1.- Ofrecimiento
Señor,
estoy a tus pies
como un niño pequeño
que espera tus órdenes;
no quiero, no deseo nada, sino hacer lo que pidas de mí
para tu mayor gloria.
Habla, pues, Señor y obedeceré sin dudar,
sin lamentarme,
con alegría y con amor.
Señor, haz de mi
un instrumento eficaz de tu misericordia.
Señor, bendice mi mente
para que no sea indiferente, ni insensible,
sino solícito y guiado por la sabiduría.
Señor, bendice mis ojos
para que reconozcan tu rostro en los que sufren
y me conduzcan la luz y los tesoros del corazón.
Señor, bendice mis oídos
para que oigan las voces que suplican escucha
y responden a los mensajes de quienes
tienen el corazón roto.
Señor, bendice mis manos
para que no permanezcan cerradas ni frías
sino que trasmitan calor y cercanía,
el calor del corazón.
Señor, bendice mis labios
Para que no pronuncien frases vacías
Sino que expresen comprensión y bondad,
que nacen de un corazón que ama.
Señor, bendice mis pies
para que puedan dejar buen recuerdo de mi paso
entre mis hermanos y hermanas
y detenerse en silencioso diálogo continuo,
para que se dejen guiar por un corazón sincero.
3.- AL INICIO DE UN NUEVO DÍA
Amado Dios,
al inicio de un nuevo día,
te doy gracias por esta nueva oportunidad de vivir
y de seguir adelante con tu bendición.
Pongo en tus manos mi vida, la vida de mis Hermanos y familiares,
y la de todos los que formamos la comunidad educativa.
Te pido que nos guíes a todos con tu luz
y nos fortalezcas con tu gracia.
Señor, abrázanos con tu amor infinito,
danos la sabiduría necesaria para tomar decisiones justas
y fe para confiar plenamente en tu providencia.
Que este día y los que vienen
sean un reflejo de tu amor en nuestras vidas.
Amén.
4.- EN ESTE NUEVO DÍA
Padre Dios,
en este nuevo día
me acerco a Ti con gratitud
y con el deseo de entregarte
lo mejor de mí.
Gracias, Señor,
por el regalo de la vida
y por la oportunidad de comenzar
una nueva jornada en tu presencia.
Que tu Espíritu me pacifique
y guíe en cada momento.
Que todos mis pensamientos,
palabras y acciones
sean conformes a tu voluntad
y sean reflejo de tu amor y tu bondad
entre mis hermanos.
Amén.
1. Pon aceite, Señor, y haz que brille
pon aceite, Señor, en mi luz,
Santo Espíritu enciende mi alma
y haz que brille con tu gracia, oh Jesús.
Y CANTARÉ ALELUYA ALELUYA,
ALABANZAS A MI REY (2)
2. Pon aceite, Señor, y haz que brille
con la llama que encendiste Tú
y de tu espíritu con el fuego
tu llegada siempre en vela esperaré.
3. Que tu gozo mi espíritu llene
y nada me lo pueda quitar
y en consuelo mi alma o en llanto
tu alabanza yo por siemre he de cantar.
ALABEMOS AL SEÑOR,
PORQUE SU AMOR NO TIENE FIN.
ALABEMOS AL SEÑOR,
DEL UNO AL OTRO CONFÍN.
1. Grande es Dios
en la creación del Universo.
Grande en las estrellas
y el sol del firmamento.
2. Bueno es Dios
en la redención de lo creado.
Bueno Cristo muerto
en una cruz y resucitado.
3. Santo es Dios
santificador de lo creado,
santo el Espíritu de Dios
que nos ha dado.
Tú Señor, cada mañana
llamas a mi puerta
y me dices: ven.
Yo quiero seguirte con todas mis fuerzas
que se haga tu voluntad.
Sabes que no tengo nada,
que soy muy débil y pecador.
Mi vida te ofrezco, mis pies, mis manos,
te entrego mi corazón.
TÚ, SEÑOR, HAS TOMADO TODO LO QUE SOY
ME SEDUCE TU EVANGELIO Y TU VERDAD,
TU AMOR Y TU AMISTAD.
TÚ, SEÑOR, ME HAS MOSTRADO
UN MODO DE VIVIR,
UN CAMINO DE RENUNCIA Y CARIDAD,
CONTIGO SOY FELIZ.
Tú me has hecho un hombre nuevo,
un hombre libre, capaz de amar.
María me enseña a ser sencillo,
viviendo en fidelidad.
Tú me has puesto entre los hombres
como un testigo de tu verdad,
ser sal de la tierra,
ser luz del mundo.
Tu fuerza me bastará.
Caminaré siempre en tu presencia
por el camino de la vida.
Te entrego, Señor, mi vida, hazla fecunda.
Te entrego mi voluntad, hazla idéntica a la tuya.
Caminaré a pie descalzo,
con el único gozo
de saber que eres mi tesoro.
Toma mis manos, hazlas acogedoras
Toma mi corazón, hazlo ardiente.
Toma mis pies, hazlos incansables.
Toma mis ojos, hazlos transparentes.
Toma mis horas grises, hazlas novedad.
Hazte compañero inseparable de mis caídas y tribulaciones
y enséñame a gozar en el camino
de las pequeñas cosas que me regalas,
sabiendo siempre ir más allá
sin quedarme en las cunetas de los caminos.
Toma mis cansancios, hazlos tuyos.
Toma mis veredas, hazlas tu camino.
Toma mis mentiras, hazlas verdad.
Toma mis muertes, hazlas vida.
Toma mi pobreza, hazla tu riqueza.
Toma mi obediencia, hazla tu gozo.
Toma mi nada, haz lo que quieras.
Toma mi familia, hazla tuya.
Toma mis pecados.
Toma mis faltas de amor,
mis eternas omisiones,
mis permanentes desilusiones, mis horas de amarguras.
Camina, Señor, conmigo;
acércate a mis pisadas.
Hazme nuevo en la donación,
alegría en la entrega
gozo desbordante al dar la vida,
al gastarse en tu servicio.
Amén.
Que yo pueda sentir con tus sentimientos,
los sentimientos de tu Corazón
con que amabas al Padre y a los hombres.
Jamás nadie ha tenido mayor caridad que Tú,
que diste la vida por tus amigos,
culminando con tu muerte en cruz
el total abatimiento
de tu encarnación.
Quiero imitarte
en esa interna y suprema disposición
y también en tu vida de cada día,
actuando, en lo posible, como Tú procediste.
Pedro Arrupe (de la invocación a Jesucristo modelo)
Quiero ser pastor
que vele por los suyos;
árbol frondoso
que dé sombra
al cansado;
fuente donde
beba el sediento.
Quiero ser canción
que inunde los silencios;
libro que descubra
horizontes remotos;
poema que deshiele
un corazón frío;
papel donde se pueda
escribir una historia.
Quiero ser risa en los
espacios tristes,
y semilla que prende
en el terreno yermo.
Ser carta de amor para el solitario,
y grito fuerte para el sordo…
Pastor, árbol o fuente,
canción, libro o poema…
Papel, risa, grito, carta, semilla…
Lo que tú quieras, lo que tú pidas,
lo que tú sueñes, Señor…
eso quiero ser.
José María Rodríguez Olaizola, sj
Tú, Jesús humilde,
nunca me has dicho:
Humíllate ante mí,
dobla la cabeza,
el corazón, la vida,
y esparce sobre tu rostro
luto y ceniza.
Tú me propones:
Levanta la mirada,
y acoge la dignidad de hijo
en toda tu estatura.
Humíllate conmigo
y vive en plenitud.
Bajemos juntos
a la hondura sin sol
de todos los abismos,
para transformar
los fantasmas en presencia
y los espantos en apuesta.
Únete a mi descenso
en el vértigo y el gozo
de perdernos juntos
en el porvenir de todos
sin ser un orgulloso inversor
de éxitos seguros.
Benjamín González Buelta, sj
Tú llamas a tu gente por el nombre,
mandándonos a espantar espíritus,
a librar de agobios, miedos y prisas,
a potenciar la armonía en el vivir.
Nos envías en parejas a la vida,
y, a veces, no sabemos dejarnos acompañar,
pues buscamos los defectos del hermano
y nos inquieta su distinto caminar.
Nos sugieres que llevemos sólo un manto,
y nosotros preparamos gran maleta para el viaje,
pues las cosas nos dan seguridad,
mientras tú nos invitas al total abandono y libertad.
Desde siempre nos has demostrado
que contar contigo en cualquier tarea,
hace que se vuelva llevadera
cansándonos menos y resultando mejor.
Qué frágiles somos, y qué olvidadizos,
enseguida creemos que estamos solos
y olvidamos que tú eres el más interesado
en cada uno de nosotros y en nuestra misión.
Libérame, Señor, de tantas cosas,
que deje a un lado mis seguridades
poniéndome en tus manos, de verdad,
para que Tú seas mi única seguridad
Mari Patxi Ayerra
11.- CADA MAÑANA
Cada mañana sales al balcón
y oteas el horizonte por ver si vuelvo.
Cada mañana bajas saltando las escaleras
y echas a correr por el campo
cuando me adivinas a lo lejos.
Cada mañana me cortas la palabra,
te abalanzas sobre mí
y me rodeas con un abrazo redondo
el cuerpo entero.
Cada mañana contratas la banda de músicos
y organizas una fiesta por mí
por el ancho mundo.
Cada mañana me dices al oído
con voz de primavera:
“Hoy puedes empezar de cero”.
Patxi Loidi. “Mar Rojo”, p. 157
12.- CÁNTICO DE LAS CRIATURAS
Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo Tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre
de hacer de Ti mención.
Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día,
y es bello es su esplendor,
y lleva por los cielos noticias de autor.
Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas,
tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado mi Señor!
Y por la hermana agua,
preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado mi Señor!
Por el hermano fuego,
que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre:
¡Loado mi Señor!
Y por la hermana tierra,
que es toda bendición,
la hermana madre tierra,
que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado mi Señor!
Y por los que perdonan
y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!
Y por la hermana muerte: ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen
la voluntad de Dios!
¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor.
Señor, dame la valentía
de arriesgar la vida por ti,
el gozo desbordante
de gastarme en tu servicio.
Dame, Señor, alas para volar
y pies para caminar
al paso de los hombres.
Entrega, Señor, entrega
para «dar la vida»
desde la vida,
la de cada día.
Infúndenos, Señor,
el deseo de darnos y entregarnos,
de dejar la vida
en el servicio a los débiles.
Señor, haznos constructores de tu vida,
propagadores de tu reino,
ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres
para llevarles el tesoro
de tu amor que salva.
Haznos, Señor, dóciles a tu Espíritu
para ser conducidos
a dar la vida desde la cruz,
desde la vida que brota
cuando el grano muere en el surco.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, no puede brotar la vida.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, lo único posible es el miedo.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, aparecen los fantasmas.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, la rutina lo invade todo.
Danos tu Espíritu, Señor,
Donde no hay Espíritu, no podemos reunirnos en tu nombre.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, se olvidan las cosas esenciales.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, no puede haber esperanza.
15.- TÚ NOS CONOCES BIEN, PADRE.
• Ayúdanos a que mujeres y hombres vayamos viviendo cada vez más en armonía y complementariedad, en la vida familiar, laboral y social,
TÚ NOS CONOCES BIEN, PADRE.
• Haz que nuestras familias y comunidades sean espacios de amor, crecimiento, reconciliación e ilusión,
TÚ NOS CONOCES BIEN, PADRE.
• Enséñanos a vivir en comunidad, a expresar el amor, a tener una comunidad, sencilla y acogedora, donde cada uno crezca como persona,
TÚ NOS CONOCES BIEN, PADRE.
• Dinamiza en todos la generosidad y el calor, para acoger a los mayores, a los inmigrantes y a los extraños, con cariño,
TÚ NOS CONOCES BIEN, PADRE.
• Impulsa en las instituciones, empresarios y gobernantes el deseo de fomentar la conciliación de la vida familiar y social,
TÚ NOS CONOCES BIEN, PADRE.
• Que juntos vayamos construyendo la gran familia humana de tus hijos, tu Reino,
TÚ NOS CONOCES BIEN, PADRE.
16.- Proclamo tu resurrección
Sin temor. Dar testimonio de tu resurrección,
de tu triunfo sobre la muerte, de tu salvación ofrecida.
Comunicar con nuestra vida, con nuestra pobre palabra,
enriquecida por tu Palabra, con nuestros gestos,
con nuestro ser testigos tuyos, con la fuerza de tu Espíritu,
que tu eres un Dios vivo que vivificas, salvador, que nos salvas.
Que tú eres Dios.
No tener miedo.
Id y comunicad a la gente que vives en lo cotidiano,
en nuestras galileas.
No tengáis miedo, alegraos.
Alegraos, alegraos, alegraos.
Es la invitación de la Pascua, tu invitación como resucitado.
Alegraos, no tengáis miedo.
Escucho tus palabras, Señor,
y me digo que quiero dejarte vivir en mí resucitado,
que quiero que la alegría de la Pascua llene de tu claridad,
de tu luz, de tu vida mi vida.
Que quiero dejar mis miedos, tan ególatras,
en tus manos, para que los transformes en fuente de gracia y gozo pascual.
Tarde te he amado, Belleza siempre antigua
y siempre nueva. Tarde te he amado.
Y, he aquí que tú estabas dentro y yo fuera.
Y te buscaba fuera. Desorientado, iba corriendo
tras esas formas de belleza que tú habías creado.
Tú estabas conmigo, y yo no estaba contigo
cuando esas cosas me retenían lejos de ti,
cosas cuyo único ser era estar en ti.
Me llamaste, me gritaste e irrumpiste a través de mi sordera.
Brillaste, resplandeciste y acabaste con mi ceguera.
Te hiciste todo fragancia, y yo aspiré y suspiré por ti.
Te saboreé, y ahora tengo hambre y sed de ti.
Me tocaste, y ahora deseo tu abrazo ardientemente.
(San Agustín)
18.- Martes de Pascua
Convertíos y pedid cada uno el bautismo, en el nombrec de Jesucristo, para la remisión de sus pecados ...(Hechos 2 36-41)
¿Qué hacer después de la maravillosa vida de Jesús, de su muerte y resurrección?
Convertirse. Cambiar.
Abandonar el antiguo estilo de vida.
Unirse, con entusiasmo, a la causa de Jesús.
Ser bautizado.
Aceptar, con y como Jesús,
que nuestra identidad nás prufunda
es ser hijos amados de Dios.
Hacer la experiencia de que el mal
que antes nos dominaba,
ya no tiene poder sobre nosotros.
Gracias, Señor de la vida, por mi bautismo.
En tu nombre, Padre creador, fui bautizado.
En tu nombre, Jesús salvador, fui lavado.
En tu nombre, Espíritu de amor, fui purificado.
Gracias, Dios mío, por mi nueva vida.
21.- TU VIENTO
Tu Viento, Padre, llevó a Jesús a entregarse por entero.
Llena de ese Viento nuestra vida,
para que sea plenamente la vida de todos.
Por Jesús, tu hijo, nuestro Señor.
Señor Jesucristo, infunde en nosotros tu gracia con la que pedir y de la que recibir la plenitud de la vida verdadera.
Ruega por nosotros al Padre, para que nos conceda una fe recta que merezca alcanzar el lugar de la vida eterna.
Con tu ayuda, Tú que eres el principio y el fin, digno de alabanza, admirable e inefable por los siglos de los siglos.
Amén.