Como en todos los juegos de este tipo, para evitar que las partidas se eternicen, en los torneos se utiliza un reloj (el típico reloj de ajedrez). Se suele colocar a la derecha del jugador que lleva las fichas negras. Se trata de un reloj doble (digital o analógico), es decir, dos relojes juntos unidos por un mecanismo; cada reloj lleva un botón que para ese reloj y, a la vez, pone en funcionamiento el otro. El reloj marca el tiempo que le queda a cada jugador, dándose a cada jugador un tiempo fijo, al inicio, para hacer todos sus movimientos (de entre 20 a 30 minutos). Un jugador para su reloj (dándole al botón correspondiente) una vez completado su movimiento.