Para muchos aficionados que se plantean empezar a buscar oro la primera duda que les asalta es la siguiente…
La respuesta a esa pregunta es SÍ, en la mayoría de los casos, cuando se trata de buscadores aficionados que lo hacen a pequeña escala, usando la técnica del bateo en ríos.
En ese caso, salvo que exista una prohibición expresa al respecto, será completamente legal y podrás quedarte con el oro en forma de pepitas que encuentres. Este oro que se encuentra en la naturaleza en su estado original se conoce como oro nativo. Por lo general su obtención en pequeñas cantidades no está regulado por ninguna ley.
De hecho si no fuera legal buscar oro nunca se habría producido la famosa fiebre del oro en la que miles de buscadores se echaron a la caza del preciado metal. Aunque, por supuesto, cada país puede tener sus propias leyes al respecto, por lo que es conveniente informarse correctamente.
En España, aunque no es muy habitual ver a personas que se dediquen a esto, la obtención de pequeñas cantidades de oro por particulares no está regulada ni prohibida y cualquiera puede dedicarse al bateo en ríos en busca de oro sin mayores problemas.
En el caso de que encuentres una veta de ORO o un gran yacimiento subterráneo el tema se complicaría más, ya que para extraerlo necesitarías disponer de los permisos necesarios, además de ser por lo general el dueño del terreno. Una vez más esto puede cambiar entre unos países y otros y sería necesario informarse al respecto.
En España, por ejemplo, las minas son bienes de dominio público y su aprovechamiento y explotación por particulares está sometido, por norma general, al régimen de autorización y concesión administrativas. Por lo tanto el hecho de encontrar una veta de oro en tu propiedad no te autorizaría a explotarla sin disponer de los permisos requeridos.
Otro caso diferente sería el de encontrar un tesoro, monedas o cualquier resto arqueológico. En este caso seguramente el estado o país correspondiente sea el dueño del mismo, aunque una vez más existen diferencias a nivel legal. Incluso es probable que sea delito no comunicar el hallazgo a las autoridades dependiendo del país y mucho más grave tratar de quedarse con el tesoro sin decir nada a nadie.
Pero sinceramente, aunque el tema de si es o no legal buscar oro te pueda preocupar al principio… no es muy probable que te encuentres con la mayoría de los casos descritos aquí en tu día a día. Si así fuera entonces sí que deberías tratar de obtener toda la información existente al respecto según tu país.
Si lo que pretendes es simplemente dedicarte al bateo en ríos en busca de oro por lo general podrás hacerlo sin problema y si encuentras algunas pepitas… ¡Enhorabuena, podrás quedarte con ellas sin ningún problema!
Las pepitas de oro siguen surgiendo en cuarenta lugares de la provincia
Miembros de la asociación Promonumenta descubren en la Valdería un nuevo canal romano tallado en la roca y alertan del «completo olvido» que sufre este patrimonio
Si tu intención es buscar oro más en serio y explotar un gran yacimiento, o incluso encontrar algún tesoro perdido, te recomendamos que te informes según las leyes de tu país sobre cuales son tus opciones y que permisos necesitarás.
«Para poner en valor todo esto tendríamos que cambiar de autonomía»
Roma llegó a sacar de León y Asturias 230 toneladas de oro
Casi dos mil años después de que los romanos abandonaran las monumentales explotaciones auríferas de León, con las Médulas como gran estandarte y legado, las comarcas de esta tierra continúan ofreciendo -”a quienes quieran buscarlo-” su precioso fruto dorado. Son los bateadores, personas que acuden a determinados rincones de los ríos y arroyos leoneses para lavar y cribar pacientemente sus aguas y sacar a la luz brillantes pepitas de oro puro.
Este pasado viernes, un grupo de leoneses, la mayor parte pertenecientes a la asociación Promonumenta de defensa del patrimonio leonés, viajaron a la comarca de la Valdería en una nueva «jornada de caza» que emprendieron a título particular. Uno de ellos, el conocido investigador y divulgador José Vicente Casado, comentó al Diario que el día «no fue tan productivo como otros: tan sólo encontramos 35 pepitas». La pregunta, pues, es obligada: ¿Dejaron mucho o poco los romanos?
«Fueron buenos, muy buenos explotando éste y otros territorios -”piensa Casado-”, pero también nos dejaron bastante material. Los yacimientos siguen vivos, no se han agotado, y 1.800 años después continúan suministrando pepitas de oro». Casado explica que existen dos tipos de yacimientos productores, «los primarios, ubicados en la roca viva, en vetas de cuarzo -”ese material al que los romanos atribuían propiedades mágicas-” localizados en montañas de todo León; y los secundarios, procedentes del material que los ríos van desgastando y erosionando, y que arrastran a lo largo de su recorrido».
«Lo que estamos haciendo ahora es redescubrir todos los lugares que los romanos explotaron, así como la increíble infraestructura que emplearon para ello -”indica este también cazador de fósiles y meteoritos-”. Por ejemplo, en la jornada del viernes descubrimos un nuevo canal romano en la comarca de la Valdería». Se trata de un tramo de canal tallado en la roca y, aparentemente, del mismo tipo que el resto ya conocido de esta zona y sobre todo de otras próximas como la Cabrera. Los romanos lo empleaban para «lanzar» agua desde depósitos -”naturales o no, y situados a gran altura, en ese caso en el entorno del Teleno-” contra los montes para ir deshaciéndolos y arrastrar, a su vez, las partículas de oro.
José Vicente Casado asegura que, al menos, «existen actualmente unos cuarenta puntos en toda la provincia de León que siguen suministrando oro regularmente», y confiesa que, casi cada semana, la «expedición» (en la que también se encuentra el ingeniero de minas Roberto Matías) halla nuevos fragmentos dorados. Estos puntos se encuentran ubicados, comenta, «a lo largo de un gran arco que desde Omaña y el alto Órbigo va bajando por los Montes de León y el Bierzo hasta la Cabrera».
Vivir sobre cinco mil millones de euros: la mina de oro más grande de Europa está en Asturias y es una pesadilla para sus vecinos
Hay 487 yacimientos de oro en Asturias y los romanos lo sabían. Lo sabían tan bien que la forma más sencilla de encontrar una acumulación de minerales es mirar el mapa de los vestigios mineros de dejó. Uno de ellos estaba en Tapia de Casariego, a orillas del Cantábrico.
Allí, bajo la apariencia de un idílico pueblo asturiano, se esconde la que posiblemente sea la mina de oro más grande de Europa. 300.000 kilos de oro que son el objeto de deseo de la industria minera de medio mundo y la pesadilla de los habitantes de la comarca.
El reino bajo la montaña
A Roma le encantaba el oro. Plinio el Viejo, que fue procurador en Hispania, contaba en su 'Historia Natural' que, durante el primer siglo de nuestra era, el Imperio era capaz de extraer más de seis toneladas de oro de las minas del noroeste peninsular cada año.
Las Médulas, el cautivador resultado del 'ruina montium' romano
Estamos hablando de un prodigio industrial de la maquinaria administrativa del Imperio que llenó de cicatrices no solo Asturias, sino todos los territorios que rodean el Mediterráneo. La minería romana usaba fundamentalmente un método llamado ‘ruina montium’; este sistema usa la fuerza del agua para conseguir derrumbar grandes extensiones de estructuras geológicas con el menor esfuerzo posible.
Las Médulas, en León, eran la joya de la corona de la minería aurea romana, pero en las minas de Salave, en Tapia, los romanos también se emplearon a fondo. Movilizaron cuatro millones de metros cúbicos de tierra cambiando para siempre la configuración del terreno. Es poco si lo comparamos con las Médulas (donde se movieron casi 100 millones de metro cúbicos), pero lo suficiente para extraer unos 7.000 kilos de oro.
La fiebre del oro
Instituto Geológico y Minero de España
Como explicaba Luna Adrados, después del Imperio, la mina de Salave fue casi olvidada. La zona de Tapia tiene una característica relativamente rara en Asturias, los suelos son de granito. Eso, que es lo que facilitó la creación de yacimientos de oro y otros metales, ha sido lo que ha 'protegido' la mina con el tiempo. El resto de yacimientos asturianos, rodeados por tierras sedimentarias, eran más fáciles de explotar.
Por eso, desde que en 1825 se aprobó la Ley de Minas en España, la mina de Salave ha sido el lugar donde las grandes ambiciones mineras iban a morir. En 1850, se llegaron a secar las lagunas de la zona para iniciar una prospección que no llegó a buen puerto. Solo entre 1948 y 1952, en plena autarquía franquista, la necesidad de molibdeno (usado en el proceso de fabricación del hierro) fue tal que logró reactivar la mina.
Pero el oro sigue ahí
Desde los años 60, decenas de empresas han recorrido el término municipal de Tapia y han realizado más de 62km de sondeos. Nada prosperó hasta que en 2010 AsturGold propuso su proyecto. Como se dijo muchas veces, en los últimos 2000 años, nunca se ha estado tan cerca de volver a explotar el oro de Salave como en ese momento.
El asunto es muy polémico porque 250 empleos (850 durante la construcción) era música celestial gran parte del occidente asturiano y la provincia de Lugo. Sin embargo, los problemas ambientales se acumulan en una Asturias que trata de reconvertir su oscuro pasado industrial y minero en un futuro más verde y saludable. Una mina, por muchos controles que tenga, supone un impacto ambiental y sanitario inmenso.
AsturGold lo apostó todo y llegó a iniciar la formación de sus empleados con vistas a ponerse a trabajar cuanto antes. Hasta que en diciembre de 2014 el Principado de Asturias vetó la explotación. En febrero de 2017 el Tribunal Superior del Principado confirmó el veto y todo parecía indicar que el proyecto estaba en vía muerta.
Asturias Verde
No es el caso: la empresa acaba de anunciar que vuelve a la carga con apoyo financiero exterior. Los vecinos temen la degradación medioambiental, sanitaria y de calidad de vida. Algunos, ya dan por hecho que, si la mina arranca finalmente, la expropiación de sus casas es cuestión de tiempo. Es una incógnita.
Lo que está claro es que Salave es un caramelo demasiado jugoso para que la minería renuncie a él. Según los últimos datos, bajo el suelo de Tapia hay al menos 300.000 de kilos de oro. Es decir, con la cotización actual, bajo el suelo de Tapia hay cinco mil millones de euros.
Prospección de yacimientos auríferos en la península ibérica
TIERRA Y TECNOLOGÍA Nº 46 | Autor: LLUÍS BOIXET MARTÍ Geólogo profesional, colegiado nº 2174 | El objetivo principal de esto es mostrar al lector la experiencia profesional de un geólogo, a lo largo de más de 25 años, en prospección minera, principalmente de oro, en la península ibérica. La primera parte del artículo se fundamenta en diversas referencias bibliográficas y describe desde un punto de vista geológico y minero los grandes tipos de yacimientos auríferos de la mencionada península ibérica.
La explotación de yacimientos de oro en la península ibérica se viene produciendo desde la antigüedad. Ya en la época de los romanos, la actividad minera fue muy activa en varias regiones, como en la zona de Las Médulas, León, las minas más grandes a cielo abierto del Imperio romano. Incluso se han datado explotaciones mineras anteriores en el tiempo.
En este artículo se diferencian cuatro grandes grupos de yacimientos auríferos en la península ibérica, simplificado de Castroviejo (1998).
Yacimientos variscos.
Yacimientos miocenos (complejo minero de Rodalquilar, campo volcánico del cabo de Gata).
Yacimientos asociados a las monteras de hierro (“gossans”) de sulfuros masivos de la Faja pirítica.
Yacimientos aluviales y fluviales terciarios (Las Médulas).
Los yacimientos variscos se describen con mayor detalle puesto que en ellos se fundamentará la segunda parte del artículo.
En la figura 1 se representa un mapa de la península ibérica con la localización de los principales yacimientos de oro.
Yacimientos variscos
Este gran grupo de yacimientos se ubican principalmente en el NO y O de la península ibérica, dentro del Orógeno varisco, en relación con grandes estructuras tectónicas que han permitido el ascenso de cuerpos ígneos intrusivos y/o de fluidos hidrotermales responsables de los diferentes tipos de mineralización aurífera. A pesar de la controversia para la clasificación de yacimientos auríferos en cinturones metamórficos descrita por Groves et al. (2003), en el presente artículo se diferencian tres subgrupos, si bien, algunos de los yacimientos que han sufrido varias etapas de mineralización pueden incluirse en diferentes grupos a la vez. En este apartado se muestra cómo los yacimientos evolucionan desde filoniano mesotermal, en las zonas más internas del Orógeno varisco, a epitermales en las zonas más externas.
Yacimientos mesotermales de tipo filoniano
Consisten básicamente en filones de cuarzo con arsenopirita, asociados a zonas de cizalla, encajados en rocas ígneas más o menos deformadas, en metasedimentos, gneises y migmatitas. Este tipo de mineralización tiene un fuerte control estructural que determina la distribución y geometría de los filones y las zonas de bonanza de la mineralización aurífera. Se desarrollan principalmente en las zonas más internas del Cinturón varisco, sobre todo en la zona Centro-Ibérica, en la zona de Galicia-Trás-Os-Montes y en la zona Asturoccidental-Leonesa, según la división establecida por Farias et al. (1987). Boiron et al. (2003) proponen un modelo de deposición similar para todos los yacimientos de filones auríferos mesotermales del Cinturón Varisco Europeo, basado en el ascenso de fluidos de origen profundo a través de importantes estructuras tectónicas y que se mezclan finalmente con otros fluidos de origen superficial durante las etapas tardías de levantamiento y exhumación de la cordillera varisca, provocando una disminución de la solubilidad del oro y, consecuentemente, su deposición. Dentro de este tipo de yacimientos se incluye el de Jales, en el norte de Portugal, que consiste en un sistema de filones subverticales de cuarzo con arsenopirita encajados en un granito peralumínico tardi-varisco y que fueron explotados desde la época romana y, recientemente, hasta principio de los años 1990, por minería subterránea, hasta una profundidad superior a los 600 m. Los datos históricos obtenidos de la compañía estatal portuguesa EDM (Empresa de Desenvolvimento Mineiro) indican una producción aproximada de 1 millón de onzas de Au con una ley media de unos 10 g Au/t. Los filones de cuarzo mineralizados también se encajan en los metasedimentos esquistosos circundantes (Gralheira). Otros yacimientos de características similares situados también en el norte de Portugal son los de Castromil, Penedono y Boticas.
En Galicia se han definido varias estructuras auríferas importantes. La más occidental se conoce como la banda de cizalla de Malpica-Tuy, descrita por Castroviejo (1990) y que alberga el yacimiento de Corcoesto, en el que la compañía canadiense Edgewater, ha publicado recientemente más de 1 millón de onzas de Au en recursos medidos e indicados explotables a cielo abierto hasta una profundidad de 250 m, con una ley media de 1,3 g Au/t (ley de corte de 0.5 g Au/t). En este yacimiento se ha probado también la presencia de filones de alta ley (superior a 10 g Au/t) susceptibles de ser explotados por interior y puntualmente se ha obtenido una intersección de hasta 150 g Au/t sobre 1,10 m. En la figura 2 se observa un conjunto de vetillas milimétricas de cuarzo con espaciado centimétrico entre ellas, que han sido descritas en la literatura anglosajona como sheeted vein system y que, en Corcoesto, da lugar a potentes zonas mineralizadas de hasta 60 m, con leyes medias entre 1 y 3 g Au/t, encajadas en ortogneises.
El proyecto minero presentado por Edgewater tuvo una Declaración de Impacto Ambiental favorable en 2012, pero el Gobierno de La Xunta de Galicia denegó definitivamente el proyecto de explotación en 2014.
En Galicia también es conocido el lineamiento de Puentedeume en el que, según Porter y Álvarez (1992), se desarrolla un sistema de filones auríferos asociados a una banda de cizalla. Estos autores también describen el distrito filoniano de Carballino como un sistema de filones de cuarzo con arsenopirita y pirita asociados al batolito de Carballino.
En Orense y León, dentro de la zona Asturoccidental-Leonesa, se conocen abundantes indicios auríferos que fueron descritos por Tornos et al. (1997) como yacimientos filonianos encajados en areniscas y cuarcitas del Paleozoico inferior con metamorfismo regional de bajo grado (esquistos verdes); su geometría, mineralogía y alteración dependen del nivel estructural en el momento de su formación, identificando en la zona de la sierra del Caurel los sistemas estructurales más profundos, con características de régimen dúctil-frágil, mientras que en las zonas de Prada-Andiñuela y San Lorenzo, situados en la sierra del Teleno, la mineralización se desarrolla en niveles estructurales más someros de características frágiles. Gómez-Fernández et al. (2012) se refieren al distrito aurífero de Llamas de Cabrera, situado en la sierra del Teleno, con abundantes labores romanas y constituido por un sistema de filones de cuarzo con arsenopirita (As-Au) encajados en cuarcitas ordovícicas (Cuarcita armoricana) originados en niveles relativamente profundos, entre 6 y 12 km de profundidad.
En el norte de Cáceres, dentro de la zona Centro-Ibérica, justo al norte de la cizalla de Badajoz-Córdoba que representa el límite con la zona de Ossa Morena, se emplaza el yacimiento filoniano de La Codosera. Roberts et al. (1991) describen la mineralización aurífera de La Codosera asociada a varios sistemas de filones de cuarzo con arsenopirita y pirita desarrollados sobre estructuras coherentes con el régimen transpresivo hercínico provocado por la cizalla levógira de Badajoz-Córdoba.
Yacimientos asociados a rocas ígneas (tardi-variscas)
Son aquellos yacimientos en los que los fluidos mineralizantes están asociados a rocas ígneas intrusivas. Este grupo de yacimientos se emplazan en las zonas intermedias y externas del Macizo Ibérico (zona Asturoccidental-Leonesa y zona Cantábrica, respectivamente). Dentro de este grupo se pueden diferenciar aquéllos en los que la alteración y la mineralización de oro se desarrolla dentro del propio intrusivo (Salave, en la zona Asturoccidental-Leonesa), de aquéllos en los que la mineralización se desarrolla en las rocas encajantes de origen calcáreo que, en contacto con los intrusivos, son alteradas por los fluidos metasomáticos, originando rocas calcosilicatadas denominadas skarns que contienen la mineralización de Au. Casquet y Tornos (1991) describen los principales skarns de la península ibérica, entre los que destacan por su relevancia minera reciente los yacimientos de Carlés y El Valle-Boinás, asociados al grupo de intrusivos de Salas-Belmonte formando el Cinturón Aurífero del río Narcea, dentro de la zona Cantábrica, descrito por Martín-Izard et al. (1998).
El yacimiento de Salave fue explotado por los romanos en la parte superficial meteorizada (oxidada). Harris (1979) describe la mineralización de Salave asociada a una alteración intensa de la granodiorita encajante, fuertemente zonada, de tipo clorítico-sericítico en la parte más distal, propilítica con abundancia de carbonato en zonas intermedias y albítica en zonas más proximales, incrementando el contenido de arsenopirita diseminada y de oro en la alteración proximal, descrita por Harris (1979), con el término “Hongorock”. Rodríguez-Terente et al. (2000) diferencian un estadio inicial de pirita-arsenopirita de grano fino de un segundo estadio más tardío con estibina y molibdenita.
La mineralización de oro de Salave se encuentra dentro de la red estructural de la arsenopirita acicular por lo que, para su recuperación metalúrgica es necesario la previa oxidación de la arsenopirita para proceder posteriormente a la lixiviación del oro con cianuro. Este yacimiento ha sido investigado por varias compañías mineras (figura 3), y recientemente, en 2014, la compañía Asturgold publicó unos recursos medidos e indicados de 944.000 onzas de Au con una ley media de 4.51 g Au/t, para una operación subterránea. El proyecto minero presentado por esta compañía ha sido rechazado a finales de 2014 debido a la declaración de impacto ambiental negativa.
Los yacimientos de Carlés y de El Valle-Boinás fueron investigados a finales de los años ochenta por Charter Exploraciones, una filial de la compañía sudafricana Angloamerican Corporation. Posteriormente, la compañía Río Narcea Gold Mines investigó ambos yacimientos desde el año 1991, iniciando su explotación a cielo abierto en el 1996 hasta el 2005. En 1998, la compañía Río Narcea Gold Mines publicó unas reservas geológicas de casi 2 millones de onzas de Au (14.19 Mt a 4.3 g Au/t) para el yacimiento de El Valle, y 0.5 millones de onzas de Au para el yacimiento de Carlés (5.26 Mt a 3.0 g Au/t). En el año 2007, los derechos mineros fueron adquiridos por la compañía Kinbauri que, actualmente, continúa con su explotación por medio de minería subterránea con más de 500 empleados trabajando en la operación.
La mineralización de Carlés consiste en un skarn cálcico de Cu-Au, en el que durante la fase progradante se forman los granates de tipo grosularia-andradita y, posteriormente, piroxeno (diópsido-hedenbergita); en la fase retrógrada, se forma anfíbol tipo horblenda que reemplaza parcialmente a los granates y a los piroxenos, precipitando también magnetita y, finalmente, los sulfuros, primero una fase de arsenopirita y, posteriormente, los sulfuros de cobre junto con el oro. Williams (1989) describe la ganga calcosilicatada y Boixet (1993) aporta información sobre la geometría del intrusivo y del skarn, estableciendo una zonación, tanto de la fase calcosilicatada como de los sulfuros y los óxidos (magnetita).
En la figura 4 se ven los materiales oscuros de la izquierda que corresponden al skarn mineralizado; los materiales de la derecha son las calizas marmóreas no mineralizadas, buzando hacia el NE.
El yacimiento de El Valle-Boinás consiste en un skarn magnésico de Cu-Au asociado a la granodiorita de El Valle-Boinás. Esta granodiorita ha sido afectada por la intrusión de unos diques porfídicos subvolcánicos de alto ángulo, a los que, según Pevida et al, (1998), se les atribuye un segundo evento mineralizador epitermal de baja temperatura que, al intersectar a la mineralización tipo skarn de Cu-Au, da lugar a una mineralización aurífera de alta ley, oxidada, con jaspes hematíticos y abundante cobre nativo.
En la zona Palentina, dentro de la zona Cantábrica, se conoce el skarn de Carracedo-Estalaya que, según Martín-Izard et al. (1986) se forma como consecuencia del emplazamiento de una cuarzodiorita en las calizas del Cantabriense superior desarrollando unas rocas granatífero-anfibólicas y piroxeno-anfibólicas con una mineralización principal de magnetita, hematites, calcopirita y arsenopirita. Localmente se forma esfalerita, cobres grises, pirrotina, löellingita, oro y bismuto. Según un informe interno de SIEMCALSA, en la zona de Carracedo-Estalaya existen diversos yacimientos que fueron explotados en varias etapas, entre 1864 y 1909 y entre 1942 y 1961, siendo las tres operaciones más importantes las de Tres Amigos y Consuelo, en el sector de Carracedo, y la de Mata Nevada en el sector de Estalaya, con galerías en diversos niveles hasta una profundidad de 100 m.
Yacimientos epitermales encajados en rocas calcáreas del Namuriense-Westfaliense de la zona Palentina (dentro de la zona Cantábrica)
Paniagua (1998) describe un amplio espectro de yacimientos auríferos localizados en la zona Palentina, dentro de la zona Cantábrica, asociados a grandes estructuras tectónicas entre las que destaca la falla de León, por las que ascendieron cuerpos ígneos de afinidad mantélica a lo largo de episodios transpresivos y transtensivos tardi-variscos generando varios sistemas de hidrotermalismo que dieron lugar a hasta ocho tipos de yacimientos según el modelo genético y descriptivo, diferenciando los de origen más profundo de tipo skarn (Carracedo-Estalaya mencionados en el grupo anterior) de los epitermales de baja temperatura, entre los que se encuentran el yacimiento de Salamón y el de Pedrosa del Rey, en la provincia de León, ambos encajados en formaciones calcáreas del Carbonífero medio. Crespo et al. (2000) describen dos fases hipogénicas de mineralización del yacimiento de Salamón. La primera consiste en sulfuros diseminados, principalmente pirita, pirita arsenical y arsenopirita, de grano muy fino (de unas 10 micras) en una matriz jasperoide y dolomita. La segunda fase hipogénica presenta mayor variedad mineralógica y consiste principalmente en pirita, calcopirita, esfalerita y tennantita con galena, cinabrio rejalgar y estibina como minerales accesorios. La mineralización de oro se produce en la primera fase asociado al crecimiento de pirita arsenical sobre una pirita diagenética previa de grano muy fino. Las características de esta mineralización permiten concluir a estos autores que se trata de un yacimiento tipo Carlin. Este yacimiento fue investigado desde el punto de vista minero por BP España y, posteriormente, por SIEMCALSA en los años noventa, estimando unos recursos aproximados de 110,000 onzas de oro (443.000 t a 7,86 g Au/t).
En la zona de Ossa Morena, particularmente en el Anticlinorio de Olivenza-Monesterio, Tornos et al. (2005) describen importantes yacimientos de óxidos de hierro, que pueden contener cobre y oro, asociados a una alteración alcalino-cálcica similar a la que se encuentra en los yacimientos de tipo IOCG (Iron Oxide Copper Gold).
Yacimientos miocenos (complejo minero de Rodalquilar, campo volcánico del cabo de Gata, cordillera Bética)
Este tipo de yacimientos se localizan en el campo volcánico Mioceno del Cabo de Gata, dentro del cinturón volcánico de Almería-Cartagena (cordillera Bética), dando lugar al Complejo Minero de Rodalquilar. Arribas et al. (1995) lo describen como el primer ejemplo documentado en Europa de yacimiento epitermal de oro asociado a una caldera volcánica cuyas alteraciones hidrotermales son semejantes a las del distrito de Goldfield, Nevada. Estos autores indican que la alteración hidrotermal de Rodalquilar se ha reconocido por medio de sondeos hasta profundidades de 900 m y evoluciona gradualmente en profundidad, desde una alteración silícea somera, a argílica avanzada, a argílica intermedia y a zonas sericíticas en la parte profunda con una alteración propilítica distal envolviendo a las anteriores. La mineralización de Au-(Cu-Te-Sn) está asociada al hidrotermalismo generado por sistemas magmáticos someros, con presencia de alunita dentro de las zonas de alteración argílica avanzada, característica de los yacimientos epitermales de alta sulfuración. Concretamente, la mineralización económica de oro se asocia a las zonas de alteración silícea (masiva y vacuolar) que se extiende hasta una profundidad aproximada de 100 m, controladas por fracturas que, en algunos casos, dan lugar a un reemplazamiento generalizado de sílice vacuolar debido a la alta densidad de fracturación, con leyes de oro de hasta 5 g Au/t.
Según Arribas (1992), la actividad minera en la región del Cabo de Gata se inició a principios del siglo IX para el beneficio de filones epitermales de Pb-Zn-Ag situados cerca de la población de San José, y el oro se descubrió y explotó en esa zona alrededor de 1880 y, poco después, en Rodalquilar, situado a unos 10 km al noreste de San José. La mineralización de oro asociada a brechas hidrotermales de alta ley continuó de forma intermitente hasta 1966. A finales de los ochenta, varias compañías mineras investigaron el yacimiento e iniciaron un proyecto minero para procesar unas 750.000 t con una ley media de 2.3 g Au/t. Arribas et al. (1995) estiman la producción histórica del campo minero de Rodalquilar en unas 10 toneladas de oro, lo que equivale a unas 320.000 onzas de Au.
Yacimientos asociados a los “gossan” de sulfuros masivos de la Faja Pirítica Ibérica
Los grandes yacimientos de sulfuros masivos de la Faja Pirítica Ibérica albergan concentraciones variables de metales preciosos (oro y plata). La acción de las aguas meteóricas sobre los cuerpos de sulfuros masivos da lugar a las “monteras limoníticas”, o zonas de oxidación llamadas “gossan”, en las que se produce la liberación del oro asociado a los sulfuros debido a la oxidación de los mismos y a la posterior precipitación en un zona de enriquecimiento, por lo que el oro resulta fácilmente recuperable por lixiviación con cianuro. Velasco et al. (2013) describen la geometría, zonación y los procesos que generan los “gossan” de la Faja Pirítica Ibérica. Arribas (1998) describe los “gossan” de la Faja Pirítica Ibérica, principalmente el de cerro Colorado y pone de manifiesto la relevancia que supone la extracción de oro de dichos “gossan” dentro de la minería española, estimando una producción total de unas 3,5 millones de onzas de Au entre los años 1969 y 1998. También establece la composición media de los metales que componen el “gossan” de cerro Colorado en 79% de óxidos e hidróxidos de Fe, 1-2% de Pb, trazas de Cu y Zn, entre 1.8 y 2.5 g Au/t y 35-45 g Ag/t.
Yacimientos aluviales y fluviales terciarios (Las Médulas)
El último tipo de yacimientos considerados en este artículo son conocidos también como “placer” o “paleo-placer” y se forman por la acción hidráulica, tras la erosión del oro primario, su transporte y deposición final por efecto de la gravedad, típicamente en aluviones o depósitos fluviales que se encuentran en zonas próximas a los yacimientos primarios descritos en los apartados anteriores.
Cabe resaltar el yacimiento de Las Médulas de Carucedo, en la provincia de León, descrito por Pérez García y Sánchez Palencia (1992), como depósitos rojos de conglomerados de gravas y bloques con lechos de arenas de edad Mioceno medio-superior. Estos depósitos se han interpretado como sedimentos de facies proximal de abanicos aluviales formados en un clima cálido-húmedo al principio, evolucionando hacia un clima más árido con el paso del tiempo. Estos materiales contienen ciertas cantidades de oro, más importantes en las zonas próximas al bed rock, alcanzando valores máximos de hasta 300 mg/m3. Este yacimiento fue explotado por los romanos para beneficio del oro mediante sistemas de minería hidráulica realizando un movimiento total de tierras superior a los 200 millones de m3 según estos autores.