Por:
Daniel León
Profesional BIM
Si alguien sabe o tiene claro que es el la metodología BIM, o Building Information Modeling, es porque se lo explicaron mal. En la actualidad es más fácil definir que no es BIM y de ahí partir a explicarlo como lo hace el Ing. Fabian Calcagno de la Universidad Católica Argentina con la analogía de que “BIM es como las estrellas y el cielo, las estrellas serían los software BIM (nativos o no) que no son el BIM. BIM es todo lo demás, todo el cielo negro que hace que una herramienta BIM se pueda comunicar con otra”. Es decir, BIM es mucho más que un simple software o una representación 3D de un proyecto, va mucho más allá.
Tratando de definirla, BIM es una metodología que busca centralizar la información del proyecto para mejorar la coordinación entre todos los involucrados en las fases de diseño, construcción, operación y mantenimiento. No se trata solo de visualizar un edificio o una carretera en 3D, sino de integrar datos precisos y en tiempo real, optimizando así la toma de decisiones y la gestión de los recursos y datos del proyecto.
Uno de los aspectos más complicados es la confusión sobre los roles BIM. La ISO 19650 establece ciertos roles, como el de BIM Manager, Coordinador BIM o Modelador BIM, que en teoría deberían ser parte de la estructura de cualquier proyecto que implemente esta metodología. Sin embargo, en la práctica, los contratos muchas veces no reflejan esta realidad. Se sigue pensando que los profesionales de cada especialidad, como ingenieros de diseño geométrico o arquitectos, deberían asumir estas funciones, cuando en realidad los roles BIM, aunque transversales, son específicos y requieren dedicación más allá de las tareas técnicas y conceptuales habituales. Esta falta de claridad en la asignación de roles genera problemas en la coordinación y limita el potencial del BIM como herramienta de gestión integral.
En cuanto a la aplicación BIM en diferentes tipos de proyectos, es importante señalar que hay diferencias significativas entre estructuras verticales, como los edificios, y estructuras horizontales, como las infraestructuras viales. En estructuras verticales, BIM se ha implementado desde hace más de 20 años y de manera más fluida, ya que la mayoría de los elementos a coordinar están bien definidos y se manejan dentro de un espacio relativamente controlado. En cambio, en infraestructura vial, los retos son mayores debido a la interacción con el entorno, la escala del proyecto y la necesidad de integrar información topográfica, de drenaje, transito, ambiental, predial, etc., lo que requiere una mayor precisión en la gestión de los datos y con esto, la utilización de sistemas de información geográficos (SIG).
Además, cuando hablamos de proyectos financiados por entidades públicas, como muchas obras de infraestructura pública, nos encontramos con que las exigencias sobre la implementación BIM aún no están claramente establecidas y/o son ambiguas. Las directrices para usar BIM en contratos públicos son escasas, lo que genera incertidumbre tanto en las empresas contratistas como en las propias entidades estatales. Este vacío normativo es uno de los mayores obstáculos que enfrentamos hoy en día en la aplicación BIM en infraestructura vial, como es el caso de los estudios y diseños de la ANI, el Invías, Aeronáutica Civil y Findeter en los cuales INCOPLAN participa como Contratista o Interventor dentro de los proyectos.
Sin embargo, es evidente que la tendencia es que BIM será cada vez más exigido por las entidades públicas, especialmente en infraestructura vial. Por eso, las empresas que busquen adaptarse a este nuevo contexto deben empezar a prepararse, aunque aún no existan estándares ni objetivos claros.
Es fundamental que se invierta en la capacitación de los profesionales y que se entiendan bien los roles dentro de la metodología BIM, porque el futuro de la industria va hacia una mayor exigencia en términos de colaboración, transparencia y manejo eficiente de los recursos.
Finalmente, todavía hay un largo camino por recorrer en la estandarización y adopción BIM en cuanto a infraestructura vial, y aunque el futuro de la implementación es “incierta”, las empresas que logren acoplarse y que ayuden a reestructurar estas normativas no solo estarán mejor posicionadas para licitar con el Estado, sino que también mejorarán la calidad y la eficiencia de sus proyectos, lo que puede traducirse en un ahorro considerable de tiempo y recursos. El desafío está en romper con la idea de que BIM es solo una herramienta de visualización y entender que es una metodología de trabajo colaborativo que, bien implementada, puede transformar la forma en que gestionamos nuestras obras de infraestructura.
Para INCOPLAN ha sido un reto la implementación de la metodología BIM en el desarrollo de los proyectos, se ha elaborado documentación que sirve como referencia de los contratos y se ha llegado a realizar incluso guías base para el entendimiento de la metodología por parte de nuestros clientes. Así mismo, ha sido un proceso de aprendizaje continuo que lleva más de un año en el que se ha capacitado profesionales, se ha invertido tiempo en actualización de herramientas que permitan la integración BIM y se ha propendido por buscar la gestión más eficiente de la información de un proyecto.
En este 2024, INCOPLAN se encuentra en la participación del componente BIM en importantes proyectos que serán un punto de referencia para la experiencia de la aplicación de la metodología BIM en proyectos de infraestructura como:
la consultoría al mejoramiento entre Naranjal – Limoncito en la vía Bogotá – Villavicencio
la interventoría a la estructuración de los diseños del corredor El Boquerón – El Tablón
la consultoría de la vía entre Cerritos – La Virginia (Risaralda),
la interventoría a al Plan Maestro del Aeropuerto de Armenia
la interventoría a los diseños del Aeropuerto de Villavicencio.
Con la ejecución de estos proyectos, INCOPLAN complementa su experiencia técnica en la adopción de nuevas metodologías y tecnologías de trabajo.