La barrera de Coulomb, también conocida como barrera culombiana, es una barrera de energía producida por la interacción electrostática que el núcleo atómico debe superar para experimentar una reacción nuclear. Esta barrera de energía es proporcionada por la energía potencial electrostática, que se opone a la penetración de partículas carregadas en el núcleo atómico1.

La barrera de Coulomb se debe a la repulsión electrostática entre partículas con la misma carga, como protones, que impide su unión. Para superar esta barrera, las partículas deben tener suficiente energía cinética para vencer la repulsión electrostática y permitir la interacción nuclear fuerte que las une.

La barrera de Coulomb aumenta con el número atómico, es decir, con el número de protones del núcleo en colisión2. Para superar esta barrera, se requieren temperaturas extremadamente altas, del orden de millones de grados Celsius, que permitan a las partículas alcanzar velocidades lo suficientemente altas para vencer la repulsión electrostática.

En la práctica, la consideración de la penetración de la barrera mediante el efecto túnel cuántico y la distribución de velocidades da lugar a un número limitado de condiciones en las que la fusión puede llevarse a cabo, conocido como pico de Gamow.

En resumen, la barrera de Coulomb es una barrera de energía electrostática que impide la unión de partículas con la misma carga, y su superación es necesaria para que se produzcan reacciones nucleares, como la fusión nuclear