MIS COMPOSICIONES

HISTORIA DE UN HOMBRE BOHEMIO PARA UN AÑO NUEVO

Existió un señor labriego por excelencia, dicharachero, honradísimo, en una alquería, vivía en la cumbre de una cordillera, en una casa que por su estilo parecía más bien una covacha, desde allí se divisaba un hermoso valle lozanico, de gran contemplación donde la llanura besa sobre lo ancho la majestuosidad de un lago, envolviéndolo de belleza natural; ubicado relativamente cerca al pueblo en la provincia de la comarca.

El campirano, era un hombre de carácter jocoso, su aspecto de campesino pobre y humilde no le era óbice para llegar a la demás gente, fuesen ricos o pobres, pues a ellos les gustaba que los divirtiera con cuentos, mímicas, o refranes que le fluían espontáneamente, la rima le era de especial particularidad, según el tema que los demás le insinuaban que tratara; como recompensa le obsequiaban comida, cosas para gratarlo, que él llevaba a la casa; bastatante goterero si era, pero esto se ocultaba, porque cuando lo veían la verdad se alegraba el pueblo apreciándolo como un personaje por su peculiar jovialidad, le consideraban el artista del pueblo, lo echaban de menos cuando se ausentaba; entre el espacio de cómico en las rumbas festejaba su espíritu de nobleza alegrando al conglomerado, cómodamente cargaba una bandurria.

Para un año nuevo le ocurrió un chasco eufemico vergonzoso, comenzó en las víspera desde temprano a ocuparse de ir a visitar a sus amigos, echar sus retahílas picarescas que gustaban por doquier muy pocos lo ignoraban, le ofrecían trago a la lata, así sucedió hasta que lo condujeron por invitación del señor alcalde del pueblo, asunto que le regocijó enormemente, a una pequeña reunión de despedida de año amenizada con la presencia del bohemio hombre, el alcalde le quería dar un reconocimiento por alegrar donde iba el ambiente de buenos propósitos, y más en aquellas tardes donde se busca alejar el tedio y cansancio de la jornada. Estando allí divirtió a la primera autoridad del municipio y a sus invitados, hubo comida y bebida, recibió regalos y comida, su apetito era satisfactorio, sitio donde llegaba y recibía de comer solo dejaba los platos limpios “ glotoncito “ , luego de levantarse y despedirse de la primera autoridad y demás asistentes le convidaron estando en la calle a la fonda del pueblo, lugar donde se reúne gran cantidad de personal a comer, bailar y disfrutar de un rato por un motivo, acá era despedir el año nuevo esperando el otro lleno de buena energía, el hombre no se hizo del rogar a donde lo invitaban producía una buena honda , empezado su repertorio hacia retumbar su bandurria, era un genio para sacar notas musicales, instrumento heredado de sus antepasados y único en el municipio, El lo sabía interpretar con tal finura que sus notas era un deleite, muy bien, sacaba unas notas musicales que llamaban la atención, por eso y otras le apreciaban; su repertorio concedía gratitud; bebió, tocó, bailó y comió, actuó como bien lo suele hacer; no midió el alcance del efecto de la bebida y mucho menos las condiciones a que iba a llegar. Esa víspera de año nuevo, ya llegando el ocaso del día, brindaba los tragos por todo el mundo por el bienestar de un nuevo año, ¡Acá viene el oso!, al notar que no podía mantenerse erguido por el licor que consumía resolvió como pudo tomar su mochila, en ella los regalos que le dieron para retornar a casa en medio de la jinchera, bien acomodadas iban unas botellas de trago ahí en esa tejida y por su puesto su bandurria.

No siendo tan lejos el recorrido, acá se le hizo eterno, tal sería el licor consumido, y la falta de coordinación de los movimientos del cuerpo, al estar enfilado por la cabecera de la pequeña montaña cayó al piso durmiéndose precisamente frente del camino que se dirige a donde la vecina, mujer tosca, malgeniada de no muy buenas pulgas, era ya pasada la noche, los perros ladraban tanto que la dueña de la casa pensó en familiares que venían a darle el buen saludo de año nuevo, saliendo fuera de la casa se encontró con el personaje artista del pueblo, ella era seguramente a la única que le ofendía, le fastidiaba, lo vio tendido en la rivera de la entrada, la cama era el prado, le observó la tejida con buenos productos, algunos arrastrados por la forma como se conducía arrastrando hasta los pies y como fuera llevaba su talego; la vecina de él, ¿Qué hizo? Fue y cogió un balde con agua propinándole una lavada despertándose sin pensar bien lo que ocurría tan solo dijo ¡Que aguacero está cayendo!, No se imaginó de donde provino el lavadón, en ese estado no conoció quien se la lanzó, ¡Imaginó fue un torrencial aguacero! Enguarecido de la mojada como pudo se levantó y siguió el camino a casa, llegando a la casa se extravió de vía, en lugar de coger hacia el sector de dirección a la casa tomó fue la salida que va al corral de la porqueriza, allí había una marrana madre criando lechoncitos, pasando la puerta pensó que estaba dentro de la habitación de él y su mujer, los tragos al hacerle perder su talento entró a una habitación bien exótica y no confortable por los muebles.

Andando en cuatro patas vino a tropezar con la lechona madre quedando ahí tendido para acabar de completar, imaginó que estaba en la cama abrazando a su esposa, cosa que no era así, mientras tanto su señora adentro preocupada estaba porque no llegaba su marido.

Ya al amanecer tenía abrazada era a la marrana, escuchó la mujer en su recámara de descanso unas palabras que le llamaron la atención, esa voz provenía del corral de la porqueriza, pensó que eran los ladrones se iban a robar los puercos, fijamente desde adentro concentró su oído poniéndole cuidado si se volvía a repetir sonidos raros, al ratico nuevamente la voz, decía; mija le traje regalos, brindo por ti mamita, por mis niños y que este año nos sigamos amando tanto mi reina, ¿Me escuchó tesoro? Decía el bohemio hombre en su estado de beodez.

Identifica la esposa que era la voz del marido, prendiendo las luces, salió con su hijo mayor, cual sería su sorpresa que lo vio allí en el corral recostado con las narices besándole casi las nalgas a la marrana, exhalando el benjuí que emanaban los cerdos y más la marrana, o sea los excrementos, eso si ese animal era una mansedumbre, dijo la mujer: viejo inmundo descarado con que esas tenemos, ¡ Cambió de esposa ! ahora es amante de la marrana; viene con un tufo a licor, amarillo y despeinado, viejo inmundo garagullo no sea conchudo en navidad cayó a la fuente del caño confundiendo la mujer con una piedra y ahora esta si es la tapa, eso le fue estribillo en la cantaleteada, arrastrando los pies se lo llevó para la sala, ¡ Ni beso, abrazo, saludo de año nuevo no se hizo ver ¡ Como un borracho de pantano ha llegado enlagunado y con esto el cuento se ha acabado.

Autor: ELISEO BUITRAGO DIAZ





EL PUENTE DESPLOMADO

Costumbre de pretender solucionar un conflicto por la vía de la violencia, sabiendo que lo único que trae son heridas, dejando de por sí una estela amarga y vergonzosa, poco interés en saber aplicar la inteligencia sabia, mesurada que estriba en el pundonor del ser humano; cuestión sobre los mismos hechos en buscar dominar a como de lugar al adversario sin saber las consecuencias, siembra en el no menos aplaudible engendro ignorancia torpe y atrevida.

Suficiente como para no poder aludir que muchos esconden la cuchilla vengativa por algo posiblemente insignificante, pero la prepotencia lo hace subjetivo del dolor y las vesanias mirando su desgracia, preocupación en el ambiente queda de no saber expresar las dudas para ver los corruptivos, la intriga ama la maldad, un tropezón lo da cualquiera pero de gallardos es saber enderezar el camino en el básico amor de la filosofía donde interviene la prudencia sabía del bien

Cuestionable por la forma en que como sucedió lo que no debió haber sucedido, si hubiese salido una postura agradable y no haber ido a cometer semejante abruptabilidad, con las consecuencias más penosas donde la voluntad se equivocó de cabo a rabo, al eco musical de la naturaleza no se quiere conjugar con aquel episodio allí vivido, un día radiante, lleno de fulgor hacía majestuoso el panorama con un relieve que invitaba al mejor ambiente sin esperar la provocación de alguna criatura que gusta bajar al rio a darse un chapuzón.

Dos bribones no vieron un lugar distinto a este, tipos que busca pleitos, tenían cazada una riña, inquina generada por un triángulo amoroso, empezó en una cantina al calor de la vida desordenada, todo por una meretriz pueblerina que resultaba ser el ludibrio de la población, la conocían popularmente como la “buenona”, ahí comenzó la disputa, ¿Valdría la pena matarse por una flor pisoteada en su honor sin recato? Cada vez que se cruzaban levantaban alboroto, se peleaban por aquella mujer que mantenía solo de ellos su precio en el dinero y nada más, mientras ellos pensaban distinto, era saber quien se ganaba más la deshonra. Al cual más se hacía presente ¡se tiraban un pedo y levantaban polvareda! Un puente de aproximadamente seis metros de largo por metro y medio de ancho fue el escenario, diseñado únicamente solo para peatones por que la quebrada se hace peligrosa y de riesgo al atravesarla sin un medio de mejor comodidad, no menos pensar que fuese ser un tinglado tal como el escogido por los dos pugilistas en este caso y pusilánimes, ubicado en las postrimerías de la población, del puente se al fondo deja ver un rio caudaloso, su corriente bravía lo convierte en amenaza para más de uno que se confié, unas cuantas piedras adornan el lugar que para sacar una les toca meter julete para quien se las quiera llevar, una monumental piedra hace las veces de mesón donde se posan golondrinas a darle sabor por su canturrio, salpica el agua que golpea esa masa, de ahí hacia abajo una especie de remolino bajando culebreramente al pasar por una peña, otras medianas se erigen como menhires sobre el cual la cascada bulle como león salvaje, los árboles se contonean ante la fuerza del aire tornándose maravilloso en medio de la zozobra que se presenta cuando los alaridos del medio llegan con cierto misterio.

Repentinamente sin manifestar cita mucho menos fecha ni horario se encontraron “el hambre con las ganas de comer” ¡Si señor ¡ La mirada del uno al otro parecía la un par de fieras salvajes con las ganas del uno devorarse al otro, dos leones disputándose la presa, la jerga empleada en los insultos los hacía peculiares, beligerantes y hombres plebeyos; asunto peligroso, se agarran esas dos fieras, no se fijaron que habían unas cuerdas de púa, contra ellas iban a dar una y otra vez, en torno a ellos no se esperar los mirones, de todas partes embelequeros venían, una gran cantidad de curiosos llegaban y por cosas del destino empezó a fragiar la estructura del puente, no estaba capacitado para soportar tanto peso, cedieron los cables que ataban los listones a las columnas principales, en cuestión de segundos se derrumbó el puente se fue abajo, al precipicio en primera fila quienes estaban colocadas en las barandas, luego los demás, resultado; pelea terminada, muertos y heridos hubieron, los que contaron con suerte se salvaron con escoriaciones, quienes del golpe perecieron se los llevó la fuerza del agua, tragedia provocada por dos insolentes expoliadores, ¡ Que horror ¡ , ¡ Episodio dantesco ¡ Asombro total y pesadumbre para los pobladores, lucha ganada por la intolerancia.

Autor: ELISEO BUITRAGO DIAZ




ESTA ES MI TOCAIMA

Esta es mi Tocaima,

La que asentó tribu guerrera Panche

Grandes jerarcas, de ahí su nombre,

La del mariscal Hernán Venegas Carrillo, su fundador;

Noble e Hidalga ciudad, con escudo de armas,

el rey de España Carlos V la coronó,

elevándola al honor de Noble e Hidalga

ciudad de San Dionisio de los Caballeros de Tocaima.

Esta es mi Tocaima,

la que fue anfitriona del conquistador,

el ilustre Don Gonzalo Jiménez de Quezada;

el hombre de los Derechos y precursor de la Independencia;

Antonio Nariño y donde tuvo encuentro

nuestro libertador Simón Bolívar y el General Francisco de Paula Santander

Con su clima tropical, valles y montañas;

En sus cumbres majestuoso mirador

Permitiendo ver maravillas

Corno los nevados del Tolima, Ruíz y Parque Nacional Santa Isabel

San Jacinto Patrono y guía espiritual intercesor ante Dios,

Mi buen Jesús misericordioso

Que su Santo espíritu a quienes lo buscan, del padre nos envía.

Tocaima, Tierra de promisión

Que Dios, al regalarle sus curativos fangos medicinales le dio su bendición...

De ahí su lema, Ciudad Salud de Colombia,

su historia dice que animales gigantes hicieron presencia,

su museo de Pubenza expone sus hallazgos,

Guardando sus fósiles, como reliquias prehistóricas,

la de su cascada Azul, Piedra de Partos, Cerro Guacaná

Piedras Negras y Pirámide Pan de Azúcar.

Esta es mi Tocaima,

En sus campos, productora de ricas frutas

Pueblo laborioso y pujante,

A la patria das hombres de honor

Carlos Julio Ramírez uno de ellos,

Visitarla un sueño infalible, dicha hacerlo,

Jaime Garzón, “Humorista colombiano”

al venir a esta comarca lo enamoró,

Un honor para este pueblo,

con los murales rendirle un homenaje,

el Templo parroquial guarda sus dedicatorias,

fácil de divisar por sus torres cual mísiles que al cielo apuntan.

Ven a visitar Mi Tocaima,

Un fin de semana es un buen destino turístico,

Goza de excelentes hoteles, balnearios, tranquilidad y paz.

Buenas vías de comunicación y líneas de transporte,

Contágiate como en las buenas noches

de luna llena que coquetea amor,


e invita a gozar de su ambiente

y unas cuantas tocaimadas

para recordar felizmente,

i Por esto y otras cosas

Tocaima es pasión !






LA TOCAIMADA

Estudiando bien la composición del escrito dejado por don José Ángel Manrique, es un estilo literario el empleado, bien porque tenía cierto conocimiento de un hombre de letra, no cualquiera lo hubiera haber podido hacer sin tener una forma, si vamos escribir algo sin tener una métrica resultaría una chambonería como solo El sí lo hizo.

Cito esto porque me parece bien interesante y lleno de argumentos para la literatura costumbrista,

Del libro SAN DIONISIO DE LOS CABALLEROS DE TOCAIMA

Al finalizar el siglo XVIII debió residir algún tiempo en Tocaima don José Ángel Manrique, nacido en Santafé en 1777 del matrimonio de don Francisco Manrique y de doña Manuela Santa María. Pertenecía a la alta sociedad santafereña y tuvo esmerada instrucción, depurada con el trato de buen número de hombres de letras que que frecuentaban asiduamente el hogar de sus padres, en donde doña manuela dirigía un centro literario que se llamó del “Buen Gusto”

Muy joven recibió las órdenes sacerdotales de manos del ilustrísimo señor Portillo, según refiere don José María Vergara. Quizá con motivos de las relaciones que adquirió en la tertulia de doña Manuela se vio envuelto en la conspiración de Nariño, en 1794, que para él no tuvo consecuencias graves, pues fue puesto en libertad con la fianza de su padre.

Con Jorge Tadeo Lozano tuvo años más tarde un periódico de corta vida que se llamó “Anteojo de Larga Vista”, Venida la época de la reconquista española, los escarceos literario-políticos se le debieron poner difíciles y peligrosos y resolvió refugiarse en el curato de Manta, de donde fue sacado en 1818, por acusarcele de prestar ayuda a la conocida guerrilla de los Almeidas. Traído a Bogotá, se le condenó a se desterrado a España. Hallábase en Santa Marta, rumbo a Europa, cuando supo la derrota de los españoles en Boyacá, y logrando fugarse regreso a su ciudad natal. Poco tiempo después fue nombrado cura de Cácota, en donde murió casi ciego en 1822.

Cuando residía en Tocaima dándose una seguramente una inaplazable cura de aguas, influenciado por los hábitos de sus contertulios capitalinos, querría atenciones y pleitesías como para levantar la depresión moral que sus exquisitas dolencias le ocasionaran.

Al exigir agriamente hospitalidad, franqueza, benevolencia, olvidó el levita que estas virtudes proliferan sólo en la medida de las buenas condiciones personales de quien aspira a recibirlas. No se imponen a la fuerza. A si es como mis paisanos, bien experimentados de notabilidades, le dejaron un solo escape, el de su contaminada literatura, que se destaca con su poema satírico “La Tocaimada”, conocida tiempo después de la ida del sacerdote bogotano.

A PARTES DE UN POEMA DE LA TOCAIMADA

Nota= Fíjense la manera como va la rima y su sentido eufemista.

Estando trastornada mi cabeza

Vino a verme una musa socarrona

Pero tal era el sueño y la pereza

que al principio creí que era una mona.

Mientras más la miraba, más asombro

Me causó tan fantástica figura

No pudiendo atinar por más que hiciera,

Si era mujer o bruja o que cosa era.

En vano conjeturo, en vano pienso

Qué diosa echa maíz a una cochina

Cuyas enaguas blancas son de lienzo

Y un calabazo por el aire bate

Con su mano esmaltada de carate.

Pero al fin enroscado como un cuerno

Aunque lleno de miedo le pregunto:

¿Eres alguna diosa del averno

O tal vez alguna ninfa de aquí junto,

Porque según sus armas y tu traje

Se te debe rendir tal homenaje?

Tú eres, me contesta, un hombre perro,

¿Quién habrá tan sencillo que te crea

Que ignores soy la diosa de este cerro,

La divina y pintada caratea?

Diría que la composición no necesariamente debe ser de aspecto peyorativo, se puede utilizar para cualquier forma de poema, una oda lírica es magistral.

Acá dejo una composición siguiendo la métrica de la tocaimada, tiene seis estrofas.

BELLA TOCAIMUNA Y DEVANEOS DE LA MISMA

Eres hermosa tocaimuna

Que permites ver su figura como un hermoso tocador de amor,

Encontrarte en este trópico es una fortuna, ¡Como otra ninguna!,

Caminas con donaire resplandeciente es su fulgor.

Figura colosal, estampa de mujer clásica

Un beso en el ambiente

¡Hay que dulzura!

Rumores de amores acá es pura cultura.

¡Su anatómica figura, oronda serte mi vecina!

Compromete en el silencio un pensamiento

Pero así es el destino, quien por ahí camina,

Quererte sería por ahora un frenesí

Mejor más adelante porque hasta hora te conocí

La luz del Sol en cada mañanita

Saborea tu cariño,

El viento le susurra al oído hasta besarte tu gética,

Un turpial le canta haciéndote un guiño;

Desde su ventana allá lo ve

Sonoro canto, un recital dirigido a Usted.

Donde estés representa altivamente su gente

Siendo así la belleza de la mujer de mí pueblo verdadera hermosura

Pilosa, infalible de carácter prudente

donde al caminar se deja expresar con donosura.

Con su inteligencia rompe cualquier temor

Mis frases para ti preciosa flor,

Cada vez que te veo

Me haces estar viéndote como un jardín,

Siempre que tu capullo opulento florea

aspiro su aroma, ¡Bella dulcinea!

Autor: ELISEO BUITRAGO DIAZ



ESTA ES TOCAIMA

Abrigada bajo los tres colores de la bandera nacional,

Esta tierra querida de abolengos con rica historia tradicional y agua medicinal

Se levanta a los pies del cerro Guacaná

La ciudad que fundara Hernán Venegas Carrillo, el ingenioso mariscal.

Tocaima pueblo bonito de clima caliente

Turístico por excelencia de estirpe panche denota ahí su bondad

Por donde se ande se ve buen ambiente,

Ser reconocida va hoy día en sus hijos rica heredad.

No hay disculpa colombiano para no ir a Tocaima,

Algo que pocos saben, ven y conocerás más de Ella,

Sus hermosos cerros, museo de Pubenza, cascada azul y piedra de partos

Parque arqueológico de Lindayma interesante por sus petroglifos tangibles son ellos.

.conquistó el corazón bella heroína, nativa, pujante, La hermosa princesa Yuraima, luchando por su raza guerrera altiva, ¡Aquí Acayma!

Tocaima, amable de fresco donaire familiar, gozársela es un deleite

Anfitriona, Cuántas veces lo fue al tener a Jiménez de Quezada y al libertador

Actitud positiva, es por lema hacerla limpia grande cada día siéndole muy leal

quien la visite será bien atendido y ante su patrono un pecado condonao

dentro de un espíritu de calor abrazador encimándole el sabroso remontao.

Autor: Eliseo Buitrago Díaz


YURAIMA

Leyenda Panche de Tocaima Cund.

El Cacique "CHIPO" y su esposa Lindayma, tuvieron una hija supremamente carismática, con una ternura desbordante de dulzura, apropiada para manejar con diplomacia los asuntos que despertaban aspereza, en una situación dada se desenvolvía con tal prestancia a solucionar dificultades, su capacidad de reacción era muy esmerada.

Yurayma, su nombre, princesa del resguardo indígena. Como todo en la vida, también tenía sus partes débiles; una de ellas ser lunática, esa parte la impulsaba al amor desmedido por la naturaleza, no permitía que le fueran a ofender sus idilios como lo eran los pajaritos, que les silbaba con arrullo cuando les colocaba comida y estos le correspondían con dulces cantos, ubicados en sus árboles frondosos. El Cacique "CHIPO", estaba preparando desde temprana edad a su hija, con todo lo mejor dentro de su particular importancia de solidez personal en el mando de la tribu, una vez dejara el poder; ser la Cacica. Un día su enamorado Chiriguatá (hombre de dinastía): salió muy de mañana de soslayo rayando el alba, a conseguirle para consentirla unas plumas vistosas, con las que decoró una gran corona de cuarzo blanco y bordes en ribetes de oro, no quería que el tiempo le ganara para cuando fuese el momento en que la declararan la nueva jefa del resguardo.

Al cabo del tiempo, se presentó una chubascada con el mayor frenesí, la fuerza brutal devastaba lo que a su paso cogía, sin nada para favorecer los bohíos los arremetía descomunalmente, levantaba hasta lo imprevisible, entre las que se llevó la corona de la princesa. Ella, veía desde la zona de ceremonias como la furia de la naturaleza se iba llevando su distintivo, al ir por el espacio describía un arco majestuoso de siete colores dentro de una tenue luz solar.

Entre ambos la trataron de seguir, y se fijaron verla caer en el cerro sagrado de los dioses, en la cúspide de la pirámide Pan de Azúcar; fue tal el golpe que según parece vino a desintegrarse totalmente, porque jamás fue hallada, desde el desván de una roca observaban hacia la pirámide, con su amado fueron a rescatarla y caso imposible, ella apesadumbrada, con angustioso dolor, lloró intensamente la perdida de su valor cultural, mientras tanto Él, la consolaba como hombre que adora a su preciosa novia, las lagrimas que brotaban de esos dulces ojos al caer al suelo, se convertían en granitos de comida para los pajaritos, ellos venían a comer y le formaban tal concierto para aliviarle la pena porque sentían el sufrimiento de Ella, aún hoy lo siguen haciendo en señal de recordación y gratitud para quien les manifestaba aprecio y devoción; ahora, Ella, en su luz anda cuidando no de su corona sino del cerro donde vino a parar, hoy día es el trofeo de la Pirámide Pan de Azúcar; luego que el cerro se prepara a recibir un torrencial aguacero se hace memoria de aquel episodio y el cerro forma especie de una corona de copo blanco, indicando que ahí está la corona de la princesa que el destino le robó.


Escrito por: Eliseo Buitrago Díaz