o es un machi frustrado al ser poco poderoso, producto de que por diversos motivos no es exitoso curando ni propiciando la bonanza de la comunidad. Estos hechos harían que el machi perdiera así su prestigio, y se integre a las fuerzas que luchan contra el ser humano, producto de la envidia, codicia y otros sentimientos negativos, que hacen que no siga lo indicado en el Admapu.
El calcu al igual que la Machi también puede tener clientes, pero los clientes del calcu pueden pedirle ayuda para tomar venganza o hacer daño a otras personas, a menudo a raíz de situaciones de celos.
Se dice que los calcus pueden asumir tres funciones: kalkutufe, dawfe y choñchoñ; y si son poderosos pueden realizarlas todas simultáneamente. Los calcus merodearían por los cementerios para apoderarse del püllü (fantasma del muerto reciente), con el propósito de utilizarlo en sus hechizos del kalkutun. Esto último es uno de los motivo de la realización del awün (ritual funerario).
El calcu además utilizaría numerosas pócimas, destacando la planta solanácea kalku-mamüll (Latua pubiflora) conocida en castellano como latué o "palo de brujos", que se caracteriza por ser un alucinógeno clásico de la etnología mapuche.
Otra característica que se le asocia a los calcus es que ellos estarían comúnmente vestidos totalmente de negro, ya que este color estando solo, simboliza la oscuridad, la noche, los espíritus del mal y la muerte.
Calcu (mal)
El calcu en los mapuches se presenta como la fuerza desintegradora que utilizan los calcus, la que es capaz de provocar las enfermedades y la muerte. Según las machis, proviene principalmente de los wekufe y es alimentada por la envidia y otros sentimientos dañinos de los hombres.
En toda enfermedad o dolencia provenientes del calcu, la medicina mapuche debe combinar el rito del machitún para arrancar el mal de la persona enferma y luego recuperarla con medicamentos formulados sobre la base de yerbas. En concepciones más relacionadas con la idea europea del maleficio, igualmente se utilizan "contras" para la protección. Las contras son amuletos o ritos, usados generalmente como instrumento para detener magia negra).
Lonco
Un lonco (en mapuche: longko, ‘cabeza’)?, también denominado lonko o cacique, es el jefe o cabeza de una comunidad mapuche. El cargo tiene aspectos políticos, administrativos y religiosos.
Su cargo puede recibirlo (mapudungun, "llowkei"):
Por descendencia familiar.
Por tributo.
Por nombramiento de su comunidad.
Los mapuche cuentan en sus leyendas diversas historias de los pillanes, y variaciones de estas historias, que se pueden recopilar y unir en:
Al principio, cuando aún no existía el tiempo y el wenumapu era obscuro. En aquel lugar, a partir del Pu-am que despertó, se originaron los espíritus antiguos y entre ellos aparecieron los primeros pillanes. Así, los pillanes junto a los demás espíritus antiguos, habitaron el wenumapu desde antes que el tiempo tuviera su comienzo y lograron traer luz a aquel lugar. Ellos lograron traer la luz, ya que ellos son como estrellas resplandecientes de luces y de colores, porque la luz y el color son engendrados por los mismos espíritus antiguos.
Entre los pillanes estaba Antu, quien es el más poderoso entre ellos; y como tal decidió tomar a una wangulén como su propia inandomo (esposa preferida). Eso fue al comienzo de los tiempos, y desde entonces ha transcurrido un tiempo tan largo que nadie puede medirlo.
Se dice que la decisión de Antu, de elegir a la wangulén llamada Kuyén como su propia inandomo, trajo problemas, ya que aunque las wangulén aceptaron la elección de Antu y se conformaron con su voluntad, también les trajo gran envidia hacia Kuyén. Como el descontento aumentaba con el paso del tiempo y otros pillanes estaban celosos del poder de Antu, estos últimos permitían y animaban a que las wangulén hablaran cada vez con más fuerza en contra de Antu.
Debido a los celos y la rivalidad que eran muy grandes, se empezó a perder la armonía en el wenumapu, y no se respetaba el admapu. Todo este mal era alimentado por el pillán Peripillán, quién sentía envidia del poder y el color de Antupillán.
Al ver la actitud de Peripillán, Antu decidió castigarlo, y con ello comenzó la gran lucha entre los pillanes; y así el resto de los pillanes y las wangulén tuvieron que unirse a la lucha. Como las fuerzas de la naturaleza aún no eran entregadas a los Ngen, los pillanes y las wangulén las utilizaron para combatir; lo cual trajo más desequilibrio al wenumapu y al resto del universo mapuche. Así el combate fue muy violento, y el efecto de esta lucha alcanzó a todo el mapu (tierra), que fue sacudido, y también alcanzó al minchemapu y al ankawenu, y lo revolvió todo. Esto último traería posteriormente como consecuencia que los wekufe y los laftrache, que hasta entonces habían quedado confinados en el minchemapu, puedan desde entonces recorrer también el mapu y el ankawenu.
La lucha entre los pillanes duraba tanto tiempo, que los hijos de los espíritus antiguos alcanzaron a crecer hasta ser mayores, para unirse a la batalla. Pero en medio de la batalla sus hijos decidieron que era tiempo de que ellos tomaran el lugar de sus padres. Así se convirtió en una lucha de cada hijo en contra de su padre, y de cada la hija en contra de su madre. Antu y Peripillán se enfurecieron al ver que no se les respetaba, y por ello agarraron a sus hijos, que eran unos gigantes, del cabello largo que coronaba sus cabezas; y luego con fuerza fueron lanzados por entre densas nubes sobre la pedregosa mapu (tierra), que recién estaba siendo creada por Elmapu. Al caer, los enormes cuerpos de los hijos de los pillán se destrozaron. Productos de esos impactos se arrancaron tremendos fragmentos de montañas y destruían las cumbres de los cerros y dejaron huellas en la superficie de la tierra. y los restos de sus macizos cuerpos formaron montañas o se enterraron profundamente, dejando inmensas profundidades que serían los numerosos lagos que existen en Chile.
Posteriormente y posiblemente debido a estos hechos, Antu y sus aliados lograron prevalecer; y así pudieron dominar a las fuerzas de Peripillán. Debido a la furia que tenía Antu, Peripillán y sus aliados fueron arrojados al mapu (tierra). Luego Antu pisoteó los cuerpos de los pillanes derrotados y tendidos sobre la superficie del mapu, hasta que se hundieron en la superficie de la tierra, hasta que alcanzaron la profundidad del mapu. Sin embargo la ira de Antu todavía no había cesado. Entonces levantó las piedras, y las rocas, y las montañas, y las echó encima de donde estaban sepultados los cuerpos; y así se formaron grandes cadenas de cerros encima de los pillán vencidos. Como Peripillán era el más poderoso de todos ellos, Antü echó sobre su cuerpo las rocas más grandes, formando de este modo lo que sería el volcán Osorno.
Este castigo casi apagó la multitud de luces de estos pillanes, quedando todas sus luces convertidas en una: la luz del fuego, similar a la de Peripillán. Debido a que desde entonces tratan inútilmente de arrancarse, ocasionan con ello que el mapu entero se sacuda por sus movimientos; y si sus cuerpos de llamas logran atravesar las montañas hasta alcanzar las cumbres más elevadas, por allí logran sacar un brazo o una mano que se resbala por los costados del volcán, como unas enormes culebras de fuego (lava). Pero todo es inútil, ya que no se puede evitar el castigo de Antü; y sus cuerpos, en lugar de convertirse en luz y llegar al wenumapu, se apagan y se convierten en piedra.
Luego, al querer Antu castigar a las wangulén vencidas en ambas batallas, éstas se pusieron a llorar y a implorar su perdón, y lloraron tanto, que sus lágrimas se convirtieron en toda el agua que existen en el mapu. Debido a ello, Antu se apiadó de ellas y como castigo sólo les disminuyó sus luces, dejándolas como el brillo de simples estrellas.
Luego de la gran batalla y los castigos dados a los perdedores, las madres Wangulén lloraron cuando vieron los cuerpos despedazados de sus hijos, y empezaron a lamentarse y a llorar. Debido a ello el espíritu Pu-am se conmovió, y decidió recuperar el equilibrio. Por ello decidió primeramente que los cuerpos volvieran a llenarse de vida. Si bien Pu-am permitió que volvieran a ser seres completos y habitaran el mapu, no permitió que recuperaran su forma antigua, y los castigó reencarnándolos en otras formas. Así fue como el hijo de Peripillán fue convertido en una inmensa culebra cuyo nombre es Kaykayfilú y el hijo de Antü fue convertido en otra inmensa culebra cuyo nombre es Trentrenfilú. Referentes a sus Padres Pillanes vencidos, al igual que a Peripillán, los dejó que permanecieran encerrados dentro de los diferentes volcanes del Mapu, custodiados por los Ngen-winkul. Posteriormente, Pu-am decidió que cada espíritu quedara en su lugar y cumpliera su propósito, y que todos cumplieran con el admapu. Producto de esta orden, Elche decidiría posteriormente crear al hombre; y, como en el origen mitológico del mapuche este pueblo está relacionado con los pillanes y las wangulén, el mapuche tiene la posibilidad de poder llegar a ser uno de ellos.
Es así, como desde el wenumapu, cada antepasado Pillán da guía y vela por el bienestar en cada una de sus familias descendientes respectivamente; siempre y cuando sus descendientes en el Mapu (Tierra), los recuerden y respeten las leyes del admapu.
Ñuke Mapu en la vida mapuche
Para el pueblo mapuche, la Ñuke Mppu lo es todo, lo explica todo y está en todas partes, pero particularmente se la ubica singularmente a través de los Ngen, representados en ciertos lugares naturales (ojos de agua o manantiales, vertientes y cerros) o a través de construcciones (hoyos, apachetas, especie de mojones, constituidos generalmente por pequeños montículos de piedras) usados como altares. Su relación con el pueblo mapuche es inmediata y cotidiana y actúa directamente y por presencia, mediante diálogos permanentes, ya sea pidiéndole algo o disculpándose por alguna falta cometida.
El tiempo y la Ñuke mapu
El tiempo en el mundo indígena no es unidireccional, de pasado a futuro, sino que bidireccional. El futuro puede estar atrás y el pasado adelante o viceversa. El hombre indígena vive el presente en una realidad de continuo movimiento cíclico de la naturaleza y de su cultura. El We tripantu del pueblo mapuche es un renacimiento natural, el término del año es el inicio de una nueva vida y no la suma de años acumulados. El universo indígena es una red viva por la cual circula en todo momento la energía y la información bajo un orden autorregulado por la propia naturaleza de las cosas. En el pensamiento indígena, todo está interconectado, nada está separado del todo.
El tiempo cíclico es el modelo de pensamiento de los pueblos indígenas, siendo la alternativa al modelo de pensamiento lineal, diseñado por el racionalismo europeo y el positivismo, el que ha impreso el modelo mental existente en el mundo occidental por los últimos 400 años.
Wangulén (Antu, Kuyén, etc.)
La Wangulén (del mapudungun wangülen, "estrella"), también conocida como Huangulén o Huanguelén, es un tipo de espíritu femenino presente en la mitología mapuche.
Huanguelén le da nombre a una ciudad de la provincia de Buenos Aires en Argentina.
La Wangulén es un tipo de espíritu femenino benigno de los mapuches. Las wangulén están relacionadas estrechamente con el ser humano mapuche; ya que una de ellas habría sido elegida como la mujer del primer hombre mapuche. Por ello, igualmente la mujer mapuche como conclusión de su vida terrenal puede lograr convertirse en una wangulén; si en vida siguió las tradiciones y leyes del admapu, y tuvo una gran descendencia que la recuerde y que honre su memoria. (si es hombre puede llegar a convertirse en pillán).
A través de las wangulén y los pillanes, no hay una separación neta entre el espíritu divino y los seres humanos; no solamente porque los segundos han sido en sus orígenes engendrados por los primeros, sino porque también pueden ellos mismo convertirse en wangulén o pillán.
Como lo dice su nombre, las wangulén son estrellas y se les relaciona con ellas.
Tipos de Wangulén
Entre las wangulén, éstas se pueden dividir en:
"Un cacique araucano con su esposa, su hija y su nieta". Imagen en La Lira Chilena (1906)
· Primeras wangulén , que existirían desde antes que apareciera la vida en el mapu (tierra).
· Wangulén de antepasados, que corresponden a los espíritus de los antepasados humanos femeninos de los mapuches, que lograron transformarse en wangulén.
· El Ülmen es la autoridad que mantiene las alianzas de los lof, regulando los asuntos políticos y económicos de la organización del rewe.
· Ülmen futra lonko es la autoridad de los aillarehue que se preocupa de la defensa del territorio, la cultura y el espacio sagrado.
· Un Ñizol lonko es la autoridad máxima de las organizaciones mapuche, encargado de dirigir el fütal mapu.
· El Toqui en tiempos de awkan ("guerra") aparece la figura del toqui, máxima autoridad política.
· El Werkén es el hombre de confianza y mensajero personal del lonco, que además facilita la relación y alianzas entre lof. Generalmente este rol es ejercido por un hijo del lonco.
· El Weupife es un hombre kimkeche ("hombre conocedor") del pasado mapuche y portador del conocimiento de los linajes de los lof.
El Millalobo (del mapudungun milla: "oro" y del español lobo, en alusión al lobo marino) es un ser importante de la mitología chilota. Es el ser más poderoso de los mares luego de Caicai, quién lo eligió como representante de él para que gobernara todo lo que habita en el mar. Es un ser tipo tritón, mitad inferior lobo marino y mitad superior humano, y su rostro es una mezcla de ambos. Nació del apareamiento de una mujer con un lobo marino que la salvó de morir ahogada, en los tiempos de la lucha mítica entre Trentren Vilu Y Caicai Vilu. El Millalobo presentaría un pelaje brillante de color oro, de ahí su nombre. Este ser mitológico se dice que no puede hablar y solo se comunica mediante una especie de balido similar al del lobo marino; pero aun así, el significado de sus balidos es fácilmente comprensible para el ser humano.
Los mapuches cuentan en sus leyendas diversas historias de las wangulén, y muchas variaciones de estas historias, que se pueden recopilar y unir en:
Las wangulén y el castigo de Antu
Al principio no existía el tiempo y el wenumapu era obscuro. En aquel lugar a partir del Pu-am que despertó, se originaron los espíritus antiguos y entre ellos aparecieron las primeras Wangulén, para ser las esposas de los primeros pillanes. Así entre todos los espíritus antiguos lograron traer luz al wenumapu, al ser ellos seres de luz.
Antu, el pillán más poderoso, fue el primero en elegir a una esposa. Debido a que las wangulén son vanidosas, producto de su naturaleza femenina, cada una esperaba ser la elegida como la inandomo (esposa preferida), de Antu. Al verlas a todas, sabiamente Antu eligió a la wangulén llamada Kuyén; la más hermosa entre todas ellas. El resto de las wangulén estaban decepcionadas y descontentas; con lo que esta elección trajo la envidia de las wangulén, y con ello el principio del desequilibrio del wenumapu y las leyes del admapu. Esto, junto a las rivalidades entre los pillanes, provocó la gran batalla entre los antiguos pillanes.
La batalla fue cruenta y duró mucho tiempo, concluyendo con el triunfo de Antu y sus aliados, quienes vencieron a los pillanes que se oponían a él y también a los hijos de los primeros pillanes y wangulén, que al crecer desearon derrocar a sus padres. Luego de que Antu castigara primeramente a los pillanes, al querer Antu castigar a las wangulén vencidas en ambas luchas, estas se pusieron a llorar y a implorar su perdón, y lloraron tanto, que sus lágrimas alcanzaron el mapu (tierra) y empezaron a deslizarse por las montañas, hasta reunirse en grandes lagos; y las lágrimas que cayeron en las cumbres más elevadas de las montañas fueron transformadas por el frío en nieves y en hielos eternos. Aun así Antu sentía mucha rabia. De este modo, las wangulén siguieron suplicando el perdón de Antu, y fueron tantas sus lágrimas, que lograron alcanzar los límites occidentales del mapu y allí formaron un lago tan grande que no tiene fin (el océano). Era tan grande la ira de Antu, que quería que su castigo fuera igualmente grande; sin embargo, al final escuchó el arrepentimiento de las wangulén, y decidió no castigarlas terriblemente. Sin embargo, debido a la actitud que ellas tuvieron Antu decidió apagar gran parte de la luz de las wangulén, dejando solo a su esposa Kuyén, con su brillo original.
Desde ese día, todo el relumbrar de las wangulén es tan pálido y tenue que la luz de Kuyén no tiene rivales, frente a la demás wangulén. Por ello de vez en cuando, las wangülén vencidas lloran al ver tan débil su propia luz; pero sus lágrimas son inútiles, porque no pueden conseguir que Antu les devuelva su antiguo resplandor. La razón de que Antu no les devuelve toda sus luces, es que desde la época en que ellas empezaron a llorar, sus lágrimas son necesarias para alimentar al mapu y darle la vida.
Las wangulén y los seres de la tierra
Se dice que luego de que Antu repartiera el castigo correspondiente a cada ser que lo merecía; las madres wangulén, incluida Kuyén, lloraron y empezaron a lamentarse cuando vieron los cuerpos despedazados de sus hijos pillanes, producto del castigo que recibieron. Estos llantos no conmovieron a Antu, pero sí fueron escuchados por el Pu-am, quien se conmovió y además decidió recuperar el equilibrio perdido en el universo mapuche. Así, gracias al llanto de las wangulén, los cuerpos de sus hijos volvieron a llenarse de vida y se les permitió habitar el mapu; sin embargo el Pu-am no permitió que los hijos de ellas recuperaran su forma antigua, y los castigó reencarnándolos en otras formas, que posteriormente serían el origen de varias de las criaturas mitológicas presentes en el mundo mapuche.
Posteriormente por la voluntad de Pu-am, el espíritu Elche crearía al hombre, y luego Kuyén, para darle una compañera al hombre elegiría a una wangulén para transformarla en mujer; y a través de los primeros pasos de esta mujer se crearían a los seres vivos del mapu. Así es como gracias al origen mitológico del mapuche, este pueblo está relacionado con los pillanes y las wangulén; y el mapuche tiene la posibilidad de poder llegar a ser uno de ellos.
Igualmente relacionados con las wangulén, existe otra leyenda sobre el hijo de un Cacique, de nombre era Huanguelén, quién se enamoró de una estrella; y por causa de ese amor, fue transformado en estrella que se levanta al amanecer: "el Lucero del Alba"; la única estrella masculina.
Fue uno de los siete hijos de Manuel Namuncurá, un célebre líder del pueblo mapuche que luchó en la batalla del 5 de mayo de 1883 contra las fuerzas del Ejército Argentino comandado por Julio Argentino Roca, y de la cautiva chilena Rosario Burgos.1 Ceferino era nieto del caudillo mapuche Calfucurá.
En 1887, al año de edad, Ceferino se salvó de perecer ahogado en el Río Negro, mientras jugaba en sus orillas. Ese mismo año, el 24 de diciembre, en vísperas de Navidad, fue bautizado por el misionero salesiano padre Domingo Milanesio, un importante cristianizador de los pueblos originarios. A los 11 años le pidió a este salesiano que lo llevara a estudiar para luego regresar y así poder enseñar a los de su pueblo.
Su padre, cacique de la nación mapuche, fue elevado al rango de coronel de la Nación y lo llevó a Buenos Aires, donde fue recibido por el general Luis María Campos, su amigo y entonces ministro de Guerra y Marina. Ceferino ingresó en los talleres que la Armada tenía en la localidad de Tigre (provincia de Buenos Aires) y permaneció allí por tres meses; posteriormente, sin embargo, le pidió a su padre que lo sacara porque no le gustaba ese ambiente ni esa profesión. El coronel Manuel Namuncurá recurrió a su amigo, el Dr. Luis Sáenz Peña, expresidente argentino, quien recomendó a Ceferino a los salesianos. El 20 de septiembre de 1897 Ceferino fue inscrito como alumno estudiante interno.2
Paulatinamente, Ceferino se adaptó al ambiente, dedicándose al estudio, aprendió el idioma castellano y el catecismo. El 8 de septiembre de 1898 Ceferino recibió la primera comunión y, el 5 de noviembre de 1899, el sacramento de la confirmación de manos de monseñor Gregorio Romero en la Iglesia Parroquial de San Carlos, donde luego se construyera la actual Basílica María Auxiliadora y San Carlos.3
A principios de 1902, su salud se deterioró; por los estudios que le realizaron, se determinó que había contraído tuberculosis. Monseñor Juan Cagliero decidió trasladarlo a Viedma, con la esperanza de que los aires nativos ayudaran a recuperar su salud. A comienzos de 1903, en el colegio San Francisco de Sales de Viedma, comenzó su estudio secundario como aspirante salesiano. El sacerdote médico Evasio Garrone, junto con el enfermero del hospital, el beato Artémides Zatti, cuidaron de Ceferino. El 19 de julio de 1904, con 17 años, Ceferino fue trasladado a Turín (Italia), por monseñor Cagliero. Los salesianos pensaron que en ese lugar recuperaría la salud y podría continuar sus estudios de sacerdocio.
Estudió en el colegio salesiano de "Villa Sora", en Frascati, Roma. En Turín, el beato Miguel Rúa, el primer sucesor de San Juan Bosco, conversó varias veces por semana con Ceferino. El 27 de septiembre de 1904, Ceferino visitó al papa Pío X, luego san Pío X, junto con monseñor Cagliero, los sacerdotes José Vespignani y Evasio Garrone y otros salesianos. A Ceferino le encomendaron la tarea de pronunciar un breve discurso y obsequió al pontífice un quillango mapuche. A su vez, Pío X le obsequió la medalla destinada a los príncipes.
En marzo de 1905, la tuberculosis volvió a afectar su salud. Fue internado en el Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios, donde fue atendido por el Dr. José Lapponi, médico personal de los papas León XIII y Pío X. El 11 de mayo de ese mismo año, a los 18 años de edad, Ceferino Namuncurá murió acompañado por monseñor Cagliero. Según la mayor parte de sus biógrafos sus últimas palabras fueron:4
¡Bendito sea Dios y María Santísima!; basta que pueda salvar mi alma y en los demás que se haga la santa voluntad de Dios.
La oración, sin embargo, aparece recogida en su correspondencia5 y según algunos autores fue desplazada a ese momento para subrayar su manera piadosa de morir.6
Fue enterrado al día siguiente de su fallecimiento en el cementerio popular de Roma, en Campoverano, con la presencia de pocos salesianos y compañeros de estudio bajo el amparo de una cruz de madera con su nombre. En 1924 los restos de Ceferino Namuncurá fueron repatriados por orden del presidente Marcelo T. de Alvear y llevados a la capilla reconstruida del antiguo Fortín Mercedes, situado frente a la vecina localidad de Pedro Luro.
En 1930 el sacerdote Luis J. Pedemonte comenzó a propagar las virtudes y la devoción al «indiecito santo» con lo cual recogió y publicó testimonios de gracias recibidas por aquellos que lo rezaban y lo conocieron. También publica las cartas de Ceferino,7 documentos que sirvieron para conocer el espíritu de este joven mapuche. El 2 de mayo de 1944, se inició la causa de beatificación y el 3 de marzo de 1957 el papa Pío XII aprobó la introducción de la causa de beatificación de Ceferino Namuncurá. Quince años más tarde, el 22 de junio de 1972, el papa Pablo VI lo declaró venerable, transformándose en el primer argentino que llegó a esa altura de santidad.
La devoción popular a Ceferino Namuncurá se fue difundiendo desde mediados del siglo XX por toda la Argentina. Es así que, a fines de los 1960s, ya era muy común encontrar «estampitas» dedicadas a san Ceferino en plena ciudad de Buenos Aires,8 de este modo, su foto se hizo tan popular que muchas papeletas de propaganda en las cuales ofrecían, y aún ofrecen, sus servicios los plomeros, albañiles y trabajadores de oficios afines tienen impresas el rostro del beato.
En 1992 sus restos fueron trasladados a una sala contigua del Santuario de María Auxiliadora de Fortín Mercedes, por razones de mayor seguridad.
El 7 de julio de 2007, el papa Benedicto XVI firmó el decreto que declaraba a Ceferino Namuncurá como beato. El pontífice recibió al cardenal José Saraiva Martins, el por entonces prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, y autorizó a la Congregación a promulgar una serie de decretos, entre los cuales el que declara beato al «siervo de Dios Ceferino Namuncurá».9
El 11 de noviembre de 2007, el enviado papal, el cardenal Tarcisio Bertone, proclamó beato a Ceferino Namuncurá, ante más de 100 000 personas en una ceremonia de beatificación en Chimpay, Río Negro, ciudad natal del joven salesiano.10 La fiesta religiosa se fijó para el 26 de agosto, fecha de su nacimiento.
Una junta médica del Vaticano consideró que la curación de Valeria Herrera,1112 una joven madre de la Córdoba, Argentina, de 24 años en el año 2000 y afectada por cáncer de útero, fue un milagro por la intercesión de Ceferino Namuncurá. La mujer llegó a poder concebir con posterioridad.13 Este fue el antecedente que se tuvo en cuenta para su beatificación.14
El día 4 de marzo del año 2008, algunos vecinos de la localidad de El Trébol (provincia de Santa Fe), aseguraron haber visto en un fresno una imagen de Ceferino Namuncurá. Por iniciativa municipal se cercó el lugar y se erigió un improvisado "altar" en homenaje al beato.15
Traslado con rito de la religión mapuche al departamento Huiliches[editar]
El 12 de agosto de 2009, sus familiares trasladaron sus cenizas a la Comunidad de San Ignacio, en el departamento Huiliches (provincia de Neuquén), a 60 km de Junín de los Andes, bajo el rito de la religión mapuche.16
Su familia está relacionada con la familia ranquelche Epumer, la familia Namuncurá continúa siendo una referencia importante en la nación mapuche. Juan Namuncurá, músico y activista, es un difusor de la cultura mapuche.
Se han publicado muchas biografías, álbumes e historietas sobre la vida de Ceferino Namuncurá, y también se han hecho películas, como:
El Millalobo habita en el fondo marino, junto a su mujer la Huenchula y los tres hijos de ambos, la Pincoya, el Pincoy, y la sirena chilota, quienes lo ayudan en la tarea de manejar los mares.
Producto del gran trabajo que consiste el dominar los mares, el Millalobo tiene como subalternos a numerosas criaturas marinas mitológicas para hacer diferentes trabajos; los cuales van desde sembrar y cuidar el desarrollo de los mariscos y peces, hasta manejar el clima marino; además de guiar y cuidar a los muertos que produce el mar. Él habría sido el creador del barco fantasma conocido como el Caleuche. Se dice que las criaturas marinas que son malignas, igualmente deben rendirle respeto.
De acuerdo al folclorista chilote Renato Cárdenas1:
Millalobo, dueño absoluto de los mares del Archipiélago en representación de Caicai Vilú. Es el resultado del apareamiento entre una mujer y una foca, durante las luchas entre las serpientes míticas; de allí que sea un humano con cuerpo de lobo marino, de pelaje brillante. Su presencia en Chiloé ha quedado retratada a través de una leyenda difundida desde Cucao.
La versión escrita más antigua de la leyenda es de 1766, cuando en relato anónimo un jesuita señala2:
Fabulean los indios que en tiempos pasados una de aquellas indias tenía una hija que todos los días iba a lavarse a la mar, donde salía un huecubu o monstruos y cogiendo a la indiecita la llevaba mar adentro, donde tenía dicho huecubu sus amores con la Cucao, que así se llamaba la indiecita. Reprendiéndola un día su madre de aquello, se lo participó a su amante huecubu y éste enojado derribó varios cerros y formó aquella laguna para que la madre no tuviese lugar de ir jamás a ver cuando su hija era llevada del fabuloso huecubu.
Para otros usos de este término, véase Machi (desambiguación).
El machi es la principal figura médica, religiosa, consejera y protectora del pueblo mapuche.
Machis hacia 1903.
Puede ser machi tanto un hombre como una mujer. Como autoridad religiosa, dirige los ceremoniales de curación de su pueblo, llamados machitún. En el caso de que las autoridades tradicionales, como el ngenpin, no se encarguen del nguillatún, ceremonia mediante la cual la comunidad se comunica con el mundo espiritual, el machi puede presidirlo.
Dado que es el oráculo de su comunidad, el machi actúa como consejero del lonco. Antiguamente también ejercía de consejero en tiempos de guerra.
Elección del machi
Para llegar a ser machi se requiere que la mujer u hombre mapuche tenga voluntad, carácter y coraje, puesto que la iniciación es larga y penosa. La selección normalmente se hace en la infancia. Los medios usados son diversos, entre ellos:
Sueños premonitorios.
Revelaciones sobrenaturales.
Influencia de la familia.
Transmisión hereditaria.
Poder de curación de enfermedades.
Iniciativa propia.
Será el linaje (de cada familia lo que determinará quién asumirá el rol de machi. Posteriormente el nuevo machi será consagrado en la ceremonia del machiluwün. El o la infante elegida se prepara durante un tiempo, para posteriormente irse a vivir seis meses con una machi consagrada, que le entregará las herramientas para desempeñarse como tal.
El machi es la figura central de la medicina mapuche, poseedor de gran sabiduría y poder curativo. Conoce el uso medicinal de cada planta y de cada sustancia, a fin de usar las requeridas para obtener el lawen (remedio) adecuado. Tiene también el poder de los espíritus y los sueños (peumas), que son de gran importancia, puesto que su interpretación determina muchas decisiones importantes. A través de estas prácticas, el machi sana las enfermedades de su pueblo e incluso las enfermedades winkas (extranjero, blanco).
Machis tratando a un paciente (ca. 1908.)
Todo machi debe seguir el camino indicado en el Admapu y no dejarse llevar por el mal o por las malas actitudes. Si no cumple estos preceptos, estará siguiendo un camino equivocado que lo conducirá a ser considerado un calcu (persona que practica el mal por medios místicos o espirituales). Las actitudes que convierten a un machi en calcu son las siguientes:
· Ser una persona envidiosa y/o codiciosa, teniendo más interés por el dinero que por curar al necesitado.
· Ser una persona que no usa su conocimiento sabiamente o que lo usa para hacer el mal, uniéndose así a las fuerzas que luchan contra los seres humanos.
Los Ngen son espíritus de la naturaleza presentes en la mitología mapuche.
Los Ngen circunscriben su acción exclusivamente al medio ambiente natural silvestre; y suelen interactuar con los hombres solamente cuando éstos intentan hacer uso del elemento natural a su cargo. En estos casos, como lo indica el Admapu, el hombre mapuche que accede al dominio de un Ngen debe entablar un diálogo respetuoso y afectuoso con él. Primero debe pedir permiso para ingresar a dicho dominio. Para utilizar algún elemento natural cuidado por el Ngen, el Mapuche debe justificar por qué necesita de dicho elemento y cuánto piensa extraer para cubrir sus necesidades inmediatas. Una vez obtenida la cantidad justa debe expresar su agradecimiento al Ngen; y, cuando se interactúa con el ngen fuera del ámbito de la propia reducción, es necesario entregarle un pequeño obsequio cumpliendo así con el principio tradicional de la reciprocidad. Este obsequio suele consistir, alternativamente, en algunas migas de pan, o bien granos de trigo y/o maíz, o alguna pequeña moneda, u cualquier otro obsequio.
Categorías:
Ngenechén: espíritu o deidad que gobierna a los humanos.
Ngen-mapu: espíritu de la tierra, especialmente de la tierra cultivada.
Ngen-winkul: espíritu del cerro o volcán.
Ngen-kütral: espíritu del fuego.
Ngen-ko: espíritu del agua.
Ngen-kürüf: espíritu de los vientos.
Ngen-mawida: espíritu del bosque nativo.
Ngen-kulliñ: espíritu de los animales.
Ngen-lawen: espíritu de las hierbas medicinales.
Ngen-kura: espíritu de las piedras.
Ngen-rëpü: espíritu del camino tropero trazado por la naturaleza o las pisadas de animales silvestres.
En el Monumento a la Araucanía, la figura sobre el pedestal es una machi.
Categoría principal: Ceremonias y celebraciones mapuches
El pueblo mapuche cuenta con múltiples ceremonias y tradiciones que son su costumbre, entre las más reconocidas el guillatún, el machitún, el llellipun, el machiluwün, el ngeykurewen127 y la celebración del We Tripantu. De ellas, se explican a continuación tres de las principales:
El guillatún128 (ngillatun) es una ceremonia de petición y agradecimiento a la divinidad. Para esto se necesita de un lugar especialmente dispuesto para este fin, ngillatuwe. En su centro se instala un rehue y a su alrededor los participantes. Dura un mínimo de dos días y un máximo de cuatro y tiene por objeto pedir a los Guenechén u otros seres espirituales que beneficien al pueblo con lluvias, cosechas abundantes, el aumento del ganado y otros favores. Durante la ceremonia se realizan bailes acompañados de oraciones y se hacen ofrendas, como el sacrificio de animales o la entrega de frutos de la tierra y muday.
El machitún129 (machitun) se efectúa para sanar a alguien enfermo. Para ello interviene un chamán llamado machi, quien suele orar y cantar junto al enfermo, hasta entrar en trance (küymin), así como descubrir la causa de la enfermedad, que según la creencia se debe a maleficios o transgresiones. Existen ayudantes (dungumachife) que traducen las palabras del machi y otros que ahuyentan a los espíritus malignos involucrados en la enfermedad. Junto con señalar al causante del mal, "sacado" del cuerpo del enfermo, se recetan yerbas medicinales y otros tratamientos.
el llellipun, el machiluwün, el ngeykurewen1
We tripantu130 (We Tripantu o Wiñoy Tripantu) es la celebración del año nuevo mapuche. Se realiza en el día de solsticio de invierno, entre el 21 y el 24 de junio. De esta manera, al amanecer del 24 de junio, se inicia otro ciclo de vida en el mundo mapuche y en la madre tierra. Por lo general es un día de reencuentro, de armonización y equilibrio de las relaciones humanas. Una tradición corriente de esta fiesta es bañarse en un río o lago al amanecer.
La base de los ritos mapuches era la rogativa o petición.
1) El nguillatún (ceremonia de rogación): Para esto se necesitaba de un lugar especialmente dispuesto para este fin. En su centro se instala el rewe y a su alrededor los participantes. Dura un mínimo de dos días y un máximo de cuatro.tenía por objeto pedir al Pillán y al tótem que beneficiaran al pueblo con lluvias, cosechas abundantes, el aumento del ganado y otros favores. Durante la ceremonia se realizan bailes acompañados de oraciones. Además se sacrificaba un animal.
2) El machitún (ritual de sanación): se efectuaba para sanar a algún mapuche enfermo. Para ello intervenía un curandero llamado machi, la que se creía podía comunicarse con los espíritus. En el rito, el machi colocaba hojas de canelo considerado como el árbol sagrado mapuche y las encendía mientras realizaba cantos y danzas alrededor del paciente al son del kultrún. Así, cuando la ruca se llenaba de humo, el machi, usando sus conocimientos de hipnotismo, creaba un fenómeno de alucinación colectiva, y fingía clavar un cuchillo en el enfermo. Después "urgaba" en el interior del mismo y les mostraba a los parientes la causa del mal, representada en lagartijas o insectos.Finalmente, recetaba hierbas medicinales, como boldo, bailahuén, maitén, quillay y arrayán, entre otras.
3) We tripantu (Celebracion año nuevo): es la celebración del año nuevo mapuche que se realiza en el dia de solsticio de invierno entre el 21 y el 24 de junio. De esta manera en el amanecer del día 24 de junio se inicia otro ciclo de vida en el mundo mapuche y en la madre tierra.Por lo general es un día de reencuentro, de armonización y equilibrio de las relaciones humanas.Los ancianos cuentan historias a los niños, y a través del nütram, conversación mapuche, los aconsejan. Tomando mate, comiendo sopaipillas y bailando se pasa la noche.
Otras ceremonias:
- Rapto de la Novia (Mapuches)
Construcciones y estructuras[editar]
Como vivienda tradicional de los mapuche, construían viviendas de gran tamaño denominadas rucas (ruka), con superficies que varían entre los 120 y 240 metros cuadrados; las cuales estaban formadas por paredes de adobe o tablas o de varas de colihue, reforzadas por dentro con postes de madera y se tapizan con totora. El techo es de junquillo o de algún pasto semejante a paja brava. Usualmente no tienen ventanas.
Una estructura ritual importante es el rehue (rewe), que consiste en un altar sagrado utilizado por los mapuches en muchas ceremonias. También destaca las estatuas de madera denominadas chemamüll (de che, persona y mamüll, madera, "madero con aspecto de persona"), las cuales utilizaban en ritos funerarios.
En 2007 el arqueólogo Tom Dillehay identificó la existencia de alrededor de 300 túmulos funerarios en las vecindades de Purén y Lumaco, llamados cuel. Estas colinas artificiales cónicas, de piedra y barro, superan en algunos casos los 40 metros de altura. Según la hipótesis del autor, en la "ciénaga de Purén" se habría desarrollado un núcleo altamente poblado, que permitió la edificación de monumentos. Dillehay data los cuel a las dos centurias anteriores a la llegada de los españoles: el siglo XIV y el siglo XV. Como hipótesis, postula que las estructuras podrían ser fruto de la influencia inca o de alguna otra de las culturas de los Andes centrales en general.131
Vivienda (Ruca):
- El hogar de los mapuches, llamada ruca, en su lengua, era de paja y de barro, de forma redonda con techo rectangular. El menaje era bien pobre, ocupaban pieles para dormir y se sentaban en troncos o piedras. En el centro de la vivienda ardía constantemente una fogata.
Proporción de un chemamüll, estatua funeraria mapuche, respecto de una persona.
Construcción de la ruca:
Para construir su ruca, debían avisar a un superior para dar el aviso al resto del pueblo. Así, el futuro dueño de la ruca debía recolectar los elementos para la construcción, mientras que el pueblo junto con él trabajaba construyendo la ruca; realizando un trabajo comunitario llamado rukatun o rukan.
Al finalizar el trabajo, se celebraban el trabajo con una comida compartida para los colaboradores y se bailaba con máscaras de madera o collón
Organización Familiar y social :
Los mapuches no tenían ciudades, vivían en agrupaciones constituidas por varias tribus. Cada tribu estaba formada por familias y obedecían a un ulmén o cacique, que generalmente era el más viejo o el más valiente. Solamente en tiempo de guerra reconocían la autoridad suprema de un jefe guerrero, llamado toqui.
Matemática[editar]
Música[editar]
Véase también: Anexo:Instrumentos musicales mapuches
Música tradicional[editar]
Como tradicionalmente ocurre, la música popular o civil se pierde fácilmente con las modas o el tiempo sin dejar registros. No así con la música religiosa que es repetida ceremonialmente, como las cantadas en guillatún (por ejemplos las tayüḻfe, quienes acompañan al choyke con cantos en su danza), lo que es tomado como ejemplo de música tradicional mapuche. Sin embargo también existen composiciones amorosas, de borracheras, canciones acerca de los sucesos de la tierra natal y de personas importantes. Puede estar cantada a modo de monólogo o estar acompañada de algún instrumento musical ceremonial, haciendo de la música en si un cuerpo fusionado.
Se disponen de instrumentos de percusión como el cultrún, pero de uso exclusivamente ritual, y las cascahuillas, que son cascabeles atados a los nudillos.
Instrumentos de vientos son la trutruca, una caña hueca de coligüe con un cuerno en su extremo, la pifilca un aerófono de la familia de las flautas, sin aeroducto, semejante a un silbato.
Un instrumento original es el trompe, que usa la garganta y boca como caja de resonancia.
Música actual[editar]
Además se han incorporado otros instrumentos, como el acordeón y la trompeta en La Araucanía y la guitarra y el bombo en Los Lagos. Algunas cantantes destacadas de música mapuche son:
Poesía contemporánea[editar]
El pueblo mapuche cuenta con una dilatada literatura oral, alentada por el tradicional aprecio de este pueblo por el uso estético del idioma y la capacidad oratoria como suprema destreza social. Las principales formas de relato son el epew y el nütram.
Durante la segunda mitad del siglo XX numerosos poetas mapuches decidieron cruzar la frontera entre oralidad y escritura. Muchos de ellos publican sus poemarios en ediciones bilingües, en castellano y mapudungun, pero el uso de la lengua vernácula y los tópicos literarios propios de la etnia, como las referencias al entorno natural, la simbología y la cosmovisión mapuche, son características centrales de la mayoría de estos autores.
Entre los poetas mapuches contemporáneos se encuentran:
Lorenzo Aillapán (1940 - ): Poeta y músico que se declara üñümche, hombre pájaro, por su entendimiento del lenguaje de las aves. Ha trabajado circunstancialmente como actor.
Emilio Antilef: periodista y poeta.
Elicura Chihuailaf (1952 - ): Uno de los más reconocidos poetas mapuches. En su obra destaca el uso de elementos de la simbología tradicional de la etnia, como el culto a los antepasados y el color azul. Ha traducido obras de Pablo Neruda y Víctor Jara al mapuzugun.
Rosendo Huenumán García (1935 - ): Poeta y recopilador de poesía tradicional. Fue diputado por el Partido Comunista de Chile hasta 1973.142
Jaime Luis Huenún (1967 - ): Poeta huilliche, que también ha editado antologías de otros autores mapuches.
Leonel Lienlaf (1969 - ): Se declara abiertamente un poeta bilingüe. También es músico.
Eliana Pulkillanca (1963 - ): Poeta autodidacta lafkenchen 4 de la zona de Comunidad Indígena "Lonco Kashillahue" de Piutril, San José de la Mariquina.
Graciela Huinao (1956 - ): Poeta y narradora huilliche. Se convirtió en la primera mujer mapuche en publicar un libro.
María Catrileo (1944 - ): Escritora y profesora de Inglés, Mapudungún y Castellano en la Universidad Austral de Chile.
El etnoturismo[editar]
En los años recientes, algunas comunidades mapuches han empezado a desarrollar programas de turismo, más específicamente de etnoturismo, denominados turismo mapuche. Este se desenvuelve en el ámbito de una nueva tendencia turística que se orienta hacia una forma más responsable.
El turismo, desde su nacimiento en la segunda mitad del 1900, en general ha creado laceraciones, modificado equilibrios de siglos o milenios, introducido conceptos de civilidad unidireccionales, borrado o relegado en un rincón tradiciones y usanzas locales, destruido ecosistemas naturales de cualquier tipo.
Últimamente la tendencia es a reviertir esta situación, con formas alternativas de desarrollo turístico a partir del respeto hacia el recurso y las comunidades locales.143
A partir de la realización de los daños implicados en el turismo masivo del sol y la playa, surgió la necesidad de crear una nueva forma de viajar y experimentar otros lugares. Una forma en la cual en vez de destruir, se puede proteger y fortalecer la cultura y el medioambiente del destino turístico. Se define este turismo responsable como un viaje que toma en consideración los contextos naturales, socio-culturales, económicos y políticos de un destino, procurando aumentar los beneficios y minimizar los impactos negativos del turismo.144
En este aspecto se desarrolla el etnoturismo realizado a través del ecoturismo en zonas habitadas por el pueblo mapuche. En él destaca como ejemplo el ecoturismo llevado a cabo por comunidades huilliches, con su participación en la creación de una red de parques silvestres en el Área marina y costera Lafken Mapu Lahual.
Al hacer eso, se crea un turismo verdaderamente sustentable. Esta idea se manifiesta en varias formas incluyendo turismo aventura, agroturismo, turismo rural, turismo ecológico, turismo científico, turismo histórico-cultural, y etnoturismo. Aunque cada uno tiene sus especificaciones, la idea en general es explorar la realidad que existe en los destinos. Particularmente, el etnoturismo tiene como metas la preservación de la identidad étnica y la valorización y la transmisión del patrimonio cultural.
En América Latina, la tendencia hacia un turismo responsable ha resultado en el desarrollo de programas y redes que desean proveer oportunidades tanto al nivel internacional como al nivel nacional. La iniciativa de Redturs, una red que tiene como meta la formación y fortalecimiento de programas de turismo comunitario, representa un esfuerzo del nivel internacional.
Los países como Perú, Bolivia, México y Nicaragua tienen adentro ejemplos muy desarrollados a nivel nacional. De hecho, en comparación con otros países latinoamericanos, Chile está todavía al principio de este proceso. No obstante, sigue en crecimiento rápido, gracias en parte a los mapuches —un pueblo que sí tiene una valorización de sus raíces y quiere compartirla con el mundo—.143 Dando cuenta de que es fundamental usar las herramientas que tienen, algunos grupos, comunidades e individuos mapuches se han dirigido a programas de turismo mapuche para compartir con el mundo su cultura.