La puntuación es el conjunto de signos que sirven para puntuar (poner en la escritura los signos ortográficos necesarios para distinguir el valor prosódico —pronunciación y acentuación correctas— de las palabras y el sentido de las oraciones y de cada uno de sus miembros), incluyendo:
Acento (´, `, ^)
Apóstrofo (’)
Arroba (@)
Asterisco (*)
Barra (/)
Coma (,)
Comillas angulares («»), también llamadas latinas o españolas
Comillas inglesas (“ ”) o “comillas dobles”
Comillas rectas dobles (" “), variante de las inglesas, procedentes de la mecanografía.
Comillas simples (‘ ’), curvas o rectas
Corchetes ([ ])
Dos puntos (:)
Espacio ( )
Exclamación (¡!)
Guion (-)
Interrogación (¿?)
Paréntesis (())
Pleca (|)
Porcentaje (%)
Punto (.)
Punto y coma (;)
Puntos suspensivos (…)
Raya (—)
Semirraya (–)
Tilde (´, ~).
En español, el punto y la coma van afuera de las comillas, al revés que en inglés: “En español el punto va afuera de las comillas”. “En español la coma va afuera de las comillas”, dijo el profesor. El texto que va dentro de las comillas lleva sus propios signos ortográficos: “¡Qué ‘simpático’ eres tú!, ¿no?”.
No hay diferencia ortográfica alguna entre las comillas españolas (« ») y las inglesas (“ ”) y es una elección esencialmente tipográfica. Por su parte, las comillas rectas dobles (" ") son una variante de las inglesas, procedentes de la mecanografía.
Por criterio práctico, optamos por no usar comillas españolas. Por criterio estético, preferimos el uso de las inglesas a las rectas, ya sean ellas dobles o sencillas.
La comilla simple (‘ ’) es un signo ortográfico idéntico a la comilla doble pero en el que tanto el signo de abrir como el de cerrar es la mitad del doble. Según Fundéu se usa para:
Reservamos las comillas dobles para citas textuales y usamos la comilla simple cuando el verbo tiene una connotación irónica o metafórica, y también en títulos de obras audiovisuales (álbumes, programas, películas, libros y canciones individuales).
Como lo explica el Diccionario panhispánico de dudas (DPD), son un “signo de puntuación que representa una pausa mayor que la de la coma y menor que la del punto. Detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue, que siempre está en estrecha relación con el texto precedente. Se escriben pegados a la palabra o el signo que los antecede, y separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue”.
Entre sus principales usos, “preceden a una enumeración de carácter explicativo: Ayer me compré dos libros: uno de Carlos Fuentes y otro de Cortázar”, y sirven para marcar una pausa enfática tras locuciones de carácter introductorio como a saber, ahora bien, pues bien, esto es, dicho de otro modo, en otras palabras, más aún..., y no precisan que la oración que los sigue se inicie con mayúscula: Nunca me ha molestado colaborar. Dicho de otro modo: me gusta ayudar a los demás; ¿Recuerdas lo que te conté de Ramiro? Pues bien: ha vuelto a hacerlo. En la mayoría de estos casos los dos puntos son sustituibles por la coma. La diferencia entre el uso de uno u otro signo está en que con la coma el énfasis desaparece y la expectación creada en el lector con respecto a lo que se va a decir es menor”.
Nosotros no usamos mayúsculas después de los dos puntos a menos que se trate de un nombre propio.
De acuerdo con el Diccionario panhispánico de dudas (DPD), “sirven para representar en la escritura, respectivamente, la entonación interrogativa o exclamativa de un enunciado. Son signos dobles, pues existe un signo de apertura y otro de cierre, que deben colocarse de forma obligatoria al comienzo y al final del enunciado correspondiente.
De acuerdo con la Fundéu, “la palabra pero suele tener una coma antes y no después, aunque hay ciertos casos especiales que hay que tener en cuenta, tal como explica la Ortografía de las Academias de la Lengua. Según se indica en esta obra, en la mayoría de los casos la conjunción pero va precedida de una coma, aunque no es raro que se omita indebidamente, como en «La carretera se cobra menos vidas pero se lleva a muchos jóvenes», frase en la que falta una coma tras «vidas».
Los casos especiales más importantes son los siguientes:
A todas las fracciones con denominador igual a 100 se les llama tanto por ciento y su símbolo es “%”. Así que 25/100 es igual a 25%. El porcentaje es un tanto por cada 100 unidades, es una parte de cada cien.
Cuando hablemos de diferencias entre varios porcentajes, por ejemplo, entre los votos recibidos por dos candidatos presidenciales o entre tasas de interés pasivas y activas usemos “puntos porcentuales” para no caer en confusiones.
Por ejemplo, si un tipo de interés bancario sube del 10% al 20%, podría expresarse erróneamente como “un alza del 100%” (porque 20 es el doble de 10), cuando en realidad la diferencia es de 10 puntos porcentuales.
También puede decirse erróneamente que la tasa de interés “subió un 10%". Si decimos en cambio que la tasa de interés subió en 10 puntos porcentuales al 20% no hay confusión, pues se sobreentiende que estaba en el 10%. En todos los casos se utiliza cifra y signo: El 30% del electorado votó por los liberales. El costo de la vida aumentó 1.3%. El sustantivo porcentaje es una sola palabra: Aumentó el porcentaje de desempleo.
Escribiremos el signo de porcentaje junto al número, sin espacio: “un 2% de los argentinos”, “el 84% de los estadounidenses”, “una ganancia del 35%”. En México y otros países la costumbre es omitir el artículo en textos con porcentajes, pero el uso más extendido en el mundo hispanohablante es escribir con artículo y Fundeu también lo recomienda.
Tal como lo explica el Diccionario panhispánico de dudas (DPD), “indica una pausa mayor que la marcada por la coma y menor que la señalada por el punto. Se escribe pegado a la palabra o el signo que lo precede, y separado por un espacio de la palabra o el signo que lo sigue. La primera palabra que sigue al punto y coma debe escribirse siempre con minúscula (la única excepción se da en obras de contenido lingüístico, en las que es práctica común separar con este signo de puntuación los diferentes ejemplos que se ofrecen, cada uno de los cuales, cuando se trata de enunciados independientes, comienza, como es natural, con mayúscula; de este uso excepcional y contrario a la norma que rige en la lengua general hay abundantes ejemplos en esta misma obra).
El punto y coma es, de todos los signos de puntuación, el que presenta un mayor grado de subjetividad en su empleo, pues, en muchos casos, es posible optar, en su lugar, por otro signo de puntuación, como el punto y seguido, los dos puntos o la coma; pero esto no significa que el punto y coma sea un signo prescindible”.
En cualquier caso, no usamos punto y coma en titulares.
Según lo explica el diccionario panhispánico de dudas, es un “signo de puntuación formado por tres puntos consecutivos (...) —y solo tres—, llamado así porque entre sus usos principales está el de dejar en suspenso el discurso. Se escriben siempre pegados a la palabra o el signo que los precede, y separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue; pero si lo que sigue a los puntos suspensivos es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos. Si los puntos suspensivos cierran el enunciado, la palabra siguiente debe escribirse con mayúscula inicial: El caso es que si lloviese... Mejor no pensar en esa posibilidad; pero si no cierran el enunciado y este continúa tras ellos, la palabra que sigue se inicia con minúscula: Estoy pensando que... aceptaré; en esta ocasión debo arriesgarme”.
Limitemos el uso de la raya (m-dash, en inglés) y la semirraya (n-dash, en inglés) en la redacción periodística, y usemos preferentemente los paréntesis.
La raya y la semirraya equivalen al uso de las comas o los paréntesis para encerrar frases explicativas, pero los incisos entre rayas suponen un aislamiento mayor con respecto al texto en el que se insertan que los que se escriben entre comas, pero menor que los que se escriben entre paréntesis.
Cuando se usan dos rayas (una de apertura y otra de cierre) para introducir un inciso en un texto, estas se escriben pegadas a la primera y a la última palabra del período que enmarcan (igual que con los paréntesis), y separadas por un espacio de la palabra o signo que las precede o las sigue.
Si lo que sigue a la raya de cierre es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
La raya en inglés tiene un uso similar al que damos en español, pero además se usa a manera de dos puntos (:), y de la coma y el punto y coma, con diferentes efectos, cuando se quiere explicar algo y solo se coloca al principio porque la frase termina con punto.
Cuando tenga ese uso para informar al lector que lo que sigue del signo demuestra explica o lista elementos de lo que precedió al signo, evitemos caer en anglicismo sintáctico y escribamos los tradicionales dos puntos, la coma o el punto y coma.
Tampoco confundamos estos signos ortográficos (—) (–) con el guion (-), hyphen en inglés, pues la longitud de la raya es mayor, mientras que el guion tiene una función básicamente morfológica, es decir, une palabras y otros elementos y normalmente aparece en su interior, como en palabras compuestas (Wikilengua / EFE / Fundeu). Tampoco es correcto el uso de dos guiones seguidos como sustituto de la raya o la semirraya.