Señor, Jesús,
te doy mis manos para hacer tu obra.
Te doy mis pies para andar tu camino.
Te doy mis ojos para mirar y ver como Tú miras y ves.
Te doy mi boca para decir tus palabras.
Te doy mi mente para que puedas pensar a través de mí.
Te doy mi espíritu para que puedas orar en mí.
Sobre todo, te doy mi corazón, para que puedas amar en mí
al Padre y a toda la humanidad.
Te doy mi persona, para que puedas crecer en mí,
de manera que seas Tú, Jesús, nuestro Señor,
quien viva y actúe y ore en mí.
Entrego a tu cuidado, Señor y hermano mío,
mi alma y mi cuerpo,
mis oraciones y mis esperanzas,
mi salud y mi trabajo,
mi vida y mi muerte,
mis padres y mi familia,
mis amigos y mis vecinos,
mi país y la humanidad entera,
hoy y siempre. Amén
2.- PADRE MÍO, ME ENTREGO A TI.
Padre, me pongo en tus manos,
haz de mí lo que quieras,
sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo,
con tal de que tu voluntad se cumpla en mí
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
Te confío mi alma,
te la doy con todo el amor
de que soy capaz,
porque te amo
y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con una infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre.
3.- POR UN HERMANO/A ENFERMO/A
Señor, el/la que amas,
nuestro/a hermano/a N está enfermo/a,
tú lo sabes.
Él/Ella es miembro de nuestra familia [comunidad]
y miembro de tu Cuerpo.
Que su cruz sea una participación en tu cruz;
que su dolor sea fecundo
y se convierta en fuente de vida nueva.
Confirma su fe, alienta su esperanza,
cura su cuerpo como Tú sabes y quieres hacerlo,
a fin de que se cumpla plenamente tu voluntad.
Amén.
ALEGRE LA MAÑANA
QUE NOS HABLA DE TI.
ALEGRE LA MAÑANA. (bis)
1. En nombre de Dios Padre
del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche
y estrenamos la aurora;
saludamos el gozo,
de la luz que nos llega,
resucitada y resucitadora.
2. Tu mano acerca el fuego
a la sombría tierra
y el rostro de las cosas,
se alegra en tu presencia.
Silabeas el alba,
igual que una palabra,
Tú pronuncias el mar como sentencia.
3. Regresa, desde el sueño,
el hombre a su memoria,
acude a su trabajo,
madruga a sus dolores;
le confías la tierra,
a la tarde la encuentras,
rica de pan y amarga de sudores.
4. Y Tú te regocijas,
oh Dios, y tu prolongas,
en sus pequeñas manos,
tus manos poderosas.
Y estáis de cuerpo entero,
los dos así creando,
los dos así velando por las cosas.
VEN, SEÑOR, NO TARDES EN LLEGAR
Y LA PAZ AL MUNDO LE DARÁS.
CON TU LUZ PODREMOS CAMINAR,
LA NOCHE SE VUELVE CLARIDAD.
1. El misterio de un pecado
vino a ser una promesa.
El milagro de la culpa
fue causa de Redención.
2. Del cantar de los Profetas
fue brotando la esperanza.
La sonrisa de una Virgen
dio al mundo la salvación.
3. Por las sendas de la vida
se abren nuevos horizontes.
En las sombras de las penas
un nuevo sol brillará.
HOSANNA ULIBARRI CREO GALARRETA
6.- PADRE NUESTRO:
El Padre Nuestro es la oración que nos educa en la fraternidad, que confiemos al Señor nuestra vida de hermanos en comunidad: Si el Señor no construye la casa en vano se cansan los albañiles si el Señor no guarda la ciudad en vano vigilan los centinelas. (Sal 126, 1)
Padrenuestro,
Tú que nos ofreces el don de la fraternidad,
te damos gracias porque nos has llamado
a ser Hermanos en Comunidad.
Que santifiquemos tu nombre,
aprendiendo a prestarse mutuo apoyo
para caminar juntos hacia Ti.
Que venga a nosotros tu reino,
cuando nos esforzamos en convertirnos
en Comunidad y unos con otros,
en artesanos de paz, de justicia, de solidaridad,
de alegría y de fraternidad.
Que se haga tu voluntad,
apoyando nuestra Vida Fraterna en Ti Solo,
y en nuestro abandono en manos de la Providencia.
Danos el pan nuestro de cada dia,
el de la comunión fraterna,
el de la Formación nunca acabada,
el de la oración personal y Comunitaria
para que no desfallezcamos en nuestras cunetas.
Enséñanos a perdonar a nuestros Hermanos,
como Tú nos perdonas,
para convertir nuestras Comunidades
en lugares de acogida, de perdón
y de sanación de heridas,
en islotes de misericordia
de los que tanto necesita nuestro mundo.
No nos dejes caer en Ia tentación,
del individualismo, de la envidia, del mutismo,
de la tristeza, del rencor,
de la maledicencia, de la calumnia,
de todo lo que hiere a las personas
y entorpece la fecundidad de nuestras vidas
de Hermanos en Comunidad.
Líbranos también,
de la indiferencia, de la búsqueda de la vanagloria,
de la ceguera, de la desconfianza,
de la aspereza, del confort, del miedo,
y de todo lo que nos impide cuidar
de los pequeños y de los débiles.
¡Dios solo en el tiempo!
¡Dios solo en la eternidad!
7.- A ABRIR CAMINO ME LLAMAS
No hay caminos en mi vida, Señor;
apenas senderos
que hoy abro y mañana desaparecen.
Yo estoy en la edad de los caminos:
caminos cruzados, caminos paralelos.
Yo vivo en encrucijada
y mi brújula, Señor,
no marca el norte.
Yo corro cansado hacia la meta
y el polvo del camino
se me agarra a cada paso,
como la oscuridad a la noche.
Yo voy a galope caminando,
y a tientas busco un rastro,
y sigo unas pisadas. Y me digo:
¿Dónde me lleva el camino?
¿Eres quien ha extendido
a lo largo de mi vida un camino?
¿Cuál es el mío?
Si Tú me lo has dado
me pertenece.
Es tu voz, hecha llamada,
quien me indica, palmo a palmo,
mi ruta por el llano
o la montaña escarpada.
Es tu voz, hecha llamada,
quien me arranca de mi siesta,
de mi vida fácil y segura,
de los míos y de lo mío.
Es tu voz, hecha llamada,
quien me lanza a ser apoyo,
y servicio, y comprensión, y alegría,
y ayuda... de los otros.
Es tu voz, hecha llamada,
quien me arranca de mí,
y me hace grupo.
Señor, yo busco tu camino
y me fío de tu Palabra.
Dame fuerza, tesón a cada paso
para caminar contigo.
Llevaremos nuestra tienda
te llevaremos con nosotros,
y serás cada día,
quien oriente nuestra marcha.
Yo busco ahora un camino, Señor.
Tú, que eres Camino,
da luz verde a mi vida
pues a abrir camino Tú me llamas.
Señor Jesús, te damos gracias
por la sublime vocación que nos has regalado.
Danos tu Espíritu para que pasemos por el mundo
haciendo el bien que tú mismo hiciste.
Que nuesta educación evangelice hoy a todos,
que instruya a los pobres, que dé vista a los ciegos,
que haga caminar a los débiles y cansados.
Concédenos vivir hoy y siempre de tal forma
que eduquemos a los ignorantes,
abramos los ojos a los niños y a los jóvenes,
sanemos a los débiles,
resucitemos a los que viven sepultados lejos de ti.
Que tu presencia en nuestra vida fraterna
nos haga capaces de realizar prodigios
en el orden espiritual para gloria tuya. Amén
9.- ¡ABRE TU PUERTA!
Señor:
Tú llegas a nuestro mundo
y nos invitas a abrir la puerta
de nuestro corazón
a todos los hombres.
Tú ya nos dijiste
que eres Tú quien viene
cuando alguien llama
a nuestra puerta.
Tu palabra es ésta:
“He aquí que estoy a la puerta y llamo.
Si alguno oye mi voz
y abre la puerta,
Yo entrará y cenaré con él
y él conmigo”.
Señor:
que sepamos escuchar tu voz,
esa voz que nos llega
por nuestros hermanos.
Que abramos la puerta
para acogerte a Ti,
y en Ti a todos los hombres.
10.- ACOSTUMBRARSE A TODO
Tenemos el vicio de acostumbrarnos a todo.
Ya no nos indignan las chabolas,
ni la esclavitud, no es noticia el racismo,
ni los millones de muertos de hambre
cada año.
Nos acostumbramos,
limamos la arista de la realidad,
para que no nos hiera
y la tragamos tranquilamente.
Nos desintegramos.
No sólo es el tiempo el que se nos va,
es la misma realidad de las cosas la que cae.
Lo más explosivo se hace
rutina y conformismo;
la contradicción de la cruz es ya sólo
el adorno que se lleva al cuello.
Señor, tenemos la costumbre
de acostumbrarnos a todo;
aun lo más hiriente se nos oxida.
Quisiéramos ver siempre
las cosas por primera vez;
quisiéramos una sensibilidad no cauterizada,
para maravillarnos y sublevarnos.
Haznos superar la enfermedad
del tradicionalismo,
es decir, la manía de embutir lo nuevo
en paradigmas viejos.
Líbranos del miedo a lo desconocido.
El mundo no puede ir adelante
a pesar de tus hijos,
sino gracias a ellos. Empujemos.
Jesucristo, danos una espiritualidad
de iniciativa,
de riesgo, que necesite revisión constante.
No queremos ver las cosas
sólo desde dentro,
necesitamos tener algún amigo hereje
o comunista para ser disconforme como Tú,
que fuiste crucificado por los conservadores
del orden y la rutina.
Enséñanos a recordar que Tú, Jesús,
siempre has roto
las coordenadas de lo previsible.
Y sobre todo, que no nos acostumbremos
a ver injusticias, sin que se encienda
en nosotros la ira y la acción.
Luis Espinal. “Oraciones a quemarropa”
11.- O R A C I O N
Bendito sea Dios,
el Padre de Jesús, nuestro Padre,
que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones,
que nos ha mostrado en Jesús, su rostro, su corazón
y nos ha elegido para la misión más bella,
que toda la humanidad conozca la Buena Noticia de Jesús.
Bendito sea Jesús, el hombre lleno del Viento de Dios,
que ha hecho de nuestra vida algo nuevo, distinto,
nos ha devuelto la dignidad y la esperanza,
nos ha dado motivos para vivir y para creer.
Bendito sea el Viento de Dios,
el que animaba y arrastraba a Jesús,
al que sentimos presente en nuestra vida.
Bendito seas, Jesús,
que pasaste haciendo el bien
y curando a todos los oprimidos por el mal,
porque el Viento de Dios estaba contigo.,
Bendito seas, Jesús, nuestro Señor.
12.- ORACIÓN DE ADVIENTO
Adviento, tiempo de esperanza
Adviento, tiempo de esperanza,
en el seno de María crece el fermento de un mundo nuevo,
el hijo del Dios vivo que llega a compartir con nosotros.
Nace Emanuel, Dios-con-nosotros, hecho niño,
pobre, pequeño y necesitado.
María nos enseña el camino para hacer nacer a Jesús
en nuestro tiempo:
confianza, entrega, fidelidad, coraje,
y mucha fe en el Dios de la Vida.
Tiempo de espera, de atención y cuidados,
de respeto y contemplación.Señor,
hay mucho dolor en nuestro tiempo,
hay sufrimiento e injusticia,
ayúdanos a sembrar
semillas de esperanza.
Descúbrenos la alegría
de la paciente espera,
activa y fecunda,
comprometida por la vida
de los que nos rodean.
Enséñanos a hacer crecer
la esperanza de algo nuevo,
anímanos a entregar nuestras vidas
para la construcción del Reino.Es tiempo de espera, Señor,
pero también es tiempo de donación
y compromiso efectivo.
Contagianos la fe sencilla de María,
que dio su vida
para alumbrar el Reino
y hacer nacer la esperanza
en medio de su pueblo.
Salmo de San Francisco de Asís para el tiempo
del Adviento del Señor
13.- ALÉGRANOS, SEÑOR, Y COMPROMÉTENOS Mari Patxi Ayerra
A este Dios que nos quiere tanto, le presentamos juntos nuestras necesidades, sueños y vidas.
• Para que nosotros, los que creemos en ti, Dios nuestro, seamos gente alegre, festiva, positiva y provocadora de lo mejor en los otros.
ALÉGRANOS, SEÑOR, Y COMPROMÉTENOS.
• Para que tu iglesia sea un espacio donde la gente encuentre buenos acompañantes de camino y pistas para vivir con sentido del humor, que es una cualidad del amor.
ALÉGRANOS, SEÑOR, Y COMPROMÉTENOS.
• Que nuestra vida de oración y de amistad contigo no solo nos alegre el corazón, sino que nos impulse hacia los hermanos, para construir tu reino.
ALÉGRANOS, SEÑOR, Y COMPROMÉTENOS.
• Por los hermanos que no tienen lo necesario para vivir, para que trabajemos por la justicia y un buen reparto.
ALÉGRANOS, SEÑOR, Y COMPROMÉTENOS.
• Por las instituciones, los políticos y los gobernantes para que sean sensibles a los gritos de la humanidad.
ALÉGRANOS, SEÑOR, Y COMPROMÉTENOS.
14.- Jesús es Señor
Di con el corazón: Jesús es Señor.
Di con los labios: Jesús es Señor.
Grábalo en tus entrañas: Jesús es Señor.
Cántalo con tu voz: Jesús es Señor.
Anúncialo a los cuatro vientos: Jesús es Señor.
Pregónalo con fe y gozo: Jesús es Señor.
Jesús es Señor:
antorcha de libertad,
fuente de alegría,
viento de paz,
victoria sobre toda muerte;
estandarte en lo más alto de la tierra,
sol en las profundidades de nuestro ser,
meta de nuestro caminar,
compañero de vida y esperanzas...
que nadie podrá quitar.
Jesús es Señor:
de él brota la vida,
en él nuestra esperanza,
con él todo bien,
a él nuestro reconocimiento,
para él nuestra voluntad,
por él nuestra plenitud;
él nuestra justicia,
él nuestra salvación...
que nadie podrá quitar.
Jesús es Señor:
no hay más señores;
los señores del dinero y de la salud,
de las armas y de las leyes,
del poder y de los negocios,
de la democracia y de la razón de estado,
de la carne y del templo,
todos los príncipes de este mundo,
señores de las tinieblas,
están vencidos.
Jesús es Señor,
el único Señor,
el Crucificado,
el perfumado,
el que deja el sepulcro vacía,
el que nos preceda a Galilea,
el que vive y el que nos hace vivir;
el que nos cura y salva,
el que recrea nuestra esperanza,
ayer, hoy y siempre.
Jesús es mi Señor,
No hay otros señores.
Jesús es nuestro Señor.
Florentino Ulibarri
21.- ORACION
Creo en Jesús, el Señor,
revelación de Dios y del sentido de la vida:
acepto la vida como misión recibida de El,
para que todos los hombres le conozcan y salven su vida.
Espero mi plenitud, y la de todas las cosas, en El.