Una Iglesia Independiente

Una Iglesia independiente pero no neutral

7/17/2000

La Iglesia ha de ser independiente respecto a los partidos políticos, pero no neutral en la defensa de la justicia y en la promoción del bien común, dicho mas brevemente: la independencia de la Iglesia respecto a los partidos políticos no significa neutralidad social o política. La Iglesia, por encima de toda dialéctica partidista, ha de trabajar a favor del bien común, ha de promover los derechos fundamentales de la persona humana y de los pueblos, ha de salir, sobre todo, en defensa de los mas débiles y marginados, siendo la voz de los que no tienen voz. Finalmente, la Iglesia ha de apoyar la democracia real en el campo económico y social que es aquella que hace que la igualdad de oportunidades sea posible para todos. La Iglesia no puede sentirse ajena a los problemas humanos. La Iglesia debe oponerse con todas sus fuerzas a lo que en la historia maltrata al hombre y dificulta la reconciliación universal. La Iglesia no puede ser neutral, ante la explotación y la opresión, la tiranía o el totalitarismo.

Es verdad que la política de partidos no es la política que ha de hacer la Iglesia, pero la política de partidos es necesaria. Sin partidos políticos libres no hay democracia. Es cierto que los partidos políticos son a veces unos medios defectuosos para lograr la consecución del bien común, pero no se puede prescindir de ellos en una democracia; son necesarios. En una democracia, la realización concreta de las tareas políticas fundamentales se lleva a termino a través de los partidos políticos, que son asociaciones libres de ciudadanos que se proponen obtener y ejercer el poder político para resolver las cuestiones económicas y sociales en función de sus propios criterios y de su propia ideología. En resumen: la Iglesia no debe hacer nunca una política de partidos, pero si una política de bien común, una política de servicio integral a toda la persona y a todas las personas de la comunidad política.

La Iglesia ha de tener siempre muy en cuenta lo que realmente esta sucediendo en el medio en que se encuentra inserta y a partir de ello, hacer un claro y valiente discernimiento a la luz de la Historia de la Salvación.

La Iglesia no ha de constituir un mundo cerrado. Yo creo, sinceramente, que la Iglesia es mas evangélica cuando se abre, cuando consigue expresarse en el lenguaje común de los hombres, cuando se hace activamente presente en los centros de la creación de la cultura, cuando acepta sin complejos la noble confrontación con todas las corrientes filosóficas, culturales y religiosas en el debate publico, cuando comparte, finalmente, las angustias, el dolor y las esperanzas de los pueblos.

San Hilario (hacia 315-367), obispo de Poitiers y doctor de la Iglesia

Comentario sobre el Evangelio de Mateo, 14, 13-14

«A eso de la cuarta vela de la noche, va hacia ellos»

«Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente. Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo» (Mt 14,22-23). Para poder dar razón de estos hechos hay que distinguir los tiempos. Si de noche está solo, significa su soledad en la hora de la Pasión, cuando el pánico dispersó a todos. Si ordena a sus discípulos que suban a la barca y se vayan mar adentro mientras él despide a la multitud, y una vez despedida ésta, sube al monte, es que les ordena de estar en la Iglesia y navegar por el mar, es decir, este mundo, hasta que él vuelva en gloria y dé la salvación a todo el pueblo que será el resto de Israel (cf. Rm 11,5)... y éste pueblo de gracias a Dios su Padre y se establezca en su gloria y su majestad...

«A eso de la cuarta vela de la noche, va hacia ellos». En esta expresión «la cuarta vela de la noche» se encuentra el número correspondiente a las marcas de su solicitud. En efecto, la primera vela fue la de la Ley, la segunda la de los Profetas, la tercera la de su venida corporal, la cuarta se sitúa en su venida gloriosa. Pero encontrará a la Iglesia en decaimiento y cercada por el espíritu del Anticristo y todas las inquietudes de este mundo; él vendrá en lo más fuerte de la ansiedad y tormentos... Los discípulos se encontrarán en un estado de pavor incluso antes de la venida del Señor, dudando de las imágenes de la realidad deformadas por el Anticristo y las ficciones que se insinúan en la mirada. Pero el Señor que es bueno, les hablará inmediatamente, echará fuera de ellos el miedo y les dirá: «Soy yo», disipando, por la fe en su venida, el temor del naufragio que les amenazaba.

A Dios; lo que es de Dios y al Cesar; lo que es del Cesar.

Joel Ignacio, P. Canciller

Conferencista Knights of Columbus

PADRE FELIX VARELA, Council # 7420

(bibliografía) Reflexiones Cristianas Joan Bestard Comas

Vicario General de Mallorca

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