CONCEPTUALIZANDO
Primeros instrumentos musicales en Tocaima
Una vez establecidos los pocos españoles que llegaron a estas tierras panches, y para pasar ratos en veces monótonos, formalizaron los unos nexos que conquistaban espíritus aburdidos, no lo era todo llegar a suelos sin romper el hielo de una estadía permanente sin tener algo que los divirtiera, o hacer una vida placentera con un poco de confort.
Citando del libro de San Dionisio de los Caballeros de Tocaima, página 120; “La alta clase social de Tocaima era bastante numerosa y selecta. Las familias de los fundadores se iban enlazando entre sí y a la ciudad llegaban a establecerse, ya atraídas por la prosperidad, bien por su clima y sus aguas medicinales que llamaban la atención”, de eso daba fe e información personajes como Gonzalo Jiménez de Quezada, quien muy agradecido visitaba este lugar por su delicioso clima y las aguas que para Él, eran una bendición, a el también se le debe por las noticias que llevaba al Rey de España cada vez que viajaba que a Tocaima le diera su escudo de armas y ser elevada al honor de noble e hidalga ciudad de San Dionisio de los Caballeros.
“Se llevaba allí, como en otros lugares de la colonia, una vida de apariencia recatada con escasas fiestas sociales limitándose los pasatiempos a reuniones casi intimas en las que se comentaban los sucesos locales, las noticias llegadas de España, en donde casi todos tenían parientes o amigos y en ocasiones las parejas jóvenes danzaban bajo la vigilante mirada de los padres a los acordes de una vieja bandurria que rasgueaba algún familiar, recordando los alegre tiempos idos. En ese medio concertaban los padres los matrimonios de los hijos, más atentos a las conveniencias económicas o sociales que a las inclinaciones reciprocas de los futuros conyugues. Los devaneos amorosos, las charlas, las entrevistas furtivas, eran muy raras o muy difíciles, pues la sociedad no las veía bien. Naturalmente, no eran raros los amores nacidos al encanto de una rápida mirada en las frecuentes visitas a la iglesia, en las pocas salidas a la calle o tras los gruesos barrotes de los altos ventanales. En tales casos, a veces en las horas avanzadas de las claras y tibias noches, se oía música de guitarras y de bandolines y la vibrante voz del garrido doncel cantando endechas amorosas ante las cerradas celosías. Luego, al alejarse los músicos y el enamorado, los espolines resonaban sobre las baldosas de la calle junto con la última pieza de música que se iba apagando en la distancia”.
Vocabulario
Endecha: Composición poética, de tono melancólico, que combina cuatro versos, de seis o siete silabas, asonantados.
Endecha real: Constituida por tres versos heptasílabos y un endecasílabo final, que forma asonancia con el segundo.
EJEMPLO
No eres palma, eres retama,
Eres ciprés de triste rama,
Eres desdicha, desdicha mala.
Tus campos rompan tristes volcanes,
No vean placeres sino pesares,
Cubran tus flores los arenales.
La siguiente la dedico a mi pueblo por poseer buenas aguas que devuelven salud.
Estas tierras ricas que producen, Te volviste vieja en tiempo
Al donaire salud según seducen, luchan por ti en tanto
Fuentes medicinales reumas quitasen. dejando el sudor sobre su lomo.
Nota: Buena tarea para que los profesores de literatura enseñasen a los estudiantes esta clase de géneros, que una vez fue asunto envolvente de belleza y picardía en el enamoramiento o acercamiento de dos enamorados, se han ido perdiendo estos datos tan valiosos por la falta de tener sentido de pertenencia.
Heptasílabo: Que consta de siete silabas
Endecasílabo: Métrica; Versos de once silabas, de acentuación variable son: enfático, acentuado en la primera y sexta sílaba; heroico, acentuado en la segunda y sexta sílaba; melódico, acentuado en la tercera y sexta sílaba; sáfico, acentuado en la cuarta, sexta y octava sílaba.
Sáfico: Verso griego y latino ( de once sílabas) y una estrofa ( de tres versos sáficos y un adonio).
Amonio: de la poesía griega y latina, formado, según Antonio de Nebrija, por un dáctilo y un espondeo, esto es, un esquema rítmico de cinco sílabas.
2. Verso de cinco sílabas con acento en primera y cuarta que imita el adónico clásico. También denominado pentasílabo dactílico. Su empleo más frecuente es en la estrofa sáfica, a continuación de tres versos endecasílabos.
Dulce vecino de la verde selva,
huésped eterno del abril florido,
vital aliento de la madre Venus,
céfiro blando;
si de mis ansias el amor supiste,
tú, que las quejas de mi voz llevaste,
oye, no temas, y a mi ninfa dile,
dile que me muero.
Celosías: enrejado a través del que se puede mirar sin ser visto
Espolín: Espuela fija en el tacón de una bota.
Bandolines: Instrumento de cuerdas semejante a la bandurria, pero del tamaño de una guitarra.
Bandurria: Instrumento musical popular, parecido a una guitarra, pero de menor tamaño y que cuenta con doce estrofas pareadas.
Barrote: Barra metálica o de palo que se pone atravesado sobre otros palos o tablas para sostener o reforzar.
Devaneos: Distracción, amores fugaces, flirtear sin fundamento,
INSTRUMENTOS MUSICALES
LA BANDURRIA
Argumentando
Por hacer parte de esos comienzos de vida de mi querido pueblo, no puedo dejar de tocar esta parte que seguro amenizó unas cuantas lunadas, de eso puedo estar seguro, imagínense Ustedes apreciados lectores el resto, ¿Qué comentario se les puede venir?
Entonces los primeros instrumentos musicales fueron: La Bandurria, la guitarra y el bandolín.
Sería interesante que la administración municipal, se preocupe un poco más dejando de lado los devaneos e intereses políticos y por algún medio posible recopilar con responsabilidad, aquellos datos que aunque no los hay acá al menos se puede tener con el objeto de resaltar los conocimientos de la nuevas generaciones, para que gusten de esa rica historia, algo para evocar de aquella ´romántica época; quienes gustamos de la historia podríamos darles luces a personajes que llegan a ocupar puestos allí y no saben ni donde están parados.
Podemos imaginar un poco aquellas tardes dominicales con las endechas y la vieja bandurria, disfrutando bellos atardeceres, ese género literario barbareaba en dedicación a una bella doncella.
Historia de la bandurria
La misma página habla de
dos representaciones de bandurria:
Una en el porche de
Jaca, del siglo XII, y otra en
una miniatura de las Cantigas,
en la número 150.
Es desde la segunda mitad
del siglo XIII, durante el reinado
de Alfonso X, el Rey
Sabio, donde recabamos más
información y donde se nos
permite estudiar y observar
más el punto de partida de la
evolución instrumental hasta
nuestros días. Sus miniaturas
en las Cantigas, Libro de Ajedrez,
etc. nos reproducen de
manera muy particular, rica
y exótica, la variedad de instrumentos
e instrumentistas y
donde encontramos imágenes
de la bandurria medieval.
Las Cantigas de Santa María
se conservan en cuatro códices:
dos en la biblioteca del
monasterio de el Escorial (ms
JB2 y ms T11), uno en la Biblioteca
Nacional de Madrid
(que antes estaba en la Biblioteca
del Cabildo de Toledo,
ms.To). y un cuarto en la biblioteca
de Florencia (ms F).
Los cuatro manuscritos contienen
una bellísima colección
de miniaturas donde
aparecen ilustrados más de
35 instrumentos musicales,
tocados por moros, judíos y
cristianos. El Códice Escurialense
JB2 es el más completo
de los cuatro, ya que consta
de 417 cantigas. También
tiene música y se le considera
el códice “princeps” de la
religiosidad lírica del S. XIII.
Fue elaborado hacia 1279.
El otro códice perteneciente
también a la Biblioteca de El
Escorial es el más antiguo de
todos. Tiene música y parece
ser el primer volumen de otro
que ya no existe, puesto que
sólo contiene 195 cantigas.
Lo verdaderamente notorio de
este códice son las 212 láminas
en oro y colores que presenta
y las 1.257 miniaturas
que describen con profusión
de detalles la vida española
del S. XIII. Además, en este
códice aparecen prosificadas
en castellano 24 cantigas.
Hay que decir, que todos los
estudios que se han realizado
sobre estas miniaturas, en general,
han ignorado el nombre
de nuestro instrumento,
o mejor dicho el verdadero
nombre: bandurria. Es el
gran estudioso y musicólogo
de la Edad Media Juan José
Rey quien en distintos artículos
y especialmente en su
libro “Los instrumentos de
púa en España” (Bandurria,
Cítola y “Laúdes españoles”,
Ed. Alianza Música, Madrid
1993) nos revela con cautela,
que ciertas miniaturas alfonsíes
pudieran ser bandurrias y
defiende e incluso reivindica
el nombre de bandurria para
nuestro instrumento.
Si consultamos los escritos españoles
más modernos sobre
esta cuestión (Sopeña-Gallego,
Lamaña, Fernández de la
Cuesta, Álvarez), vemos que
siguen una opinión distinta.
Nunca se refieren directamente
a la “bandurria”, sino
a la “mandora”, término éste
no documentado en castellano
ni en catalán.
Capitel del porche de Jaca
36
...Tenemos en consecuencia
un doble fenómeno de anacronismo
y “anatopismo”
poco justificados, porque a
un instrumento del siglo XIII
en España se le atribuye un
nombre italiano del siglo XVII,
existiendo un término castellano
coetáneo adecuado.
No existe ninguna iconografía
o imagen escultórica medieval
sobre instrumentos de
cuerda que nos indique con
escritura su nombre. Todo lo
demás son especulaciones y
en este sentido las imágenes
de posibles bandurrias han
sido las más perjudicadas
porque son muy escasos, por
no decir nulos los estudios de
musicología que respeten esta
palabra y la relacionen con
este instrumento, con excepción
de J. J. Rey en “Los instrumentos
de púa en España.”
Principales fuentes escritas
por este estudioso en su
libro ya citado y referidas a
la bandurria:
- Juan Ruiz, el arcipreste de
Hita, en la recepción de Don
Amor: “la neçiacha bandurria
allí pone su son” (otros leen
reciancha) y en los instrumentos
que no convienen
los cantares de arábigo (comentaré
más adelante)
- El Arcipreste de Talavera
habla de “banborras”.
- Femán Ruiz de Sevilla la
menciona de nuevo antes del
1500.
- Un documento de 1602, el
“Inventario de bienes y alhajas”
de Felipe II, nos aclara
algunas características que,
aunque de época más tardía
que la estudiada aquí, no
están muy lejanas de los modelos
más primitivos: “Una
bandurria de cuatro órdenes,
la tapa de enebro y barriga
de concha natural de tortuga.
Otra bandurrilla de cuatro órdenes,
de boj, con un rostro de
mujer por remate”.
Se deduce de estos datos que
en Castilla se llamaba “bandurria”
a un instrumento de
contorno ovalado, fondo
abombado y clavijero en hoz
con una cabeza tallada en el
extremo, caja de resonancia
de caparazón de tortuga. El
número de órdenes no sobrepasaría
los tres durante los
siglos medievales. El diminutivo
puede indicar que el
tamaño normal solía ser más
grande, aunque los hubiera
de varias dimensiones, o que
de por sí todas las bandurrias
eran pequeñas. Y un último
dato fundamental es que se
tañía con plectro. Una descripción
tal se corresponde
bastante bien con los instrumentos
representados en las
cantigas núms. 20 y 150.
Podemos encontrar en el libro
“Arte y Música en el Museo
del Prado” de A. Benito, T.
Fernández y M. Pascual. Editado
por Fundación Argentaria
de la colección Debates sobre
arte, los siguientes cuadros:
Ramón Destorrents, Baile de Salomé
ante Herodes. Bandurria, Laúd y
Danza. (Entre 1351-1362)
Nicolás Francés. Retablo de la Vida de
la Virgen y san Francisco.Tabla central.
Bandurria, Arpa románica, Rabel, Órgano
portatil, Laúd, Canto y notación
musical. (Entre 1434-1468).
Historia de la bandurria
Cantiga 20. Viola y bandurria
37
Rosario Álvarez, otra de las
eminentes estudiosas del
tema en Symposium Alfonso
X el Sabio. Los instrumentos
en los códices Alfonsinos (Sociedad
Española de Musicología).
Madrid 1987) dice:
“El tipo de laúd corto con clavijero
en forma de hoz rematado
en pequeña talla, característico
del ámbito árabe del
Cercano Oriente, solo aparece
en la cantiga 90 del códice
E1 (lám. III 10). Presenta
tres cuerdas punteadas con
un plectro, que se sujetan al
final de la caja, después de
pasar por un pequeño puente.
Posee dos oídos semicirculares
cercanos al puente
y cuatro puntitos en el adelgazamiento
de la caja hacia
el mango, lo que presupone
que la tabla de armonía era
de madera. Este laúd corto
fue introducido desde los primeros
siglos de la conquista,
pero es a partir del siglo XIII
cuando comienza a extenderse
su uso, al igual que ocurrió
con el laúd de cordal frontal.
En el siglo XIV se le denominará
indistintamente guitarra
y manduria o vanduria, término
este último que recoge
el Arcipreste de Hita y que
habría de perdurar varios siglos.
En la Baja Edad Media
es bastante frecuente la inclusión
de bellas mandoras,
con rosetones calados en sus
tapas y artísticas tallas en sus
clavijeros, en las pinturas de
temas musicales”.
Este comentario nos produce
muchas dudas, porque precisamente
el Arcipreste de
Hita Don Juan Ruiz en Libro
de Buen amor, 1330 ó 1343.
Ed. Alberto Blecua. colección
“Letras Hispánicas” Madrid:
Cátedra, 1992. Páginas 305-
308, nos dice:
“En cuales instrumentos non
convienen los cantares de
arávigo”.
Albogues e mandurria, caramillo
e çanpoña ( i n s t r umentos
pastoriles) 1 5 1 7
non se pagan de arábigo
quanto d’ellos Boloña, (No
les gusta el cantar arábigo al
igual que a Bolonia).
Primera cuestión: volvemos
a la misma duda de la página
Web del Ministerio ¿es un
tipo laúd o es un laúd? Segunda:
Juan Ruiz claramente
nos informa de que es un
instrumento que no pertenece
al ámbito árabe, es decir
no conviene y además no les
gusta el cantar arábigo. ¿Por
qué Rosario Álvarez relaciona
a la Bandurria con el “ámbito
árabe” e incluso lo considera
como laúd corto que fue
“introducido en los primeros
años de la conquista”? Y Tercera:
más dudas todavía “En
la baja Edad Media es bastante
frecuente la inclusión de
bellas mandoras”. Según J.J
Rey, el término Mandora es
un término del siglo XVII y no
del siglo XII, XIII ó XIV.
He aquí el problema: Palabras
e imágenes. Como sigamos la
pista a la palabra Bandurria,
iremos dando saltos y tumbos
por toda la historia hasta finales
del siglo XIX, todo porque
en general este instrumento
está mal catalogado (con
falso nombre). Dice J. J. Rey
al respecto:
“No creo que exista contradicción
en ello. Se olvida con
frecuencia el influjo de factores
locales o de modas pasajeras
que harían posible el que
en una determinada época y
lugar se llamase de un modo
a un instrumento, mientras
en otros la denominación
cambiaba. En el folklore está
comprobada sobradamente
la divergencia entre nombres
y objetos en dependencia del
entorno geográfico: “gaita”
designa en Galicia a un instrumento
de viento con fuelle;
en algunas zonas de Cas-
Pedro Berruguete, Aparición de la Virgen.
(Detall Bandurria, Trompetas rectas, Viola
de arco, Pandereta y conjunto de flauta de
una sola mano y tamboril. (1450-1504)
(detalle)
Historia de la bandurria
38
tilla se llama así a la dulzaina,
instrumento de caña doble
del tipo oboe; en otras zonas
“gaita” equivale a flauta de
tres agujeros; sin embargo, en
la sierra de Madrid es un instrumento
de lengüeta simple
del tipo clarinete emparentado
con la alboka vasca y, finalmente,
la “gaita zamorana”
es la zinfonía o zanfona. No
sería, por eso, extraño que lo
que en el reino de Aragón se
conocía como “guitarra”, se
llamase “bandurria” en otras
zonas de la península, sobre
todo en aquellas en las que
la “guitarra-vihuela” fue adquiriendo
importancia social
creciente”.
Existe en Asturias un instrumento
de origen medieval similar
al Rabel que denominan
Bandurria y a sus tañedores
bandurristas. Daniel García
de la Cuesta tiene trabajos de
investigación sobre esta curiosidad
(http://www.almargen.
com.ar/sitio/seccion/cultura/
bandurria). Juan Bermudo en
1555 relacionaba la similitud
de la bandurria con el Rabel
en su forma.
Durante los siglos XIV, XV y
XVI, encontramos en Italia,
Alemania y Reino de Aragón
un instrumento que es idéntico
en sus características a la
bandurria medieval y que lo
denominan guitarra, ghiterra
o ghiterna y que no tiene nada
que ver con la guitarra actual
en su forma ni en la manera
de tañerlo.
Marga Wilden-Hüsgen (Catedrática
de Mandolina en
Colonia.Alemania) en su
estupendo trabajo Die Barockmandoline.
Grenzland-
Verlag Theo Hüsgen 1989.
Hace la siguiente identificación
de nombres sobre este
instrumento:
Siglo XIII
- Guitarre morisca
Siglo XIV
Este de Europa
- Guitarre morisca
- Guitarre moresche
- Morache
- Enmorache
- Guitarra sarracénica
Centro y Sur de Europa
- Quintaria
Siglo XV
- Quinterne
- Quinterner
- Ghiterra
Siglo XVI
- Guiterna
- Quintern(e)
- Lutina
Siglo XVII
- Mandora
- Mandola
- Mandürchen
- Mandurinchen
- Bandürchen
Siguiendo la pista de nuestro
instrumento con estas denominaciones,
encontramos
el testimonio de J. Tinctoris
(1476) que residía en Nápoles,
por aquel entonces esta
ciudad pertenecía a la Corona
de Aragón. Nos describe
una “ghiterra” o “ghiterna”
en “Terminorum musicae diffnitorium”
que era tañida por
los músicos catalanes que vivían
en Italia o que pasaban
por allí. Instrumento similar
al laúd por su forma abombada,
la disposición de las cuer-
Historia de la bandurria
39
das y el modo de tañido, pero
mucho más pequeño que él.
Sobre la música y los ministriles
al servicio de la Corona
de Aragón existe un maravilloso
trabajo de Ma del
Carmen Gómez Muntané
“La Música en la Casa Real
Catalano-Aragonesa durante
los años 1336-1432”. Estudio
muy documentado y
donde enumera los ministriles
al servicio de la corona.
Siempre se refiere a laudistas
y guitarristas y engloba
a estos en instrumentos pequeños,
sumamente requeridos
e intercambiados por las
distintas cortes de la época y
en concreto por la Catalano-
Aragonesa. Pudiera ser casi
con seguridad nuestro instrumento,
pero lástima que no
nos lo aclare. No obstante,
recopilamos de su libro la siguiente
relación comparada:
“Fragmentos versificados con
citas de instrumentos musicales
se encuentran, por ejemplo, en
“La prise d ́Alexandrie de Guillaume
de Machaut (ca.1370)
y en “Le temps pastour” del
mismo autor; los incluye también
el “Libro del buen amor”
del Arcipreste de Hita (primer
tercio del siglo XIV) o el poema
de Fernan Ruiz de Sevilla, “Una
coronación de nuestra señora”
(finales del siglo XIV, principios
del XV). A falta de un texto de
autor aragonés que presente
las mismas características, nos
parece oportuno comparar
aquí la relación de instrumentos
que señalan los autores
más arriba citados con la que
se obtiene de los documentos
de la casa real catalano-aragonesa:
Machaut es el máximo
representante del Ars Nova en
el reino de Francia, filtro por
donde pasó casi toda la música
y músicos que se oyeron en la
corte de Aragón a lo largo del
siglo XIV y principios del XV; el
texto del Arcipreste es el único
testimonio directo y completo
de los instrumentos conocidos
en la península Ibérica en la
primera mitad del siglo XIV, y
el de Fernan Ruiz el único coetáneo
de los documentos que
proporcionan la base histórica
de este trabajo”.
Historia de la bandurria
40
El término guitarra morisca
también es habitual en nuestro
cordófono para diferenciarse
de la guitarra latina. No
obstante J.J. Rey, nos apunta:
“Lo que resulta sorprendente,
más que esta distinción entre
“latina” y “morisca”, es que
en el vocabulario de la Baja
Edad Media se emplee la voz
“guitarra” en un sentido aparentemente
único”.
Hallamos en el New Grove,s
Dictionary un artículo de
Harwood, I de 1980, que
muchos instrumentos clasificados
hasta ahora como
“mandores” eran conocidos
en la Edad Media inglesa con
el nombre de “gittern”. Esto
corrobora la apreciación anterior
de J. J. Rey.
“Estos instrumentos han sido
denominados por las autoridades
contemporáneas
como mandoras, pero se ha
demostrado que en tiempos
medievales se denominaban
“gitterns” (relacionado con
el antiguo francés guiterne,
citter, etc)”.
Solo falta encontrar conexiones
entre las anacrónicas
“çòΗ…€šŽm¶mandores” (del siglo XVII)
con algún nombre documentado
de la Edad Media como
“Bandurria” o “gittern”.
Pierre Trichet en su Traité des
Instruments de Musique (vers
1640) nos aclara sobre el origen
de la mandorre francesa
y de otras instrucciones escritas
por Adrian le Roi en 1585;
dice que el origen de la mandore
está relacionado con los
pastores y villanos del país
Navarro y Vizcaya.
Adrian le Roi en l’instruction
qu’il fit imprimer pour la mandore
l’an 1585 dict que les villageois
et bergers du païs de
Navarre et Biscaye s’en sont
servis en son origine, ...
Esta información es vital para
trazar una trayectoria correcta
e importante hacia Europa,
¿podría ser a través del
Camino de Santiago con los
pastores y villanos vascos y
navarros? Esta hipótesis tiene
mucha lógica y es muy razonable
ya que las peregrinaciones
a Santiago han aportado
una inmensa influencia cultural
de idas y vueltas entre la
península ibérica y el resto de
Europa, principalmente entre
los reinos medievales del sur
Ángeles músicos en Rosslyn Chapel 1464 (Escocia)
Historia de la bandurria
41
de Francia y Navarra por ser
geográficamente fronterizos.
Para apuntalar más esta teoría,
hace unos años encontré
otra información que no
es descabellada teniendo en
cuenta la documentación
que ya disponía de Adrian le
Roi. En un método de bandurria
publicado en Santiago
de Chile en 1895 y que tiene
por autor a Joaquín Zamacois
(Padre del famoso tratadista
español también llamado Joaquín
Zamacois: Teorías de la
Música, Tratados de armonía,
etc.), nos da noticia sobre el
origen de la palabra bandurria,
y dice:
“Antiguamente tuvo este
instrumento el nombre de
Mandurria.
Actualmente se usa también
este nombre en boca de muchas
gentes del pueblo, lo
cual unido a la consideración
del escasísimo número de palabras
castellanas que tienen
igual terminación, induce a
sospechar si la etimología
vendrá más bien del griego,
como afirman todos los filólogos,
del vascuence, pues
en esta antigua lengua la
voz urria, equivale a escaso
o parco, calificaciones que
convienen a la dimensión y
escasos recursos de este instrumento
músico, que en lo
antiguo era el más pequeño
de los de su clase y solo tenía
dos o tres cuerdas.
La bandurria es instrumento
de la más remota antigüedad,
y en casi todas las naciones
se la encuentra con varias formas
y nombres, aunque siempre
es el mismo instrumento
en su esencia”
Método Completo de Bandurria.
Joaquín Zamacois. Santiago
de Chile 1895. (Pag.54)
La voz “urria” en vascuence,
equivale a escaso o parco.
Aquí podría estar el problema
malsonante para los castellanos
parlantes. Importante es
en este momento recordar lo
que dice J. J. Rey:
“Dicho por directo: la despreciada,
la populachera bandurria,
denostada por los que
saben de música, desechada
por ciertos poetas desde Lope
a Alberti por ser palabra grosera
y malsonante, vergonzosamente
ocultada a veces
incluso por los que la tañen,
resulta tener –en cuanto al
nombre- un abolengo mucho
más rancio que el laúd. Más
aún: seguramente es el instrumento
de cuerda occidental
con una raíz lingüística
más antigua. Si el laúd puede
presentar un “curriculum” de
1000 años, la bandurria lo
tiene de 4000. Ello no significa,
al menos en un sentido
exacto, que la bandurria se
tocase en Sumeria, pero tampoco
puede afirmarse en el
mismo sentido que lo fuese
el laúd. Reivindiquemos, por
tanto, el venerable nombre
de “bandurria” frente a los
que no quieren ver en él sino
un término malsonante”.
Por si estuviera poco documentada
la palabra bandurria
en la Edad Media, encontramos
más pruebas en Osuna
1555 con Juan Bermudo en su
famoso tratado, que tendremos
que estudiar exhaustivamente
más adelante, donde
nos habla en el capítulo 68.
de La bandurria común. Título
muy sugerente para decirnos
que era instrumento
muy tañido antes de 1555, es
decir, La Edad Media.
Conclusión:
Durante este periodo histórico
existió un cordófono
al que se le denominaba de
maneras distintas (dependiendo
del lugar, reino, país,
región e idioma, etc.), principalmente
con el nombre de
Bandurria, aunque también
Guiterne y Guitarra morisca
Historia de la bandurria
42
(esta última, por las hipotéticas
influencias árabes recibidas
en la península Ibérica).
Que los musicólogos en general
no han sabido o no han
querido denominarlo con su
nombre más usual, por llevar
muy severamente la teoría
de Curt Sach, confundiendo
o no sabiendo diferenciar lo
que es un laúd (corto o largo)
con los instrumentos tipo
laúd (cualquier cordófono
con mástil, caja de resonancia,
cabeza y clavijas).
Este error ha provocado la
utilización indebida del termino
Mandora que es posterior
a la época medieval,
aunque sí podría ser la evolución
de la palabra mandurria
– mandorre – mandore
– mandora - mandola desde
los siglos medievales hasta
el siglo XVII, recorriendo la
península ibérica desde que
se denominaba pandura, en
latín medieval manduriumpandurium
por Navarra y
País Vasco donde se le incluye
la voz urria (por ser instrumento
pequeño y escaso), es
decir, mandurria; llegando a
Francia con la denominación
mandorre-mandore y más
tarde mandora hasta el norte
de Italia como mandola.
De estos errores de identificación
se han beneficiado
otros instrumentos paralelos
en la historia, aprovechándose
de imágenes que no les
correspondía e ignorando a
un instrumento con un nombre
muy peculiar y documentado
desde la Edad Media.
Testigo durante su evolución
de la cultura peninsular ibérica,
mediterránea, europea
y a partir de 1492, americana
y también filipina: LA
BANDURRIA.
Pedro chamorro
Alcázar de San Juan 17-02-2006
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“ La Música en la Casa Real Catalano-
Aragonesa durante los años
1336-1432”. Vol. I Historia y documentos.
Benito Olmos, Aurora; Fernández
Tapia, Teodora y Pascual Gómez,
Magnolia, Arte y Música en el Museo
del prado. Colección Debates sobre
Arte. Fundación Argentaria.
Páginas web
http://www.cnice.mecd.es. Página
de recursos del Ministerio de
Educación y Ciencia. Muy útil
para una primera toma de contacto,
pero profundiza poco en los
temas. http://www.cincosiglos.org.
Excelente página Web del grupo
Cinco Siglos. En ella se pueden encontrar
links muy interesantes para
profundizar en la música medieval.
Ofrece una sección muy detallada
sobre organología, con fotos dibujos
y reconstrucciones a partir de
las fuentes iconográficas. He de reseñar
también el enlace que hace
con las ediciones facsímiles de las
Cantigas.
http://www.arrakis.es/~gru.sema/
index.htm
Página Web del grupo SEMA, al
cual pertenece Pepe Rey y en la
que hace una descripción e interpretación
de las cantigas muy interesante.
http://www.almargen.com.ar/sitio/
seccion/cultura/bandurria. Página
muy curiosa sobre un instrumento
tipo rabel y que en Asturias se denomina
Bandurria.
Historia de la bandurria